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Perros adiestrados y sensores de calor, La CIA persiguió al Che

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  La CIA organizó los planes para matar al Che  

En Bolivia, Estados Unidos se empleó a fondo contra el Che. Sabían tan bien como el ejemplar revolucionario que estaban dadas las condiciones objetivas y subjetivas para que la guerrilla se consolidara y triunfara, dice el investigador cubano Froilán Gonzáles. Para Froilán, estudioso junto a su esposa Adys Cupull de la vida y obra del Guerrillero Heroico, los once meses de exitoso accionar de la guerrilla, a pesar del sostenido acoso de Washington, dan fe de que la victoria era posible.

Pero ante los planes de dominación continental del imperialismo norteamericano el éxito guerrillero, desde Bolivia, habría sido demasiado costoso. La decisión fue aplastar por cualquier medio el intento libertador. En la persecución del grupo guerrillero orquestada por Estados Unidos, el solapado papel de la CIA fue clave. Para echar luz sobre los poco divulgados métodos que empleó la CIA en su rastreo del Che y la guerrilla boliviana, la casa de Adys y Froilán en La Habana es toda lumbre. En 1992, el matrimonio publicó el libro La CIA contra el Che, que les debió el premio nacional de la crítica de la Academia de Ciencias de Cuba.

Del entrenamiento de los Rangers norteamericanos al Ejército boliviano en el antiguo ingenio "La Esperanza" se habla a menudo. Poco, sin embargo, se sabe de otros recursos no convencionales utilizados por la CIA en su guerra contra el Che, paciente y minuciosamente documentados por Adys y Froilán.

"La CIA convirtió el Ministerio del Interior de Bolivia prácticamente en una especie de Consulado norteamericano, y comenzó un estricto y directo control de las fronteras, tanto terrestres como aéreas", explica Froilán. "Por su cuenta, tomaron el control de la central telefónica y el correo. Implantaron un chequeo telefónico de todas las personas proclives a ser simpatizantes de los guerrilleros, incluso los militares." En La CIA contra el Che aparece un listado de todas las personas que en Bolivia estaban sometidas al control telefónico de Estados Unidos y eran sistemáticamente monitoreadas y controladas.

El investigador recuerda que un día se presentó un individuo en La Paz que dijo ser hermano del Che, en busca de contacto con personas revolucionarias y simpatizantes del movimiento guerrillero.  "Algunas personas le creyeron, entre ellas Zonia Valdivia, quien lo alojó y lo atendió pensando que era un hermano del Che que venía de Cuba. Zonia Valdivia era una persona importante, que cooperaba clandestinamente con el movimiento guerrillero, y puso a este supuesto hermano del Che en contacto con otras personas. Todas fueron reprimidas y terminaron en la cárcel: era un agente de la CIA de origen cubano. En Bolivia operaron doce agentes de la CIA de origen cubano."

Contra el Che, en un método que trae inevitable a la memoria el proceder hitleriano, la CIA recurrió, también, a los perros. "Fue la primera vez que en la lucha anti-guerrilla en América Latina se empleó este sistema de perros Pastores Alemanes. El 19 de abril, al área de la guerrilla entró un periodista-Joe Andrew Rudge-que, entre las varias misiones que llevaba, tenía la de esparcir una substancia química para lo cual los norteamericanos habían traído un grupo de perros Pastores Alemanes adiestrados a esa substancia, de tal manera que los perros los llevaran hasta los campamentos guerrilleros", comenta Froilán Gonzáles, quien sostiene que el periodista no logró engañar al Che. "El Che lo encuentra sospechoso y escribe que se trata de <un presente griego>". El periodista pagado por la CIA cumplió su misión de esparcir la substancia. "Llegó el 19 de abril, y el 25 de abril-día en que muere el Capitán San Luís-fíjate que interesante lo que el Che escribe en su diario: <al poco rato apareció la vanguardia, que para nuestra sorpresa, estaba integrada por tres Pastores Alemanes con su guía. Los animales estaban inquietos, pero no me pareció que nos hubieran delatado. Sin embargo, siguieron avanzando y tiré sobre el primer perro, errando el tiro. Cuando iba a darle al guía, se encasquilló el M-2. Miguel mató otro perro>".

Le comento a Froilán que he leído además sobre la CIA y el uso de una avioneta de una falsa compañía de ingeniería para hacer un rastreo de la guerrilla desde el aire mediante sofisticados sensores de calor. Existe información de que se utilizó el rastreo del calor, me dice. "Como señalamos en nuestro libro La CIA contra el Che, hubo una gran represión obrera y estudiantil; a los jóvenes los llevaban para una especie de campos de concentración ubicados en la selva del oriente boliviano. El hecho de trasladar a estas personas hasta estos recónditos lugares, donde el único medio de transporte era el aéreo o el fluvial, hizo que los estudiantes bolivianos organizaran, como gesto de público respaldo, el envío de tres compañeros de la Federación estudiantil-Ramiro Barrenechea, Raúl Ibarguin y Osvaldo Trigo-hasta estos lugares. Estos jóvenes, al llegar allí, conocieron de la existencia en esa selva de una base secreta norteamericana, con pista de aterrizaje y de dieciocho a veinte casas confortables, con aire acondicionado e intercomunicadores-estaba prohibido el acceso de los bolivianos a esa base-y recogieron testimonios de los pobladores de Rivera Alta de que las autoridades explicaban que se trataba de un instituto lingüístico de verano de los norteamericanos, aunque les llamaba la atención que en las noches escuchaban vuelos de aviones y que hasta el pan venían a buscarlo en sus avionetas. Algunas fuentes les dijeron que se trataba de una base de comunicación radio-electrónica para espiar a los guerrilleros." Añade el investigador cubano que, a la vez, otro periodista, confirmado agente de la CIA, Andrew Saint George, reveló que los norteamericanos seguían el curso de los guerrilleros "con equipos e instrumentos sofisticados que medían el calor humano y el humo de las cocinas guerrilleras".

 

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Juan Jacomino

Juan Jacomino

Periodista y traductor cubano. Trabaja para Radio Habana Cuba.