Cubadebate

Te estoy escribiendo a la hora del crepúsculo del jueves 11 de enero. Esta mañana nos levantaron ni más ni menos que a las 2.50 a.m. Se supone que se hizo porque los oficiales del penal tenían que ir temprano a prácticas de tiro y esto creaba carencia de personal en la institución.

Sea cual fuere la razón, lo cierto es que estuvimos en las celdas de tránsito desde las 3:30 a.m. hasta las 7:00 a.m., para luego realizar el recorrido habitual y esperar en las perreras durante otra hora, hasta que a las 8:30 fuimos al fin a la Corte, exactamente seis horas y diez minutos después de habernos levantado.

Como imaginarás entonces, me siento a escribirte ahora con un esfuerzo sobrehumano, en dura competencia con el sueño, por lo que nada te puedo prometer sobre cuánto avanzaré hoy en mi relato.

Pero el esfuerzo vale la pena, como coincidirás conmigo cuando leas de lo ocurrido ayer miércoles 10, en nuestro viaje a través del tortuoso sistema legal que con tanta insistencia se quiere imponer a medio planeta.

El día lo comienza William Norris para realizar el contraexamen del testigo estrella de la Fiscalía, Joseph Santos.

El abogado le pregunta al testigo qué sabe sobre el delito de agente no registrado ante el gobierno norteamericano, pero no obtiene respuesta alguna por las objeciones insistentes de la Fiscalía, que arguye que el abogado estaba buscando una opinión legal; las objeciones son aceptadas una tras otra por la jueza. Tras intentar varias vías para esclarecer el punto, Norris ve cerrada la puerta y tiene que retirarse sin obtener una respuesta concreta.

Tras un magro interrogatorio del fiscal Buckner, que ni pinta ni da color al paso del testigo por el estrado, se calafatean las pocas teorías ensayadas en su examinación por la Fiscalía a fin de convertir a este triste tigre en un espía. Así pasó a la historia de este caso uno de sus capítulos más bochornosos, al que por necesidad ya le he dedicado bastante tiempo. Por de pronto solo te narro los hechos y espero que, en el futuro, pueda analizarlos de un modo más frío.

Lo más importante de todo este episodio es que se le propinó un golpe al cargo de espionaje, que se apoyaba mucho en la actuación de este personaje. Después de transcurridas casi tres semanas de procedimiento, todavía la Fiscalía no se ha podido anotar un golpe contundente y falta por ver cómo reaccionará a este revés.

Y mientras yo me caigo del sueño, son las 9:00 p. m. de este jueves 11, y concluyo satisfecho mi teclear por el día de hoy, con solo un día de retraso en esta historia.