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Saint Louis 1904... La odisea del Andarín

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Otro fracaso estrepitoso
iba a tener lugar
Conrado Durántez

El sur de los Estados Unidos de América tiene una historia convulsa por problemas raciales. Allí se asentaba una buena parte de los negros sometidos que echaron hacia delante la industria del algodón. Las luchas por la libertad de los esclavos fueron despiadadas. Tuvo su colofón en la Guerra de Secesión, donde el presidente Abraham Lincoln firmó la eliminación de la esclavitud a mediados de la década del sesenta del siglo XIX, una medida que, a la postre, le costaría la vida a manos de un reaccionario esclavista.

Pero la discriminación no solo se asentaba en los negros, había una fuerza feroz contra todo lo que no fuera anglosajón, una situación que se llevaría al campo del deporte, muchos años después.

En 1904 los Juegos se habían concebido para Chicago, pero con el propósito de hacerlos coincidir de nuevo con una Feria Internacional, se trasladaron a la ciudad de Saint Louis, en el Estado norteamericano de Missouri, a orillas del Mississippi, con cierto desarrollo industrial. La Feria se hizo coincidir con el centenario de la cesión de Lousiana a los Estados Unidos.

Estadio Olímpico de Saint Louis 1904

Estadio Olímpico de Saint Louis 1904

Estuvieron precedidos de una enorme campaña propagandística y resultaron un rotundo fracaso en cuanto a naciones participantes y la necesaria universalización de las Olimpiadas. Solo dos países europeos enviaron delegaciones: Alemania y Hungría. El Viejo Continente no se adaptaba a la idea de que los Juegos salieran de aquella zona. Aunque con mucha pujanza, Estados Unidos no ejercía la influencia que tiene hoy en el mundo. No obstante, se dieron cita 21 países, principalmente americanos. De los 554 atletas participantes, solo 64 eran extranjeros, o sea, que Estados Unidos tenía el 82% de los competidores, lo que presuponía una barrida total de las medallas.

Se compitió en 18 disciplinas de 16 deportes: Atletismo, boxeo, ciclismo, esgrima, fútbol, gimnasia, golf, halterofilia, juego de la soga, lacrosse, lucha, natación, remo, roque, saltos, tenis de campo, tiro con arco y polo acuático. También se efectuaron competencias demostrativas de béisbol y baloncesto, deportes eminentemente norteamericanos.

Saint Louis 1904

Saint Louis 1904

Los griegos no se daban por vencidos y anunciaron una Olimpiada Panhelénica coincidente con los Juegos, pero fracasaron en el empeño, pues la internacionalización del deporte era un hecho, así como la rotación de las sedes olímpicas. Se afirma que los Juegos de Saint Louis 1904 fueron los más pobres, tanto en el orden deportivo, como de organización.

Hubo momentos dignos de destacar: Ray Ewry (El Hombre goma), repitió con tres medallas de oro en saltos sin impulso. Un boxeador norteamericano de apellido Kirk ganó en dos divisiones en el torneo de boxeo de los Juegos: 54 y 57 kilos; todavía no se había reglamentado con precisión las categorías en que se podía intervenir.

Otros destacados serían los también estadounidenses Archie Hahn, conocido por Meteoro de Milwaukee, quien ganó las de 60, 100 y 200 m, fijando el récord olímpico para esta última especialidad en 21,6 segundos, que perduraría 28 años. Asimismo, Martin Sheridan y Ralph Rose quedaron empatados en el lanzamiento del disco, con 39,28 m. En el desempate, Sheridan resultaría campeón.

En gimnasia brilló Anton Heida, quien alcanzó cinco títulos: potro con arcos, barra fija, salto largo, combinado y sexatlón por equipos, y un segundo puesto en paralelas. George Eyser consiguió 3 victorias en sexatlón por equipos, paralelas y subida de cuerda de 25 pies, dos medallas de plata en salto largo y potro con arcos y una medalla de bronce en barra fija.

Thomas Hinks

Thomas Hinks

La carrera de maratón se corrió en 40 kilómetros y la ganó el norteamericano Thomas Hicks (3:28:53). No obstante, esa disciplina tuvo sorpresas que relegarían la elocuencia del mismísimo campeón. Su compatriota, Fred Lotz, después de recorrer rápido un tramo, subió a un camión y llegó primero. Quizás haya sido el maratonista que en mejores condiciones físicas arribó a la meta. Lo coronaron, pero descubierto el fraude fue despojado deshonrosamente de la medalla. Una de las primeras manchas deportivas en la historia de los Juegos Olímpicos Modernos.

Concursante en la larga prueba de maratón y cuando llevaba recorrida más de una cuarta parte de la misma, se sintió desfallecer y subiéndose a un automóvil de los que seguía la carrera continuó en él hasta las proximidades del Estadio en donde después de apearse, entró corriendo con ínfulas de gran vencedor. Cuando estaba a punto de ser coronado por la hija del presidente Roosevelt (Theodore), se descubrió el ardid y fue descalificado a perpetuidad.

Un acontecimiento racista y precursor de la mentalidad fascista, fue la organización de una “Jornada Antropológica” dentro de los propios Juegos, sin derecho a medallas oficiales. Fueron competencias paralelas que se desarrollaron entre indios, negros, filipinos, sirios, turcos, judíos y otros considerados “gente inferior”. Un momento repugnante del Olimpismo Moderno. Así reflejó Coubertin este amargo espectáculo:

Ninguna belleza, ninguna originalidad. Por mi parte, presentía que la Olimpíada uniría su suerte a la de la ciudad. En cuanto a originalidad, el programa ofrecía solo una, y por cierto muy chocante. Eran los días bautizados bizarramente como ‘anthropological days’, con competiciones reservadas a los negros, filipinos, ainos, a los que se añadieron osadamente turcos y sirios. De esto hace ahora veinticinco años. ¿Quién se atreverá a afirmar que el mundo no ha andado desde entonces, y que no ha progresado la idea deportiva?

Cuba estuvo representada con varios atletas y obtuvo el tercer lugar por países, no superado oficialmente hasta hoy, todo por la destacada actuación de la esgrima. Allí fue donde más brilló Fonst, quien se hizo acompañar por esgrimistas de otras latitudes, y obtuvieron varias medallas de oro. Entre ellos, nuestro Manuel Dionisio Díaz, que conquistó el título en sable individual y florete por equipos. Un digno compañero de Fonst que estuvo, como este, muchos años fuera de Cuba.

Manuel Dionisio Díaz

Manuel Dionisio Díaz

En la esgrima, al medallista de París, Ramón Fonst, se unió el ingeniero Manuel Dionisio Díaz. Ambos llegaron por sus propios medios, y se alzaron con tres victorias olímpicas, dos de ellas para Fonst. Sin embargo, cabe agregar que junto a ellos concursaron los estadounidenses Charles Tatham y Albertson Van Zo Post, quienes representaron a Cuba y ganaron algunas medallas para el país.

Los Juegos de Saint Louis 1904 dejarían una experiencia negativa que hizo reflexionar a la cúpula del COI, encabezada por Coubertin, que años después daría una clarinada intelectual:

La doble y equívoca experiencia de París y Saint Louis, indujeron al célebre Barón a intentar crear un organismo encargado de velar el sentido de la idea y filosofía olímpica, lo que conduciría a la constitución de la Academia Olímpica Internacional, inaugurada en Olimpia cincuenta y siete años después, el 16 de junio de 1961.

El Andarín Carvajal

Este atleta se encargó de incluir un tono pintoresco en la historia de los Juegos Olímpicos. Cartero eventual que recorría la Habana de punta a punta, ése era su entrenamiento. El sui géneris atleta participó en los Juegos por sus propios medios, apoyado en colectas públicas. Se convirtió en un perdedor fantástico, al llegar cuarto en el maratón, vencido por una indigestión, no por sus contrincantes.

El Andarín Carvajal

El Andarín Carvajal

Es recordado en la historia de los Juegos como Félix el IV. Aquel manzano fue el primero que vio El Andarín en su vida y le salió caro, pues se sentó a deglutir las frutas cuando llevaba una amplia ventaja sobre sus más cercanos perseguidores y vinieron los fuertes dolores estomacales. A duras penas pudo recuperarse para entrar en el cuarto lugar, con un tiempo de 3:34:52. En la Historia no se debe especular, pero si el Andarín continúa normalmente la carrera, Cuba se hubiera coronado por primera, y hasta hoy única vez, en la legendaria maratón.

Félix de la Caridad Carvajal y Soto, había nacido el 18 de marzo de 1875, en San Antonio de los Baños, y falleció el 27 de enero de 1949, en La Habana. Tuvo una vida llena de penurias, que le obligaría a ejercer varios difíciles y modestos trabajos.

El sobrenombre de Andarín le venía como anillo al dedo, pues la vocación de su vida no era otra que andar y desandar la ciudad, ora caminando, ora corriendo, pero desplazándose en ella. Quizás donde mayor remuneración recibió haya sido como hombre-anuncio, con carteles y letreros en su cuerpo, que nos hace recordar la película Caballero a la medida, de Cantinflas.

En esos andares no vaciló en solicitar colectas para poder participar en los juegos de Saint Louis 1904, en la difícil maratón.

Finalmente consiguió recaudar algo de dinero, pero al llegar a Nueva Orleans las diversiones, los timadores y las damas pronto le dejaron sin dinero y tuvo que afrontar el resto del viaje a pie, desde Nueva Orleans hasta St. Louis, unas 700 millas, aproximadamente, más de 1 100 kilómetros. A los largo del camino le ayudo mucha gente y finalmente pudo llegar a competir. Una vez en la línea de salida se presentó con una indumentaria poco apropiada para la prueba con manga larga y pantalones largos, además de las botas que utilizaba como cartero.

Se dice que alguien se encargó de convertir la vestimenta al mundo deportivo, pues cortó las mangas y los pantalones. Y se dio la salida. Cuando iba liderando la carrera, y con mucha hambre después de más de cuarenta horas sin comer, se encontró la maldita mata de manzanas y engulló tres bien verdes.

El Andarín Carvajal ha pasado a la historia como el más singular atleta cubano… Y mucho más allá.

tabla 1

tabla 2

Se han publicado 3 comentarios



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  • Bell Canada dijo:

    man struct TM disculpa maestro usted me disculpa que lo coja del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC pero estoy probando un sistema que permitirá dictarle mi comentario al teléfono y así puedo ir trabajando y comentando en esta web al mismo tiempo bueno habrá que ver qué pasa cuando esté afuera en la calle y hay ruido pues en la tranquilidad de la casa parece funcionar perfecto y la gente me darán por loco porque estaré hablando Sólo al teléfono jajaja.

    de cualquier caso keep the good work maestro pero me parece que la mitad de mis comentarios tendrán que no publicarlos a no ser qué logré que este nuevo sistema escribe los comentarios sin errores garrafales y hasta ahora lo hace bastante bien veremos qué pasa en el futuro pues esto es solo al igual que Texas un plan piloto Texas no he Texas que no es Texas es ETECSA al fin jajajay ahora cómo lo envío a porque para enviarlo tengo que de todas maneras hacer clic enviar comentario esto no es tan eficiente como yo pensaba jajaja

  • NOLASCO dijo:

    Muy buen artículo ¿y cuando no?
    Y Ud no se preocupe Bell, yo también hablo solo.

  • Deyson dijo:

    Caramba!!! Que manzanas más atravesadas!!!

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Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga

Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga

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