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"POSADA CARRILES DEBE SER JUZGADO EN VENEZUELA"

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  Caricatura de Gerardo Hernández Nordelo, Preso político cubano en Estados Unidos por combatir el terrorismo de Posada Carriles, Orlando Bosch y otros como ellos.  

Caracas. Hace 25 años que la periodista venezolana Alicia Herrera escribió el libro Pusimos la bomba y qué donde recoge los testimonios de Orlando Bosh y Freddy Lugo, quienes confesaron haber colocado una bomba en un avión de Cubana de Aviación que mató a 70 personas, entre ellos un equipo de esgrima que venía de ganar un campeonato en Venezuela y cuyos cadáveres salieron esparcidos por el espacio aéreo de las costas de Barbados.

 Ese acto terrorista de este grupo adversario del presidente cubano Fidel Castro, ocurrido el 6 de octubre de 1976, fue bautizado por los reporteros de sucesos de entonces como "La voladura del avión cubano", por el cual estuvieron presos en Venezuela además de Bosh y Lugo, Hernán Ricardo y Luis Posada Carriles, entre otros.

  En ese tiempo Alicia Herrera ejercía el periodismo en Venezuela, aquí en la Cadena Capriles, y se llegó hasta el Cuartel San Carlos para visitar a dos fotógrafos involucrados en la voladura del avión cubano.

 "Allí recabé el testimonio de cómo volaron el avión y uno de ellos gritómuyorgulloso: 'pusimos la bomba y qué'", recordó la periodista, quien se encuentra de visita en el país y confesó sentirse alarmada por la posibilidad de que Estados Unidos le dé asilo a Posada Carriles, prófugo de la justicia venezolana por haberse escapado de la Penitenciaría General de Venezuela (San Juan de los Morros) en 1985.

 "Ahora a mí se me devuelve esa película", dijo, aludiendo a la llegada hace un mes a Miami de uno de los llamados autores intelectuales del bombazo al avión de Cubana de Aviación y cuyo abogado declaró públicamente que EEUU debería concederle el asilo porque su cliente ha trabajado en defensa de los intereses estadounidenses.

 Está confeso. Posada "es un peligro para EEUU y sus ciudadanos; debe ser extraditado a Venezuela porque es un acto de justicia procesarlo aquí", recalcó Herrera, al tiempo que mostró copia de una entrevista publicada en The New York Times (1998) donde Posada Carriles expresó lo orgulloso que se sentía de haber cometido actos terroristas en los hoteles cubanos, hechos con el propósito de ahuyentar a los turistas. "No hay que ir a Irak a cazar terroristas", exclamó la comunicadora social. "Están en Miami".

 Herrera defiende el derecho que tienen las autoridades venezolanas de pedir la extradición de Posada Carriles para juzgarlo aquí, pues dice que "eso es lo más lógico". Ya el vicepresidente Rangel anunció que se habían iniciado los trámites para la solicitud de extradición basado en un tratado que existe entre Venezuela y Estados Unidos. "Nos comunicamos con Interpol y su nombre está registrado como criminal, como asesino", dijo Rangel la semana pasada.

 A Herrera le parece "inexplicable" el silencio que ha guardado la administración de George Bush ante las pretensiones de Posada Carriles de "evadir" la justicia venezolana sabiendo que en sus discursos después del ataque del 11S tildó también de terroristas a las naciones que alberguen a los promotores de dichos actos.

 "¿Es que acaso el combate contra el terrorismo tiene que darse exclusivamente fuera de los EEUU?", se pregunta la periodista, quien no alcanza a entender cómo es que Posada Carriles vive en EEUU, cuyo gobierno ha hecho del combate contra el terrorismo el centro de su estrategia.

 Finalmente, dijo sentirse con la autoridad moral para denunciar a Posada Carriles porque recibió amenazas de muerte de su parte cuando supieron que saldría un libro donde ellos confiesan haber derribado el avión cubano.
"Aquí en Venezuela se editó pero la Disip lo recogió parcialmente en varias oportunidades... Por eso tuve que irme y lanzarlo en México en 1981".

 

 
 
 
 

 

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