El Camaján en cueros
Max Lesnik
Radio Miami
Lo que muchos sospechaban ya ha sido revelado a la opinión pública. El conocido "Disidente" que ha ganado fama internacional como opositor al gobierno cubano y supuesto defensor de los Derechos Humanos, el gran "reconciliador" Elizardo Sánchez Santa Cruz ha sido "encuerado" en un libro que se acaba de publicar en La Habana por los periodistas Lázaro Barredo y Arleen Rodríguez, bien conocidos en la isla por la habitual presencia de ambos en "La Mesa Redonda de la Televisión Cubana".
"El Camaján"- así se titula el libro- pone al descubierto la duplicidad, la falta de honestidad y de escrúpulos de un personaje que parece mas bien sacado de los archivos carcomidos de la vieja politiquería de la Cuba de ayer. Sus cambios de casaca que van desde él más radical extremismo pro soviético que lo llevó a formar parte de la llamada "micro fracción" que encabezara Aníbal Escalante a mediados de la década de los años sesenta, hasta su vuelco al otro extremo del espectro político representado por Washington, revela hasta que punto la brújula que indica el rumbo de este personaje de la picaresca política está marcado por el oportunismo mas vulgar y la carencia absoluta de valores éticos en toda su actuación.
En realidad aquí en Miami en particular y en el resto del exilio en general, a Elizardo Sánchez Santa Cruz nunca se le tuvo como hombre en el cual se pudiera confiar. Su origen como militante en la Juventud del viejo Partido Socialista Popular, su cátedra de profesor de marxismo en la Universidad de La Habana no eran buenas credenciales como para que un exilio cubano de franca posición anti-comunista de derecha. Su viraje como consecuencia de haber estado en la aventura sectaria de la micro fracción junto a fullero Bofill y otros tantos que veían en Moscú, no como al generoso aliado soviético sino como al amo al cual se le debía mas sumisión que agradecimiento.
A partir de entonces surgió en la década de los ochenta el "Disidente Santa Cruz", el "opositor Elizardo" "Defensor de los derechos humanos". En los años posteriores de los noventa, cuando muchos imaginaron que con el desplome del llamado campo socialista Cuba iba por el mismo camino, Elizardo llegó a soñar con ser el hombre de los americanos dentro de Cuba. Recorría Europa y venía a Miami. Para decir verdad, aquí siempre estuvo bajo sospecha de ser un doble agente. Lo mismo informante de la CIA norteamericana que de la Seguridad del Estado de Cuba.
Cuando la realidad enseñó que a pesar del Embargo de Estados Unidos y de las graves dificultades económicas por las que atravesaba la isla, el gobierno cubano seguía en pié contra viento y marea, Elizardo, siempre oportunista, buscando sacarle el cuerpo a la candela se convirtió en informante de la Seguridad allá por el año 1997, según documenta el libro "El Camaján" en uno de sus más reveladores capítulos.
Fue entonces que Elizardo se convirtió en el agente "Juana", después en "Eduardo"y más tarde en "Pestana", para terminar con el sobrenombre que más lo retrata: "El Camaján". De esa estampa fue que salió el libro que se acaba de publicar en La Habana. Lo más importante de la obra de los periodistas Lázaro Barredo y Arleen Rodríguez es la fotografía en la que aparece Elizardo Sánchez Santa Cruz, el gran Camaján, en el momento en que un coronel de la Seguridad del Estado cubano prendía en el pecho del "disidente" la medalla secreta de "servicios distinguidos" por su labor de colaborador e informante de ese organismo de inteligencia de Cuba. Una foto vale por mil palabras.
El Camaján dice en su defensa que no era una medalla la que le pusieron en su pecho. Que era un pluma. ¿Una pluma de regalo de un coronel de uniforme en una ceremonia secreta en la Seguridad del Estado? Si era pluma y no medalla, tendría un micrófono oculto para el trabajo diario.
El Camaján Elizardo dice que todo ha sido un montaje del gobierno cubano. Que él es un opositor de verdad que merece el respeto de todos. ¿Que opina Ud?
Por mi parte le deseo suerte en su nuevo papel al Camaján disidente. ¡Que tres medallas te acompañen!
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