Cartas son cartas: Saja Rahim
Siguen cayendo las bombas sobre Irak y una se pregunta qué clase de civilización es esta. Saja Rahim tiene siete años y me mira desde una foto tomada esta mañana. Su nombre, su edad y una carita hostigada por las esquirlas viajan hasta la pantalla de mi computadora minutos después de que su mirada se detuviera en el lente fotográfico de un reportero desconocido y se replicara por las redes digitales hasta miles de puntos en la Internet.
Gracias al prodigio cibernético, que no puede evitar el dolor de un niño, ni la lluvia de bombas, otra noticia llega poco después de esta imagen. Bush hijo -dice el cable generado en Washington- anuncia que reescribirá la historia del mundo. ¿Con la sangre de todos los Saja Rahim que penan en los hospitales y han muerto y morirán en Irak?
Como esta sección no quiere traicionar su compromiso epistolar, pongo aquí un punto y aparte. Recurro a Juan Gelman esta vez, con fragmentos de dos cartas suyas. La primera, en prosa, para el diario argentino Página 12. La segunda, en verso, para el sitio en Internet de la organización norteamericana Poetas contra la Guerra.
EL VIEJO DESHUMANISMO
¿A dónde fue a parar el viejo humanismo de Occidente? ¿O la deshumanidad se origina en el centro mismo de la civilización occidental? ¿Los teólogos españoles no discutían si los indígenas de las Américas colonizadas y saqueadas tenían alma o no la tenían? ¿No existió en el siglo XVIII un entomólogo danés llamado Johann Christian Fabricius que "probó" la inferioridad de la raza negra porque uno de sus parásitos, la pulga pediculus nigritarius, era menos desarrollada -según él- que la padecida por la raza blanca, la pediculus humanus? Nótese el racismo de la ilustrada Ilustración: las pulgas del blanco son humanas, las otras no.
Es una ilusión creer que vivimos el después de Auschwitz. Seguimos en Auschwitz. Para enfrentar el nuevo desorden mundial que la Casa Blanca tal vez no haya otro camino que insistir, es decir, resistir. La paz se ha convertido en una causa de humanidad por primera vez en la historia. Es un momento de resistencia contra, de resistencia negativa, pero puede preparar la materialización de un núcleo utópico, un motor de futuro. "No valdría la pena mirar un mapamundi en el que no figurase la utopía, porque le faltaría el único país donde la Humanidad se posa a diario", dijo Oscar Wilde. El siglo que pasó demuestra que ningún régimen, por totalitario que fuere, logró impedir que por sus grietas y resquicios respiraran los pulmones del sueño y el deseo.
SUCEDE
No le cuesta nada sembrar la muerte /envuelto en sentimientos cristianos. / Cristo era hijo de un carpintero / y no hijo de un Bush, me parece. /O me parece mal y es dulce dicha / la muerte envuelta en sentimientos cristianos. / No es tema de meditación para los que van a caer. /Ellos van a caer y no más.//
Un ave corta el cielo en dos. / ¡Salud al ave con el invierno al hombro! / ¡Salud a los que tejen un NO de aire en el aire!/ ¡De ellos será la forma humana, / el viaje y la alma tibia!/ ¡Salud!//
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