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LOS TORTURADORES SON INOCENTES

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No es exactamente una barbaridad lo dicho en el título, pero ese es el parecer de... W. Bush, ese peligroso personaje que sueña con bombardear "cualquier oscuro rincón del mundo" y convertir el planeta en una pesadilla para los demás.

 

Para el César, los torturadores denunciados e identificados en Abu Ghraib, los policías que asesinan a mansalva a negros y latinos, que apalean sin razón a cualquier transeúnte que no les guste, son inocentes del delito de violación de los derechos humanos.

 

Las fotos famosas de las víctimas en Iraq no significan absolutamente nada para el grupo de Bush, entre quienes destacan, por supuesto, el "buenazo" de Donald Rumsfeld, cuya orden de obtener información de los prisioneros a cualquier precio es "noble" y llena de "buenas intenciones"; Condoleezza Rice, la consejera de Seguridad Nacional responsable, cuando menos, de insuflar en la cabeza de W. ideas demenciales; Tom Ridge, el superministro de seguridad interna, empeñado en dar avisos de alarma de atentados cada cierto tiempo para mantener el pánico en la población; los mismos Bush y Cheney también, por supuesto.

 

Los soldados y sargentos sometidos a juicio y condenados a un año de prisión son simples ejecutores. Incluso se denunció que el general Ricardo Sánchez, jefe de las fuerzas en Iraq, presenció algunas sesiones de torturas y tuvieron que sustituirlo rápidamente ante el escándalo desatado.

 

En medio de las denuncias, el Departamento de Estado, con el desparpajo mayor que se puede imaginar, dio a la publicidad un informe en el que se incluían los países considerados violadores de los derechos humanos. No estaba Estados Unidos en la lista. Es más, la Casa Blanca rechazó airadamente el miércoles pasado un documento de la organización Amnistía Internacional (que ellos han usado constantemente para sus intereses), porque esta no tuvo más remedio que incluir a Washington entre los mayores violadores de los derechos humanos en Iraq y en Guantánamo.

 

El portavoz presidencial Scott McClellan expresó: "Yo rechazo eso. La guerra contra el terrorismo protege los derechos humanos" en Iraq y Afganistán.

 

Y después soltó con el mayor desparpajo del mundo: "Estados Unidos es líder en la protección de los derechos humanos y continuaremos siendo líderes en la protección de los derechos humanos". Mientras, el mundo entero ve las fotos tomadas en la prisión de Abu Ghraib.

 

Sin embargo, las atrocidades han llegado a tal punto que la misma directora de Amnistía Internacional afirmó que los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña "están perdiendo toda moral y justicia, sacrificando los valores y derechos humanos por la seguridad".

 

Dijo que la política exterior de ambos países era "ciega y sin principios" y ha convertido al mundo "en el lugar más peligroso".

 

Y el lenguaje es realmente comedido. Estados Unidos y Gran Bretaña han violado todo lo que podían violar desde el mismo principio. Presentaron mentiras abiertas como verdades sólidas y trataron de engañar al mundo que los conoce bien para agredir a Iraq.

 

Si incluso el ex vicepresidente y ex candidato presidencial Al Gore ha pedido la renuncia de Rumsfeld, Rice y otros altos funcionarios  implicados en el mal manejo de la política iraquí.

Amnistía Internacional fue muy parcial al no mencionar las violaciones de los derechos humanos que se perpetran en el territorio de la mayor potencia del mundo, desde proteger las barbaridades de su propia policía, encubrir los asesinatos de negros y latinos, sentenciar a muerte y ejecutar a adolescentes y enfermos mentales, discriminar a los inmigrantes, incluso cazarlos a tiros cuando cruzan la frontera -como hacen los rancheros de Arizona-, permitir silenciosamente todas las inmoralidades y crueldades que se cometen sin control en las prisiones del país, bastante denunciadas en todas partes.

 

Pero no se puede pedir más. La Casa Blanca, Bush, no reconoce nada y va a proseguir su política. Para Hitler los campos de concentración eran buenos para purificar la raza. Quizás en la Casa Blanca piensen que torturar a ciudadanos del Tercer Mundo convierte a los torturadores en inocentes.

 

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Joaquín Rivery Tur

Joaquín Rivery Tur

Periodista cubano. Trabaja en la redacción del diario Granma.