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Che, el poema, la canción, la imagen

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Tuve el privilegio, junto a Bladimir Zamora y Arturo Arango, de escuchar a Nicolás Guillén contando la intimidad de su poema más conocido al Che Guevara. Cito a mis compañeros -uno periodista y crítico musical de renombre; otro narrador de primera línea y autor de guiones cinematográficos como el de Lista de espera- porque ellos pudieran ayudar a rescatar la memoria de uno de esos días de la adolescencia, "guajiros" que éramos becados en la capital cubana y aspirantes a poetas, en que Guillén, indiscutible patriarca de las letras cubanas, accedió a reunirse con nosotros en el taller literario del Preuniversitario Carlos Marx.

Bladimir le preguntó cómo había logrado esas dramáticas imágenes de Che Comandante, ("No porque hayas caído / tu luz es menos alta...") leídas con su voz única en la velada que el pueblo de Cuba dedicó ala memoria del guerrillero en la Plaza de la Revolución al saberse su muerte.

El poeta explicó que, por mandato de su sensibilidad, se puso a trabajar avanzada la mañana en su oficina de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, Había armado las primeras estrofas, cuando recibió una llamada de Celia Sánchez, la inseparable y fiel secretaria de Fidel. "Me preguntó si no estaba escribiendo sobre el Che y me di cuenta que nos embargaba el mismo sentimiento". Guillén acostumbraba a escribir a máquina y solía revisar con implacable sentido crítico sus originales. Dejó reposar el poema unas cuantas horas y ese mismo día lo terminó en casa.

Pero la más sorprendente revelación que nos hiciera tuvo que ver con su propia apreciación del poema. "Ustedes -comentó- lo ven mejor que yo, porque quizá les emocionó el acto de la Plaza. Mi poema más querido sobre el Che lo escribí en 1959, cuando él vivía y era un héroe recién llegado a una Habana que descubría desde su cuartel en La Cabaña "
Nicolás leyó entonces un soneto de recia estampa, que hace gala en su comienzo de la mejor herencia de la lírica de oro española: "Como si San Martín la mano pura / a Martí familiar tendido hubiera..." El poema tiene el valor de haber sido concebido como una confesión solidaria en momentos en los que nadie pensaba cuál iba a ser el destino del Jefe de la Columna 8. Y como Nicolás nos estaba dando una lección de preceptiva poética, explicó que lo retador estaba en la forma y el tono. "Para destruir un soneto -dijo ante quienes alardeábamos del verso libre- lo primero es saberlo construir".

Por aquellos años descubrimos que el Che también viajaba por el mundo hecho canción. La Nueva Trova cubana se hallaba en ciernes, y no pocas de sus páginas iniciales se hallaban transidas por el aliento épico de los movimientos de liberación de fines de los 60. Toda antología seria de la cancionística cubana del siglo XX tendrá que incluir La era está pariendo un corazón  y Fusil contra fusil, de Silvio Rodríguez, y Si el poeta eres tú, de Pablo Milanés.

Pero hubo una película, en los tempranos 70, que dio la medida de cómo una canción podía ser símbolo. Hasta siempre, Comandante, de Carlos Puebla, se escuchaba en la banda sonora de Estado de sitio, del griego Costa Gavras. Secuencia memorable aquella en que las fuerzas represivas de un régimen de facto, con los que Estados Unidos sembró al continente, descolgaban los altavoces que en un recinto universitario reproducían la canción de Puebla.

Interesante fue saber después, por labios del propio trovador, cómo esa obra no había sido compuesta tras el luctuoso acontecimiento de La Higuera. A Puebla le nació al cabo de los meses de conocer el Mensaje del Che a la Tricontinental y leer una y otra vez la carta que éste dirigiera a Fidel, dada a conocer el 3 de octubre de 1965 al quedar constituido el Comité Central del Partido. Es por ello tuvo su estreno internacional en la primavera de 1967, durante el Encuentro de la Canción Protesta, que la Casa de las Américas organizó en Varadero.

La que sí le dio la vuelta al mundo luego de que asesinaran al guerrillero en Bolivia fue la hoy célebre foto de Alberto Korda. El editor italiano Giacomo Feltrinelli la había obtenido un tiempo atrás en La Habana y ni el mismo Korda le dio gran importancia a aquella transacción gratuita. Harto conocida es la historia de cómo, durante el sepelio de las víctimas del sabotaje terrorista al carguero, el artista entrevió la posibilidad de un ángulo sugerente del Che en la tribuna y luego, en el laboratorio, terminó de encuadrar la imagen.

Pero esto último sucedió gracias a una circunstancia coyuntural, nacida de necesidades periodísticas, que explicaré de inmediato

Digo esto porque muchos creen todavía que la foto ganó vida pública en 1967, cuando tanto en Cuba como en Italia -en este país Feltrinelli la puso a circular en libros y afiches, y luego, en incontenible avalancha que se acrecienta con el tiempo, ha sido reproducida en todas las latitudes y sobre los más disímiles formatos y soportes- acompañó el impacto de lo acontecido en Bolivia.

En realidad, su primera publicación data de 1961 en el diario Revolución e ilustró la promoción de una conferencia sobre la industrialización que debía dar el Che en el programa Universidad Popular.

Recuerda la periodista Marta Rojas que el Jefe de Información del diario le pidió a Korda una imagen "distinta y diferente" del Che. Curiosamente se publicó dos veces, siempre a dos columnas, en el anuncio, debido a que la conferencia fue pospuesta ante la tensa situación de abril que desembocó en la agresión por Playa Girón y la victoria sobre el imperialismo y sus mercenarios.

Siento un profundo simbolismo en el hecho de que esta foto, que nos presenta al Che románticamente lúcido y con el corazón en ristre, haya sido -y sea- la imagen gráfica más entrañable del héroe, y no la que publicaciones norteamericanas, abastecidas por los servicios de inteligencia de ese país, mostraron del combatiente muerto.

"Como si San Martín la mano pura / a Martí familiar tendido hubiera". "Aquí se queda la clara / la entrañable transparencia / de tu querida presencia / Comandante Che Guevara". El Che de Korda. Poema, canción, imagen. El arte ayuda a eternizar la llama de un pensamiento y un ejemplo que nos son más necesarios que nunca.

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Pedro de la Hoz

Pedro de la Hoz

Periodista cubano, jefe de la página cultural del diario Granma.

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