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Sara Lovera: El feminismo es un asunto de libertad

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Imagen: Cubaperiodistas.

Sara Lovera habla con la convicción de quien sabe que lleva mucho tiempo diciendo, pero que le quedan todavía muchas cosas por contar. Periodista, feminista, activista por la equidad y contra la violencia de género, asegura que una clave importante para entender de qué van estas luchas pasa por comprender el concepto de libertad.

Porque el feminismo pasa por reconocernos a nosotras mismas como humanas, por tener dignidad, coraje de vivir, por tener libertad, asegura la reportera, conductora de televisión y columnista mexicana, quien se ha distinguido por su tarea profesional y militante a favor de los derechos humanos de las mujeres.

Durante su más reciente visita a La Habana, la actual coordinadora regional de la Agencia Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y el Caribe (SEMlac) y directora de SemMéxico conversó con nuestras Letras… sobre los avances y desafíos del feminismo en la región, el enfrentamiento impostergable a la violencia de género y algunos recursos imprescindibles para emprender estas batallas desde el periodismo y la comunicación.

¿Qué papel juegan los medios de comunicación y las redes en el enfrentamiento y prevención de la violencia de género?

En este mundo, otra vez, nos enfrentamos a la ideología. “Es decir, persisten resistencias ideológicas en la sociedad, para cambiar su mirada frente a las relaciones humanas y al rol que juegan las mujeres dentro de ellas”. Estas reservas tienen ya dos o tres siglos, “porque llevamos todo ese tiempo discutiendo nuestros derechos, pero de pronto escuchas a la gente y hablan como si estuvieran en el siglo XIX”.

Para Lovera, la ideología patriarcal dominante a nivel global es todavía un obstáculo muy grande: existen fijaciones culturales inamovibles, o más bien, que parecen inamovibles. Por lo que los medios de comunicación deben aprovechar su potencial para educar, fijar perfiles humanos, movilizar. Ante la pregunta de qué podemos hacer desde allí, repite: “tenemos que inducir los cambios”.

“En algún momento las mujeres dijeron: "Bueno, tenemos que hacer nuestros propios medios, ya que los medios generalistas no tocan los temas que necesitamos". Pero luego esos medios hechos por mujeres quedaron en un círculo vicioso. Nos escuchamos y nos leemos entre nosotras mismas, pero no se rompe el círculo”, relata.

En su opinión, hace falta llegar con estos temas a los medios de masas y a las redes sociales, porque desde ahí también se marcan las agendas de noticias. “Podemos hacer mucho ahí, para algunas movilizaciones de mujeres ha sido muy efectivo que se ponga en las redes”.

Por eso, agrega, resulta tan importante la necesidad de acortar la brecha tecnológica entre hombres y mujeres, porque usar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación puede hacer el proceso más rápido. “Al menos existe esa ilusión ya que, efectivamente, las redes han roto zonas de silencio, han mostrado realidades antes ocultas”.

No obstante, advierte, en esos espacios virtuales se expresan las personas y también, por supuesto, esa parte de la sociedad que sigue reproduciendo estereotipos: los patriarcas. Por ello, nos atacan, minimizan y en definitiva, repiten las lógicas violentas que arrastran desde el mundo físico.

“Hay un fenómeno de visibilidad del problema gracias a las redes; nos gusta creer que estaba ahí, pero con internet ha crecido mundialmente. Creo que hemos avanzado en nuestra propia libertad; en nuestro accionar, en nuestra palabra, ya no nos callamos”, asegura la periodista mexicana.

Desde su perspectiva, ahora más que nunca el patriarcado le teme a la espada de Damocles que lo amenaza, a esa frase constante y sonante que las feministas repiten en todas partes: “Se va a caer, se va a caer, se va a caer…”. Y eso tiene una reacción.

Según la doctora Marcela Lagarde, a cada minuto que caminamos tenemos un obstáculo y una reacción, recuerda Lovera. “Yo creo que ahora hay una reacción virulenta. No solamente ha crecido el crimen a nivel mundial y las bandas, persiste mucha falta de comprensión sobre el femicidio, y sobre las formas de violencia de género”.

Entonces, agrega, la tarea de los medios tiene que ser explicar, difundir, informar, dar elementos didácticos para que las mujeres se identifiquen. Ofrecer información que cambie la mentalidad de los agentes de la justicia, los agentes del ministerio público, los fiscales. “Para que no se banalice el problema y no se culpe a las mujeres por cómo visten o por la hora en que andan solas de madrugada, por ejemplo”.

En ese sentido, resulta fundamental no colocar la vida privada de las víctimas en los medios. “No es la conducta de las mujeres la que genera agresividad, es la agresividad machista y patriarcal que está en el ambiente. El ejercicio del poder, el autoritarismo... todo eso es caldo de cultivo para cualquier violencia”, enumera.

Ante este panorama, Lovera repite el deber de insistir. “Hemos insistido mucho, hemos formado periodistas, hemos creado explicaciones ideológicas o académicas de cómo opera el ejercicio del periodismo en la validación de estereotipos, en el valor de la difusión o construcción de imágenes”.

Agrega que existe un avance gigantesco en el número de mujeres que están en los medios, pero queda mucho por hacer. En algunos países, lugares, medios, vamos hasta más allá del cincuenta por ciento. Y a veces somos directoras, responsables editoriales. Pero no basta con que haya mujeres, tiene que haber mujeres preocupándose por los derechos de las mujeres, insiste.

En su opinión, ¿cuáles serían puntos claves para hacer un periodismo feminista?

“Uno básico: ser buen periodista y mirar a las mujeres. Si las miras, tendrás que contar lo que les pasa, los desafíos que enfrentan, la discriminación. No puedes ser ciego”, responde Lovera sin pensarlo mucho.

“Los periodistas tienen que mirar y para ello sí necesitan herramientas, quizá no complejas formaciones de género, sino las más sencillas que aprendimos en la escuela. Tienen que preguntarse: ¿Para qué sirve lo que estoy haciendo?, ¿A quién le sirve lo que estoy contando?, ¿Ayuda o perjudica?, ¿Es ético? Por ahí andan algunas claves”, amplía.

Al respecto, la coordinadora regional de SEMlac apunta que necesitamos una nueva ética “que no vaya solo de buscar la verdad, sino también de la búsqueda del servicio, de lo que le sea útil a la población”.

Por otra parte, agrega, hay que aprender a no discriminar más a las mujeres desde el periodismo. “Cuando seamos tratadas como seres humanos, cuando los periodistas nos piensen como seres humanos con derecho, cuando no nos muestren como mujeres en esta visión tradicional de humildes y lloronas, comenzaremos un cambio más profundo”.

Finalmente, ¿por qué es necesario el feminismo?

“Es fundamental, porque el feminismo que ha evolucionado en los últimos trescientos años ha ido poniéndole nombre a nuestra discriminación y a nuestra opresión en cada momento. Porque es una filosofía, pero también una estrategia política”, afirma la experta.

“Nosotras, las más radicales, no creemos en frases como "se hace lo que se puede" o "hasta donde se llega". Nosotras queremos un cambio radical y eso se parece a la propuesta de las revoluciones del siglo XX”, agrega. Desde su perspectiva, urge un cambio de todos los mecanismos económicos, políticos y sociales y se necesita otro tipo de gobernabilidad.

En ese camino, el feminismo es muy importante. Y no se le puede tener miedo. “No es odio contra los hombres -aunque todavía alguien se pregunte esas barbaridades-; no somos violentas porque alzamos la voz. La tenemos que alzar para que nos escuchen y también tenemos que enseñar a las otras”, insiste.

De cierto modo, Lovera cierra el círculo: “Debemos enseñarles a reconocerse a sí mismas como humanas, a tener dignidad., coraje de vivir, libertad. Si hoy usted no es libre, pues no puede ser feminista”.

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Ania Terrero

Ania Terrero

Periodista de Cubadebate. Graduada en 2018 de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.
En Twitter @AniaTerrero

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