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Alicia en el recuerdo

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Alicia Alonso. Foto: Archivo.

Alicia Alonso no vivió refugiada en el pasado ni añorante de un futuro siempre incierto. Ella trabajó y disfrutó cada instante de su presente, segura de que el fruto del quehacer cotidiano sería la base de cualquier logro o conquista posterior. Sobre esa filosofía labró su brillante y legendaria carrera artística, como bailarina, maitre, coreógrafa y directora,  que se extendió desde el debut en el Gran Vals de La bella durmiente, el 29 de diciembre de 1931, hasta su muerte física, el 17 de octubre del 2019.

Durante más de medio siglo de cercanía, tuve el aprendizaje de su magisterio, donde nunca hubo espacio para la queja, el desánimo o la derrota. Cuando con solo 20 años de edad, luego de tres operaciones en sus ojos, en Nueva York y La Habana, que dejaron su visión limitada grandemente, se negó a aceptar su retiro de la escena, lanzó un reto que volvería a enfrentar, 31 años después, cuando en 1972 fue operada nuevamente, esta vez en la Clínica Barraquer, de Barcelona.

En un momento particularmente doloroso de su vida afectiva, me dijo: “Soy como esos caballos de carrera, que cuantos más obstáculos se le presentan, miran solo hacia adelante, buscando la nueva meta”. Y así lo ratificó cuando después de dos años apartada de la escena por la última operación de los ojos, ya con 52 años de edad, reapareció, sorpresivamente, en el Teatro Lázaro Peña, el 27 de noviembre de 1974, en el ballet Mujer, de Alberto Méndez, en homenaje al II Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas.

A partir de entonces, batiendo record de permanencia sobre las puntas de sus zapatillas, se mantuvo revalidando su bien ganado status de prima ballerina assoluta, en los más prestigiosos y exigentes escenarios de los cinco continentes.

Alicia Alonso. Foto: Archivo.

Cuando aquella noche del 28 de noviembre de 1995, en el Teatro Massini de la ciudad italiana de Faenza, dijo adiós a los escenarios como intérprete, bailando el ballet Farfulla, de su propia creación, se colocaba en ese raro sitial que solo ocupan los elegidos: entre la realidad y el mito. Iba a cumplir 73 años de edad, de ellos 63 sobre los escenarios de su patria y del mundo.

Dueña de un asombroso repertorio de 134 títulos, donde figuran obras del ballet de acción dieciochesco y de la gran tradición romántico-clásico del siglo XIX, junto a otras creadas por audaces coreógrafos contemporáneos, se convirtió en una genial intérprete, aclamada por una ductilidad estilística excepcional y un poderío técnico que se adelantó a su época en más de dos décadas.

La Alonso coreógrafa nos dejó un legado de 79 títulos, entre versiones y creaciones, muchas de ellas en el repertorio de prestigiosas compañías danzarias de Europa, Asia y América. Ella representó a su amada patria en 65 países, y en escenarios de tanta prosapia como el Metropolitan Opera House, de Nueva York, en los Teatros Bolshoi y  Kirov, de la Unión Soviética; la Ópera de París, la  Scala de Milán, el Covent Garden de Londres, la Ópera de Viena, el Ballet Real de Dinamarca,  el Teatro Colón de Buenos Aires o el Bunka Kaikan de Tokio.

La Alonso coreógrafa nos dejó un legado de 79 títulos, entre versiones y creaciones. Foto: Cortesía de Miguel Cabrera.

Centenares de galardones de índole artística, cultural, social y política, respaldaron su quehacer como ciudadana de Cuba y el mundo. Fue la máxima inspiradora de la escuela cubana de ballet, aporte excepcional de nuestra cultura a la danza escénica universal, parte suprema del legado que nos dejó y de que el Ballet Nacional de Cuba haya sido declarado Patrimonio de  la Cultura Nacional

En este segundo aniversario de su muerte física, debemos recordarla con la exacta definición de ella que nos dejó su ilustre compatriota Juan Marinello: “Un impulso tenaz, frenético, disparado con la enfermedad y el tiempo, hacia la perfección infinita”.

Alicia Alonso y Fidel Castro. Foto: Archivo.

Se han publicado 4 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • madamemerle dijo:

    Emotivo recuerdo, los que la vimos bailar jamás la olvidaremos

  • Ventura Carballido Pupo dijo:

    A PROPÓSITO DEL ARTICULO QUIERO APORTAR ALGUNOS ELEMENTOS HISTORICOS SOBRE QUE TIENEN QUE VER ALICIA ALONSO Y LOS CDR

    Vale conocer estas historias de Alicia Alonso , primera ballerina absoluta del Ballet Nacional de Cuba, la que tuvo la feliz iniciativa de crear en su institución cultural, el 14 de mayo de 1960 una referencia de mucho interés denominado Comité Pro-Defensa de la Revolución. Ella tenía el cargo de vocal del “CDR Ballet” y fue una inspiradora de esa genial idea antecediéndose en el tempo de lo que luego a partir del 28 de septiembre de 1960, por iniciativa de Fidel se convirtieron en SVCR luego Comités de Defensa de la Revolución.
    Esta extraordinaria mujer desde el mismo triunfo revolucionario puso el arte y la cultura al servicio de la patria. Integrantes de este embrionario CDR fueron Fernando Alonso, y las glorías de ballet cubano Josefina Méndez, Loipa Araujo yMirta Pla, entre otras formidables figuras de esta histórica institución cultural.
    Alicia, sobre los Comités de Defensa de la Revolución expreso: “Es una organización esencial en nuestro país y así lo aprobó su surgimiento y desarrollo. El aporte que han dado los CDR, a mi educación política e ideológica, ha sido de una significación tremenda. El trabajo con la organización nos ha enseñado a tener confianza y seguridad; a la vez que ha desarrollado en nosotros, el sentimiento hacia la colectividad; nos sentimos así porque pueblo y CDR es lo mismo” Decir pueblo es decir comité, acotó esta gran figura de la cultura.
    Es inmensa la simpatía y el orgullo que muestra nuestro pueblo cubano, exhibe por esta gigante del arte y la cultura, que, por sus sobresalientes méritos, se le concedió el altísimo honor, de que el Líder de la Revolución, Fidel Castro, la condecorara en 1998, con el título de Heroína Nacional del Trabajo de la República de Cuba.
    La historia de esta mujer, orgullo de la familia cederista, está llena de una conducta inmaculada en la lucha por eliminar de nuestra patria los regímenes de terror, de asesinatos, de explotación despiada contra el pueblo, como fue el del déspota Fulgencio Batista y Zaldívar, que en1956 privó al hoy ballet Nacional Cubano,” de la escasa ayuda que
    recibía del Estado desde 1950, por no plegarse a los dictados de convertirlo en uno de sus agentes propagandísticos”
    EL fértil pensamiento de Alicia Alonso, cobra fuerza cuando expresó con legítimo orgullo de cubana, que “Toda mi esperanza y mi sueño consisten no salir al mundo en representación de otro país, sino llevando nuestra propia bandera y nuestro arte”
    Alicia y el colectivo de su ballet, son gente comprometidas con la Revolución, con Fidel y Raúl, ya que, con el triunfo revolucionario de1959, “todo resulto diferente para esta institución del arte y la cultura. “Tras su reorganización, el Ballet de Cuba, inició una gira por América Latina.
    Y el 20 de mayo de 1960, apareció en la Gaceta Oficial de Cuba la ley 812, firmada por el Comandante en Jefe Fidel Castro, entonces Primer Ministro; Osvaldo Dorticós, presidente de la Nación; y ArmandoHart, ministro de educación. Y fue grandioso, porque la ley destacaba la labor extraordinaria llevada adelante por Alicia, eximia bailarina, cuyos grandes triunfo honra a la patria”
    La acción enemiga interna y externa, al triunfar la victoriosa Revolución Capitaneada por Fidel, en sus malsanos ycriminalesactosdeterrorismo, desde los primeros momentos identificaron los sentimientos de comprometimiento de Alicia con este Estado de Obreros y Campesinos, y no faltaron las acciones criminales contra ella y su glorioso ballet: “la explosión de un artefacto debajo de la silla que momentos antes había ocupado Alicia Alonso en un local de la sede dela Academia de Ballet del Vedado, motivó la visita de Raúl Castro, quienes interesó por la seguridad de los locales involucrados, e instó a reforzar la vigilancia, a partir de una constructiva critica a el encargado de proteger el inmueble”
    Es conocido que Alicia Alonso y su formidable Ballet, el 3 de febrero de1959, reaparecieron ante el público cubano, en una gala especial en honor a los combatientes del Ejército Rebelde y el Gobierno Revolucionario, después de dos años y medio de injusto al alejamiento en la escena motivada a la presión y el chantaje del derrotado gobierno de Batista. Esta institución cultural, actuó para los CDR y la organización desde los primeros momentos la tienen como una figura emblemática.
    Cuando los CDR, cumplieron 15 años de fundado, Alicia su Ballet, dieron una función especial en el Parque “LENIN”, cuyo Guion fue escrito por el actual historiador 25 años de creada esta institución cultural recibe la bandera 28 de septiembre de los CDR, en un monumental acto de masas. Alicia Alonso fue especialmente invitada por la ocasión

  • Raul dijo:

    Alicia es de todos los tiempos.

  • Guillermo Morán Loyola dijo:

    La primera función de ballet que ví, fue la fatal noche en que en todas las provincias se hacía una velada política, y artística por el asesinato de Ernesto Guevara. Fue en los hombros de mi papá, en la Plaza Méndez de la ciudad de Camaguey, el ballet bailaba La Avanzada, son su simbolismo, y su gran poder de electrizar a cualquier persona, con esa música extraordinaria, y el momento en que la bandera no cae en el suelo...
    A Alicia la descubrimos después, por la TV, y sin dudas puedo decir que es una de las grandes, grandes que ha dado este planeta. La imágen de una bailarina, que se empeñó no solo en ser buena, con sus limitaciones físicas, sino con sus dotes de pedagóga, coreógrafa, y directora es algo que muy pocos casos se dan en el mundo, porque no todos tenemos esos grandes dotes y talentos.
    A Alicia hay que recordarla como la patriota que es, y será, como la revolucionaria que no traicionó a su país, como la artista emérita que es y será, compartiendo nuestros problemas, y que en su afán por llevarle el arte a los más desposeidos en el momento del triunfo de la revolución, llevó el Ballet a la Sierra maestra, se bailó casi que en la tierra pelada, pero con orgullo todos aplaudieron a tan sacrificado colectivo, haciendo realidad de que el verdadero revolucionario no mira de que lado se vive mejor sino de que lado está el deber. Su obra imperecedera, alguna que otra no rescatada de los archivos de la TV Cubana, debe perdurar, como un ejemplo único de lo que debe lograr una bailarina en Ballet que le toca interpretar, para que técnica, teatralidad, gestos, y coreografía se puedan unir y hacer lo que ella era: la primera bailarina absoluta del Ballet Nacional de Cuba.

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Miguel Cabrera

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