Cubadebate

Las drogas, incluída la cocaína claro está, atentan contra la salud y la vida especialmente de la juventud víctima primera de una liberalidad inadmisible, de ahí la contundente reacción de las leyes más severas en naciones como Cuba o China, donde por gozar de regímenes comunistas se podría pensar que están al margen de la influencia de los Estados Unidos. En Cuba justamente, primera parada de un periplo mundial que inicia el Presidente electo Evo Morales los instrumentos jurídicos para enfrentar la droga en todas sus manifestaciones se han multiplicado, perfeccionado y endurecido al extremo que el General Arnaldo Ochoa, tenido por héroe y siendo alto funcionario del Gobierno fué fusilado en 1989 por su clara actividad en el tráfico de cocaína ligado a carteles colombianos.

Causa preocupación lo que está sucediendo en el preámbulo a la posesión del mando por el elenco del MAS partido que ganó las elecciones con el 53.4%, lo que le permite acceder plenamente al Ejecutivo, debido a la desinformación existente en materia de coca-cocaína, pues se confunde la propuesta de liberalización de los sembradíos de la hoja de coca, con la producción y el tráfico de cocaína. Es más, se advierte la inocultable influencia de los productores de coca, que se están frotando las manos de contento, saboreando por anticipado las ganancias que obtendrían de semejante posibilidad. Contribuye al hecho la reciente declaración del delegado masista para la Seguridad y las Drogas Juan Ramón Quintana sobre el rechazo a las ayudas de Estados Unidos para la Policía y las Fuerzas Armadas en su lucha contra el narcotráfico "por razones de soberanía". Nos parece una declaración demagógica, quizá la formulación de un deseo, muy lejano de llevarse a la práctica. En todo caso, si existe realmente la voluntad de hacerlo, para qué entonces anunciarlo?

De los asuntos que pueden convertir en vulnerable al futuro gobierno se inscriben el tema del narcotráfico y su paralelo, el lavado de dólares y la corrupción. Debemos admirar al margen de otras consideraciones, la claridad de pensamiento del Presidente Fidel Castro, que intuyó cuán vulnerable podría haber sido su régimen si toleraba un ápice que Cuba fuera utilizada como trampolín para el tráfico de drogas entre los productores y los consumidores de la cocaína, por ello no titubeó en aplicar la pena de muerte (con la que en absoluto no estamos de acuerdo) y poner punto final al torbellino desatado entonces y a pesar de las campanas en su contra promovidas activamente por los enemigos de su régimen. Es más promulgó la Ley 232 que establece mecanismos rigurosos para enfrentar el delito, una especie de nuestra Ley1008, de ahí que Castro le aconsejará a Evo, manejar con pinzas este tema y mostrar absoluta claridad y transparencia. (Ver "el cerco al tráfico de drogas" de 3 de marzo 2003 en L.T., Noticias Bolivianas y mi libro Bolivia 2003, pág. 63) Concluyamos entonces que el socialismo no admite ninguna liberalización en asunto tan sensible. (Otra R.S. dictada en 1998 levanta el secreto bancario en Cuba cuando se trata de detección de capitales ilícitos vinculados a las drogas)

La lucha contra el narcotráfico es bandera permanente, pués al tomar Castro el poder, Cuba estaba convertida en un prostíbulo, en el reino de las drogas, el juego, las mafias que fueron expulsadas de la isla. Este resabio a pesar de los años, ha conservado su poder económico e influye todavía en la política norteamericana y arremete contra Fidel quién ha mantenido siempre una férrea voluntad política en la lucha contra las drogas, dirigida a no permitir el uso de su territorio ni que sirviera de refugio a los responsables de tales acciones. Lo cierto es que al asumir el 22 denero, Evo Morales estará obligado, al menos hasta tanto el Congreso modifique las cosas a continuar con la erradicación de las plantaciones de coca en el Chapare y los Yungas, a cumplir los convenios internacionales para la interdicción a los narcotraficantes en que interviene además la Unión Europea interesada en evitar que la cocaína llegue a su jurisdicción territorial pasando por Colombia, México o Brasil.

En cuanto a la corrupción sabemos que es una lucha sin cuartel y larga, aunque bien hará la nueva administración en desmontar el aparato estructurado durante anos especialmente en las oficinas de adquisiciones, "controles internos", trámites administrativos, pagadurías de los ministerios y organismos del Estado donde se han amebatizado los pícaros y ladrones que succionan por igual a los vendedores como al gran comprador que es el Estado.

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