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Impunidad confesada

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• POCO aprenderá al tribunal de Panamá el documento sobre Luis Posada Carriles, entregado por el FBI a solicitud de las autoridades judiciales istmeñas si, por fin, se abre el 15 de marzo proximo el juicio del terrorista internacional y sus cômplices.

Este texto desclasificado sólo ilustra un lejano fragmento del largo historial del cabecilla terrorista. Pero sí confirma que la policía federal (y política) norteamericana observaba el personaje desde ya muchos años cuando este ordena el atentado contra un avión de Cubana de Aviación que provoca 73 muertos, en 1976. No solo toleró el FBI las actividades criminales de Posada pero también se negó, luego del desastre, a colaborar con la justicia venezolana.

El documento -cuya entrega a Panamá se hizo en el marco de un acuerdo bilateral de intercambio de información policiaca- lleva la fecha del 2 de diciembre del 2002. Fue completado el 2 de noviembre de 1976, por la oficina de Miami del FBI, dos meses después del derribo del aeronave.

Reúne numerosas informaciones sobre Luis Posada Carriles, "alias Luis Clemente Faustino Posada, alias Luis Clemente Posada, alias Luis Clemente Faustino Posada Carriles, alias El Bambi" -todas identidades o combinaciones de nombres que el extremista hoy detenido en Panamá usaba en este momento.

Presenta primero una declaración de Posada, recogida el 23 de junio de 1964, en Polk City, Florida, por el ‘Special Agent' (SA) Howard K. Rutherford, en la cual reconoce que perteneció a las fuerzas armadas norteamericanas, con la matricula C2 312 445, completando su entrenamiento ‘en marzo 1964', en Fort Benning, con el grado de 2do teniente.

Fort Benning era una tristemente celebre academia militar donde varios cabecillas de la contrarrevolución -entre los cuales Jorge Mas Canosa- fueron formados por la CIA a técnicas de terrorismo.

Posada confiesa tranquilamente pertenecer al grupo terrorista JURE, precisando que fue reclutado por el coordinador militar del grupo, Rogelio Cisneros.

Es hoy bien documentado el hecho de que JURE -Junta Revolucionaria Cubana- fue una organización financiada por la CIA con el propósito de desarrollar operaciones terroristas contra Cuba.

Una infiltración de JURE había fracasado el 20 de mayo de 1964 y Posada cuenta entonces al agente Rutherford, sin dar detalles, haber participado en su organización.

Explica Posada que llegó "hace tres meses" (lo que corresponde a su salida de Fort Benning) en la propiedad de un tal Weir Williams, a unos dos kilómetros de Polk City, quien deja a JURE el uso de sus tierras, sin costo alguno; que se construyo un campo de entrenamiento militar nombrado Campo de Insurgencia José Marti; y que ha ya "entrenado tres grupos de ocho hombres cada uno".

Usa el titulo de Instructor en Jefe.

UN ARSENAL DE Garand, M59 y FAL

"Entiendo que estamos entrenándonos para desembarcar en Cuba para desarrollar una guerra de guerrilla y que no saliéremos de los Estados Unidos pero de algún país de América central", declara Posada añadiendo que recibe armas de JURE, desde Miami, "incluyendo rifles Garand, M59 y FAL así que una submetralladora Thompson".

Aquí viene una precisión muy importante de parte de Posada: "Nunca se me ha dicho que teníamos el apoyo del Gobierno de Estados Unidos pero creo que tenemos su tolerancia por el hecho mismo de que se nos ha permitido entrenarnos sin molestarnos".

Un anexo al documento del FBI señala que, al terminarse el encuentro, "Posada expresó su sorpresa diciendo que el FBI tenia que saber lo que estaban haciendo desde el principio. Dijo que pensaba así porque estaba bajo la impresión de que el entrenamiento dado en el campo tenía la tolerancia sino el apoyo activo de la Agencia Central de Inteligencia".

Aunque pretende no estar en contacto personalmente con la CIA, afirma que dos instructores del campo, Delfin Pio Martinez y José Benito Clark, son agentes de la CIA y que él, Posada, ha pensado en dejar el campo de entrenamiento de JURE para pasar a trabajar directamente con la CIA, precisando que "Clark le preguntó porque no pasaba a trabajar con ellos".

El texto del SA Rutherford continua: "Posada dijo que nunca se tuvo dinamita o granadas en el campo de entrenamiento pero que sí tuvieron 20 libras de C4 y de Pentolite. Durante el periodo de entrenamiento, precisó, cada hombre tuvo que disparar un cuarto de libra de estos explosivos".

EL "CAZADOR" DE LOS "HALCONES NEGROS"

El documento desclasificado luego enumera una serie de informaciones recogidas en el curso de los años anteriores que dan una cierta idea de las actividades criminales de Posada en distintos grupos terroristas.

• En septiembre de 1961, se señala que Posada pertenece a un grupo nombrado Halcones Negros, de la organización Unidad Revolucionaria, donde usa el nombre de código "Cazador". Extraño nombre para el que se sospechara más tarde de haber participado al asesinato del presidente norteamericano John Kennedy.

• Una nota del 21 de marzo de 1964, fecha correspondiente a la salida de Posada de Fort Benning, Posada visitó los Everglades "en búsqueda de un sitio de entrenamiento" para JURE. El grupo se encuentra "fuertemente respaldado por Muñoz Martin, Gobernador de puerto Rico, el ex Presidente Betancourt, de Venezuela, y el ex Presidente José Figueras, de Nicaragua", y recibió "75 000 dólares desde Venezuela, el mes pasado"

• En un expediente relativo a un caso de extorsión donde se encuentra implicado el cabecilla terrorista Orlando Bosch Avila, fechado del 28 de diciembre de 1964, aparece el nombre de Posada -Bosch era entonces jefe de la Alianza MIRR-Comandos L y se dedicaba a extorsionar a comerciantes cubanos que se negaban a pagar contribuciones a su organización.

• Un mensaje fechado del 19 de abril de 1965, menciona que Posada ha sido "reclutado para participar en el intento de Roberto Alejo Arzu para derrocar el actual Gobierno de Guatemala como jefe de grupo".

• En una carta fechada del 10 de enero de 1965, un tal Raúl André relata que "según informaciones que recibió, Posada era un agente de la CIA quien realiza viajes dentro y fuera de Cuba".

En los documentos entregados por el FBI a las autoridades de Panamá, aparece luego un memorándum fechado del 1ro de julio de 1965 y titulado "Planes del RECE para destruir un barco cubano en México". RECE (Representación Cubana en el Exilio) fue fundado en 1963 por José Pepín Bosch, dueño de Bacardi, la multinacional del ron.

El texto explica que RECE esta en el proceso de fabricar bombas de tipo "limpet", es decir capaces de adherir a una superficie bajo el agua, con el propósito de realizar este plan terrorista. "Las personas vinculadas a esta operación son Jorge Mas Canosa, Ramón Escarda Rubio, Luis Clemente Posada Carriles".

Años más tarde, el Presidente Ronald Reagan y su Vicepresidente George Bush, ex Director de la CIA, encargaran a este mismo Jorge Más Canosa, terrorista y operativo de la CIA, de la creación de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), organización ahora dirigida por el hijo de su fundador, Jorge "El Niño" Mas Santos.

Otro documento procedente de las oficinas del Director del FBI señala, sobre el mismo tema, que Posada esta falsificando documentos para pretender que era puertorriqueño y solicitar una visa para viajar a México.

Un texto procedente de un agente del FBI en la representación diplomática norteamericana en México indica luego que "Luis Posada Carriles ha dicho el último 25 de junio (1965) que Jorge Mas Canosa del RECE le ha pagado 5 000 dólares para pagar los gastos de una operación de demolición en México".

"Posada dijo que estaba proyectando poner minas "limpet" sobre un barco cubano o covietico en el puerto de Veracruz, México, y que tenia 100 libras de explosivos C-4 y detonadores".

El complot se confirma en un último documento que precisa que Posada Carriles a propuesto "a un experto en demolición viajar a España, México y otros países latinoamericanos a costa del RECE al fín de poner bombas en instalaciones comunistas en estos países".

LA CIA, SORDA, CIEGA Y MUDA

Todas estas informaciones y la ausencia de intervención de las autoridades judiciales norteamericanas en los asuntos de los grupos terroristas, confirma con claridad el nivel de impunidad del cual se beneficiaron y siguen beneficiándose los extremistas de Miami.

La pequeña colección de documentos entregados por el FBI en Panamá era acompañada de una nota donde se menciona al Special Agent in Charge de Miami, cuyo nombre no aparece, que la CIA, el 11 de mayo de 1964, por su agente de enlace, Henrietta Lori, afirma al FBI no tener información ‘sobre Posada o algún campo de entrenamiento de cubanos" y que una investigación del FBI había sido cancelada después de la recepción de un mensaje "avisando que el Departamento de Justicia no solicitaba más información".

En Miami, casi cuarenta años después de la entrega de este informe interno, varios grupos que predican el terrorismo siguen activos, públicamente, abiertamente, sin ninguna intervención de las autoridades. Siguen conspirando, mafiando, chantajeando, amenazando su comunidad y reúnen, en ruidosas campañas de prensa, fondos para financiar el narco-abogado de Posada Carriles y sus cómplices, encarcelados en celdas de padrinos mafiosos en la cárcel El Renacer de Panamá.

¿Cuantos atentados hizo posible la increíble tolerancia demostrada por el FBI hacia Posada Carriles?

¿Cuántas personas, incluyendo a los ocupantes de la aeronave destruida de Cubana de Aviación, hubiesen conservado la vida, sin aquella criminal tolerancia?

¿Cuantos muertos habrá causado la CIA, engañando al pueblo norteamericano con sus innumerables planes terroristas y el uso de mercenarios tales como Luis Posada Carriles, Orlando Bosch y Jorge Mas Canosa para realizarlos?

¿Cuanto tiempo mantendrá Washington detrás de los barrotes a los Cinco patriotas cubanos detenidos por haber luchado contra el terrorismo practicado desde más de cuarenta años por los círculos extremistas de Miami?

El juicio de Panamá será también él de cuarenta años de fechorías de terroristas que ya han dicho desear recuperar su libertad para seguir cometiendo crímenes. •

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Jean-Guy Allard

Jean-Guy Allard

Periodista canadiense radicado en Cuba. Es autor del libro "Auge y caída de Reporteros Sin Fronteras".