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La mentira como razón de ser

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Miami.-  Los que vivimos en Miami sabemos que los medios de prensa en español de nuestra ciudad, a través de los años, han creado una realidad alterna creada por ellos y por la fructífera alianza de Washington y las organizaciones de la extrema derecha cubanoamericana sobre Cuba y los asuntos relacionados con Cuba.

Esa otra realidad, enajenada de la real, a la que nos someten diariamente, y cuyo fundamento es una Cuba revolucionaria maléfica, tiene múltiples propósitos. Entre estos se encuentran el utilizarla para así, basándose sostenidamente en la mentira y la desinformación, poder controlar el entendimiento de esta comunidad sobre Cuba, como también para ser utilizada nacional e internacionalmente por Washington en su permanente campaña de agresión en contra de la Revolución Cubana.

Ejemplo de esto es la cobertura de los medios televisivos y radiales miamenses sobre el equipo cubano de béisbol en el transcurso del actual torneo beisbolero en San Juan de Puerto Rico. De los demás equipos, incluyendo el norteamericano, se habla de pasada. La fijación, obsesiva y enfermiza, con el equipo cubano como reflejo de la malignidad que se vive en Cuba, los lleva a mentir, inventando descaradamente, para poder producir una noticia necesaria para vender y llenar el tiempo en los noticieros y programas noticiosos. Noticias, además, que prácticamente no cubren la actuación deportiva del equipo cubano. En realidad el béisbol no importa, lo que les importa es lo otro.

Como ejemplo también de esa otra realidad, y con propósitos muchos más terribles, es la cobertura por parte de esos medios del décimo aniversario, el pasado 24 de febrero, del derribamiento, en espacio aéreo cubano, de las dos avionetas de Hermanos al Rescate. Todos los medios, acompañados en coro por las organizaciones contrarrevolucionarias, en el que como tenor estelar se destacó el tenebroso personaje, José Basulto, jefe de Hermanos al Rescate, repitieron, repitieron y repitieron, hasta la saciedad, como verdad, las mismas mentiras sobre estos hechos que decidieron durante aquellos días, hace diez años.

El periodista Wilfredo Cancio Isla en un artículo de su autoría titulado "Inician una jornada para honrar a las víctimas de Hermanos al Rescate" (¿Víctimas de quién? ¿De José Basulto?) publicado en El Nuevo Herald con fecha de 23 de febrero del 2006, refiriéndose a un aspecto medular de aquella crisis, escribió: "El informe de la Organización Internacional de Aviación Civil (ICAO, por sus siglas en inglés) no dejó dudas de que las avionetas fueron ultimadas en aguas internacionales."

Miente Cancio Isla.

La resolución sobre esos hechos, aprobada el 27 de junio de 1996 por el Consejo de la Organización Internacional de Aviación Civil (ICAO), a pesar de las enormes presiones ejercidas por los Estados Unidos a los 33 Estados miembros del Consejo -en 1996--, recuerden la magnitud del poderío norteamericano, especialmente en la ONU, durante aquellos años, no se pronunció sobre dónde se encontraban las aeronaves de Hermanos al Rescate cuando fueron derribadas por los aviones de combate cubanos. Y en eso precisamente radica la derrota del diseño de Washington, que permitió, el 24 de febrero de 1996, el vuelo de las avionetas de Hermanos al Rescate que penetrarían en espacio aéreo cubano --a pesar de las terminantes y reiteradas advertencias del gobierno cubano que no volvería a permitir la violación de su espacio aéreo por aeronaves de Hermanos al Rescate-- para utilizar su derribo para, o bien agredir a Cuba militarmente o, sino, intentar aislarla internacionalmente a través de los organismos de la ONU, argumentando que éstas se encontraban en el momento de su derribo en espacio aéreo internacional.  Al Consejo de la ICAO no sucumbir a las presiones de Washington y no afirmar que las dos avionetas derribadas se encontraban en espacio aéreo internacional-           como sí aún engañosamente afirman los enemigos de Cuba-- impidió, a su vez, que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas -el cual había encargado a la ICAO la investigación del incidente-- actuara en contra de Cuba y así se consumara la pérfida maniobra norteamericana para condenar y aislar a la Isla.

Lo más que logró Washington de la ICAO, sobre la responsabilidad del gobierno cubano en aquel incidente, fue que su resolución incluyera una reafirmación del "principio que los Estados deberán abstenerse del uso de las armas en contra de aviones civiles".  Principio loable mientras esos aviones, supuestamente civiles, (aquellos aviones de Hermanos al Rescate aún llevaban en su fuselaje, el día del derribo, la insignia de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, a la cual esos aviones habían pertenecido antes de que Washington se los donara a Hermanos al Rescate) no sean utilizados por organizaciones terroristas o vinculadas al terrorismo para poner en peligro la seguridad de la población de un Estado. Excepción, aunque lamentable, imprescindible y aceptada mundialmente, por eso el innegable apoyo de la inmensa mayoría del pueblo norteamericano a la decisión del Ejecutivo de mantener en firme la orden a la Fuerza Aérea de derribar, en el momento que ocurra, cualquier aeronave que sobre territorio norteamericano desobedezca las prohibiciones de vuelo sobre áreas declaradas restringidas.

¡Ay de los que en Miami estamos sometidos diariamente a las mentiras y engaños de los medios de prensa sobre Cuba y todo lo relacionado con Cuba! ¡Ay de aquellos que en los medios de prensa en Miami, en los asuntos relacionados con Cuba, han asumido la mentira como razón de ser!

Andrés Gómez es director de Areítodigital.

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Andrés Gómez

Andrés Gómez

Periodista cubano residente en Miami. Fundador de la Brigada Antonio Maceo, integrada por cubanos que viven en los Estados Unidos. Es el director de la Revista Areito.

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