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La ceguera de Aznar

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José María Aznar diseñó la política de la Unión Europea con respecto a Cuba "por encargo del Departamento de Estado Norteamericano", reportó la agencia española EFE al referirse al discurso pronunciado por el viceministro cubano de relaciones exteriores, Eumelio Caballero durante la III Conferencia Italia-América Latina que se desarrolló en Roma hace algunos días.

Según la mencionada agencia, el diplomático subrayó que Cuba "no sólo sufre la hostilidad de la gran potencia" refiriéndose a Estados Unidos, "sino que no puede beneficiarse de otros esquemas de cooperación y asistencia para el desarrollo provenientes de instituciones financieras internacionales o de la propia Unión Europea". Dijo que en el caso de la Unión Europea esa restricción de la ayuda se debe "al enfoque discriminatorio, condicionador e injerencista que se nos aplica desde el pasado siglo, en que fue instituida la llamada posición común para Cuba, aprobada a instancias del señor Aznar por encargo del Departamento de Estado".

 Pero añadió que "esa situación está cambiando" y que "un número cada vez creciente de Estados miembros, se pronuncian por el diálogo y la normalización de las relaciones entre Cuba y la Unión Europea".

Esa es la situación que no le agrada a Aznar que ve cómo se empieza a desmoronar la obra que hiciera por encargo hace una década. Este monigote se ha apoderado de un discurso semejante al del presidente norteamericano y al de los más íntimos colaboradores del ejecutivo instalado en Washington como si el fuera un portavoz de los designios del Imperio para Cuba y América Latina.

 El pasado día 22, desde la llamada Torre de la Libertad miamense, conocido nido de ratas, símbolo de los más recalcitrantes elementos terroristas y fascistas anticubanos, recordó, orgulloso, que en 1996 él propuso a la Unión Europea una política común hacia Cuba, y la necesidad de que la Isla se encaminara hacia una transición democrática, cual eco de su amo de la Casa Blanca.

Con éstas y otras injerencias extraterritoriales apoyaba Aznar de antemano la desesperada cantaleta anticubana que proferiría dos días después el ignorante de Bush que sólo demostró no tener una idea de lo que es esta Isla y los puntos que calza su pueblo soberano. Este miércoles, el ilegal presidente yanqui escogió como escenario el Departamento de Estado y convocó al cuerpo diplomático -sólo dejo fuera a Venezuela- para montar su teatro encaminado a dirigirse a ciertos gobiernos cuyo voto le podría ser de utilidad en la próxima votación en Naciones Unidas sobre el tema del levantamiento del bloqueo a Cuba. Hay que recordar también que estaría buscando votos para ver si puede integrar el Consejo de Derechos Humanos en el próximo período ya que en el anterior, Estados Unidos se quedó fuera.

Volviendo al ex presidente español, utilizó ese evento organizado por el Miami Dade Collage -que dicho sea de paso, le entregó la Medalla Presidencial, otorgada en otras oportunidades nada menos que a tan "ilustres" personalidades como Mijail Gorbachov, Lech Walesa y Vaclav Havel-, para cuestionar la política que, sigue hoy la Unión Europea respecto a Cuba. "Lamento -gimió- que esa posición común haya sido rota".

No tuvo recato alguno para hablar de la soga en casa del ahorcado cuando dijo que "si el terrorismo es una amenaza global, necesita respuestas globales", y respaldó una alianza estrecha entre Europa y Estados Unidos como alternativa para el enfrentamiento a los acuciantes problemas mundiales.

 No pudo abstenerse de opinar sobre su tema favorito: "Latinoamérica vive una encrucijada decisiva para su futuro. Hay algunos países que se han decantado hacia el populismo y el autoritarismo y otros que están decididos a defender su democracia, si sigue esa tendencia -auguró- el continente se va a dividir inevitablemente".

.Lo que al títere de Washington le molesta es que está sucediendo todo lo contrario: cada vez son más las naciones latinoamericanas que se pronuncian y actúan para unirse frente al Imperio.

Actuó una vez más cual miembro del ejecutivo gringo cuando dijo, "Me preocupa mucho que el Congreso no quiera aprobar el Tratado de Libre Comercio con Colombia, que es uno de los aliados de Estados Unidos, y, aseveró, "¿Qué mensaje le estamos enviando al mundo? ¿Qué es mejor, no ser amigo de Estados Unidos?

Todo indica, señor Aznar, que a esa conclusión están llegando muchos. Cada vez le conviene más hacerse el ciego.

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Lillian Lechuga

Lillian Lechuga

Periodista cubana especializada en temas internacionales.