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¡Oh!, ciencia testaruda

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Cuarenta y ocho horas de intercambios no alcanzaron para presentar todas las ideas, ni todas las posibilidades, la conversación continuará y llegará a nuevos objetivos. Foto: Archivo/Cubadebate.

Gracias a una amable convocatoria de la Academia de Ciencias de Cuba (ACC) tuvimos la oportunidad de participar en el Taller de Alto Nivel, organizado de manera conjunta por Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS, por sus siglas en inglés) y la más alta institución científica cubana. El evento, que tuvo lugar en La Habana los días 20 y 21 de marzo, sucede apenas cinco meses después de que la AAAS y la ACC firmaran un memorando de entendimiento, con el objetivo de relanzar unas relaciones que comenzaron a entretejerse en 1997.

La AAAS es la organización científica más grande del mundo (más de 120 000 miembros efectivos), que por definición se dedica al desarrollo de programas de diplomacia científica estadounidense, con una variedad de financiamientos que van desde los federales hasta los privados, o una conjunción de ellos. A diferencia de las dos academias de ciencias principales de los Estados Unidos, su esfuerzo fundamental está dirigido a conectar a aquellos especialistas, instituciones o proyectos, nacionales o extranjeros que comparten temas de investigación, propósitos y que responden a los temas más acuciantes de la ciencia.

Desde la AAAS se dirige la llamada familia de publicaciones Science (Ciencia). Además de dicha revista, se publican otras cinco más especializadas en los sectores: Avances de la Ciencia, Robótica, la Inmunología, sobre mecanismos fisiológicos y patológicos (Science Signaling), además de la integración de la medicina, la ingeniería y la ciencia para fomentar la salud humana (Science Translational Medicine). A partir de inicios del 2023, la AAAS permite que se publique en estos medios sin el requisito del pago obligatorio de cuotas que se exigía antes, para dar a conocer los resultados investigativos.

En momentos específicos en el pasado, Science ha publicado textos sobre el avance de la ciencia en Cuba y, más importante aún, sobre los propósitos comunes que han relacionado a la AAAS y la ACC y los esfuerzos conjuntos para relanzar un tipo de relación sostenible, duradera y mutuamente satisfactoria, que pueda desarrollarse más allá de los altibajos políticos.

A partir de todo lo anterior, no es casual que la mayoría de las presentaciones de los diversos paneles en ambas jornadas, hayan tenido sus ejes temáticos alrededor de los problemas de salud en general (humana y animal), así como los relacionados con el medio ambiente.

Del lado estadounidense, además de la Dra Gilda Barabino, presidente de la AAAS, estuvieron presentes el Dr Sudip Parikh, director ejecutivo de la asociación y el Premio Nobel (2003) y principalísima autoridad en el combate contra la malaria en el mundo, el Dr Peter Agre, quien fuera el primer presidente de la AAAS que visitar Cuba a mediados de los años 90 del siglo pasado y quien, además, ostenta la condición de miembro correspondiente de la ACC. La delegación estaba compuesta también por renombrados especialistas de la AAAS, de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y de organizaciones no gubernamentales, como el Fondo de Defensa del Medio Ambiente (EDF) o la Fundación del Océano (TOF).

Por la parte cubana copresidió el evento el Dr C Luis Velázquez, presidente de la ACC, asistido por los directivos principales de la academia, junto a especialistas en Biotecnología como los Doctores Agustín Lage y Tania Crombet, directivos del CITMA, el MES, los Doctores Luis Alberto Montero y  Jorge Núñez Jover por la Universidad de La Habana, así como expertos que tuvieron responsabilidades a nivel nacional en el enfrenamiento a la covid-19, como la doctora Ileana Morales. El Centro de Investigaciones de Política Internacional participó, por primera vez en estos intercambios, desde el aporte que ofrecen las ciencias sociales al sostenimiento de este tipo específico de relación bilateral.

Por el nivel de ambas representaciones, por la calidad de los contenidos tratados y las proyecciones hechas en cada tema, bien puede afirmarse que se trata de un evento sin precedentes en los últimos siete años, solo superado en el plano oficial por los programas desarrollados en las respectivas capitales durante el 2016 por el entonces ministro cubano de Salud Pública, doctor Morales Ojeda y la entonces secretaria estadounidense de Salud  y Servicios Humanos Sylvia Burwell.

El evento, que tuvo lugar cuando ya en Cuba se habla en pasado respecto a la covid-19, atrajo la atención de varios expertos en enfermedades transmisibles de los Estados Unidos, razón por la que en los paneles estuvieron presentes varios especialistas del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas (NIAID). Dicha institución estuvo encabezada hasta el 2022 por el muy reconocido Dr. Anthony S. Fauci, quien en varias ocasiones ha expresado su reconocimiento a la labor de Cuba frente a dichos padecimientos. El NIAID, forma parte de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) en Estados Unidos, agencia principal del gobierno estadounidense para la investigación asociada a la biomedicina y a la salud pública, adscrita al Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos. La sede del NIH en Bethesda, Maryland, se considera uno de los centros clínicos más grandes del mundo.

El NIAID dedica el 25% de su presupuesto a un acápite llamado Biodefensa, lo cual de por sí indica la atención que le prestan las autoridades estadounidenses a la ocurrencia de futuras pandemias, o al uso de agentes trasmisores de enfermedades con fines militares.

En el evento se expresaron claramente los retos que de manera conjunta debe enfrentar la Humanidad en estos campos, en los cuales el éxito solo puede alcanzarse de manera conjunta. Por cierto, en varias ocasiones científicos de ambos países expresaron en los paneles la oportunidad que se presenta para la colaboración no solo en el plano bilateral, pues los resultados de la misma serían de urgente aplicación en el entorno caribeño y latinoamericano.

Esta fue también la primera ocasión en que expertos en salud escucharon los avances logrados por medioambientalistas de ambos países y viceversa. A pesar de ser campos diferentes del conocimiento, en esas sendas esferas se comparte la misma necesidad de hacer frente a infinidad de restricciones legales, económicas y de otro tipo que han estado presentes durante años por decisión de las autoridades estadounidenses.

En ese marco se compartió el júbilo por los progresos en el empeño conjunto entre Roswell Park Cancer Center (Buffalo, New York) y el Centro de Inmunología Molecular (CIM) aprobado desde el 2017 para el enfrentamiento contra el cáncer, que recientemente recibiera los permisos para la ampliación de sus propósitos. Se habló también sobre cómo las acciones del Fondo para la Defensa del Medio Ambiente (EDF) y el Fondo Océano han cooperado durante los últimos 15 años con agencias medioambientales cubanas, para proteger las costas, los arrecifes y las especies presentes en nuestros mares comunes. Cada una de las presentaciones terminaba con el rotundo “sí se puede”, que el ser humano se reafirma a sí mismo en épocas de crisis.

Otra verdad quedó a flor de piel: la cooperación científica entre ambos países ya transitó por la época en que se dudaba sobre la calidad de la ciencia básica en Cuba y también por el momento en que había reservas sobre si se podía llegar a acuerdos y ejecutarlos. La gran mayoría de los memorandos firmados entre Cuba y los Estados Unidos entre el 2015 y el 2017 están relacionados de una forma u otra con temas científicos. Desde lo más alto del poder ejecutivo estadounidense se intentó congelar su aplicación, pero no pudieron detener la permanente conversación que se ha dado hasta hoy entre los científicos de ambas orillas.

Cuarenta y ocho horas de intercambios no alcanzaron para presentar todas las ideas, ni todas las posibilidades, la conversación continuará y llegará a nuevos objetivos. Queda solo la gran pregunta sobre si las autoridades estadounidenses estarán dispuestas a acompañar el proceso en toda su extensión, o no.

Y un pequeño detalle no menos significativo. La sede de las conversaciones fue el edificio que alojó a la ACC en su momento fundacional en 1861, después de esperar durante años el permiso de la corona española, para crear la que sería la primera academia de su tipo en esta región del mundo que se ha dado en llamar hemisferio occidental. Allí estaban como testigos las imágenes de los eminentes Carlos J. Finlay, Joaquín Albarrán, José Antonio Saco, Nicolás José Gutiérrez, Félix Varela, Ramón Zambrana y muchos otros, que fueron nuestros primeros mambises científicos en la manigua del conocimiento.

Se han publicado 13 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • Tranquilino dijo:

    Muy interesante saber sobre este encuentro. Muchas gracias por informarlo. Así como cada ciencia en particular tiene sus leyes y algunas son tan universales que entrelazan entre si a varios campos del conocimiento, la ciencia como concepto amplio compuesto por todas las ramas del saber tiene también sus leyes generales que operan independientemente de los deseos de los gobernantes. Una es la inevitable comunicación entre científicos que trabajan en capis del saber afines. Así que no depende tanto de hasta dónde esté dispuesto el gobierno de USA a llevar su acompañamiento, si no hasta donde estén dispuestos los propios científicos. El futuro y el desarrollo se imponen y también en este asunto se impondrá. Más temprano que tarde llegará el apoyo. Depende más de nuestra capacidad de ir haciéndonos imprescindibles para los Estados Unidos. Hasta ese día llegará el bloqueo. Por eso comprendo perfectamente a nuestro Presidente cuando dice que tenemos que saltar por sobre el bloqueo y ser capaces de desarrollarnos muy a su pesar. Por eso cada vez que escucho o leo a un directivo lloriqueando y poniendo en primer lugar el bloqueo como obstáculo principal para el cumplimiento de sus tareas no puedo pensar bien de él.

    • José Raúl Q dijo:

      De acuerdo con ud. Haciendo un análisis simple, una cosa piensa el pueblo norteamericano, otra cosa piensan los gobernantes, un ejemplo está en el campo de la ciencia pero un ejemplo reciente también está en el equipo norteamericano de pelota, como quedaron atónitos ante la situación extrdeportiva que se presentaba en el estadio por personas recalcitrantes y hasta radicales, sin dudas los contactos pueblo a pueblo (ciencia, educación, cultura, deporte, agricultura, en fin persona a persona) siempre limaran un tanto las asperezas existentes, tampoco se puede desconocer, que dentro del pueblo norteamericano hay cubanos que se fueron desde principios de la Revolución o familiares de éstos, o también por el Mariel que su salida de aquí tampoco fue muy agradable y que durante muchos años fueron tildados de escoria y gusanos, que los había malos pero también habían muchas personas buenas, incluso niños y los más recientes más enfocados en cuestiones económicas pero una parte igual con discrepancias en el plano político, hay que ir facilitando un acercamiento de ambos pueblos, siempre quedarán recalcitrantes pero algún día habrá una mejor relación
      Saludos

  • Omar Fernandez dijo:

    O este excepcional articulo lleva muy pocos minutos de publicado, o (y seria muy lamentable) los foristas no nos hemos dado cuenta de la altisima significacion de lo que en el se trata. Hechos como este encuentro entre cientificos de ambas orillas mantienen encendida la llama de la esperanza relativa a la REAL posibilidad de entendimiento entre nuestros paises, a despecho de la caverna neoliberal y fascistoide, ademas de algun que otro "revolucionario", cuyo dogmatismo no le permite evolucionar.

  • Alejandro Fernández Costa dijo:

    ¡Excelente!

  • Rene Hdez dijo:

    Queda solo la gran pregunta sobre si las autoridades estadounidenses estarán dispuestas a acompañar el proceso en toda su extensión, o no.

    Difícil respuesta, por lo pronto todo parece indicar que no, lo que si podemos desde ya es reconocer la voluntad de esa comunidad científica por sobrepasar las barreras que limitan el desarrollo humano o cuando menos una estancia mas placentera y segura en el espacio comun que habitamos

  • sgomez dijo:

    "haciéndonos imprescindibles para los Estados Unidos"...... en serio?

    EUA si no lo logra a las buenas, lo logra a las malas por eso tienen al mundo patas arriba. Con la ciencia en funcion de la destruccion humana, del planeta, con billones sufragando guerras y su gran industria de armamentos.... eso es lo que algunos no entienden (al parecer usted) o se les ha olvidado a muchos!!!

    Tenemos que ser imprescindibles para nosotros mismos, desde las ciencias y trabajando!

  • Alberto Garcia dijo:

    Excelente artículo del cro. Cabañas, sobre las relaciones entre científicos estadounidenses y cubanos. Fidel siempre estuvo muy claro en la importancia del desarrollo científico de Cuba.

  • Jesus dijo:

    Excelente noticia la del Taller. Tenemos qué aprender de ellos, y tenemos qué mostrar a ellos. Así se construye la ciencia

  • LED dijo:

    Además es incómodo y hasta grosero ver mi bandera al lado de la bandera de EE.UU.

    • Yamira dijo:

      Con ese pensamiento mejor quédese debajo de la roca. El desarrollo es dialéctico no estático, con personas pensando así, no avanzamos. Una bandera no significa riesgos, si la mente de los hombres.

    • El-canario-cubano-2.0 dijo:

      Para nada grosero, nuestra bandera no es segunda de nadie, está al lado, a la misma altura. Ni esclava, ni sumisa, de igual a igual.

  • Dennys dijo:

    Todavía existen personas sensatas en los EEUU, para los que la ciencia constituye la vía para solucionar los problemas de este mundo, ojalá estos intentos de acercamiento, encuentre oídos y mentes abiertas en los políticos de los EEUU, para el bien común.

  • armando dijo:

    Si para el bien de ambos pueblos ocurren estos encuentros, pues bienvenidos sean, Hace mucho tiempo estamos abiertos al diálogo respetuoso y sin concesión de principios. Ah, no creo que nuestra bandera por estar al lado de la norteamericana pierda nada, esta, la nuerstra es y será siempre invicta, gloriosa y radiante, donde quiera que esté

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José Ramón Cabañas Rodríguez

José Ramón Cabañas Rodríguez

Director del Centro de Investigaciones de Política Internacional.

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