Cubadebate

Humberto Díaz Pérez. Foto: Ariel Cecilio Lemus/ Granma/ Cubadebate.

Humberto Díaz Pérez nació en Santa Clara en 1975. Cursó la Escuela Elemental de Arte de esa provincia, la Escuela Profesional de Arte Oscar F. Morera, en Trinidad y el Instituto Superior de Arte (ISA). Hoy es reconocido dentro del panorama de las artes plásticas en Cuba por su propuesta novedosa e inteligente, en los que sus observadores buscan significados y atribuyen sentidos.

Su trabajo se define por los conceptos y reflexiones, más allá de la diversidad de medios técnicos y soportes con los que crea. Vídeo, fotografía, instalación, escultura, performance, cerámica, site specific works, incluso, curaduría, le han permitido trazar un discurso que apunta a la “noción de realidad” como una experiencia relativa.

- ¿Por qué elegir estas ramas dentro de las artes plásticas?

Fue una decisión que tomé desde temprana edad. Daba mis clases de pinturas pero no era el medio donde me expresaba mejor. Supongo que pasa de la misma manera cuando algunos prefieren escribir un poema y otros un ensayo.

Económicamente no tiene muchas ventajas. Es un tema personal. Yo me siento más cómodo haciendo este tipo de obras que juegan con el espacio, que son más envolventes en el sentido de que el espectador se introduce dentro de ellas, las recorre y recrea sensaciones. Para mí, es más eficiente como herramienta de comunicación que pintar, por ejemplo.

- En la familia de Humberto Díaz no hay artistas. Su inclinación por las Artes Plásticas fue innata, por talento y vocación.

¿Cuáles son las características que definen a Humberto Díaz como artista?

El espacio en donde expongo las obras es muy importante. Me refiero a la altura, material, historia que tiene el lugar y además, el país donde estoy exponiendo; o sea, cuando hago una exposición en Estados Unidos trato de hablar de lo que está pasando en esa nación, en ese momento.

Me gusta hacer obras que sean respuesta al contexto en donde se exhiben. Creo que ese sería, si hubiera alguno, el sello de mi trabajo, más que los materiales u otra cosa.

- ¿Cómo valoras el arte contemporáneo que se está haciendo en Cuba?

Se está haciendo un arte muy diverso. Cuba es una cantera grandísima de artistas de todos los tipos. Es una isla pequeña comparado con otros lugares que geográficamente tienen más metros cuadrados, pero nuestro país tiene una producción artística tremenda, no solo en el mundo de las artes visuales sino en otras manifestaciones.

Esa diversidad es buena. Cuando se hace una exposición de arte cubano puedes hacer diez muestras con el mismo título y con 50 artistas diferentes y no tienes necesidad de repetirlo.

-¿Cuán difícil resulta para un artista concebir una exposición?

Que se perdieran las escuelas elementales en la enseñanza artística y que no existan algunas escuelas de nivel medio, son cuestiones que están erosionando el desarrollo artístico. La cantera de talento se reduce muchísimo, disminuyen las posibilidades y también los lugares de exhibición como algunas Casas de Cultura, los Centros Provinciales de arte.

Mis primeras exposiciones fueron en el Centro Municipal de Arte de la Casa de la Cultura de Trinidad. Era un estudiante de arte. Ya muchos no tienen esa posibilidad.

Hay muchas oportunidades que se van cerrando a pesar de que hay otras tantas que se van abriendo.

Se deberían reactivar muchos espacios propicios para artistas noveles. Hay un salto grandísimo de ahí a los espacios expositivos en Galerías de Arte, que son bastante pocos en comparación con la cantidad de artistas que hay. También, están surgiendo espacios en estudios de los propios artistas e incluso en proyectos culturales.

Ahora también la gente exhibe su trabajo en Internet y las redes sociales y esa es una forma también de exponer tu arte. Por un lado se pierde y por otro se gana, a partir de cosas que forman parte de la nueva realidad.

Rara Avis en Galería Habana

Pieza Rara Avis. Foto: Foto: Ariel Cecilio Lemus/ Granma/ Cubadebate.

La Galería Habana expone hasta el próximo 10 de marzo la muestra “Rara avis”, de Humberto Díaz.

La exposición está estructurada por un conjunto de instalaciones, esculturas y site-specifics donde la interacción con el público y los juegos de luces y sombras son las protagonistas.

Según Humberto Díaz, “Rara avis” es el título también de la pieza conformada por los dos anillos que usaron su esposa y él los catorce años que estuvieron  casados. Ese es el eje que hace girar toda la temática de la exposición.

“Este es un término en latín que alude a cuando algo es muy especial, es sui generis y así siento que fue nuestra relación. Sobre la base de esa experiencia surge la idea curatorial de las otras piezas”.

“Síndrome de Estocolmo”, otra obra, copia toda la estructura arquitectónica de la galería. Así lo expresó su creador: “Se puede sentir y ver como una prisión, pero tiene dos maneras de recorrerla: por el interior que es blanco muy iluminado y por fuera, donde la sensación de enclaustramiento es mayor porque es un espacio cerrado y toda esa área es negra”.

Obra Síndrome de Estocolmo. Foto: Ariel Cecilio Lemus/ Granma/ Cubadebate.

Según el artista de la plástica se crea una contradicción en el propio recorrido de la muestra, pues las cosas se ven en dependencia de dónde se sitúe el espectador. Cuando se está adentro se ve el blanco contra el blanco de la pared, esto crea una sensación visual de más amplitud que cuando se permanece afuera. Completan la pieza una alambrada de púas en el extremo superior para acentuar la sensación de encierro.

Según Díaz, "la pieza aparenta ser muy sólida, como si fuera metal, pero realmente es de madera y quien la recorre se percata de que es una estructura que se puede destruir de un golpe. Que esté hecha de madera y que sea, hasta cierto punto, frágil hace que el espectador perciba que no es una barrera física, sino mental. El título de la pieza “El síndrome de Estocolmo” alude a la relación del cautivo con el cautivador, la relación amor-odio.

Otra de las obras que está en el mismo centro de la exposición se llama “Black Swan” (Cisne negro) y es un site-specific, una intervención dentro de otra. Nuevamente Humberto Díaz comenta: "Hay una obra que hicieron Alex Hernández y Ariadna Contino en el 2017 aquí mismo en la Galería Habana. Ellos recubrieron la columna central del edificio con una columna cuadrada y la obra se llamaba “Desobediencia”. Por azares de la vida se fue quedando a través de todas las exposiciones hasta hoy. Hablé con ellos porque estaba interviniendo de alguna manera en la obra de otros artistas y entonces creé “Cisne negro”.

Obra Cisne Negro. Foto: Ariel Cecilio Lemus/ Granma/ Cubadebate.

Humberto le hizo una fisura a la columna cuadrada dejando ver en el interior la columna circular original.

El título de “Cisne negro” viene por una teoría sociológica. Se habla de este fenómeno cuando hay sucesos sociales e históricos que pasan de forma inesperada y tienen grandes consecuencias. Después, viéndolos en retrospectiva, podríamos estudiarlos y notaríamos señales que, teóricamente, habrían permitido prevenirlos.

La obra final del recorrido se llama “Piedra angular”, instalación hecha con piedra, acero y un sistema láser modificado.

Obra Piedra Angular. Foto: Ariel Cecilio Lemus/ Granma/ Cubadebate.

"Quería que la exposición quedara con un mensaje bastante abierto. La piedra angular es un término bíblico. Hay referencias de Jesús como la piedra angular, pero también es un término que se utiliza mucho en el terreno de la arquitectura: la piedra angular de los edificios, la primera piedra, la piedra por la que se empieza a levantar todo lo demás".

Según Humberto la pieza final es una apertura, un punto de inicio por el que se puede comenzar a construir cualquier otra cosa: “Habla un poco de la expectativa del futuro, el principio del camino hacia algo que todavía es desconocido, el punto inicial de este recomienzo”.