A la escuela hay que llegar puntual
Cuando Cuba amanece, de lunes a viernes, se abren sus hogares, de todos los tamaños y estilos, y de ellos salen a llenar las calles los alumnos más tiernos del país: los niños.
Van ellos inocentes, alegres, despertándose como se abren las flores coloridas. Avanzan a prisa, colgados de los brazos de los padres o los abuelos, o al centro de una nube de amigos que busca la escuela con particular brío cada lunes, ese día que, como dijera nuestro poeta Eliseo Diego, estrena la semana tumbándonos la puerta.
La familia cubana es tocada por ese suceso que es uno de los más trascendentes en su vida. Sea de casas humildes o más confortables, los pequeños suelen salir planchaditos, bien peinados, con sus bolsos escolares y zapatos limpios, con la merienda acomodada por alguna mano amorosa entre el equipaje.
No importa que en la tarde, a la vuelta, algunos regresen «empanizados» en polvo; hechos «tierrita», como diría una abuela llevándose las manos a la cabeza: al día siguiente se les verá salir nuevamente impecables, rumbo al pupitre o al patio de la escuela, ese espacio bendito, ese otro hogar de puertas anchurosas, abiertas para todos.
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Me sorprendió con agrado este fotorreportaje salido en la noche.
En otras oportunidades he comentado que los niños conquistan y son inspiración perenne. Y si –como ocurre ahora– tercia esa mágica fusión que sólo se logra con las fotos de Kalo y el escrito de Alina, una excepcional energía surge. Sin dudas, es difícil de igualar.
Ver estas gratas imágenes, es como si estuviera escuchando y viviendo otra vez lo que ocurrió en la mañana del día de hoy. Y sin lugar a dudas, se volverá a repetir mañana. Como es costumbre, siempre acompaño a la escuela a mis dos hijos –una hembra y un varón– junto a dos de sus primos. Para ser sinceros, mucho pasa mi hermana para lograr que uno de ellos, «El Diego», vaya con la camisa por dentro, como sucede con el de la séptima foto. Es un muchacho con tanta energía, que los botones de las camisas van reforzados con el mejor hilo y tantas vueltas sean necesarias, los cordones de sus zapatos anudados con mayor firmeza e intencionalidad, y el peinado… eso es otra cosa, no ha encontrado aún el peine que logre domar los remolinos y la rebeldía de su pelo.
Como en los míos, gran felicidad se ven en todos esos niños, que andan sin miedo y con orgullo a la escuela. Al mirarlos, es como si nos hechizáramos con esa densa tropilla de pequeños príncipes y princesas bien acicalados. Y aunque salgan casi siempre por las tardes en condiciones totalmente diferentes, como muy bien logra transmitir Alina, hay que decirles a las abuelas –que a la vez son las que más consienten– que no se puede pedir más. Por ser lo que son, niños, siempre los veremos como criaturas pulcras e inocentes. En la escuela ellos son gloriosos, pues cada día que pasa se instruyen y descubren cosas que hasta ese momento era desconocido.
Me motivé una vez más y busqué este texto de Martí, escrito para «Patria» el 14 de enero de 1893 con el título «Cuatro Clubs nuevos». Lo más trascendental que hallé en estas líneas, y que con gusto comparto, es que es como si nuestro Apóstol haya presagiado estas fotos de Kaloián. Una vez más, las palabras e ideas de Martí tienen ese sutil arte.
«Visten bien los alumnos: se visten para la escuela. Mañana, amarán a los que los enseñaron: si no les hubiesen enseñado, no tendrían a quien amar. Las dificultades se resuelven mejor entre los que se aman que entre los que no se aman.»
Así, como los describió Martí, son y serán nuestros hijos.
Nuevamente felicidades infinitas para Alina y KALOián.
A la escuela: Lindo fotorreportaje, gracias Alina y todo el equipo.
Aunque millones de niños en el mundo ya perdieron la esperanza.
NIÑO DE LA CALLE
POR LAS CALLES CAMINANDO
LENTO SUCIO Y SIN DESTINO
EL CIELO LO ESTA MIRANDO
CON HAMBRE Y SIN VESTIDO
LIMOSNERITO, LIMOSNERITO
POR LA CALLES CAMINANDO
Y TUS PIES VAS ARRASTRANDO
AMIGO, SI SOLO ERES UN NIÑO
QUE POR LA FALTA DE CARIÑO
TE PIERDES EN EL CAMINO
LIMOSNERITO, LIMOSNERITO
SIN PADRES Y SIN HOGAR
SI ERES TAN PEQUEÑITO
Y SIN ALAS PARA VOLAR
LIMOSNERITO DE NOCHE
LIMOSNERITO TODOS LOS DIAS
PERMITE QUE TE REPROCHE
PORQUE EL ALMA ME PARTIAS,
PORQUE AYER TE VI LLORANDO
EN LA ESQUINA DEL JARDIN
SENTI MI ALMA SANGRANDO
POR LAS LAGRIMAS QUE TE VI
LLORA, LLORA LIMOSNERITO
QUE SE OIGA POR LAS CALLES
POR LAS MONTAÑAS Y VALLES
QUE TE SIENTES MUY SOLITO
SE QUE BUSCAS EL AMOR
DE TU MADRE QUE TE ABANDONA
Y QUE SIENTES EL RENCOR
DE UN DIOS QUE NO PERDONA
LIMOSNERITO DE LA CALLE
QUE ME TRASMITES TU DOLOR
QUE MI CORAZON NO ME FALLE
PORQUE YO SOY LIMOSNERITO DE AMOR.
Con saludos
Juan Castro
Mexicano...
Al ver las fotos pense: quizas en otro país piensen que esto es un montaje, o que sólo ocurre en las grandes ciudades, sería bueno repetir el tema en pequeños poblados y en el campo, parece imposible aunque sea tan cotidiano, no pude evitar pensar en la alegría de los que lo dieron todo soñando en este futuro, es el mejor homenaje a nuestros heroes y mártires, jamas lograrán hacer desaparecer estas imagenes de nuestras calles, aunque se hunda la Isla en el mar; o al decir de Martí, se una el mar del sur con el mar del norte y de un huevo de águila nazca una serpiente.
Muchas felicidades por tan bello reportaje.
Juan Castro, has escrito un bello poema.
A LA ESCUELA:
AGREGADO.
MILLONES DE NIÑOS HAN PERDIDO LA ESPERANZA DE LLEGAR PUNTUAL A LA ESCUELA POR LA PINCHE MISERIA.
*PERO NINGUNO ES CUBANO*
Con saludos.
Juan Castro.
Hola Compatriotas.
Solo ver a los Pioneros camino a la luz día a día se siente en lo profundo del corazón el orgullo de la triunfante revolución socialista Cubana. ¡Gracias Fidel!
En mi patria, la de Bolívar, también son millones los niños (y los adultos) que cada día marchan por el mismo camino. Casi la mitad de los habitantes de Venezuela están incorporados a las aulas y recibiendo instrucción en todos los ordenes del estudio y del saber. Eso es produccto de la preclara dirección de nuestro líder Comandante Hugo Chávez que en nuestra incipiente revolución, que sigue de cerca la de Uds, pretende redimir al ser humano por encima de la grosera petulancia capitalista. ¡¡¡ENHORABUENA COMPATRIOTAS!!!
Saludos solidarios y revolucionario... Venceremos
JULIO C. HERNÁNDEZ.
TE AGRADEZCO, PERO ES LA CRUDA REALIDAD EN EL MUNDO EN QUE VIVO...TANTO PETRÓLEO, TANTO TURISMO, TANTOS BOSQUES, TANTAS MINAS PERO MILES DE NIÑOS DE LA CALLE.
Con saludos
Juan Castro
Mexicano...
Juan Castro:
Coincido contigo 100%. Duele mucho ver que los niños no tengan la posibilidad de desarrollo pleno en otras partes de nuestro planeta. Por eso, como transmití en mi comentario, la alegría que genera este fotorreportaje es muy especial. Ver niños felices, nos hace sentir muy bien.
Y lo que son las cosas de la vida… Ahora recién acaba de salir a la luz una horrible noticia –casualmente en tu tierra mexicana. Nos enluta y a la vez indigna conocer que un miembro de la Patrulla fronteriza de Estados Unidos asesinó a un adolescente mexicano.
http://www.cubadebate.cu/noticias/2010/06/08/patrulla-fronteriza-de-estados-unidos-asesino-a-un-adolescente-mexicano/
¿Qué mundo puede tolerar tanta ignominia? ¿Qué mundo puede tolerar tanto crimen y tanta afrenta a la dignidad humana? Después, los de ese gobierno yanqui tienen tanta desfachatez de hablar y catalogarse como ser los más defensores y ser ejemplo de los derechos humanos. Ese adolescente, por ejemplo..., merecía una escuela y una felicidad como la que viven los niños cubanos.
Igualmente, vale la pena recordar que dentro de poco –12 de junio– se celebrará en todo el mundo, el «Día mundial contra el trabajo infantil». ¿Y por qué esta fecha? Pues..., porque es una franca violación de los derechos de la infancia, ver a cientos de miles de infantes que realizan trabajos que los privan de la educación, la salud, el tiempo de ocio y las libertades elementales. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), de estos niños, más de la mitad están expuestos a las peores formas de trabajo infantil, como el trabajo realizado en entornos peligrosos, la esclavitud u otras formas de trabajo forzoso, actividades ilícitas como el tráfico de estupefacientes y la prostitución, así como la participación en conflictos armados.
Ojalá que ninguna de estas desdichas y males tuvieran cabida en nuestro mundo.
Saludos,
Julio C. Hernández
Bello reportaje