Premonición
—Cuídame mamá —casi le ha suplicado. Él tendrá cuatro años como mucho, y se abalanza a conquistar un asiento vacío en un lateral del ómnibus. La madre viene detrás, esquivando todo con los brazos rollizos y protectores, facilitando la conquista a este Alejandro Magno de medio metro.
—Yo estoy aquí— asegura ella y enfatiza con la mirada. Una mirada de madre celosa que no deja al niño dudas de que está a buen resguardo. Con el conocimiento de que ahora nada puede dañarlo, a él solo le resta disfrutar su conquista reciente.
Por su parte, la madre otea vigilante el nuevo reino. Son muchos los reinos de los cuales deberá ser garante esta mujer durante los próximos años. Será garante, pero también hará valer su ley suprema sobre los devenires del minúsculo rey. Así será sin cuestionamientos, mientras el niño se acostumbra a que el círculo protector que establecen los brazos de la madre, estén ahí para siempre; de manera invariable, para desafiarlos o no. Ya sea cuando la fiebre arrebate el sueño en las noches o cuando, en complicidades inexplicables, coman un dulce a escondidas del padre.
Ese trabajo materno no terminará jamás. Incluso dentro de un tiempo, cuando al ahora pequeño conquistador le nazcan las ganas de andar el mundo sin las ruedas auxiliares de la bicicleta, y comience a sentir vergüenza de las preocupaciones maternales.
Es una obra sin ensayos y con puesta única. Cada cual aprenderá su rol al dedillo, sin desvíos. Ella simulará no estar pendiente, al fin y al cabo, “los hijos deben crecer”. Él todavía no lo sabe, pero un día aprenderá que en cada una de las cosas que consiguió en la vida, estuvieron las manos de su madre.
Ella temblará cada vez que alguna “otra” penetre su estrategia y comience a mover piezas en un juego que ya no domina íntegramente. Pero allí estarán las fotos de la infancia para aliviar rivalidades, para hacer recordar a los rebeldes que determinados lazos no los deshace el tiempo. Él, en cambio, pasará buena parte de su juventud demostrando su independencia, cosa que acabará —así lo describe la literatura especializada (probablemente escrita por madres) — cuando nazcan sus primeros vástagos. Afirman los sabichosos, que solo en ese instante, el hijo comprende el papel de los que le antecedieron.
Desafortunadamente, cuentan que para cuando te percatas de que la protección que brindan los brazos de tu madre nunca hizo tanta falta como cuando ya puedes protegerte solo, te llega a ti el momento de cuidar de otros. La la historia está condenada a repetirse de manera interminable, en cualquier parte del mundo con personajes diversos.
Ahora mismo, sin embargo, la madre y el hijo en cuestión no se preocupan por eso. Él, extasiado en la ventana descubre todavía los primeros colores del mundo; y ella salvaguarda sin vacilación el estrecho reino de su hijo. Para ellos acontece el presente. El futuro solo sirve para material de escritores y periodistas.
FELICIDADES A MI QUERIDA MADRE DONDE QUIERA QUE ESTÉ
Bello, bello, bello
Gracias
Qué lindo, muy buen regalo para nosotras las madres, y escrito por una persona tan joven, felicidades a usted por este regalo y también felicito a todas las madres del mundo desde Cubadebate, un abrazo. !Un mundo mejor es posible!
Este artículo me ha emocionado. Yo que soy padre...con instintos maternales para con mi niña.....
Desafortunadamente, cuentan que para cuando te percatas de que la protección que brindan los brazos de tu madre nunca hizo tanta falta como cuando ya puedes protegerte
solo,
Muy hermoso y verdadero,perdi a mi madre victima de cander cuando yo tenia 25 años, pero ya tenia un retoño de un año, gracias a el pude enfrentar la muerte de mi madre.Felicidades a todas las madres las q estan y las q no, como la mia.
No me mueve mi Dios, para quererte
El cielo que me tienes prometido
Ni me mueve el infierno tan temido
Para dejar por eso de ofenderte.
Saludos
Totingo.
Muy bonito y verdadero, poético y lleno de imágenes hermosas, así como es el amor de una madre, no importa cuantos hijos tenga, siempre estará ahí para ellos, aun cuando no pueda o no tenga medios reales para ayudarlos a resolver sus problemas, ella estará a su lado, siempre, bajo cualquier circunstancia. Es la experiencia más hermosa que puede tener una mujer: Gracias por el homenaje.
Hermoso, me hizo saltar las lágrimas. Poético y muy real.
Felicidades a todas las madres y mujeres que lean esto, al final todas llevamos un alma maternal dentro.
No hay homenaje que las madres no merezcan. Gracias a todos por sus comentarios.
No existe amor más grande en este mundo que el amor de una madre.
Felicidades a todas, todos los días son nuestros, de pura entrega y amor.
Toda una sorpresa este articulo, no esperaba q trajeran algo tan original por el dia de la mujer hecha reina, q es decir hecha MADRE. Quien no se ha sentido asi??? Quien aunque anide callos en las manos y paso firme no necesita a su madre??? solo vivimos en la ilusion de q ya no estamos en su Reino, un es solo un acuerdo secreto entre todos para poder andar por ahi sin q nos llame...
Felicidades por tan hermoso artículo...un bálsamo después de leer el que trataba del Kistch.
El amor de las madres es el más puro e incondicional que existe¡¡¡
¡¡FELICIDADES MAMAAAAAAÁ!!!!!
un comentario bello nada tan grande como la proteccion que le damos a nuestros hijos para hacerlos personas de bien
Cuantas verdades,dichas ademas de la manera mas hermosa
Lindo :)
¡Hermoso trabajo!, porque somos protagonistas indispensables al momento mágico e irrepetible del nacimiento a la vida, el dolor físico termina con el placer de escuchar su primer llanto. Después le velamos el sueño, lo alimentamos, los amparamos de cualquier peligro; los seguimos en sus primeros pasos, compartimos sus juegos, curamos esas rodillas desde la primera caída, los acompañamos a descubrir el mundo, disfrutamos sus triunfos y sufrimos como propias sus frustraciones o sus expectativas no logradas; sus amores no correspondidos, sus objetivos no alcanzados. Pero, a su vez sabemos que no nos pertenecen: que ellos y ellas construirán su propio camino. Solo nos queda darles las herramientas para caminen pos sí mismos y apoyarlos siempre, en cualquier circunstancia. Ser madre es entregar el alma a cada instante, ofrecer la vida por aquella que un día dimos, sin pedir nada a cambio, es amarlos hasta el infinito.
LA HABANA LA CIUDAD BELLA