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La inseguridad manifiesta

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Estados Unidos hoy es más seguro que nunca. La frase resulta un slogan que gusta repetir el presidente George W. Bush, aunque la realidad indica todo lo contrario y los propios norteamericanos lo sienten en carne propia.

Es por ello que resultó una mala noticia para el gobernante la declaración suscrita por un grupo de ex militares y ex diplomáticos, quienes claman por su derrota en la actual campaña electoral y le acusan por daños causados a la seguridad nacional.

Bajo la denominación de Diplomáticos y comandantes militares por el cambio, el pronunciamiento resultó una condena explícita a la política exterior de Bush y un llamado a los estadounidenses a negar el voto a su reelección.

Este tipo de declaraciones de ex funcionarios en plena campaña por la presidencia resulta poco usual, pero se une a otra emitida hace unas semanas en la que medio centenar de ex diplomáticos criticaron la política de la Casa Blanca en el Medio Oriente.

Por su parte Teresa Heinz Kerry, quien pudiera ser la próxima primera dama de la Unión, acusó al presidente de exacerbar el terrorismo en todo el mundo con la agresión a Iraq, mientras "en Estados Unidos vivimos con terror", según declaró al diario La Opinión.

Entretanto, desde Munich el filósofo y sociólogo alemán Jürgen Habermas subrayó que el gobierno norteamericano "ha hecho más inseguro al mundo", lo cual coincide incluso con un informe del Departamento de Estado hecho público recientemente.

"No ha sido el peligro del terrorismo internacional el que ha dividido a Occidente, sino la política del actual gobierno de Estados Unidos, que ignora el derecho internacional, margina a las Naciones Unidas y está dispuesto a una ruptura con Europa", dijo Habermas, de la Escuela Filosófica de Francfurt.

"Nunca hasta ahora un gobierno norteamericano ha tratado con tanta desconsideración los derechos civiles en su propio país y tan ignominiosamente los tratados internacionales, como el derecho internacional humanitario, y la esencia de la Carta de las Naciones Unidas, como la prohibición de las guerras de agresión", enfatizó.

El propio Departamento de Estado se vio obligado a reconocer que pese a la alegada cruzada de Washington los ataque terroristas aumentaron en el mundo.

Un informe emitido el 29 de abril pasado debió ser revisado en medio de reclamos por inexactitudes y manipulaciones de la Administración. La corrección concluyó que en el 2003 los actos terroristas alcanzaron las cotas más altas de los últimos 20 años

La propia línea agresiva de la Casa Blanca ha puesto incluso en peligro la estabilidad de sus propios aliados, como ocurrió con la estrepitosa derrota electoral del Partido Popular en España, que marcó el epitafio político del entonces presidente del gobierno, José María Aznar.

Otro tanto acaba de ocurrir con los laboristas de Antonhy Blair en Gran Bretaña, reelegado a un tercer lugar en los comicios municipales, algo inédito para un partido británico en el poder.

Las noticias fueron malas igualmente para Silvio Berlusconi, el primer ministro italiano, que también perdió terreno en las elecciones municipales y para el Parlamento Europeo, pese a los gastos electorales millonarios e incluso una cirugía facial que no logró engañar del todo a los votantes.

Iraq tampoco es un terreno que muestre resultados en materia de seguridad para el quehacer de la administración Bush. Sólo en lo que va de mes han estallado más de 17 carros-bomba y la inseguridad se extiende a las fuerzas ocupantes, los contratistas
privados y a los propios miembros del Consejo interino de gobierno.

A escasas dos semanas de la devolución formal de la soberanía a los iraquíes, el Pentágono pretende reclutar unos 100 mil soldados para el servicio activo y la reserva, a fin de suplir las necesidades de tropas en Iraq y Afganistán.

Medios de prensa estadounidenses hablan incluso de la posibilidad de que el gobierno restablezca el servicio militar obligatorio, mientras se echa mano cada vez más al recurso de los mercenarios, que sólo en Iraq se calculan en más de 20 mil.

Numerosos votantes tiene la sensación de un presidente consumido por los asuntos de política internacional que ya no se ocupa de los padecimientos de la ciudadanía dentro de los Estados Unidos, comentó hace unos días el diario The Washington Post.

A nivel doméstico el "presidente de la guerra", como hace unos meses gustó Bush en llamarse, tampoco está muy seguro de su reelección, a tenor de las últimas encuestas que confirman su tendencia a perder terreno en el electorado.

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Orlando Oramas León

Orlando Oramas León

Periodista cubano, subdirector del diario Granma.

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