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La tumba de García Lorca

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  Lisandro Otero, Premio Nacional de Literatura  

El alzamiento de Francisco Franco contra la República Española marcó el inicio de una atroz sangría que dejó un millón de cadáveres en los primeros tres años. Tras la toma del poder los falangistas fusilaron 200 mil personas más. Todo aquél sospechoso de simpatizar con los ideales de llibertad,  justicia social y la igualdad entre los hombres fue  enviado al paredón sin misericordia. 

Una de las víctimas más señaladas de esa horrible carnicería fue el poeta granadino Federico García Lorca. Son sobradamente conocidos los detalles de sus últimos días. Su refugio en la casa del poeta Luis Rosales, su apresamiento y muerte. Durante años se ha tratado, inútilmente, de descubrir el paradero de sus restos.

Granada cayó en poder de los falangistas el 20 de julio de 1936, dos días después de la traición de los militares. Las persecuciones y la represión se desencadenaron con una saña inusitada. En sus investigaciones su biógrafo Ian Gibson supone que el poeta fue torturado antes de morir, según las revelaciones  de uno de sus homófobos custodios. Se sabe que fue asesinado junto a un maestro de escuela y un banderillero anarquista.  La familia García Lorca se ha opuesto a que se abran las fosas en busca de los restos del poeta y ha pedido que los dejen donde están, en el parque de Alfacar, no lejos de Granada. Solamente ha consentido que se erija un monolito  en un lugar cercano al sitio donde probablemente se encuentren sus despojos.

El primero que buscó los restos de García Lorca fue el también poeta, traductor de Nicolás Guillén, y profesor universitario Claude Couffon, quien entre 1945 y 1950  viajó a Granada para realizar investigaciones.  En aquellos tiempos no era una tarea fácil con el franquismo en su apogeo. En 1951 publicó el resultado de su encuesta en un artículo en El Fígaro Literario y más tarde amplió sus descubrimientos en un libro.

Couffon plantea que al estallar la guerra Federico se hallaba planeando un viaje a México. Al saber de la rebelión fascista se ocultó en la casa de sus padres en la Huerta de San Vicente. Después fue a casa de los Rosales, que eran falangistas y podrían brindarle una mejor protección.  Durante años se acusó injustamente a Luis Rosales de haberle denunciado pero el tiempo y los hechos lo exoneraron. Tras su arresto fue conducido al edificio del gobierno civil de Granada, después a la Colonia, en Viznar, un sitio de vacaciones convertido en prisión.  Allí pasó la noche del 18  de julio  y el día 19 fue fusilado.

Se sabe que Manuel de Falla  hizo múltiples gestiones para salvarlo. Su padre, rico propietario, designó un abogado para que realizara las gestiones de su excarcelación si  saber que su hijo ya estaba muerto. Los falangistas difundieron un falso certificado de defunción donde se especificaba que había muerto por "heridas sufridas en la guerra". En tiempos recientes se ha abierto muchas fosas comunes de los muertos en la guerra civil. Hoy, con las actuales técnicas del ADN no sería difícil identificar la poética reliquia de no ser por la oposición familiar. 

Hace años habité en la Residencia de Estudiantes que fue un vivero de talentos,  ávidos de experimentación y vida, donde se instaló Federico García Lorca en 1916. Residió allí durante doce años. Cuando llegó a la Residencia, el director  Jiménez  Fraud le preguntó qué hacía su padre y Federico contestó: "mi padre es un infeliz, no es nada más que rico." Poco después ingresaron Luis Buñuel y Salvador Dalí, integrando una notable e inseparable tríada de genios en el instante de su despertar.

Buñuel recordaba que la  habitación de Federico era un concurrido  centro de reunión. Aun se conserva su piano en la sala principal. Cuando tocaba salían a oírlo hasta los cocineros, llenaba el salón de alegría. Siempre mantenía una jarra de flores sobre el piano, y así se ha conservado hasta hoy. De sus múltiples conferencias y actividades se recuerda, como muy excepcional, la que ofreció sobre repostería. Hizo un recorrido sobre los dulces de España: alfajores, hojaldres, jaleas, membrillos, mazapán, yemas, "un gracioso derroche de lindos nombres y deliciosos comentarios --dijo después Jiménez Fraud--,  conectando dulces con geografía".

Fue una generación plena de esplendor, alegría, creatividad y duende que fue salvajemente aplastada por el fascismo que ha renacido hoy en la España de Aznar.

gotli2002@yahoo.com

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Lisandro Otero

Lisandro Otero

Novelista, diplomático y periodista. Ha publicado novelas y ensayos, traducidos a catorce idiomas. Falleció en La Habana en 2008.