Imprimir
Inicio »Especiales, Cultura  »

Mujeres tras las cámaras

| 5 |

Lena Hernández durante una filmación mientras estaba embarazada. Foto: Helman Bejerano Delgado / Facebook.

Chloé Zhao es la primera directora en ganar el Globo de Oro durante casi 40 años, por “Nomadland”. Daniela Cajías hace historia con su trabajo en “Las Niñas”: nunca una mujer había conseguido el Goya en la dirección de fotografía. La película, dirigida por Pilar Palomero, también se alza con los premios a mejor película y dirección novel.

Otras noticias sobre el festival español confirman un incremento de la representación femenina: la edición 2021 es la primera en que ellas alcanzan el 50% de los premios. En paralelo, camino a los Oscar, 70 mujeres recibieron un total de 76 nominaciones, otro récord. Por primera vez dos directoras, Emerald Fennell y otra vez Chloé Zhao, son nominadas en esa categoría.

Mucho ha llovido desde los tiempos de Alice Guy Blaché, la primera guionista y directora de cine en la historia. Entre 1896 y 1922 realizó más de mil películas, de ellas sólo 140 fueron firmadas con su nombre. Ahora las cineastas ya no tienen que ocultarse o firmar con seudónimos, pero no siempre les resulta fácil trabajar en un sector que durante varias décadas estuvo reservado para los hombres. Son muchas más quienes ocupan roles de dirección, producción, fotografía o sonido. Lidian a diario con los prejuicios y estereotipos machistas que también allí persisten.

Los titulares de las últimas semanas sobre la presencia de mujeres en el circuito internacional de festivales de cine confirman buenas noticias. Hay cada vez más mujeres haciendo películas sobre mujeres, reales, que desean y no son objetos de deseo, que toman las riendas, que sufren, sobreviven, luchan. Algunos filmes, incluso, denuncian el patriarcado latente.

Sin embargo, queda mucho por hacer para alcanzar la equidad en el sector. Un estudio realizado en el 2014 por ONU Mujeres lo confirma: en aquel momento ellas constituyeron el 7% de los directores, el 19,7% de los guionistas y el 22,7% de los productores de la muestra de películas estudiada.

Estadísticas más recientes, proporcionadas por el sitio Statista, confirman la desigual proporción entre los diferentes profesionales trabajando detrás de cámaras en Hollywood. En el 2020, las directoras eran solamente el 18%; las guionistas, el 17%; las productoras ejecutivas, el 21%; las productoras, el 30%; las editoras, el 22% y las operadoras de cámara, el 6%.

Lamentablemente, el circuito que recorren hoy las películas, desde que se filman hasta que llegan a la pantalla y son reconocidas (o no) en festivales o premiaciones, sigue siendo mayoritariamente masculino: “productores varones que contratan directores varones que mandan sus películas a festivales y concursos donde el jurado está mayoritariamente conformado por varones. Varones eligiendo varones”, explican Florencia Tundis y Maitena Minella en el sitio Economía Feminista.

Como si no fuera suficiente, las mujeres en la industria cinematográfica sufren los efectos de las violencias machistas que marcan al medio. En los últimos años, movimientos como el #MeToo destaparon múltiples casos de acoso, abuso y agresiones sexuales, debido a las posiciones privilegiadas garantizadas para los hombres.

Las listas de nominaciones del 2021 nos muestran que hay más mujeres haciendo buenas películas, pero no significa que todas las batallas están ganadas. De hecho, aún está por ver si esta presencia inaudita se sostiene a largo plazo.

Refiriéndose a los resultados de los Goya, la actriz Pilar Castro advirtió que podría ser un espejismo resultado de una serie de condiciones particulares, entre ellas que los grandes directores hombres del cine español no presentaron películas. La representación de las mujeres en las pantallas de cine y tras ellas continúa siendo un desafío marcado por la inequidad.

Cuba, entre avances y prejuicios

Magda González Grau supervisa un rodaje. Foto: ICAIC.

Cuando Magda González Grau dirigió por primera vez, se quedaba hasta altas horas de la madrugada estudiando cada escena y perfilando todos los detalles, para no vacilar antes las preguntas incisivas de sus subordinados hombres.

“Tenía dos camarógrafos que me examinaban cada día de rodaje. Me decían: ´Directora, ¿dónde ponemos estas cámaras?´ Y yo tenía que saber donde poner las cámaras, tenía que estudiar las escenas del día siguiente aunque llegara a las cuatro de la mañana a mi casa, porque sabía que me estaban examinando constantemente”, relata a Cubadebate.

La directora de “¿Por qué lloran mis amigas?” asegura que el primer desafío de las cineastas es que las tengan en cuenta. “Los camarógrafos, sonidistas, directores y productores siempre han sido hombres. Quizás el único espacio que las mujeres habían ocupado era el de editoras, porque se parece al corte y costura, sobre todo cuando trabajaban con la cinta de celuloide”.

Carla Valdés León, otra joven directora de cine cubana, coincide: cuando se habla de nosotras en el ámbito profesional, desde la lógica del patriarcado, somos las detallistas, las que nos fijamos en las cosas, las que tenemos las manos más suaves, la ternura.

Entonces, añade, “si queremos ser fotógrafas, guionistas, directoras, sonidistas, productoras... es un reto, hay una barrera extra que saltar. Demostrar todo el tiempo que mereces estar en ese lugar, que no estás equivocada, es un desafío tremendo”.

En su opinión, al cine cubano aún le queda mucho por hacer en asuntos de género. Explica que en una industria marcada por tener en la dirección de la institución, en la producción y dirección de las películas, sobre todo a hombres; las pocas mujeres son como estrellas que brillan en medio de la oscuridad.

“Hay muchas directoras mujeres, sobre todo en los 90, de las cuales no se conoce absolutamente nada. Directoras que nunca hicieron una película por ser mujeres. Porque en el ICAIC entregaban casi todos los proyectos a los directores. Eran los hombres quienes tenían más prestigio, más legitimidad, más confianza”, comenta.

Para Magda González la situación ha mejorado en los últimos años con la graduación de más mujeres en todas las especialidades. Sin embargo, reconoce, todavía cuando hay una camarógrafa o una directora de fotografía en el medio, la gente la mira con suspicacia. “Vamos a ver qué dará esta muchacha”, “ella no puede con la cámara” o “ella no se subiría arriba de una grúa” son frases recurrentes.

Lena Hernández Rodríguez, graduada hace cuatro años de la especialidad de fotografía en la Facultad de Medios Audiovisuales (FAMCA) de la Universidad de las Artes, lo vivió en carne propia. Antes, cuenta, la facultad no permitía a las mujeres estudiar dirección de fotografía, con la justificación de que las cámaras eran muy pesadas y era una especialidad muy fuerte. Sin embargo, avances de las tecnologías mediante, las cámaras se volvieron más pequeñas y manejables y esto cambió. Pero los prejuicios quedaron.

“Al inicio fue tan difícil que muchas veces llegué a deprimirme. La discriminación conmigo no fue solo por el hecho de ser mujer, sino por cumplir un canon establecido de belleza. Muchas personas me preguntaban qué hacía detrás de las cámaras si debía ser actriz o me decían aquello de no me mires con esos ojos que me derrito. Estoy segura de que muchas colegas se sentirán identificadas”, relata a nuestro medio.

Los constantes piropos en el espacio profesional cuestionaban su capacidad de trabajo, reduciéndola a una cara bonita. “Mi primera solución para evadir ese acoso fue comportarme y vestirme como un hombre, cambiando mi esencia. Hay veces que pueden llegar a forzar cambios de identidad”, explica.

Con el tiempo se dio cuenta que el único camino posible era demostrar sus conocimientos, su capacidad personal, siendo quien era. “Porque no podía fajarme todos los días en mi trabajo, porque me quedaba sin él. Te ponen en una posición tan difícil”.

Carla Valdés también sufrió las consecuencias del entorno machista. Mientras estudiaba en la FAMCA, durante un ejercicio de dirección, le llegaron a decir que con la voz finita y bajita no podía dirigir, que tenía que hablar más fuerte, porque “los directores hablan duro”. Luego, al graduarse y trabajar en la Muestra Joven, alguna que otra vez perdió su nombre para llamarse “niña linda”.

“Cuando una se coloca en estos lugares destinados a hombres se convierte en presa fácil para la violencia machista que ronda. Todos esos directores y productores entienden que te pueden hablar de una manera, que te pueden decir cualquier cantidad de cosas porque, si quieres estar ahí, tienes que aguantar. Te hacen comentarios súper groseros y violentos, eso pasa mucho. Hay acoso también, conozco historias de estas violencias”, cuenta.

Lena Hernández, ahora con una maternidad recién estrenada, asegura que a la nueva generación de mujeres del cine y el audiovisual cubano les toca normalizar esas especialidades que no se asocian a la feminidad.

"Ese es el mundo que yo sueño para mi hija. Yo aspiro a que no deba luchar por sus derechos, simplemente que los tenga; que se le respete como mujer y ser humano y crezca con confianza en sí misma”, dice.

Caminos hacia la equidad

Foto: Carla Valdés / Facebook.

El cine, la televisión y los medios de comunicación en general son herramientas poderosas para representar lo que somos, lo que fuimos, lo que seremos. Por tanto, en ellos reside una gran responsabilidad. Contar una sociedad más justa y real, que no subordine o estereotipe a unas y otros, implica también cambiar lo que sucede tras las cámaras.

Tiene que haber más mujeres dirigiendo, escribiendo, filmando y produciendo películas. Ellas contribuirán a un diseño más completo de los personajes femeninos y de la realidad que viven, sus victorias y conflictos.

En ese camino, urge desmontar los estereotipos y prejuicios machistas que aún sobreviven en el sector. El primer paso es trabajar. “Cuando tú demuestras que sabes lo que quieres y que incluso a veces lo haces mejor que cualquier hombre, que puedes conducir a un equipo a buenos resultados artísticos, ganas la batalla”, insiste Magda González.

Otras claves apuntan a la educación en igualdad desde los hogares y la eliminación de imágenes negativas y degradantes de la mujer en los medios.

“El aumento de la participación y el acceso de las mujeres a la toma de decisiones dentro de los medios, pero desde una política de estado real, es la única que va a traer en los medios de comunicación un punto de vista feminista, tan necesario para la educación de criterios que desmonten los estereotipos machistas persistentes”, asegura Lena Hernández.

Además, agrega Carla Valdés, hay que sensibilizar y crear conciencia, pensar en asociaciones de mujeres dentro del cine que se encarguen de visibilizar todos estos problemas, de presentar denuncias y proyectos de leyes.

“Es muy necesario crear redes de sororidad y de militancia. Eso puede llevar a una visibilización de los conflictos que se viven, para que las normas que se incluyen en decretos, leyes, procedimientos de producción, contratos laborales, convenios de trabajo, contribuyan a nuestra seguridad”, insiste.

Es necesario, en definitiva, generar más alianzas que permitan visibilizar los conflictos latentes y sus posibles soluciones, para que cada vez más mujeres encuentren su lugar tras las cámaras.

Se han publicado 5 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Magda González Grau dijo:

    Me gustó mucho el trabajo. Annia hace un recuento histórico con estadísticas reveladoras de un gran problema y luego, a través de testimonios, caracteriza la situación de las realizadoras en el paisaje audiovisual cubano actual. Felicidades, Annia.

  • Un tipo ahí dijo:

    Me gusta mucho que partas de una situación global y caigas en una realidad cubana en la que nuestras mujeres cineastas viven situaciones muy similares a las de sus colegas.
    Me hubiera gustado que se incorporan estadísticas reveladoras en cuanto al sesgo de género en Cuba que sí ofreces para otros contextos. Hablo de la cantidad de largometrajes cubanos dirigidos por mujeres y El porciento que representan.
    Hay que recordar que por muchos años fue Sara Gómez nuestra única directora y con apenas un largometraje en su filmografía.
    De hecho, directoras como Rebeca Chávez, Magda González, Blanca Rosa Blanco y Marilyn Solaya apenas tienen un largometraje y las dos últimas son actrices devenidas directoras en tanto Magda viende de la televisión.
    En los tempranos noventa el ICAIC pareció reaccionar a las críticas y demandas al respecto y se hicieron los cinco cortos que integran Mujer transparente. Pero el proyecto no avanzó más y ninguna de esas directoras pudo realizar películas más extensas.

  • Carlos dijo:

    Qué estén todas las que tengan el talento; que salgan todos los que, aun con talento, nieguen el de ellas.

  • Claudia Alonso dijo:

    Nunca me he sentido discriminada. De hecho creo que cuando dicen mujeres realizadoras, hay un poco de separación. Parece miedo a decir directoras o Cineastas!

  • Alberto dijo:

    Increible...y mas en un medio como el cine...donde prima el talento...o eres bueno o no...y sucede asi en todas sus esferas...si eres buena directoa y haces una buena pelicula...evidentemente te la reconoceran....sin mediar en ello que seas hombre o mujer o transexual. Una vez mas quejandose de la meritocracia...haciendose las victimas.

    La verdad es que enfocarse en que sus subordinados los examinan....pues pasa a cualquier director(o cualquiero otro ambito)nuevo o que no tenga un vagaje amplio...ya sea hombre o mujer. Lo mismo pasa con esas "directoras" que dicen que el trabajo se lo dan a los hombres...por ser hombres...y no..no lo creo.

    Ahora mismo me viene a la mente cierta directora española que dejo entrever que aceptaron la opinion de Clint Eastwood y no la de ella por ser hombre...sobre la pelicula "La chica de un millon de dolares"....cuando evidentemente el vagaje cinematrografico...y el arriesgarse monetariamente con la pelicula....iba de parte...del señoro...como denomino....a director. En fin...quejarse por quejarse.

Se han publicado 5 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Ania Terrero

Ania Terrero

Periodista de Cubadebate. Graduada en 2018 de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.
En Twitter @AniaTerrero

Vea también