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¿Transporte público vs política cultural?

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La Guagua. Foto: Kaloian

La Guagua. Foto: Kaloian

Prácticamente todos los ómnibus que circulan por La Habana poseen un dispositivo de audio que debía hacer más agradable, útil y culturalmente productivo el trayecto del viajero. También lo tienen los ómnibus interprovinciales, en los cuales hallamos con frecuencia pantallas de video.

En ciudades europeas, por ejemplo, ese dispositivo de audio cumple la función de anunciar al pasajero la próxima parada, las rutas de que puede disponer cuando descienda del ómnibus y otros detalles de su ubicación o dirección posible.

¿Qué ocurre en nuestros ómnibus con el uso de esos aparatos de audio y de video?

Pues que los conductores los emplean como su propio instrumento de recreación, sin que les importe si molestan o no a los pasajeros. Lo que debía ser un acto de servicio público, acorde con las políticas institucionales, se convierte en arbitraria, e impositiva, decisión personal. Su gusto, generalmente estandarizado por la difusión masiva con que las compañías de la industria cultural invaden los mercados del mundo, se impone a lo largo del trayecto. Los hay reguetoneros de la más febril actualidad, devotos del romanticismo light de la balada hispanoamericana, enfermos a la bachata latina de maniqueos argumentos y letras de construcción elemental, e incluso fanáticos de la mejor salsa cubana y centroamericana.

No se trata, sin embargo, de prohibir que se escuche todo tipo de música, de acuerdo con los gustos de cada cual, ni de estigmatizar géneros, corrientes y tendencias, sino de conseguir, de acuerdo con los gustos de cada cual, que nadie sea obligado a soportar aquella música que no le es de su agrado. En el ómnibus viajan personas de diversas edades y variados gustos, con intereses musicales disímiles que, por si no fuese suficiente, o se ven obligados a un constante forcejeo corporal por el hacinamiento, en el caso del transporte urbano, o a una prolongada permanencia en una misma posición, en el caso de los ómnibus interprovinciales. Como el cubano es musical casi por antonomasia, se sobreentiende que ese dispositivo viene que ni pintado para llenar el monótono tiempo del viaje con la música.

Y así se genera un mundo paralelo entre lo que difunde el transporte público y aquello que es parte del interés cultural de la nación. Y ello por organismos que son parte del entramado institucional del Estado. ¿No es hora, un tanto pasada, de un reclamo público al Ministerio de Transporte por su responsabilidad con las fisuras que está creando en la política cultural cubana? ¿No existe relación entre los valores humanos, artísticos y culturales en general, que con cuantiosos recursos y a pesar de todas las carencias, promueve el Ministerio de Cultura y aquellos que se desvirtúan cotidianamente en los forzados oídos del viajero? ¿Están capacitados los conductores de ómnibus, o los directivos de Transporte, para determinar la mejor forma de contribuir culturalmente al "feliz viaje" de sus pasajeros?

A mi entender, y dejando el espacio de alguna que otra siempre probable excepción, no están en condiciones de hallar por sí mismos soluciones. Y no tiene sentido incidir en la cuestión tratando de capacitarlos, con conferencias, charlas, "muelas" diversas o sofismas directivos que establezcan normas del tipo de "Debes poner música cubana", o "Solo música que no sea agresiva", etcétera. Es perfectamente posible cumplir con este tipo de requisito y continuar, al mismo tiempo, agrediendo la sensibilidad del ciudadano y, sobre todo, echando por tierra el arduo y difícil trabajo que en materia de política cultural se despliega desde las instituciones asociadas a los sectoriales y Casas de Cultura, a la Asociación Hermanos Saíz, la UNEAC y otras organizaciones y sociedades que a lo largo del país operan.

Si invertimos el caso, y llevamos al gremio de conductores de ómnibus, en uno de esos días en que celebran su balance final, una propuesta lírica como opción recreativa, no se cumpliría ningún objetivo aceptable, ni el de reconocer los valores del lírico ni el de satisfacer las necesidades eventuales de recreación de los choferes ni, siquiera, el de parecer personas medianamente normales. De igual modo, tampoco cumpliríamos objetivos concretos respecto a la política cultural si, en supuestas negociaciones interministeriales, se le entrega a Transporte un paquete de grabaciones variadas adecuadamente seleccionadas. Estoy convencido, por observación directa, de que en casos como esos los discos apenas serían usados, quedarían "casualmente" inservibles en muy poco tiempo, y hasta habría reacciones contra buena parte de los artistas escogidos.

La cultura debe fluir entre la sociedad por hechos de comunicación, por una necesidad, no por planes directos de imposición ni por gestiones de "convencimiento didáctico". Eso, más bien, hacen las transnacionales del entretenimiento, cuando financian la reproducción de sus discos y cantantes hasta saturar al receptor masivo y generar una especie de conformidad alienante con el producto que han puesto en el mercado. Lo curioso es que, del modo en que está ocurriendo con el transporte público, para no mencionar de momento la gastronomía y otros sectores de servicio, y como quien no quiere la cosa, se le hace el trabajo gratuito a las transnacionales mientras nos vamos serruchado nuestro propio piso.

La cultura socialista debe centrarse, por el contrario, en la comunicación, en la superación real de la dependencia del producto de moda, artificialmente reproducido por la industria cultural. Actuar sobre la base del consenso es también un modo de superación a través de la cultura, cuyo ámbito de incidencia no se reduce al arte, la literatura u otros actos de exhibición pública, sino también, y con igual importancia, a normas de comportamiento en circunstancias sociales de imprescindible intercambio y relación. De ahí que no sea raro presenciar lances hostiles entre los propios pasajeros del transporte público, e incluso amenazantes intercambios de frases y apotegmas de barrio entre conductores y usuarios. La mayoría, obviamente, responde a las constantes violaciones de las normas del trayecto, por parte de unos y otros y, por supuesto, al malestar que crea la desproporción entre la oferta y la demanda. Pero es también probable que estén estrechamente relacionadas las incidencias de reacciones violentas, y las violaciones, con el tipo de música que define el gusto de ese conductor. Basta observar en cuántos casos se da la coincidencia.

Existe, sin embargo, una sencilla solución, al menos respecto a la cuestión de qué música elegir para los dispositivos de audio: sintonizar una emisora de radio. Por nuestras emisoras, con altas o con bajas, la programación es variada, informativa, equilibrada, pensada y diseñada por profesionales del medio. En sus planes de acción se hallan informaciones y mensajes que acaso no serán consumidos por buena parte de esos mismos viajeros al arribar a casa. Más cerca de responder a las exigencias de la política cultural debe estar la programación radial que la espontaneidad caótica de los conductores de ómnibus, o que el voluntarismo institucional funcionalista.

En circunstancias como las actuales, cuando el hostigamiento externo y las carencias internas se agudizan, no es posible ignorar la falta de transversalidad del sistema operativo de los Ministerios e instituciones del Estado. Es una deficiencia cuyos costos serían recuperables solo a largo plazo y con nuevas, profundas y crecientes inversiones. No es admisible que, respondiendo a un mismo objetivo central: la construcción de una sociedad mejor, viable y sustentable hacia la dignidad humana plena, unas instituciones desvirtúen y echen por tierra el trabajo de otras. Es un asunto más serio que el acto de tomarlo con el mal llamado "espíritu deportivo" de un indolente sector funcionarial que, en numerosas ocasiones, desconoce las inconmensurables aventuras de viajar en guagua.

(Tomado de Cubarte)

Lea también : Cochero pare, pare cochero

Se han publicado 68 comentarios



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  • Victor dijo:

    No es menos cierto que algunos choferes, por no decir la mayoría molestan a los pasajeros con el uso exesivo de estos aparatos de audio y video, pero tambien debemos reconocer que algunos choferes utilizan estos medios para que el trayecto del viaje sea mas ameno.

  • prettygirl dijo:

    Para Jose:
    Que manera de reírme con tu comentario, realmente exquisito, novedoso y original, 10 puntos para ti.

  • Sergio dijo:

    Mi último viaje a Pinar del Río fue una Odisea, creo que la única bocina que funcionaba en la yutong estaba sobre mi asiento...... adicionandole la cantidad de veces que se detuvo el omnibus para recoger pasajeros en la autopista..... parece que es un servicio nuevo que brindan..... pasajeros que van de pie en el pasillo....practicamente sobre uno.....conocemos las dimensiones de las yutong...... Muy bueno el comentario de las neuronas... falto mencionar la neurona de montar a los pasajeros a sabiendas de que la guagua esta rota y dejarte en el medio de la nada, y sin tu dinero....

  • Pacheco dijo:

    José te la comiste, que bueno está eso de las 8 neuronas de los guagueros. Me reí muchísimo, pero lo más triste de todo es que es muy cierto.
    Otra cosa, creo que se debería hacer una especie de estudio sobre el tema en cuestión, porque creo que sería muy bueno darle el uso adecuado a esos dispositivos de audios de los ómnibus. Sería un excelente servicio a la comunidad, ya que en ocasiones hay personas que viajan en ellos y que no conocen de las paradas que hacen los ómnibus y mucho menos saben a donde dirigirse cuando se bajan del mismo.
    Creo que hay que hacer estudios, análisis y tomar acciones correctivas en este sentido, pues en los ómnibus de Viazul la tripulación cuando comienza el viaje te informa una serie de datos que son muy útiles al viajero, por ejemplo te comunican las paradas que se van a hacer y el tiempo de cada una de ellas, entre otras valiosas informaciones, creo que se debería tomar como ejemplo.

  • Miranda dijo:

    Otro de los tantos temas “calientes” en nuestra querida patria.
    Resulta difícil emitir un criterio respecto a este tema, muchos de los comentarios expuestos se desvían al, quizás, más importante aspecto de la disponibilidad de ómnibus y su deficiente servicio. Considero que este punto viene a ser como un “agujero negro”, donde nadie puede a ciencia cierta conocer que es lo que puede depararnos en el presente ni en el futuro. De ello no quiero dar explicaciones u opiniones que me puedan llevar de seguro al círculo vicioso de más de lo mismo: Blaa, blaa, blaaa...
    Supuestamente, cuando en el 2007 más o menos se recibió el parque de ómnibus nuevos para el servicio del transporte público en la capital (porque hablar de nuestras demás provincias o nuestros campos seria una burla a nuestros guajiros “del interior” porque allí sí que no hay guaguas prácticamente, más bien se ha convertido los carros de la merienda escolar en artefactos para el trasporte de pasajeros, y sin música incluida) se decía que poco a poco se reanimaría el servicio del trasporte público y así por el estilo, pero llego o más bien continuo la crisis eterna y seguimos en ese camino…Lo más probable es que para las olimpiadas de Rio 2016 podamos mejorar la actuación del atletismo, especialmente en las carreras, pues con el entrenamiento que a diario debemos realizar muchos para lograr alcanzar uno de estos ómnibus que a diario circulan por nuestras vías capitalinas, sin dudas algún beneficio tendrá que reportar el hecho de que no paren en la paradas establecidas, lo cual no hacen porque verdaderamente vienen repletas, muchas veces con mas densidad de las 8 personas por metro cuadrado. Por cierto sería bueno conocer si en nuestro país existe alguna norma de aplicación respecto a esto: Cual sería nuestro espacio vital en un ómnibus?
    Sin embargo, debíamos concentrarnos en este caso en lo que plantea el periodista respecto al problema cultural. Igualmente sería interesante conocer si existe alguna reglamentación o norma respecto al volumen del ruido permisible en el interior de un ómnibus, pues a la desagradable música según sea el caso, así que no voy a hablar de géneros; porque: Se imaginan ustedes lograr poner de acuerdo a mas de 100 cubanos dentro de una guagua respecto al tipo de música a poner, el volumen, e incluso etcétera? Tiempo habría de hacer un referéndum, por lo menos desde la Habana hasta el Cotorro o Santiago de las Vegas o Alamar; pero sería un derroche de recursos.
    La indolencia de nuestras instituciones compañero periodista es famosa y bien conocida por todos, como también lo es la deficiente labor educativa en el seno familiar, quizás los que pueden opinar en este foro no sean los más indicados para opinar en estos temas, habría que buscar en las mayorías que no pueden acceder a este tipo de intercambios: de seguro la mayoría apoyaría la música en la guaguas y hasta por todos lados, aah, y BIEN ALTA.
    Considero que lo realmente preocupante en nuestra sociedad es como se ha resquebrajado la moral de las personas, de grandes mayorías porque no hay peor ciego, que el que no quiere ver. Los guagüeros son parte de esas mayorías, no nos engañemos. Los que aquí quizás (y no lo digo por llevarle la contraria a nadie) arremeten contra Marco Antonio Solís o Rocio Durcal, El Regueton o La Salsa, La balada o el Rock, seguramente no lo harían con el género de su preferencia aunque este vaya a un volumen desmedido.
    Usted habla de la Radio, óigame: yo he escuchado a veces estaciones que algunos choferes ponen y estas también dejan mucho que desear, quizás sean la radio y la televisión de los mayores responsables en esta desvirtuada preferencia que anida hoy en nuestros jóvenes y hasta no tan jóvenes.
    Pienso que las tecnología audiovisuales son para lo que son: para entretener y para el disfrute, y otras cosas mas, de TODOS LOS GUSTOS, aunque a algunos no nos gusten; lo que pienso que debe hacerse dentro de las normas de convivencia y para no dañar la salud o el bienestar de los demás, en definitiva el ómnibus no es una fiesta, es un momento de necesidad para todos, el cual debemos respetar y cuidar para que sus prestaciones sean las mejores posibles.
    Ojala y la solución no sea quitar los medios audiovisuales como lo ha sido en otros momentos quitarle a los ómnibus los equipos de climatización, que todos debían tener.
    Ojala me disculpen el teque. Gracias y saludos.

  • Anónimo dijo:

    Primeramente debemos ver que es un tema de Cubarte y me alegra muchísimo que Cubadebate lo traiga a colación, ampliando el número de personas que lo leen y pueden comentar. Sin dudas el principal problema que tenemos es la escasez de transporte, no la música que lo acompañe, pero eso no lo puede resolver Cubarte, ni Cubadebate ni ninguno de nosotros. Es una lástima que la maravilla que tuvimos hace unos años cuando llegaron las Yutong no se haya podido mantener, después de la inversión que debe haber hecho el País (al final de un modo u otro todos nosotros) para ello. Es una lástima que no sepamos quiénes son los responsables, ni si se han tomado medidas con ellos, pues esos seguramente van en automóvil y escuchan lo que más les place. Y culpan todo lo culpable, menos ellos mismos.

    Mi experiencia, aun fuera de Cuba donde también esto ocurre, o sea los choferes literalmente “torturan” a los pasajeros con “música”, es que no es asunto fácil de resolver. Fuera de Cuba a las horas pico, igual no hay transporte que alcance y además viaja Ud. con aquello, que mal llaman música, destruyéndole los oídos y si es del tipo “bum, bum”, pues de paso también le pone a gozar el corazón y no precisamente de gusto. Cuantas veces he pensado bajarme de un transporte por ello y he tenido que controlarme. Creo que afuera es peor, pues ni hay donde discutirlo, ni donde resolverlo...

    Quizás acá se pudiera exigir que fuera música instrumental, para que calmara los ánimos. Pero creo que lo más importante sería que se limitara el volumen al mínimo. Con eso ya los pasajeros ganaríamos muchísimo. Que la escuche el chofer si lo desea, pero que no obligue a TODOS a escucharla.

  • Jose dijo:

    Otro Jose... Por cierto el anterior dijo verdades a lo cubano: jocosamente!

    En otro país, este articulo podría ayudar a movilizar a los políticos y los administrativos (en Cuba son los mismos) y quizás habría una acción... pero lamentablemente Jorge Ángel, te quedaras en esa... Esto no es tema nuevo... ¿Te acuerdas de los Trabajadores Sociales que viajaban de Habana a Santiago en los ínter - provinciales?... ¿De que sirvió todo eso? Con ellos como pasajero, se desviaba el ómnibus para llevar a la esposa del chófer hasta su casa, donde fuera, a 10 kms de la ruta oficial... y ¿Que?...

    Gracias de todas maneras...

  • Roberto F. dijo:

    Para mí que existe una norma en cuanto a la cantidad de artículos a publicar de diferentes temas, y como del transporte solo hay que hablar de ineficiencia este de la música ayudaría a cubrirles un poco la espalda. Así se habla del transporte pero no de su verdadero desastre.
    Vivo en la ciudad de Camagüey. Todos los días en la mañana en un programa de radio de esta ciudad dan el parte de la cantidad de ómnibus que prestan servicios ese día. Da pena escuchar que solo circulen apenas 10 ómnibus en solo 5 rutas de más de 20 rutas y cerca de 100 ómnibus que movían aún con dificultades hace casi 20 años a los más de 300 mil camagüeyanos más la población flotante.
    Gracias a los “distinguidos” transportistas privados que eligen las rutas más productivas es que se esta moviendo parte de los habitantes de la segunda urbe en extensión territorial y tercera en población. Los cocheros fueron subiendo sus tarifas y en estos momentos son de 3 pesos sean distancias largas o intermedias y nadie les pone freno, por el aquello de la oferta y demanda, cuestión esta de la que se agarran estos aprovechadores y de la que nosotros somos analfabetos, pues esa no es la base de esos principios. Como dice El 2lor, pero con las tarifas que se aplican aquí un padre de familia con 2 hijos que estudien en lugares donde deban utilizar transporte con esta tarifas más el que tiene que utilizar el propio padre y si a eso le agrega algún que otro recurso monetario para la necesaria merienda porque no todos disponen de recursos para el tan necesario desayuno, ¿a dónde irá a parar? Es la incitación a la “lucha” que todos sabemos en qué consiste.
    En esta ciudad los que tienen que velar porque esto marche de la mejor manera con las consabidas limitaciones no han perdido el sueño, por lo menos eso es lo que parece, por eso a mi me sería insignificante la estridencia del machacante reguettón o la lloradera de Marco Antonio Solís con tal de tener ALGUNAS GUAGUAS en mi ciudad.

  • gabriel dijo:

    En uruguay con minúscula pasa exactamente lo mismo, la foto parece de nuestro transporte público, y el tema con la música y las estupideces que escuchan peor. Bueno parece que es un problema endémico del transporte público estés donde estés. No desesperen y tienen que imponerse en grupo y no sufrir la dictadura de los choferes.

  • ARNALDO dijo:

    El transporte público cubano es un fiel reflejo de la sociedad cubana.el sistema alimenta la groseria...

  • LOYNAZ dijo:

    Sobre la música en los ómnibus, que es a lo que se refiere el artículo, que considero muy bueno e inteligente, si existiera música, debía ser música instrumental y bien bajita porque como en el trnsporte montan todo tipo de personas, pues algunos desean dormir o leer y cualquier música puede molestarles en el camino, sobre todo, cuando se trata de viajes largos.
    En cuanto al transporte, ciertamente es hora de dar solución a todos los problemas acumulados en el transporte público. Sobre este tema, se pudiera estar escribiendo muchas cuartillas y anécdotas dolorosas.

  • El Bobo dijo:

    Los guagueros se creen los dueños de las guaguas. Se creen con derechos plenipotenciarios de hacer lo que les venga en gana. Parar fuera de parada donde ellos estimen conveniente y no donde esta establecido, echarse en bolsillo propio el dinero que pertenece a la alcancia, cobrar por la izquierda a aquellos que no quieren hacer la cola para dejarlos entrar antes y agarrar un codiciado asiento, insultar al pasajero cuando este le reprocha alguna conducta inapropiada. El otro dia escuché gritar a uno de los que acompañan al chofer en sus viajes, que no se si es inspector o que tiene que ver con el transporte publico y por lo tanto yo llamo compinche, a un pasajero que el si le daba una puñalada a cualquiera y demas ofensas porque el pobre hombre le dijo que no tenia el menudo para echar en la alcancia. Hasta cuando hay que permitir esto ?

  • ALINA dijo:

    CREO QUE HAN TOCADO UN TEMA MUY IMPORTANTE EN LA VIDA DE HOY, BUENO YO DIRIA UNO DE ELLOS, PORQUE LA VERDAD QUE EL QUE VIAJA DIARIO EN LOS TRANSPORTES PUBLICOS NO ES FACIL, ENTRE LA CANTIDAD DE PERSONAS, LOS CHOFERES PARANDO FUERA DE PARADA, OTRAS VECES QUE NO PARAN, OTRAS QUE PONEN A PERSONAS AJENAS AL MITRANS A COBRAR EL PASAJE PARA QUE MONTES POR UNA DE LAS PUERTAS DE ATRAS, SI TE MONTAS, SINO PIERDES EL DINERO, OTRAS QUE NO HAY VUELTO SIEMPRE TIENES QUE PAGAR UN PESO, Y POR ULTIMO Y LO MAS INSOPORTABLE, LA MUSICA ALTA, QUE SI LE GRITAS AL CHOFER ALGO PORQUE TE CERRO LA PUERTA ANTES O SE CORRIO DE PARADA NI TE ESCUCHA PORQUE NO LO PUEDE ESCUCHAR POR LA MUSICA QUE PONE TAN ALTA,

    SOY DE LA OPINION QUE DEBEN DE PROHIBIR LA MUSICA EN LOS OMNIBUS DE PASAJEROS DENTRO DE LA CAPITAL, MAS CUANDO EL CHOFER TIENE QUE CONDUCIR, VELAR POR EL TRANSPORTE QUE ESTA CONDUCIENDO, LAS SEÑALES DE TRANSITO, LAS PERSONAS QUE PUEDEN CRUZAR LAS CALLES SIN RESPETAR EL TRANSITO, Y ASI UN MONTON DE DIFICULTADES A DIARIOS.

    BUENO ESPERO QUE REFLEXIONEN ANTE ESTE TEMA Y ACABEN CON EL AUDIO DEL TRANSPORTE PUBLICO DENTRO DE LA CAPITAL.

  • MAGICO dijo:

    ahora todos contra la música, el problema me parece está en el alto nivel de audio dentro de los omnibus, pero la música no es la culpable, la música se usa por profesionales para relajar o para elevar el estado de animo de las personas y para otras muchas cosas más, no la cojan con la música, es un problema de educación, de intrucción.
    no creen !!!!!

  • AFRODITA dijo:

    QUE BUENO QUE SE TOCA ESTE TEMA, QUE TIENE TELA POR DONDE CORTAR, ESTOY EN TOTAL ACUERDO QUE ESTOS EQUIPOS SE UTILICEN EN LAS GUAGUAS, PARA EL GUSTO UNIVERSAL DE TODOS, PUEDO AYUDAR CON EJEMPLOS, PUES PARECE QUE SOMOS NOSOTROS MISMO QUIENES TENEMOS QUE DAR NUESTRAS OPINIONES, EJEMPLO:
    1- EN LAS MAñANAS, BIEN PUDIERA ENTRE PARADA Y PARADAS, PONER NOTICIAS, PARA QUE NOSOTROS PODAMOS DESDE TEMPRANO ESTAR INFORMADOS DE LO QUE ACONTECE EN EL MUNDO Y EN NUESTRA PATRIA, ASI EXISTEN CENTROS DE TRABAJO EN QUE SE HACEN MATUTINOS Y NUESTROS CONOCIMIENTOS SE AMPLIAN MAS,QUE A MEDIDA EN QUE SE VAYA LLEGANDO A UNA PARADA EL CONDUCTOR COMUNIQUE POR DONDE VAMOS.
    2-YA EN HORARIOS EN QUE SE SUPONE QUE TODOS ESTEN EN SUS PUESTOS DE TRABAJO Y LOS QUE UTILICEMOS ESTOS OMNIBUS, ENTRE PARADA Y PARADA, SE PONGAN MUSICA PROPIA AL OIDO DE TODOS, PUES TENEMOS EN MOMENTOS GUSTOS UNINIMES AGRADABLES AL OIDO, MUSICA QUE CULTIVE TAMBIEN ALGUNOS OIDOS CUADRADOS Y CONOZCAN QUE TENEMOS MUCHA MUSICA EN COMUN QUE ESCUCHAR.
    3-LA HORA PICO DE LA SALIDA DE TRABAJO, DONDE HAY MUCHO CALOR, MAL HUMOR PORQUE NO PARO LA GUAGUA ANTERIOR Y SE QUIERE LLEGAR A LA CASA PARA HACER NUESTROS DEBERES, SE DEBE PONER UNA MUSICA SUAVE, QUE APLAQUE EL ESTRES Y ASI TODOS LLEGAMOS MENOS ESTRESADOS Y MAS ALEGRES, SIEMPRE SE DEBE ANUNCIAR LA PROXIMA PARADA, PORQUE TAMBIEN ESTAN LOS QUE SE QUEDAN DORMIDOS, NO IMPORTA EN LA POSICION EN QUE SE ENCUENTRE, PERO ESTAN MUY CANSADOS.
    4- YA EN LA NOCHE...BUENO SIEMPRE LA MUSICA DEBE SER AGRADABLE Y NO AGRESIVA, EN ESTOS CASOS, NUESTRA MUSICA DE REGUETON,SALSA,ETC, AUNMENTA LA BILIRRUBINA Y HAY PERSONAS QUE VAN HACIA HOSPITALES, VELORIOS,DIGO ESTO PUES ES MUY, MUY DESAGRADABLE EN ESTAS CONDICIONES ESCUCHAR UNA MUSICA DE ESTE TIPO, PUES HAY QUE RESPETAR EL DOLOR AJENO TAMBIEN Y NO LE QUEDA MAS REMEDIO QUE MONTAR EN EL MISMO OMNIBUS EN QUE VA EL ASISTE A UNA FIESTA.

    TODAS ESTAS COSAS SE DEBE TOMAR EN CUENTA Y PARA ESO ESTAN LOS PSICOLOGOS, QUE TAMBIEN CULTURA LE PODIA PEDIR UNA AYUDITA NO?

  • MCS dijo:

    Lo que ocurre con la "música" en los omnibus, es como los ruidos, las griterías, la mala atención en tiendas y gastronomía y otras tantas indisciplinas que la población "protesta" pacíficamente, aunque la irritación y la impotencia puede terminar en ira. Años llevamos con eso, secas están las gargantas y la tinta seca.
    HABLANDO CLARO:los guagueros ponen lo que le dá la gana, igual que los que tienen la jerarquía de poner en la tv O LA radio lo que les da a ello las ganas. Se han apropiado de esos medios, lo han privatizado.
    LA SOLUCIÓN TIENE QUE SER TAJANTE, IMPONER EL ORDEN Y DEVOLVER AL PUEBLO LA PROPIEDAD DE ESOS MEDIOS Y EN EL CASO DE LAS GUAGUAS: RETIRAR TODOS ESOS EQUIPOS DE MÚSICA DE LOS OMNIBUS, no se puede esperar hasta que los implicados adquieran la cultura necesaria para usarlos adecuadamente.

  • ALBERT dijo:

    Es desagradable montar en estos ómnibus, ahora, súmale a esto una dosis de "recacatón cubano"... UNA TORTURA

  • jorge dijo:

    Son los choferes los dueños de los oomnibus? no. Los choferes,son empleados de una empresa,que debe exigir disciplina ante todo,en el vestir uniformemente,en el trato al publico,en el horario y sobre todo en conducir un vehiculo de tranporte de personas a las que se les debe respeto. Hoy en la sociedad cubana hay cierta laxitud con la disciplina. el ruido es el principal.Cuba no es un pais de rumberos
    ni un pais de vagos vestidos estrafalariamente,ni de reguetorenos, ni de chusmas.Cuba es un pais de medicos,cientificos, maestros,militares
    trabajadores serios,artistas buenos,pintores,actores,escultores,de niños escolares, de estudiantes etc.y sin embargo los otros se estan imponiendo.es hora de poner freno a estos,porque el libertinaje,es indisciplina social que crea conflictos y abruman a los que no deben ser abrumados.

  • felipe dijo:

    Hubo un tiempo en que me preocupaba el tema de la música en las guaguas, el género, el nivel de audio… Pero ya pasó. Ahora me preocupan las guaguas en sí mismas. Esas que pasan cada vez menos y cuando lo hacen, ni paran o se detienen fuera de las paradas. Ya es un problema alcanzarlas porque no sabes en qué probable zona cercana a la oficial, el abnegado chofer a su arbitrio va a decidir frenar SU GUAGUA. El relajo es grande, más allá de nosotros los PASAJEROS indisciplinados que las DESTRUIMOS, no PAGAMOS o las ROMPEMOS.
    Claro que si a eso le sumamos la agresión sonora de las músicas…en medio del hacinamiento que menciona el autor de este artículo, más yo diría calcinamiento, porque otra cosa este verano no he dejado de sentir, es como para que nos condecoren como héroes de la República. Y no estoy muy lejos. Coger una guagua en La Habana y llegar a su destino es como ir a un combate.
    He visto a un chofer hacer movimientos rítmicos de brazos, antebrazos y hombros en plena circulación al compás del bodrio que reza: Pon- mela ahí que te la vo´a partir… He visto a un chofer abandonar su puesto, agarrar un tubo y dirigirse al centro del ómnibus para amenazar a dos jóvenes que burlaron el pago de cuarenta centavos y a otro troglo bajarse y enredarse a piñazos con alguien por el mismo motivo, extendiendo la pausa de recorrido por más de 25 minutos…sin importarle las decenas de gente que esperaban dentro de la guagua para ir al trabajo.

    Y que alguien me salga ahora con el tema de la música, el buen gusto y la política cultural. Ya ése asunto se quedó chiquito ante la desobediencia y la falta de respeto generalizadas. No hay disciplina, no hay horarios, y es más importante exigir el pago de los dichosos cuarenta centavos que el propio servicio.
    No ha sido un verano por más sino por menos, en cuanto al transporte urbano se refiere. Qué será de este asunto en los próximos meses ¿? Y lo de la música es fácil de resolverse sin tantas explicaciones: Empresa de Omnibus: ¡Quitad los equipos ¡ La música se oye en casa, no en el ómnibus. Como nos desgastamos.

  • Sergio dijo:

    Que pueden esperar de los choferes si ellos mismos se autotitulan Técnicos Medios de Transportación Masiva de Animales Urbanos...... según versión dada por uno de ellos en la terminal de Santiago de las Vegas............

  • luis dijo:

    Esa foto que encabeza,la ha publicado otras veces en Cubadebate cuando aborda algo sobre el transporte urbano. Tiene más de dos años. Es cierto que refleja cansancio, tristeza, agonía. Habían más guaguas. Si fuera reciente esta foto, las lágrimas correrían por esos rostros.

  • Calderín dijo:

    Estoy de acuerdo con Miranda, creo que es hora de que dejemos de andar por las ramas, el problema no es la música que ponen los guagueros, o si es posible instaurar regulaciones para la preferencia musical en los ómnibus, o quitar los los dispositivos de audio; hay que ser realistas, y aquellos que se montan a diario en cualquier P, la mayoría en lo menos que piensa o está atento es a la musica que está puesta, señores, diganme que musica van a escuchar o cantante reconocer cuando vayan en un P a las 12 del día en este verano, mira en lo único que uno está es en que te tienen todo apretujado, los sudores todos se te pegan, los olores te dan deseos de vomitar, te empujan de todos lados, en fin, que lo que quieres es desaparecer o que llegue por arte divino la parada tuya para salir de esa tortura, asi que pienso que aquellos que se estan desligando del asunto real, montense un poquito mas en los P.

  • juan karlos dijo:

    a mi, hasta que no me molesta tanto si es mas, rd, reggeton... o lo q sea... lo que si me gustaria es que no se ponga a todo volumen porque no tengo prisa e quedarme sordo.

  • Tatiana Chistyakova dijo:

    Ese articulo ya salio ayer. Y verdad, que no me dio el deseo de dejar el comentario sobre el tema. Pero repito una vez más: ¿este país no salio exitosamente del periodo grave, llamado “especial”? ¿Como no va a tener solución el problema mucho mas sencilla?
    ¿El Ministerio del transporte donde esta?

  • Tatiana Chistyakova dijo:

    Ese artículo ya salio Y verdad, que no me dio el deseo de dejar el comentario sobre el tema. Pero repito una vez más: ¿este país no salio exitosamente del periodo grave, llamado “especial”? ¿Como no va a tener solución el problema mucho mas sencilla?
    ¿El Ministerio del transporte donde esta?

  • Cerro Cerrao dijo:

    Primeramente agradezco a JOSE por su comentario sobre las neuronas, ¡buenísimo! Me reí mucho con DJ YASEL con lo del "perreo", porque yo creo que ese chofer también maneja el P14, porque lo he escuchado, pero sinceramente, no creo que ni el radio tengan que poner, porque ese de 5 a 7 me saca de quicio, con la gente bailando, la sudadera, yo sé que en la guagua montan los contentos y los no muy contentos, por eso para evitar, ni el radio yo les permitiría pusiesen, yo no soy amargada, pero de verdad que ir con ese empuje, empuje, después de haber hecho tremenda cola, y encima la gritería esa, lo que da es revoltura. La guagua es colectiva, ninguna música por muy variada que la quieran poner, todas las personas tienen sus gustos, además hay quien va al médico porque se siente mal, o para la funeraria porque murió un familiar, ¿qué deseo tiene una persona que tiene una situación x de estar oyendo ninguna música? Tampoco ni radio reloj, ni nada instructivo, ni deportivo, ya con lo que se oye en la guagua uno tiene, pero ahora solo no son los guagueros, los jóvenes (los que no saben de la existencia de audífonos) ponen su cel con la música que les gusta a ellos, y de pronto estás oyendo 5 músicas distintas, 4 de cel y la de la guagua. Incultura total. Saludos de la vieja leona.

  • osvaldo dijo:

    Y las famosas Yutones, por el día yo te oigo cualquier tipo de música pero es irritante ir a las 12:30 PM con la música a to meter y con las famosas bocinas arriva de uno. Y para colmo te cobran por el baño y por el TV y al final casi nunca funcionan ninguno de estos servicios.

  • NELIA TORRES dijo:

    Nelia.
    No estoy de acuerdo con las personas que dicen que nada se puede hacer, siempre se pueden mejorar las cosas si hay voluntad política y yo creo que en Cuba la hay.
    En cuanto al tema me parece que el articulista tiene mucha razón, todos hemos sufrido esta situación y no solamente por la "música" inaudible también el volumen de esta. Los guagueros no son los únicos que nos martirizan sin consideración, en las albercas de los hoteles sucede lo mismo, yo tengo esperanzas de que esto cambie por el bién de los usuarios, su salud mental, el respeto y la cultura.La radio es una magnífica opción.Un saludo combativo.

  • El Saguero dijo:

    Que caminen y no monten guagua.

  • Nelson Fernadez dijo:

    Ciertamente yo también coincido con el autor de este artículo en el sentido de que el MITRANS debe dar soluciones a los problemas que existen en el transporte y que no tienen nada que ver con la carencia de estos medios, sino con el cumplimiento de las regulaciones establecidas para las funciones de los diferentes cargos relacionados con la prestacion del servicio de transporte público urbano. Creo que debemos diferenciar el transporte interprovincial cuyos empleados mantienen otra conducta en correspondencia con la ética de la empresa.
    ¿Es que acaso los choferes de ómnibus urbanos no se percatan que su función principal es prestar un servicio social con la calidad requerida para satisfacción DE SUS USUARIOS, que es la población misma. Entonces:
    ¿Por qué la música con elevado volumen o tal vez impropia?
    ¿Por qué no utilizar el audio interior de los ómnibus para informar al público diferentes situaciones: desvío del recorrido por causas imprevistas, tener que parar fuera de parada por exceso de pasajeros evitando la desinformación e irritación de los pasajeros, etc., etc.?
    ¿Por qué no detener el ómnibus en la señal de parada o en el lugar donde el público acostumbra a esperarlo si no está colocada la señal? Con frecuencia se ve al público corriendo por toda una cuadra para alcanzar la puerta del ónmibus estando éste vacío; en una ocasión dos extranjeras me preguntaban por qué hacían eso; por supuesto la respuesta no es fácil.
    ¿Porqué las banderolas no se colocan cómo y dónde es debido para informar adecuadamente a la población? Y vemos otros vehículos con el mecanismo para colocar las banderolas que fueron quitadas a los ómnibus.
    ¿Por qué no arrimar el ómnibus a la acera para que el público pueda subir y descender adecuadamente? Recordemos que hay personas con dificultades motoras que la altura de la acera le ayuda mucho al tomar o abandonar el ómnibus.
    ¿Por qué no vender talonarios de 10 o 20 tickets con valor de $4.00 u $8.00 que se entregarían al chofer o a la alcancía o con la variante que se decida para evitar tener que pagar con $1,00 debido a la no disponibilidad de menudo facilmente en lugares públicos? La falta de menudo favorece la existencia de procedimientos incorrectos en el manejo del pago del pasaje encima de los ómnibus, aunque en ocasiones los choferes tratan de ayudar con el cambio de billetes, pero siempre trabajando con monedas de $1,00 como mínimo nunca con menudo. Es muy frecuente que en los viajes la población abone dos veces y media el precio de su pasaje al pagar con $1,00.
    ¿Por qué no exigir que para tomar el ónmibus hay que vestir adecuadamente?
    ¿Por qué permitir fumar, comer, beber, etc. encima de los ómnibus?
    ¿Por qué los ómnibus no salen de sus paraderos según la programación cuando está lloviendo? En esos momentos es cuando la población más los puede necesitar.
    ¿Por qué un chofer detiene el ómnibus para merendar, retrasando a los pasajeros que pueden, algunos, llevar prisa?
    Ya detengo las preguntas, serían interminables; de algo estoy seguro: no tienen que ver con la escasez de los ónmibus. Si analizamos todas las interrogantes anteriores, tampoco se justifican por el hecho de que el ómnibus viaje muy lleno de pasajeros, son problemas de educación, de ética de los empleados que prestan este esencial servicio a la población, los cuales deben actuar correctamente siempre para poder exigir al público que utiliza ese servicio que guarde las reglas establecidas y mantenga una adecuada conducta mientras lo utiliza. Así se procede en todo el mundo, no tenemos porque ser la excepción si hablamos del lado bueno de las cosas.
    Esta es nuestra propia incomprensión y sentido errado de pertenencia, que nos hace mucho daño y debemos eliminar.

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Jorge Ángel Hernández

Jorge Ángel Hernández

Poeta, narrador y ensayista cubano. Dirigió la revista de cultura "Umbral", de Villa Clara. Ha publicado decenas de libros de poesía, novela, cuento y ensayo.

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