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A propósito de la ciberseguridad y de la urgencia de integrarnos

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Rosa Miriam Elizalde, editora de Cubadebate, fue la moderadora del panel sobre Ciberseguridad de la Conferencia Internacional "Nuevos escenarios de la comunicación política en el ámbito digital 2015". Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Rosa Miriam Elizalde, editora de Cubadebate, fue la moderadora del panel sobre Ciberseguridad de la Conferencia Internacional "Nuevos escenarios de la comunicación política en el ámbito digital 2015". Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Como suele suceder con la tecnología, la ciberguerra ha saltado de las novelas de ciencia ficción a la realidad y es ya una de las principales amenazas directas contra nuestra vida cotidiana, y uno de los pretextos de moda para criminalizar a nuestras naciones. Debe ser por eso que poca gente seria en este mundo se hace la pregunta de cuán reales son las amenazas, sino qué puede hacer un país con bajos presupuestos en comparación con lo que asignan a estos temas los industrializados, para defender nuestras infraestructuras críticas y nuestras soberanías.

Todas las naciones están expuestas a los ciberataques. Estos no solo generan elevados costos económicos, sino también, y lo que es más importante, la perdida de confianza de los ciudadanos en unos sistemas que son críticos para el normal funcionamiento de la sociedad: la aviación, la electricidad, la distribución del agua, la transportación, la producción de petróleo y gas, entre otras.

Los datos hablan. Un estudio de la compañía McAfee ha revelado que los delitos del cibercrimen le cuestan al mundo entre 300 mil millones y un billón de dólares al año, cifra que equivale a cerca del uno por ciento del PIB mundial, llegando al nivel de establecidas amenazas criminales como el narcotráfico y la piratería. La Unión Europea tenía en el 2014 cerca de 1 millón de profesionales dedicados a la ciberseguridad, con un presupuesto de 850 millones de euros destinados a Investigación-Desarrollo-Innovación (I+D+I) en ciberseguridad, en el período 2013-2020.

La Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos le dedica a este asunto un presupuesto de 52,6 mil millones dólares, con 107 000 personas dedicadas al tema de inteligencia. Con el cinismo que suele acompañarlo, pero sin que le falte razón, el ex Zar del contraterrorismo estadounidense, Richard Clark, ha afirmado que “si gastas más en café que en seguridad, serás hackeado... Y mereces ser hackeado… Y luego tendrás una úlcera”.

Independientemente de que muchas empresas de Ciberseguridad han hecho su agosto con este negocio, las cifras descomunales revelan algo más importante que los números: los efectos pueden alcanzar a todos los ciudadanos, administraciones, instituciones y empresas del Estado aunque no estén conectados al ciberespacio, como en el viejo paradigma de la guerra total.

De hecho ya se están librando grandes escaramuzas de guerra electrónica. En 2010 el programa nuclear iraní sufrió un duro revés cuando un destructivo virus —Stuxnet— se cebó sobre los sistemas de control de producción industrial del país. El 58 por ciento de todas las computadoras de Irán resultaron infectadas. Dada la complejidad del virus, expertos de todo el mundo aseguraron que únicamente un Estado podría haber dedicado los recursos necesarios para fabricarlo, apuntando directamente a Estados Unidos e Israel.

Edward Snowden también ha aportado abrumadoras evidencias de cómo la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU interceptó los correos de la presidenta brasileña Dilma Rousseff, lo que desató las alarmas en nuestro continente. Recientemente, en un taller similar a este organizado por la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), Claudio Caracciolo, del Centro de Ciberseguridad Industrial de Argentina, alertaba sobre la posibilidad de que un ejército podría tomar todos los dispositivos smart –los Smart Phone, los Smart TV, las cafeteras, las lavadoras conectadas a Internet…-, y usar todo ese poder computacional para atacar. No es la película de la Guerra de las Galaxias IV, podría ser la realidad. El experto advertía que cuando todos los productos “inteligentes” son de importación, es difícil saber si pueden ser utilizados por otros, particularmente en América Latina, con las redes de telecomunicaciones más dependientes del mundo: más del 90 por ciento del tráfico en Internet de la región pasa por servidores norteamericanos; el 85 por ciento de los contenidos digitales de Latinoamérica están alojados en territorio estadounidense.

La incorporación a la comunicación en red de cada vez más estructuras —y más necesarias para la vida cotidiana— supone un gran avance, particularmente si están en función de lo que José Martí llamaba el “mejoramiento humano y la utilidad de la virtud”, pero conlleva también grandes riesgos que, simplemente, no es posible ignorar. Tiene sentido reforzar las inversiones en medios humanos y materiales en este campo, y tiene sentido integrarnos para prevenir y neutralizar estas amenazas, e incluir, por fuerza, la investigación y el desarrollo, y las acciones en el ámbito jurídico.

Llamo la atención sobre otro asunto que a veces no tienen la suficiente comprensión de la comunidad técnica y se enajena incluso de las políticas públicas: la Ciberseguridad no debería ser pensada exclusivamente desde la visión tecnocrática, como territorio exclusivo de los cables y la computadoras. La Seguridad y la Soberanía de un país comienzan por las personas, es cultura, son contenidos. A mi juicio, más importante que desarrollar y dominar nuestras infraestructuras, resulta reafirmar un pensamiento descolonizador por la vía de generar nuestra propia producción cultural en red, nuestros discursos, nuestras historias de vida, y no de cualquier modo, sino de la manera en que conecte con las personas.

Se trata de una carrera en la que, por pura supervivencia, no deberíamos quedar atrás. En el mundo complejo y contradictorio que vivimos, la política de defensa de un país ya no se basa solo en sus soldados, sus barcos y sus aviones, sino también —y cada vez más— en sus medios técnicos y su producción cultural. Por tanto la pregunta no es cuán reales son estas amenazas, sino cuánto nos falta para que, como naciones libres y soberanas, entendamos, dominemos y seamos verdaderamente los dueños de nuestro entorno digital.

*Intervención en el Panel dedicado a la Ciberseguridad, en la Conferencia Internacional “Nuevos escenarios de la comunicación política en el ámbito digital 2015”, 6 de junio de 2015.

Se han publicado 11 comentarios



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  • Jaime dijo:

    De eso se trata. El hombre como centro, invirtiendo en él. Un hombre comprometido con su paso por este planeta, con su especie. Coincido con Rosa y cito su medular conclusión: "La Seguridad y la Soberanía de un país comienzan por las personas, es cultura, son contenidos..."

  • Jorge dijo:

    Como yo lo veo cada gobierno debe informar a sus ciudadanos de los peligros que corren al dar su información a sistemas internacionales como Facebook, Google, etc...Y a su vez debe proponer, no obligar, el uso de sistemas dentro del control completo del país aclarando que están bajo el control de su gobierno. Y entonces cada ciudadano debe tener la libertad de decidir, escoger, donde pone su información.
    Si no quieres que tu información sea vendida, hackeada, etc..Entonces o no la das o se la das solo a tu gobierno. Si eso no te interesa y quieres que sea de acceso público pues adelante.

  • Hector Martinez dijo:

    Excelente material publicado por Rosa Miriam Elizalde donde toca la fibras mas sensibles de la ciberseguridad. En ese campo no caben las decisiones personales, no valen las opciones individuales del yo no quiero que me impongan reglas de ciberseguridad, como propone Jorge en un comentario previo.

    Estas reglas las ponen los estados pues su materia bajo regulación forma parte de la soberania nacional, son pues la existencia diferenciada bajo la tecnología, que adquiere la soberanía y por ello debe ser tutelada por el estado.

    Gracias a Cubadebate por las aclaraciones oportunas publicadas en su nota.

  • Lolis dijo:

    Jorge,por que eres tan ignorante?No seas paranoico. Facebook no es un peligro.Y si lo fuera pues todos comportiriamos entonces un peligro comun.Lo mismo pasa con el cambio climatico,con las guerras,con las enfermedades.La naciones deben de ajustarse a las tecnologias,no impedirlas.Compadre,si tienes fobia de ingresar un dato en un formulario virtual....como vas a viajar a crearte una cuenta bancaria si tu dices que alguien controla tu informacion?No seas idiota.

  • Abdala dijo:

    ¿Dónde puede un cubano interesado en la filosofía marxista acceder a las obras escogidas de Marx y Engels, a los tres tomos del Capital de Marx, a las obras de Antonio Gramsci, a las críticas de Rosa Luxemburgo a Lenin?, ¿En que sitios se puede encontrar un análisis de las causas del derrumbe del socialismo real?, ¿Dónde se puede encontrar un análisis del Socialismo del Siglo XXI?
    ¿Cómo se pretende construir el socialismo sin un basamento teórico que le sustente?

  • jalex dijo:

    Que bueno que cuando llegamos ya guttenber habia inventado la imprenta, porque con la cantidad de libros malos que se pueden publicar, no hubiesemos podido haber leido ninguno aún

  • ANGEL dijo:

    Rosa yo me pregunto es esa la razon por la cual un cubano simple, no puede tener acceso a Internet? Que motivos hay para que un pais permanesca practicamente aislado del resto del mundo en materia de comunicaciones e Internet.

    • lcb dijo:

      Angel:

      Lo primero que debo aclararle es que el motivo no es político. En ese sentido en reiteradas ocaciones se ha reiterado la voluntad de propiciar el acceso a Internet. Si el miedo a Internet fuera un argumento para justificar la falta de acceso, entonces por el nivel de acceso que tiene los paises del sur (vea las estadísticas) pudiera concluirse que siente pavor.

      La otra limitación importante es tenológica y de infraestructura. No por gusto el intereres mostrado por el gobierno norteamericano en sacar fuera del bloqueo la esfera de las comunicaciones, entre las primeras medidas adoptadas y por nadie de la mafia anticubana cuestionada: el propósito es reducir la brecha tecnológica existente, que dicho sea de paso, no es nuestra exclusivamente, y de este modo emprender la aplicación de una nueva polítca contra Cuba.

      Saludos.

  • Robertico dijo:

    Lo que percibo en el discurso es un llamado al miedo. Son tantos los condicionamientos que se ponen para que un ciudadano pueda acceder a la red de redes y leer lo que quiera leer, ver o escuchar lo que realmente le intereses, que al menos en nuestro querido país, Cuba, tardaremos muchos años para poder disponer de este servicio tan importante, que creo hay que verlo como un derecho humano, como lo es el agua, la vivienda, la alimentación, ver las comunicaciones y el acceso a la información, venga de donde venga, como un derecho que tiene el ciudadano..

    Hoy somos nada sin comunicaciones. El mundo se mueve a través de la Internet. Por lo que si queremos de verdad desarrollar nuestra economía, la intelectualidad, la cultura y el conocimiento universal, debemos apurarnos para disponer de estas tecnologías imprescindibles hoy para todos.

    No puede la Internet, y en esto coincido humildemente, ser una cosa anárquica, pero los Gobiernos, al menos el nuestro debe apresurar el paso para que todos podamos disponer de este servicio en un período de tiempo relativamente corto, porque otros nos quitan esa oportunidad, se adelantan a nuestras iniciativas e intenciones. Sabemos que hoy hay muchos cubanos que disponen de este servicio y tienen acceso a él sin limitaciones, por distintas vías y no son controlados, incluso no lo pagan.

    Entonces, los discursos deben ser menos y más las acciones.

    Cuándo podré ir a un suministrador de servicios de telefonía y adquirirlo sin que me digan, no, en su zona de residencia no tenemos digitalización para instalarte el servicio telefónico básico, ese que prácticamente no se utiliza ya en el mundo.?

    Comencemos por ver nuestras propias limitaciones y atenderlas con la debida prioridad e inmediatez.

    Gracias por publica el comentario

  • Papito dijo:

    El gobierno cubano debe dar pasos que hagan realidad su voluntad de que los ciudadanos comunes tengan acceso a Internet. Por ejemplo, bajando las tarifas de 4.50 CUC

  • medardo m rivero p dijo:

    ESTOY CONVENCIDO DE QUE LA TESIS ESGRIMIDA POR LA REPRESENTANTE DE CUBA (ELIZALDE), ES LA Más adecuada para nuestra situación económica. ADEMAS, ESTA EN LINEA CON LO PREVISTO EN LA DOCTRINA DE LA GUERRA DE TODO EL PUEBLO. LOS GRANDES DEL MUNDO, EN LA ECONOMIA, DISPONEN DEL DINERO DE TODOS LOS PUEBLOS DEL MUNDO, CON EXCEPCIONES, PERO TIENEN ESE PODER QUE LES DA EN LA ACTUALÑIDAD EL DIOS DINERO; NOSOTROS NO TENEMOS ESA POSIBILIDAD, LUEGO ENTONCES, LA RAZON ES DE ELIZALDE. HAY QUE TRABAJAR CON LOS RECURSOS HUMANOS Y PREPARARLOS PARA ENFRENTAR EL RETO.

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Rosa Miriam Elizalde

Rosa Miriam Elizalde

Periodista cubana. Vicepresidenta Primera de la UPEC y Vicepresidenta de la FELAP. Es Doctora en Ciencias de la Comunicación y autora o coautora de los libros "Antes de que se me olvide", "Jineteros en La Habana" y "Chávez Nuestro", entre otros. Ha recibido en varias ocasiones el Premio Nacional de Periodismo "Juan Gualberto Gómez" y el Premio Nacional "José Martí", por la obra de la vida. Fundadora de Cubadebate y su Editora jefa hasta enero 2017. Es columnista de La Jornada, de México.

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