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Martillo de hierro, Río de sangre

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  Lisandro Otero  

Ante la inminencia de la campaña electoral Bush está tomando medidas para poder explicar a los electores el callejón sin salida en que se  ha metido en Irak. Sus asesores le han diseñado un plan de salida de manera que al inicio del verano de 2004 pueda decir a los americanos ingenuos que ya se ha retirado de Irak y que pueden votar por él.  Para ello llamaron al procónsul Bremer y le reclamaron la escenificación de una aparente entrega de soberanía a los iraquíes. Hasta ahora el consejo de gobierno existente es una ficción: un grupo de títeres que apenas osa moverse por temor a caer bajo las balas de la resistencia patriótica.

Esa fórmula ya la habían usado con la llamada vietnamización, que consistió en entregar las tareas represivas  a  los sudvietnamitas. No dio resultado. También la habían usado los británicos, en la colonización de la India, donde usaron a los cipayos para agarrotar  a sus conciudadanos. Tiene  como modelo adicional la ocupación del Japón, durante siete años, cuando McArthur ordenó a sus asesores escribir la constitución que luego le impusieron al pueblo nipón. 

Bremer ha sido opuesto a este apresuramiento  pues aduce que los iraquíes aún no están maduros para la democracia y permitirles un gobierno propio conduciría al caos. Desde luego, estamos hablando de fachadas convencionales para engañar a la opinión pública. No habrá democracia para Irak hasta que el pueblo se libere por su propio esfuerzo, ni habrá autonomía económica mientras no se vuelvan a nacionalizar las  vastas reservas petroleras,  ahora en manos de Halliburton y Chevron.

Esta fórmula de escape apresurado se debe al notable incremento de la resistencia patriótica iraquí. Los ataques a las tropas de ocupación han subido a 46 diarios. La demolición del cuartel de los  italianos produjo  24 muertos. El derribo de un helicóptero en Faluja dejó 17 yanquis fuera de combate, otro ocurrido en Tikrit  causó seis muertos más.  Los dos Black Hawk derribados en Mosul aumentaron el saldo de bajas en 17.  Lo de Mosul fue un ejemplo de organización guerrillera. Tendieron una emboscada a una patrulla estadounidense y cuando acudieron los helicópteros al rescate los estaban esperando con los cohetes tierra-aire preparados. Algunos afirman que se están usando cohetes RPG, pero otros creen que ya se emplean los SAM-7, mucho más complejos y de mayor capacidad destructiva.

Las fuerzas ocupantes, alarmadas ante este incremento de la rebeldía nacionalista, han diseñado la operación Martillo de Hierro que consiste en tomar represalias indiscriminadas contra la población civil. Los pesados aviones de transporte C-130, acorazados, bombardean y ametrallan los sitios de donde se supone hayan salido acciones de resistencia.  Es lo mismo que hicieron en Vietnam donde los gigantescos octomotores B-52 lanzaban miles de toneladas de poderosas bombas sobre aldeas de paja y regaban con defoliantes las espesas selvas donde se ocultaban los combatientes norvietnamitas.

En Mosul, tras el derribo de los dos Black Hawk atacaron una fábrica textil porque suponían que desde esa azotea habían lanzado los cohetes que derribaron los aparatos yanquis. Para incrementar el castigo dejaron sin electricidad una vasta zona en torno al sitio de donde partió el ataque patriótico. La consecuencia de la Operación Martillo de Hierro es que el odio de la población crece, el rencor hacia los opresores aumenta cada día, la cooperación de los civiles con la guerrilla urbana se solidifica.

Hasta ahora la guerra en Irak ha costado la vida a 417 soldados norteamericanos. Es más de lo que costó el preámbulo de Vietnam.  Según cálculos de la agencia Reuters la presencia estadounidense en Indochina  causó 392 muertes entre 1962 y 1964.  Actualmente el ejército de Estados Unidos tiene 130 mil combatientes en Irak,  la misma fuerza que se había acumulado en Vietnam  en octubre de 1965, cuatro años después de haber comenzado su embestida allí. En Vietnam murieron 58 mil soldados norteamericanos. ¿Cuántos está dispuesto a sacrificar Bush por el petróleo iraquí?

gotli2002@yahoo.com

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Lisandro Otero

Lisandro Otero

Novelista, diplomático y periodista. Ha publicado novelas y ensayos, traducidos a catorce idiomas. Falleció en La Habana en 2008.