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Del Muro de Berlín a las andanzas de la SIP

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Muro de Berlín celebraciones Foto: AFP PHOTO/Leon Neal

La foto, no se sabe si retocada, no deja de ser impactante: por lo colorida, por los fuegos de artificio, por las pantallas gigantes y la iluminación cayendo artísticamente sobre la Puerta de Brandeburgo.

"El mundo -así aseguraron los medios de comunicación- , "celebró la caída del Muro de Berlín". Es de suponer que "El mundo" citado, nada tiene que ver con ese "otro mundo" lleno de muros, "doquiera que tu vayas" (bolero). Y también es de imaginar que ante tanto festejo -con el "chupa cirio", dijera un ateo irredento, de Lech Walesa incluido- a nadie se le habrán cruzado por la cabeza pequeñeces tipo opresiones, migraciones, indigentes, "indocumentados" , ni -por supuesto- las ya admitidas sucursales de torturas con que la CIA regó, no hace tanto, a varios países de Europa -también del Este- para garantizar una mejor calidad de vida a quienes -en hora buena- nunca han padecido hambre, desempleo y otras miserias tan comunes en ese "otro mundo" conformado por las tres cuartas partes de la humanidad.

Ni hablar de lo conmovedor del escenario si le sumamos -porque así ocurrió- la lluvia y la helada tarde alemana, en la que miles de personas -con buenos abrigos y mejores impermeables, menos mal- aplaudieron a rabiar mientras comenzaba el desplome simbólico, de una en fila, de cada pieza del dominó gigante. Si no hubiera sido por los esfuerzos de producción al especificar el punto geográfico de los fastos y la alusión a los 20 años transcurridos, cualquier distraído hubiera creído que estaba ante el montaje de una ironía dedicada a la muralla que separa a Estados Unidos de México. Pero, en aras de la libertad liberal, ningún gesto, ningún discurso, ni un solo detalle, estuvieron fuera de lugar. Si hoy los países de Europa del Este -ex comunistas- viven peor que hace dos décadas no es cuestión de andar plantándole pruebas falsas a viejos asesinos seriales del estilo de los Bush, la Tatcher y un grupo de demócratas europeos que, en tiempos de crisis "financieras" , andan a los saltos rogando no quedar sepultados bajo los escombros escupidos desde Wall Street.

Bien, tengamos la fiesta en paz. No han sido días para los recuerdos bochornosos del presente. Convengamos -sin ánimo de aguar aún más la celebración de marras- que no es, ni será, sencillo para nadie enmascarar unos cuantos "daños colaterales" producidos en invasiones posteriores a la caída del Muro de Berlín. Y, acordemos, para no empañar la bonita puesta en escena, que los muros de este tiempo se condicen con la necesidad de ponerle límites a gentes que, al fin y al cabo, no sólo no entienden la libertad liberal, sino que, para mal de males, no se proponen entenderla. Digámoslo como podrían llegar a decirlo algunos "demócratas" neo nazis: los muros de la actualidad son obras de la vocación libertaria de aquellos próceres que acabaron con el Muro de Berlín. Es sabido que no se puede satisfacer a todos, o al menos no a tres cuartas partes de la humanidad, al "otro" mundo. La libertad liberal no está para eso, sino para, entre otras cuestiones, que no decaiga la tasa de ganancia del gran capital. Tareas son tareas. Que quede claro. Especialmente que le quede claro a aquellos luchadores sociales que no cesan con su sed de justicia.

La libertad liberal, dicen sus beneficiarios, con sus altos y bajos, si no se anda buscando el pelo en la leche, "es para todos". Un dato valdría para reforzar el concepto: más de ciento ochenta canales de televisión disponibles para el disfrute de quien se lo proponga, sea de la condición social que sea, es -todavía con la tecnología por debajo de sus incalculables potencialidades- , un ejercicio de libertad incomparable. Un hambriento, con las tripas musicalizándole el estómago, puede, si le dan las fuerzas y es de su gusto, elegir su libertad de hacer zapping, en ejercicio de sus más elementales derechos humanos. Más o menos algo así reza la SIP.

Viene a cuento, aunque con pocas palabras, no dejar pasar por alto el paso de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) por Buenos Aires. La entidad distribuyó, a manera de sagradas escrituras, unas viejas y archiconocidas fotocopias referidas a la libertad de prensa. Sí, a la libertad liberal: obviamente opuesta a la mayoría de los gobiernos de la región, los que, junto con muchas organizaciones profesionales de periodismo y comunicación y organizaciones sociales dispuestas a no callarse, vienen configurando un nuevo mapa político- comunicacional, en el que se manifiestan -en algunos casos sin ninguna gimnasia teórica- las líneas rectoras del nunca olvidado Informe MacBride.

Es verdad que la libertad liberal presiona hasta ahogar y es verdad que, así y todo, no se priva de festejar sus gestas históricas, atribuyéndose el don de dar y quitar la vida y la palabra. Algo que no es del gusto de miles de millones de seres humanos. De ahí que sigan creciendo las controversias, por decirlo de manera suave; cuando en verdad lo que más crece es la indignación frente a las injusticias y la burla proveniente de los poderes fácticos: preanuncio de que las cosas, por encima de los festejos de Brandeburgo, habrán de terminar peor de lo que van. O mejor. Depende del cristal con que se mire.

Se han publicado 2 comentarios



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  • celso aurelio brizuela dijo:

    Carta ciudadana desde el Paraguay (248)
    Otra vez la S.I.P. en acción de pataleo.

    Busca auspiciantes para blanquear páginas amarillas: Chester Swann*

    Luque, Paraguay, 12 de noviembre de 2009.

    La benemérita Sociedad Interamericana de Prensa anda muy preocupada por el avance de controles más estrictos a sus “informaciones” y monopolios mediáticos. Y ello es muy natural, tratándose de empresas que venden sus páginas a tanto el centímetro y se preocu-pan más del rating publicitario que de emitir información veraz, contrastada y objetiva.
    Todos ellos —esos patrones empresarios que no periodistas— buscan réditos crematís-ticos y alegan, abogan, claman por la libertad de prensa cuando lo que realmente quieren es libertad de empresa. Y les recuerdo a estos amos de la opinión pública, que la libertad exi-ge responsabilidad. Nada más y nada menos. El público compra diarios, ve televisión y revistas para informarse, pero a ellos les importan más los anunciantes. “Sí —dijo uno de ellos— los medios on-line son una buena opción, pero tienen poca rentabilidad…”.
    Quien estas líneas borronea, busca información, pero no ignora que las informaciones que realmente interesarían al público son negadas de sus páginas. Tampoco los telediarios anuncian quiénes nos están sacudiendo las soberanías nacionales ni cuáles son las reales in-tenciones de los globalizadores. Esos tipos que trafican con nuestras esperanzas, nos roban nuestros recursos, nos venden armas para matarnos entre nosotros y manipulan cadenas in-formativas; para volvernos más imbéciles y completar la tarea “educativa” del gobierno.
    Nunca, en más de treinta años que vengo investigando sucesos, se ha mencionado a la Comisión Trilateral, al C.F.R., al Instituto Tavistock, al MI5, al Jason Group, al Club Bil-derberg y a otras entidades muy secretas, que actúan por encima de gobiernos y soberanías para imponer una futura esclavitud feudal sobre el planeta. La prensa agrupada en la S.I.P. se especializa en escándalos de braguetas y alcobas prohibidas, pavada social, deportes es-pectáculo, fabricar terroristas a la carta, denostar contra gobiernos progresistas y llevar agua a los molinos de Rockefeller, Morgan, Rothschild y otros señores de la guerra eco-nómica.
    A lo sumo se ocupan de los hipócritas postulados de la ONU; del inocuo Informe Goldstone, de las chambonadas de ciertos políticos y poco más. Somos muy pocos los que recabamos información contrastada en medios fuera del alcance de las masas, sea en publi-caciones dirigidas, como Dissent, Arbusters, Mother Jones, New Republic, Le Monde Di-plomatique, VoltaireNet.org, en Internet y algunos documentales clandestinos que fueron radiados de youtube por orden de arriba y ser políticamente incorrectos (Zeitgeist, The final Cut, Addendum y otros).
    Información es poder, y la S.I.P. lo sabe. Entonces, la retacea a las masas para evitar que piensen por sí mismas. Prefiere idiotizarlas con programas pedorros de TV alienante, con escandaletes de prensa amarilla, y promocionar las bondades del neoliberalismo, con “opiniones” de tipo Grondona, Neustadt u otros escribas mercenarios de la pluma. Ahora que la Kirschner obtuvo una Ley de Medios se rascan (sic) las vestiduras, claman al cielo y tocan a rebato. Ahora, el nuevo enemigo en el Paraguay son las radios comunitarias y los medios alternativos como “E’a”, la revista “Acción Popular” y algunos bloggers hartos de ser usados por los patrones de los diarios.
    Y si la S.I.P. —o sus asociados— creen que el dinero es el principal objetivo, será me-jor que se dediquen directamente a la usura empresarial. El conocimiento NO se vende. Se comparte.

    Para completar, transcribo in extenso una opinión del periodista Ernesto Martinchuk.

    PERIODISMO BASURA. LOS CIUDADANOS ENGORDAN CON LAS `NOTICIAS CHATARRA`. ‘
    ESCRIBE ERNESTO MARTINCHUK EN PÁGINA 12
    CRITICA CIERTA PRÁCTICA PERIODÍSTICA A LA QUE CALIFICA DE “PERIO-DISMO BASURA”.

    Las personas creemos estar informadas por la sobredosis de noticias que recibimos diaria-mente –hoy se lee en un día lo que en el siglo XVIII se tardaba casi una vida–, pero, en rea-lidad, se reciben las coberturas que los grandes medios desean difundir. ¿Existe una diabó-lica agenda que pauta cada día “Noticias Basura”, que se difunden significativamente en los grandes medios de todos los países?

    La palabra “infotretenimiento” (infotainment) comenzó a ser utilizada en los ’80 por el académico Carl Jensen, quien agregó que las “Noticias basura son bocadillos azucarados pero nada nutritivos para el consumidor”.

    Los ciudadanos “engordan” alimentándose con “comida chatarra”, porque es más barata, y la gente es forzada a consumir “noticias basura”, que aumentan su obesidad cultural y men-tal en vez de informarlas en forma veraz.

    Hoy no nos asombran los periodistas que incursionan en el mundo de la publicidad o del espectáculo. Suelen “vendernos” desde un seguro hasta un yogurt. El segmento policial es-tá auspiciado por la publicidad de puertas blindadas. Pareciera que la calle de la “empresa periodística” y el “periodismo” se ha convertido en una avenida de doble mano.

    El “Periodismo Basura” presenta historias que abordan asuntos importantes manipulando historias, trivializándolas o personalizándolas, para, a menudo, derivar en un relato divor-ciado de los criterios de interés general original.
    Por otra parte, asistimos a un nuevo fenómeno: todos los noticieros apelan a las imágenes existentes en YouTube sin chequear, muchas veces, si son reales o armadas. Es significati-vo el tiempo que en los noticiarios de televisión destinan a banalidades sensacionalistas, en vez de ofrecer noticias que hacen al desarrollo tecnológico, la nanotecnología, la cultura, la educación, la salud, el desarraigo, la migración interna, la planificación urbana o rural, el agua, las fuentes de energía, la minería o problemas que hacen a la calidad de vida vigentes en el país todo. Nos han enseñado a vivir el presente sin proyectarnos hacia el futuro como personas y país. La clase dirigente también, los empresarios y muchos destacados periodis-tas sólo se ocupan de salvaguardar sus intereses.

    Nuestros adolescentes saben más de héroes y “patriotas” extranjeros, se promocionan artis-tas, festividades y costumbres de otros países mucho más que las de carácter nacional. Co-mo dice mi amigo Jorge Alessandrini: “... en nuestro país a los próceres se los homenajea pero no se los honra...”.

    Si una democracia depende en buena medida de la calidad de las formas de comunicación que la hacen posible, es necesario rehabilitar la vida pública, llenando el presente de pala-bras y actos que permitan imaginar horizontes nuevos dado que faltan propuestas y sobran escándalos en el estéril panorama intelectual de los medios.

    Por Ernesto Martinchuk - Periodista. Docente en la Escuela de Periodismo Círculo de la Prensa.
    Fuente: Página 12
    Más información. http://www.pagina12.com.ar

    • Escritos, ex periodista, ex cantautor, ex humorista, ex artesano y cultor empedernido de variadas mane-ras de perder el tiempo sin perecer en el intento.

  • John1868 dijo:

    Very nice site!

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Juan Carlos Camaño

Juan Carlos Camaño

Periodista argentino y presidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP).

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