Se acabó el fantasma
Llegó en el momento bueno tras repetidas derrotas ante equipos norteamericanos. Fue un juego con todos los ingredientes: jonrones, pitcheo, jugadas y hasta extrainnings.
Luis Miguel fue el abridor sorpresa y cumplió bien su cometido; Lazo se creció como tantas veces en 13 años con la franela nacional; Bell y Despaigne volvieron a mostrar su tremenda fibra de novatos olímpicos, Michel sacó sus dotes en el momento decisivo.
La dirección mostró osadía con la selección del abridor y perspicacia a la hora de enfrentar el inédito onceno inning. Más no se podía pedir para la dura victoria labrada ining a inning contra el rival que se nos había convertido en un coco.
Japón y Estados Unidos, los escollos más grandes, ya quedaron atrás. Ahora queda por delante desquitarnos con Corea del Sur y seguir el camino hacia la gloria olímpica por cuarta vez.
¡Adelante muchachos!
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