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Lápiz con punta: Nuestros Hijos de Perra II

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  Julio García Luis  

Vamos a hacer memoria.  En diciembre de 1989 el gobierno de Estados Unidos lanzó una invasión militar en gran escala contra Panamá.  Barrios enteros como El Chorrillo fueron desaparecidos por los ataques aéreos, y todavía hoy, casi 14 años después, no sabemos cuántos murieron allí.  Según se dice, miles.  La prensa, secuestrada una vez más, no pudo llegar a los hechos.

Lo que se explicó entonces fue que la administración estadounidense, movida por una santa cólera y un afán infinito de justicia, había lanzado sus fuerzas de élite contra la nación istmeña a fin de capturar y llevar ante los tribunales de aquel país al mandatario Manuel Antonio Noriega, acusado de narcotraficante.

Noriega era un viejo conocido de Bush padre y de la CIA, y hoy cumple una larga condena en cárceles de Estados Unidos.

En Panamá se han iniciado ahora las audiencias preliminares, de donde pudiera derivarse el juicio contra 4 monstruos, 4 terroristas internacionales que están cubiertos de sangre de la cabeza a los pies, y que durante más de 40 años han operado cómodamente desde el santuario de Miami.  Luis Posada Carriles, el principal asesino, pudiera encabezar la lista de "los más buscados" a nivel mundial.

Tecnicismos, presiones de todo tipo, y dólares a raudales de la mafia floridana, incluida la FNCA, han conducido a que los 4 delincuentes salgan de la especie de hotel de lujo en que residen a encarar cargos criminales de segundo orden y no los de terrorismo internacional, intento de magnicidio y de genocidio.

Y todo esto ocurre en el mundo posterior al 11-S, cuando Estados Unidos ha atacado, invadido y ocupado dos países, dizque como parte de la guerra total al terrorismo.  En el Paraninfo de la Universidad de Panamá pudieron haber muerto tantas personas como en el World Trade Center.

¿Por qué Washington no ha movido ahora un dedo?  ¿Por qué no reclamó la extradición de los monstruos para ser juzgados en Estados Unidos, cuando el FBI posee un voluminoso expediente de acciones terroristas realizadas por ellos dentro y desde ese país, que constituyen delitos de primera magnitud contra la seguridad nacional estadounidense? 

¿Por qué no hay ahora amenazas de invasión a Panamá, ante el peligro de que los terroristas puedan ser liberados y escapen, si cualquiera de ellos debe mucho más a la justicia que Noriega?

La respuesta, para no cansarlos, la dio hace un siglo el viejo Teddy Roosevelt, el mismo que se jactó de haber "tomado" a Panamá mientras los políticos parloteaban.  Cuando le increparon de que sus compinches de aventura eran unos hijos de perra  --con todo lo que la expresión implica en inglés--, respondió con una mezcla de cinismo y candor:  sí, son unos hijos de perrra, pero son nuestros hijos de perra.  Cualquier parecido... ya se sabe.

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Julio García Luis

Julio García Luis

Uno de los más importantes periodistas y teóricos de la comunicación de Cuba (1942-2012). Es el autor del libro "Revolución, socialismo, periodismo. La prensa y los periodistas ante el siglo XXI". Premio Nacional José Martí 2011.