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Quien no la debe no la teme

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Desarrollar por estos días en cualquier lugar del mundo por inhóspito y apartado que sea un encuentro al más alto nivel donde participen 56 jefes de estados o de gobiernos,  una pléyade de cancilleres y otros altos funcionarios, y decenas de invitados especiales, entre ellos mismísimo Secretario General de las Naciones Unidas, es una responsabilidad a evadir.

 

Pocos países se animan a ser anfitriones de este tipo de megareuniones, por lo que generan los mismas.

 

América del Norte y la ilustrada Europa se encrispan cuando ¨ les toca ¨ este tipo de encuentros, pese a disponer de infraestructuras de convenciones, habitacionales y oficio organizativo.

 

Tener en casa desde meses antes a cientos de agentes extranjeros de seguridad con sofisticados sistemas de escuchas que scanean hasta las gotas de agua que caen en los bideles, manifestantes de todos los confines reclamando los derechos de sus pueblos, etnias, o asociaciones, en fin militarización del país y amurallamiento de la  ciudad sede.

 

El fantasma engordado por la actual administración norteamericana, el terrorismo, les ponen los pelos de punta.

 

Felizmente, aún existen lugares distintos en nuestro planeta azul, Cuba es uno de ellos.

 

Con solo observar los rostros de los representantes gubernamentales, políticos y periodistas de más de un centenar de países presentes esta semana en La Habana durante las actividades de la XIV Conferencia Cumbre del Movimiento de países no Alineados, clausurada en las primeras horas de este domingo, se confirma esta opinión.

 

Hospitalaria, modestamente embellecida, sin estridencias en los dispositivos de seguridad, en la capital cubana no hubo vehículos blindados en las calles, ni carros lanzaguas apostados; tampoco policías ni militares con armas largas patrullando sus calles y avenidas o helicópteros y aviones sobrevolando de noche y de día la Ciudad, ni imaginar estado de sitio.

 

Tan buen tiempo hizo en La Habana que hasta su romántico malecón hizo las paces con su indómito acompañante, ni una gotita de agua de mar manchó los autos vip que por el transitaron.

 

Quien no la debe, no la teme. Fue una Cumbre en un mundo posible.

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Benito Joaquín Milanés

Benito Joaquín Milanés

Periodista de la radio cubana y colaborador de Cubadebate.