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Bush no reconoce la supervisión del Congreso: El caso de los Fiscales despedidos

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Publicado por Democracy Now!, el 21 de marzo de 2007
Traducido por Boris Martínez y revisado por Asunción Aday del Equipo de Traductores de Cubadebate y Rebelión.-

Se vislumbra un enfrentamiento en el Congreso por el escándalo de los fiscales estadounidenses, pero Bush se niega a permitir que los funcionarios testifiquen bajo juramento

El Presidente Bush rechazó el martes las demandas de los demócratas de que se interrogue bajo juramento a los principales asesores de la Casa Blanca.  El Presidente dijo que solamente autorizaría testimonios privados ante legisladores seleccionados y advirtió que se opondrá a que sean citados para comparecer ante el tribunal.  Estamos conversando con Adam Cohen del New York Times.

AMY GOODMAN: Se vislumbra un enfrentamiento en el Congreso por el despido de ocho fiscales estadounidenses por el Gobierno de Bush.  El martes, el Presidente Bush rechazó las demandas de los demócratas de que se interrogue bajo juramento a los principales asesores de la Casa Blanca.

El Presidente dijo que solamente autorizaría testimonios privados ante legisladores seleccionados y advirtió que se opondrá a que sean citados para comparecer ante el tribunal.

PRESIDENTE GEORGE W. BUSH: Sin embargo, en este caso reconozco la importancia de que los congresistas se hayan preocupado por comprender cómo y porqué se tomó esta decisión.  Por eso permitiré que los miembros un comité pertinente creado con criterio bipartidista entrevisten a los principales funcionarios de mi personal en aras de determinar los hechos relevantes.  Además de esta oferta, también entregaremos todos los documentos de la Casa Blanca y los correos electrónicos que contengan comunicaciones directas con el Departamento de Justicia o cualquier otra persona de afuera, incluidos los congresistas y el personal que trabaja con ellos, en relación con este asunto.  Esta extraordinaria decisión ofrecida en el día de hoy a la mayoría del Congreso da muestras de que se quiere llegar a una solución razonable de este problema.  Sin embargo, no secundaremos una cacería del partido dirigida contra honorables funcionarios públicos.
Lamentablemente, la respuesta inicial de los demócratas muestra que, al parecer, algunos están más interesados en anotarse puntos políticos que en aprender de los hechos.  Sería muy triste que prefirieran continuar con la planificación del partido de emitir citaciones y exigir la celebración de juicios de exhibición, cuando he estado de acuerdo en poner a disposición de ellos a los principales funcionarios y los documentos de la Casa Blanca.  He sugerido una vía razonable para lograr una salida.  Espero que no elijan el enfrentamiento.  Me opondré a cualquier intento de citar a juicio a funcionarios de la Casa Blanca.

AMY GOODMAN: El Presidente Bush continuó defendiendo al Fiscal General Alberto Gonzales y dijo que "él tenía su apoyo".  Gonzales testificará ante el Congreso como se espera.  Los Demócratas rechazaron de inmediato la negativa del Presidente a permitir que los principales asesores comparezcan bajo juramento y prometieron que hoy mismo saldrían las citaciones.  Entre los posibles testigos se encuentran el estratega político principal, Karl Rove, el ex consejero presidencial, Harriet Miers, y el viceconsejero de la Casa Blanca, William Kelley.  El Senador por el estado de Vermont, Patrick Leahy, presidente del Comité Judicial del Senado, advirtió sobre las citaciones en el programa dominical de la ABC, This Week (Esta Semana).

SENADOR PATRICK LEAHY: Señor Rove, no sé cómo reaccionará él cuando reciba su citación, pero pienso citarlos.  No creo en eso de que "tendremos una sesión privada con usted, donde se lo diremos todo".

GEORGE STEPHANOPOULOS: Entonces, ¿usted quiere un testimonio público en las vistas?

SENADOR PATRICK LEAHY: Quiero testimonio bajo juramento.  Estoy harto de escuchar medias verdades en este asunto.

AMY GOODMAN: Fue el Senador Patrick Leahy hablando el domingo.  Entretanto, el Senado aprobó por inmensa mayoría una medida para revocar la disposición de la Ley Patriótica que permitió al Fiscal General Alberto Gonzales reemplazar fiscales federales sin la confirmación del Senado.  La votación final fue de 95 a 2.

En estos momentos nos acompaña Adam Cohen, abogado y redactor de editoriales del periódico The New York Times.  En la edición del lunes del New York Times, él escribió un artículo sobre el despido de los fiscales titulado: "No fue sólo una mala idea, quizás estuvo en contra de la ley."  Ahora lo tenemos aquí con nosotros en el estudio candente.  Bienvenido a Democracy Now!, Adam.

ADAM COHEN: Gracias, Amy.  Qué bueno estar aquí.

AMY GOODMAN: ¿Cual es el significado del discurso del Presidente Bush pronunciado ayer?

ADAM COHEN: Bien, en realidad, fue un discurso sensacional.  Hasta fue alarmante.  Puso de manifiesto que no reconoce el poder de supervisión del Congreso.  Es totalmente ordinario lo que el Congreso está haciendo, pedir a los miembros de la Casa Blanca que se presenten y hablen sobre, usted sabe, el error que puedan haber cometido.  Los funcionarios de Clinton lo hacían con regularidad.  Y no protestaron de esa forma.  Pero Bush lo rechaza, halando con propiedad, con muy poco fundamento legal.

AMY GOODMAN: Hable sobre lo que se pudiera saber si Karl Rove, Harriet Miers y los demás fueran citados a declarar bajo juramento.

ADAM COHEN: En realidad, el quid de la crisis está en que al parecer los ocho fiscales estadounidenses fueron despedidos por razones políticas, ya sea porque acosaron a congresistas, funcionarios o donantes republicanos; recuerde que una de los despedidos, Carol Lam, llevó a Duke Cunningham, congresista Republicano, a la cárcel, e inició una investigación que al parecer amenazaba a varios otros congresistas.

AMY GOODMAN: Como Jerry Lewis.

ADAM COHEN: Como Jerry Lewis.  Esa es una parte del asunto.  La otra parte es que al parecer algunos de ellos fueron despedidos porque no querían perseguir a los Demócratas o no querían presentar falsos cargos de fraude en las elecciones.  De modo que existe una…

AMY GOODMAN: ¿A qué se refiere cuando dice "falsos cargos de fraude en las elecciones"?

ADAM COHEN: Bueno, usted sabe, los Republicanos gustan de decir que hay mucho fraude en las elecciones, pero cuando se examina en realidad esas reclamaciones, por lo general resultan ser inciertas.  Así, al parecer David Iglesias fue destituido en Nuevo México en parte porque no fue más dinámico en la presentación de cargos contra los derechos de votación.  Él dijo que revisó los cargos por fraude en las elecciones que las personas habían presentado y que no había ningún problema en ellos.

Sin embargo, parece como si quisieran que los presentara de todas formas, de modo tal que hostigara a los Demócratas y quienes inscribieron a los pobres y a las minorías para que votaran.  Esa suerte de cosas, usted sabe.  El no lo iba a hacer, y puede que esa haya sido la razón por la cual lo despidieron.  Existen los cargos generales contra los fiscales estadounidenses, recuerde que los principales fiscales federales en cada estado habían sido politizados, que no se les permitió utilizar su criterio judicial profesional sobre los casos a procesar, pero en cambio recibieron órdenes politizadas para que en realidad ayudaran de muchas maneras al Partido Republicano.

AMY GOODMAN: ¿Qué nos puede decir del argumento que los Republicanos están utilizando cuando dicen que el Presidente Clinton despidió a todos los fiscales estadounidenses?

ADAM COHEN: Es sencillamente para desviar la atención, y ellos lo saben.  En realidad se ha utilizado para levantar una nube de polvo y confundir a todos.  Al culminar un mandato presidencial, por supuesto, el nuevo presidente pide a todos los fiscales estadounidenses que dejen el cargo para poder nombrar a su propia gente.  Ellos son nominados políticos.  Lo que resulta inusual es que ocho fuesen despedidos a la mitad del gobierno de Bush, seis de ellos en un mismo día.  Como usted sabe, eso no había sucedido.  El Servicio de Investigaciones del Congreso ha revisado este asunto y ha demostrado que, aunque parezca increíble, es un hecho sin precedentes.

AMY GOODMAN: ¿Qué saben Karl Rove y Harriet Miers?

ADAM COHEN: En realidad no sabemos lo que ellos saben, aunque al parecer algunas de las órdenes de despido vinieron de la Casa Blanca, y no era Alberto Gonzales quien estaba tomando las decisiones.  En la actualidad la cuestión es si Rove y Miers estuvieron conversando "no nos gusta que Iglesias no haya entablado el pleito antes de las elecciones de noviembre", cosa que el Senador Domenici, recuerde, pidió y solicitó: "¿Van a formular los cargos antes de noviembre?", mes en que tuvo lugar la muy reñida campaña electoral para el Congreso en Nuevo México, de modo que la pregunta es: ¿era eso lo que estaban pensando? ¿Se molestaron con John Mckay porque no investigó la reñida carrera para gobernador que ganó el Demócrata después del segundo recuento de votos?

Por eso queremos saber qué había detrás de esto.  Y lo que sabemos hasta ahora es que lo que dijeron sobre lo que hicieron no es cierto.  Dijeron que despidieron a estas personas por razones relativas a su desempeño, sin embargo, esos fiscales estadounidenses que despidieron tienen una excelente trayectoria de resultados.  Las evaluaciones realizadas por el Departamento de Justicia sobre su desempeño dan muestran de ello.  Tenemos pendiente una explicación, y eso es lo que sabremos si logramos conversar con ellos.

AMY GOODMAN: ¿Qué pasaría si Bush se opone a estas citaciones? Háblenos sobre el precedente en la historia.
ADAM COHEN: Claro.  Podría provocar un enfrentamiento político, pero ya lo hemos experimentado.  Recuerde el caso Watergate, cuando se notificó la citación a Nixon por la cintas en la Casa Blanca, él también reclamó inmunidad por el cargo ejecutivo que desempeñaba.  Los presidentes no gustan de entregar materiales que pudieran incriminarlos.  Sin embargo, eso llegó a los tribunales.  El Tribunal Supremo de los Estados Unidos falló en contra de Nixon por unanimidad.  Le dijeron que no había inmunidad para los ejecutivos.  Tuvo que entregar las cintas.  Pienso que es un precedente jurídico bastante contundente para una situación como esta.

AMY GOODMAN: ¿Qué pasaría si el Congreso determina que el Presidente está cometiendo desacato?

ADAM COHEN: Bueno, pudieran hacerlo, pero entonces surgiría la interrogante de como lo harían cumplir.  E irónicamente, se convertiría entonces en un caso legal a instancias federales, y se remitiría al fiscal de los Estados Unidos del distrito de Columbia, quien a su vez informa a Alberto Gonzales y este último lo podría destituir si se tornara muy hostil.  Una vez más vivimos la misma situación de Watergate, cuando la Matanza del Sábado por la Noche.  En última instancia, Alberto Gonzales…

AMY GOODMAN: Háblenos de la Matanza del Sábado por la Noche.

ADAM COHEN: Claro.  La Matanza del Sábado por la Noche ocurrió durante el suceso de Watergate.  Cuando los fiscales del caso Watergate se tornaron muy hostiles, comenzaron a despedirlos, uno tras otro.  Y, por supuesto, la dificultad es que…
AMY GOODMAN: Quién se negó a despedir al fiscal especial.

ADAM COHEN: Exactamente.  Y el problema está por supuesto en que la fiscalía es, en última instancia, una responsabilidad del poder ejecutivo, y existe esa dificultad, que el Presidente y el Fiscal General pueden detener la investigación sobre su persona en última instancia.  Y eso pudiera ser un problema en este caso.

AMY GOODMAN: ¿Culmina esto con Alberto Gonzales? Murray Waas escribió un artículo para el National Journal donde decía que poco antes de que Alberto Gonzales aconsejara el año pasado al presidente Bush sobre si debía cerrar una investigación del Departamento de Justicia relacionada con el programa del gobierno de escucha de conversaciones privadas internas sin garantías, Gonzales comprendió que era probable que su propia conducta pudiera ser objeto de investigación.  Bush intervino personalmente para dejar sin efecto la investigación del Departamento de Justicia en abril 2006, cuando dio el paso inusual de negar a los investigadores la autorización de seguridad necesaria para realizar su trabajo.  ¿Obstruyó el Presidente Bush la justicia?

ADAM COHEN: Es posible.  Y otra vez tenemos el mismo problema, el Departamento de Justicia investigándose a sí mismo.  Es alguien a quien el Presidente puede ordenar que atienda un caso para lo cual tiene que investigar, por eso es tan importante lo que está haciendo ahora el Congreso, está investigando porque es un órgano no subordinado al Presidente, es independiente, está elegido por sus propios electores y tiene poder para citar a comparecencia.  Es por eso que la misma división de poderes a la que hacía referencia el presidente Bush en su discurso de ayer en realidad aboga por el respeto a la facultad de emitir citaciones y permite que el sistema de frenos y contrapesos funcione por sí mismo.

AMY GOODMAN: ¿Qué sucederá con esas otras investigaciones que se obstaculizaron? Guam, y ahora el Senador Menendez. Háblenos sobre eso

ADAM COHEN: Claro.  Tenemos los ocho fiscales que son el centro de la atención de todos; sin embargo, muchos otros fiscales estadounidenses han dejado el departamento, o tal vez permanecen en el departamento porque tomaron el camino errado.  Aunque los dos que usted mencionó, antes de la campaña muy reñida que tuvo lugar en Nueva Jersey el año pasado para las elecciones del Senado, Menendez, el candidato Demócrata, fue objeto de una repentina investigación por parte del fiscal republicano de Nueva Jersey en relación con un viejo asunto de unos terrenos que, cuando la investigación se filtró, a nadie le pareció que hubiese algún problema en ese asunto.  Al parecer no hay ningún problema en relación con eso.  Eso ocurrió unos meses antes de las elecciones y, recuerde, fue una investigación que usó de inmediato el Señor Keane, el republicano, en anuncios para atacarlo, y eso levantó muchas sospechas.

La situación de Guam es también sospechosa.  Allí había un fiscal de carrera que decidió investigar algunos posibles negocios turbios de Jack Abramoff.   Y al día siguiente de haber emitido la citación fue destituido y se puso en su lugar a otra persona.  Estas son las situaciones que hemos tenido…

AMY GOODMAN: Ahora resulta ser que Abramoff está representado a los dueños de las maquilas en Saipan y Guam.

ADAM COHEN: Así mismo.  Y eso todavía no se ha investigado debidamente.  Ahora es de suponer que si se efectúan vistas en el Congreso que involucren a Rove, a Harriet Miers y a otras personas, habrá que investigar también estas situaciones.  Esa podría una de las razones por las que el presidente Bush está asumiendo esta línea dura.

AMY GOODMAN: En el artículo de opinión en respuesta al editorial que escribió David Iglesias en el día de hoy en el New York Times, el fiscal estadounidense despedido en Nuevo México dice que en aras de solucionar el asunto, quiere una retractación por escrito del Departamento de Justicia donde se revindique su correcto desempeño profesional.

ADAM COHEN: Uno de los errores que cometió el Departamento de Justicia en esta situación es que si de hecho se despidió a estas personas por razones políticas, lo que parece ser cierto, ellos dijeron de inmediato, "No, todos fueron despedidos por razones de desempeño profesional.  Despedimos a todos porque no estaban realizando su trabajo como era debido.  De hecho, eso molestó a muchos de ellos.  Y como dijera el Señor Iglesias, él piensa que se le debe una disculpa.  Sin embargo, también puede haber sido un error estratégico, porque verdaderamente molestó a esos fiscales esforzados con mucho tiempo de servicio, usted sabe, decirles "los despedimos porque hicieron un mal trabajo".

AMY GOODMAN: Adam Cohen, muchas gracias por acompañarnos.  Esto es Democracy Now! Adam Cohen es escritor de editoriales del New York Times.

www.democracynow.org

Originalmente enhttp://www.democracynow.org/article.pl?sid=07/03/21/1340200

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Amy Goodman

Amy Goodman

Periodista norteamericana, directora de la radio-televisora alternativa Democracy Now!

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