Imprimir
Inicio »Especiales, Historia  »

De paso por Infanta

| 7

La calle Infanta, en La Habana. Foto: Archivo.

Los habaneros, desde tiempos inmemoriales, siempre le hemos llamado Infanta, pese a que en 1921 se le dio de manera oficial el nombre de Presidente Menocal, por el que nadie la llamó, y tampoco prosperó la propuesta que en 1928 hizo la Comisión de Historia, Ornato y Urbanismo del municipio habanero de denominarla Avenida Calixto García. Infanta es Infanta por la hija de Fernando VII y María Cristina, que con el nombre de Isabel II ocuparía el trono español  entre 1843 y 1868.

Algunos suponen, equivocadamente, que debe su nombre a la Infanta Eulalia, la hija de Isabel II, que visitó La Habana en 1893. Pero en esa fecha la calle llevaba ya el nombre por la que seguimos conociéndola, pues en 1863 el historiador Jacobo de la Pezuela la alude como una avenida perfectamente terraplenada y toda orillada de árboles, lo que hace suponer  al arquitecto Joaquín  Weiss que en esa fecha estaría todavía muy despoblada. Hay otra referencia muy anterior. En 1843, veinte años que la mención de Pezuela, Mariano Carrillo de Albornoz, subinspector de ingenieros, construye el puente Villarín, llamado así por haberse acometido bajo el gobierno del capitán general Jerónimo Valdés, Conde de Villarín. Excelente obra constructiva; un paso en la calle Infanta sobre un ramal de la Zanja Real que entroncaba con el arroyo Matadero. Tenía en uno de sus muros una inscripción que despierta ahora la duda del cronista; “Calzada de la Infanta Da. María Luisa Fernanda”.

Entonces, ¿cuál infanta de Estaña dio nombre a esa calle? ¿Isabel o María Luisa Fernanda? Poco importa ya precisarlo. De cualquier manera, esta calzada, tan transitada y recurrida, que nace casi en el mar y termina en la Esquina de Tejas, en el tramo comprendido entre Carlos III y San Lázaro fue de tierra hasta 1916, y en ese año se extendió hasta la Avenida 23, que hasta entonces llegaba solo hasta la calle L.

La Arena Cristal

Si exceptuamos el edificio de la esquina de Infanta y Carlos III acera de los pares, que ocupó durante muchísimos años la funeraria San José, no hay grandes mansiones en esta calzada. En ella, la vivienda es más bien popular, sobre todo las casas individuales, y más de clase media en algunos de los edificios de apartamentos. 

Abundaban allí fabricas y establecimientos de servicio. La Pennino Mable Co, procesadora de mármol y granito, en la esquina con Desagüe. La fábrica de muebles de Orbay y Carrato, en la esquina con Amenidad. Frente, la Canada Dry S. A., embotelladora de refrescos Ginger Ale, Spur Cola y Naranja, así como el agua carbonatada de esa marca, con casa central en Canadá. Enfrente, la Arena Cristal, escenario  de no pocos triunfos de Kid Chocolate. A su lado, por Infanta, el cabaret La Campana.

El local de las Lámparas Quesada, para la exhibición y venta de objetos del hogar, empresa asentada en La Habana –venía de Santiago de Cuba- en 1928, con sucursales en las capitales de provincia y representaciones en Panamá, Venezuela, República Dominicana y Puerto Rico. En los portales de este establecimiento, sede hoy de la librería Alma Mater, pernoctó durante años el Caballero de París. En los portales de los bares de enfrente, cruzando Infanta, dos célebres expendios de ostiones.

Estamos en Infanta y San Lázaro, esquina eminentemente estudiantil. Las manifestaciones del alumnado universitario contra las dictaduras de Machado y Batista eran allí reprimidas con saña. No es casual que en se sitio que marca la frontera entre Centro Habana y El Vedado, se erigiera el Parque-Monumento a los Mártires Universitarios que no es un monumento en medio de la plaza, sino una plaza que es a su vez el monumento.

Se inauguró en 1967. Hasta poco antes compartieron ese espacio la carpa del circo Santos y Artigas y una casa de vecindad que llevaba el nombre de La Villa de París, pero que era conocida, recordaba Eduardo Robreño, como El solar de la Mierdita. Así, en diminutivo.

En la esquina de Benjumeda se halla la Funeraria Nacional. En la de Peñalver estuvo la revista Carteles, que llenó toda una época en la vida cubana. Comenzó a aparecer en junio de 1919 y dio a conocer su último número el 31 de julio de 1960. Una excelente revista gráfica que mediante reportajes, entrevistas y artículos abordó los más importantes acontecimientos político-sociales de Cuba y el mundo.

Tejas

Claro que si de esquinas de Infanta se trata, ninguna es más famosa que la de Tejas. Sigue siendo un lugar de referencia en La Habana, nudo importante del transporte urbano y punto de encuentro de las calzadas de Infanta, Monte, Cerro y Diez de Octubre, con una panadería, que ya no existe, que le hacía la competencia a la de Toyo con su pan caliente cada quince minutos y una valla de gallos de la que apenas queda memoria. La valla Habana, toda una institución.

Tejas es Tejas por las numerosas casas de tejas francesas de la zona. El Bodegón de Tejas y la fonda El Globo de Tejas consolidaron el nombre del lugar. En el espacio que ocupan los deteriorados edificios de veinte plantas estuvo el jardín La Gardenia, y más tarde el cine Ofelia, destruido por un incendio, y en 1921, el cine Valentino.

Pasando Tejas, pero antes de llegar a la calle Universidad estuvo la fábrica de chocolate La Española. La envoltura de sus tabletas mostraba a una mujer que lucía un traje típico de algunas de las regiones de España. ¿Andalucía, Galicia. Murcia…? ¡Vaya usted a saber a la vuelta del tiempo transcurrido! Personas de 80 años y más que residieron en la zona recuerdan desde siempre el edificio en ruinas de Infanta y Peñalver como una casa de vecindad. Lo debe haber sido desde 1930, más o menos. Con anterioridad es posible que diera albergue a una fábrica de chocolates, bombones, galletas, caramelos y confituras en general.

La fábrica original se fundó en 1868, según unos, y en 1881, según otros. Se refundiría con la de otras marcas de confituras, como La Estrella, y allí funcionó  hasta que en 1930 se constituye la Cuba Industrial Comercial, que se radicó en la calzada de Buenos Aires y comercializaba sus producciones con el nombre de La Estrella. Repárese en la fachada del caserón ya al borde del colapso. Luce una estrella al relieve en lo alto.

El Carmen

En la esquina de Neptuno se alza el edificio de los Padres Carmelitas Descalzaos. Iglesia y convento. Tiene dos campanarios, y uno de ellos, el de la derecha, alcanza una altura de 63 metros. En lo alto se aprecia una imagen de bulto de la virgen del Carmen, con sus 9.5 toneladas y más de siete metros de alto.

¿Cómo se colocó en ese lugar? Su colocación ocurrió en 1927, dos años después de la construcción del campanario. En torno al suceso giran leyendas y especulaciones. En que más y el que menos parece tener en La Habana una explicación que quieren hacer pasar como verídica.

La imagen de bronce se trajo de Italia y ya frente a la iglesia debió aguardar un mes en plena calle hasta que once operarios de la ferretería y fábrica de estructuras de acero de Celestino Joaristi, con sede en la calzada de Monte, construyeran por dentro de la torre un andamiaje de metal que apoyaría el ascenso de la virgen.

Una vez montada en esa estructura, la imagen, elevada por güinches de vapor, demoró once minutos en recorrer los 63 metros del campanario. Hubo aplausos y lágrimas entre los que, en la calle, esperaban el momento. Una paloma blanca se posó en el hombro de la virgen.

Hubo un inconveniente pronto solucionado. A causa de su brazo izquierdo, que la virgen mantiene extendido hacia fuera, la imagen no cabía en la estructura que se preparó para su ascenso. El ingeniero que encabezaba el grupo de operarios no lo pensó dos veces. Determinó cortar el brazo y soldarlo una vez que la imagen llegara a lo alto del campanario.

Se han publicado 7 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Reinaldo dijo:

    Bonita semblanza que me hace recordar mi infancia
    En su largo trayecto he recordado variss construcciones algunas ya no existentes: el solar de la Cochera en Infanta y Velázquez, la Séptima estación, el parque Jalisco Park y el Brindis Bar

  • mercedes romero dijo:

    la fabrica de muebles es Orbay y cerrato.

  • Pepe dijo:

    Esta bien este segmento de historia de nuestras calles pero da vergüenza ver la destrucción y descuido que hay en hay en nuestra hermosa Ciudad

  • Ben dijo:

    Excelente por el Maestro Ciro, como siempre. Apuntar q Infanta es la única calle de La Habana q no cumplió con lo preceptuado por Tacón para la numeración q debía correr de norte a sur. Infanta corría su numeración de sur a norte con los # pares donde hoy están los impares. Tal situación fue corregida hacia 1937 con la numeración hoy vigente, pero puede decirse q Infanta "nacia" en la Esquina de Tejas y termina en Marina. Se le propuso en 1936 cambiarle el nombre a Calixto Garcia, pero no prosperó en el Decreto presidencial y hasta el día de hoy su nombre es Calzada del Presidente Menocal.

  • Orlando Rangel dijo:

    Todas las crónicas de Ciro Bianchi son una enseñanza
    Me gustaría saber si tiene alguna de la Calzada del Cerro modestamente podría colaborar con el porque nací y me crié en el barrio del Cerro y toda mi infancia y adolescencia allí las vivi a 2 cuadras de Palatino y Calzada del Cerro

  • Neida Garcia Peraza dijo:

    Fabuloso artículo que tiene mucho de historia que los jóvenes de hoy, inmersos en las redes sociales, debieran conocer, y hacer más interesantes las clases de historia, que a veces rechazan en las aulas por monótonas y cansonas. De las cuales, a veces hasta se escapan.

  • Fer dijo:

    Gracias por la cronica, Ciro, seguimos conociendo de La Habana gracias a su memoria e investigaciones. No deje de darnos el gustazo. Saludos.

Se han publicado 7 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Ciro Bianchi Ross

Ciro Bianchi Ross

Destacado intelectual cubano. Consagrado periodista, su ejecutoria profesional por más de cuarenta años le permite aparecer entre principales artífices del periodismo literario en el país. Cronista y sagaz entrevistador, ha investigado y escrito como pocos sobre la historia de Cuba republicana (1902-1958). Ha publicado, entre otros medios, en la revista Cuba Internacional y el diario Juventud Rebelde, de los cuales es columnista habitual.

Vea también