Imprimir
Inicio »Opinión  »

Se derrumba Berlusconi: También Italia marcha a la Izquierda

| +

La tendencia hacia la liberalización  se manifiesta  no solamente en América Latina, también en Europa. El derrocamiento del bribón Silvio Berlusconi es un indicio de una saludable recuperación del buen juicio y el sentido común de los italianos. La unión de la izquierda, liderada por Romano Prodi, ha obtenido el 54% de los votos  contra el 49% de Berlusconi en las elecciones del pasado domingo. Pero hay más,  parece que Prodi controlará ambas cámaras legislativas, lo cual le otorgará un margen de gobernabilidad muy estable a su gobierno.
Romano Prodi realizó estudios en el acreditado London School of Economics y ha efectuado prácticas complementarias en Stanford y Harvard. Durante veintiséis años fue profesor de economía en la Universidad de Bologna y en 1978 fue nombrado Ministro de Economía y en 1996  electo Primer Ministro de manera  inicial, donde  duró hasta 1998. En los cinco años siguientes fue Presidente de la Comisión Europea.  Sin ser un revolucionario de izquierda, su gobierno será, seguramente, mucho más abierto, liberal y autónomo de lo que fue el truhán Berlusconi que arrastró a Italia al aventurerismo belicista de Bush y su caterva de criminales de guerra.
         La  liga con la  que alcanzó el poder  Silvio Berlusconi comprendía la Alianza Nacional, de carácter fascista, y la Liga del Norte, eminentemente racista, además del propio partido de Berlusconi, Forza Italia, compuesto de ultraderechistas. En Italia dominaban las oscuras fuerzas de la regresión social.  Aquél equipo recibió el rechazo de la derecha ilustrada y de las fuerzas conservadoras tradicionales italianas que veían en el aventurero Berlusconi un arribista sin principios.
 Berlusconi ha estado bajo investigación por lavado de dinero, complicidad en homicidios, conexiones con la mafia,  evasión fiscal y soborno de políticos y magistrados. La ascensión de Berlusconi puso en peligro la base democrática de la república italiana porque este Primer Ministro inescrupuloso, audaz, autoritario y venal  desconoció las ganancias  realizadas por el liberalismo italiano desde la Segunda Guerra Mundial. Durante su gobierno contribuyó a  acentuar las diferencias en la nación entre un norte opulento y un sur miserable; un norte regionalista,  chauvinista y patriotero y un sur agrícola,  tecnológicamente  atrasado, que aun sufre  condiciones  de infortunio y estrechez.
 Berlusconi ha rechazado las imputaciones en su contra alegando que se trata de calumnias para desprestigiarlo. Pero al terminar la Segunda Guerra Mundial, Berlusconi era  cantante en un buque que hacía  cruceros mediterráneos. Desde entonces a acá ha acumulado una fortuna que se estima en 14 mil millones de dólares. Berlusconi, creen muchos,  es un prestanombre de la Mafia  y el Vaticano. No en vano perteneció a la famosa Logia P-2 en la que estuvieron involucrados los tristemente célebres Roberto Calvi y Licio Gelli,  este último ex teniente  de la División Herman Goering, de las S.S. alemanas, y más tarde traficante de armas conectado con  la banca de la Iglesia Católica  y los  escándalos del Banco Ambrosiano y  la Operación Gladio,  organizada por la CIA.
Berlusconi  comenzó su carrera empresarial  construyendo en Milán un complejo residencial para cuatro mil personas por cuenta de una compañía, la Edilnord. Los fondos provenían de un banco en Lugano, el Finanzierungesellschaft, por cuenta del abogado Renzo Rezzonico. Ya tenía vínculos con Vittorio Mangano, jefe de la mafia de Palermo, a través del banco Rasini, caracterizado por el lavado de dólares, donde trabajaba el padre de Berlusconi. 
 En 1968 Berlusconi construyó el Milán-2, más de 700 mil metros cuadrados de edificios.  El dinero fluyó, otra vez, de ocultos intereses en la Banca Suiza Italiana, por cuenta de Giuseppe Pella, miembro del ala de ultra derecha de la Democracia Cristiana. Berlusconi recibió fondos, además,  de la Fimo, sociedad de inversiones en Chiasso, que ha sido señalada por investigaciones policiales, como el centro del lavado de dólares proveniente de los  narcotraficantes colombianos.  
  En 1974 Berlusconi comenzó a organizar un canal de televisión por cable, desafiando el monopolio estatal de la RAI,  garantizado por la ley. Poco después fundó la Fininvest, su gran emporio, una holding company  que sería la madre de todas sus empresas.  En 1983 dominaba el mercado publicista-televisivo dejando a la RAI muy atrás.
  Berlusconi seguía obteniendo créditos para todos sus negocios provenientes de la Banca Nazionale del Lavoro y del Monte dei Paschi di Siena.  El 26 de enero de 1978 Berlusconi se inscribió en la Logia P-2 con  el número de carné 1816. La P-2 era una organización secreta que comenzó, en 1963, Licio Gelli, y  llegó a constituir un estado dentro de otro estado y acarició la idea de efectuar un golpe para llevar a los neofascistas al poder.
Miembro distinguido y favorito dentro de esta urdimbre de intereses, de hermandades secretas, de cofradías de conspiradores, de capos mafiosos, de defraudadores financieros, no es de extrañar que Berlusconi haya adquirido Standa, la mayor cadena de tiendas por departamentos de Italia, la editorial Mondadori y la serie de publicaciones de la firma Rizzoli.
La caída de Berlusconi es un presagio positivo para el porvenir de Italia que con Prodi abre un sendero de posibilidades canceladas por el rufián que ocupaba el poder.

Haga un comentario



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Lisandro Otero

Lisandro Otero

Novelista, diplomático y periodista. Ha publicado novelas y ensayos, traducidos a catorce idiomas. Falleció en La Habana en 2008.