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Cuba y sus huellas en Guatemala

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Walter Emilio Cúc es Director de FGER, Federación Guatemalteca de Escuelas Radiofónicas, organización que ha alfabetizado ha permitido que más de 500 mil personas. Foto: Susana Tesoro/ Cubadebate

Desde la calle que conduce a la Casa de Cultura en la Zona 1 de Ciudad Guatemala, escuchamos una voz entonando una canción de Silvio Rodríguez, con un coro que repetía: “solo el amor convierte en milagro el barro…”. Para un cubano de Cuba es difícil renunciar a la curiosidad de saber el de donde y el porqué de esos versos cantados.

Desde afuera nos explicaron que el concierto estaba dedicado a los médicos cubanos, por su labor tan altruista y a su vez en homenaje al Comandante Fidel Castro, quien tuvo la visión de diseñar una estrategia para América Latina, quien hizo este esfuerzo para ayudar a tantos pueblos y tantos países. Es en honor a ellos, a los cubanos, y a la gran cantidad de guatemaltecos que se formaron en la Escuela de Medicina de Cuba.

Nos acercamos a un portón grande y abierto, entramos a la Casa Q´anil, un espacio cultural, raramente gratuito, que tiene como objetivo rescatar, preservar y divulgar la cultura indígena. Este lugar es la sede de un proyecto de FGER, cuyas siglas se corresponden con la Federación Guatemalteca de Escuelas Radiofónicas, organización que desde hace 52 años trabaja para difundir los derechos humanos, en sus orígenes nació con la intención de alfabetizar a las comunidades indígenas a través de la radio y de un grupo de misioneros que se movían a las zonas más intrincadas.

La Casa Q´anil, tiene como objetivo rescatar, preservar y divulgar la cultura indígena. Foto: Susana Tesoro/ Cubadebate

Walter Emilio Cúc es Director de FGER, y al saber qué éramos cubanos nos invitó a pasar y dijo que el concierto ofrecido ese día estaba dedicado a los Médicos cubanos y a los guatemaltecos graduados de la ELAM, Escuela Latinoamericana de Medicina de Cuba.

“Soy Maya kaqchikel, dijo con orgullo Walter, y hacer que mis raíces permanezcan vivas es uno de los objetivos de mi vida”

_Este proyecto ha permitido que más de 500 mil personas fueran alfabetizadas. Como debe saber aquí el gobierno se desentendía de esto, la ausencia de un presupuesto de Estado para este empeño nos ha hecho más difícil esta labor, explica Walter.

“Comenzamos con 8 emisoras, y ya tenemos 32. Todos estos espacios tienen un perfil cultural, educativo y de información comunitaria, y su principal función es defender los derechos humanos, la identidad, las tradiciones de una cultura como la Maya, de tanto prestigio y desarrollo, cuyos méritos son más divulgados por canales extranjeros que por nuestra propia gente. Son además emisoras participativas a través de la cual los pueblos indígenas pueden expresarse”.

“Estas emisoras educativas han jugado un papel fundamental en el país, ampliaron su participación en la comunidad, algunas sigue con la temática de educación formal, otras tienen clínicas y farmacias comunitarias, que siguen beneficiando a la población.

"El trabajo que hacemos no fue muy grato para algunos gobiernos, sobre todo el hecho de empoderar a los pueblos indígenas y campesinos acerca de sus derechos, esto origino una represión sistemática de sectores de la derecha, durante el conflicto, 12 compañeros nuestros fueron asesinados, dos de ellos directores de emisoras, cuyos cuerpos siguen aún desaparecidos. Con nuestro trabajo diario hacemos homenaje a esos compañeros que forman parte de la historia negra de FGER.

La programación de estas emisoras se hace desde los propios idiomas indígenas, rompiendo la barrera idiomática. Guatemala es un país multiétnico donde coexisten 23 idiomas mayas, más el Garífuna y el Xinca. FGER ayuda a informar a la población, y educarla en su propio idioma.

De acuerdo con el último censo existe en Guatemala un 40 % de población indígena, y según nos comenta Walter se estima que es mucho más alto debido a que por la propia exclusión racial mucha población teme identificarse como Maya. Calculamos, afirma Walter, que el 75 % es indígena. Lo que para los sectores de derecha es una vergüenza que debía ser orgullo teniendo en cuenta la reputación que en la cultura universal tiene sapiencia Maya.

_ ¿Cómo se implementa esa educación a distancia?

_ Lo primero fue formar a los monitores que acompañarían a la población mientras se radiaban las clases, ellos evacuan las dudas y son quienes los van guiando. Cuando comenzamos, en 1965 había un monitor en cada municipio, a falta de energía eléctrica usábamos unas lámparas improvisadas de petróleo que aquí llamamos candil, y radios de baterías externas.

_ En aquellos años ¿Cómo utilizaban la lectura? ¿Qué era lo que más les atraía de haber aprendido a leer?

_ En primer lugar, la aventura de descifrar el alfabeto creo que es fascinante para todo el mundo, fue fundamental que pudieran leer y escribir, y a partir de ahí conocer sus derechos. Estábamos empoderando a los pueblos indígenas de conocer sus derechos y eso permitió que aumentase su calidad de vida, y esa parte era que molestaba a ciertos sectores de la población.

“Te explico mejor: recibían información en idioma Maya a través de las emisoras y así recibían los derechos elementales como el de la educación, en un país donde no había una estrategia del gobierno para cubrir la educación. En sus inicios algunas radios estaba vinculadas a la iglesia católica, ahora existe una participación más plural y activa.

Desde que llegaron los médicos cubanos nos fuimos vinculando con el Comité de Solidaridad con Cuba. El aporte de los médicos cubanos ha sido vital para el desarrollo de las comunidades más rurales. Estos profesionales cubren espacios donde nunca hubo asistencia médica. Los hospitales públicos están muy desprotegidos, sin instrumental, medicinas y pocos médicos. Son miles los guatemaltecos que han sido beneficiados por los médicos cubanos.

En este 2018 se cumplen 20 años de la llegada de la Brigada Médica a Guatemala, y todo acto de gratitud hacia ellos es poco, pues lo que ellos hacen por la humanidad más desprotegida en América y en el mundo, es encomiable.

Lamentablemente, esa heroicidad de los médicos cubanos no está visible en los medios de comunicación comerciales, no porque no lo sepan, sino por la campaña que existe para hacer invisible esta ayuda del pueblo cubano. A veces ni a nosotros nos llega por ese cerco mediático.

La Casa Q’anil está abierta al público sin costo alguno, solo se paga lo que se consume. Es sede de conciertos, exposiciones fotográficas, de pintura, y son exhibidos con carácter comercial, algunos de los productos tradicionales alimenticios, la mayoría de ellos son orgánicos. También se venden artículos y ropas típicas de esa cultura.

Ante la interrogante de si son beneficiados los productores directos con esas ventas, la respuesta fue desgraciadamente la esperada: “Hemos identificados a varios productores y productoras locales, sin intermediarios, pero no es fácil siempre hay terciarios, a veces el productor no gana casi nada y sus mediadores son los que agarran las ganancias. Por eso Casa Q’anil está en esa lucha para que esos productores reciban lo que merecen por sus productos. Invitamos a la población para que se acerque. Tenemos café orgánico, mermeladas de frutas y otros dulces típicos”, explica Walter.

Por curiosidad, debido al gran interés por ampliar la alfabetización, preguntamos si conocían el método cubano: “Yo sí Puedo”. La respuesta fue: “Claro que lo conocemos, y nos interesa, pero eso precisa de un acuerdo entre gobiernos y no creo que haya aquí mucha gente con poder interesada en esto, mientras soñamos con eso, seguiremos ayudando a la gente con lo que podamos”.

El concierto de esa noche estuba dedicado a los médicos cubanos, por su labor tan altruista y a su vez en homenaje al Comandante Fidel Castro, quien tuvo la visión de diseñar una estrategia para América Latina. Foto: Susana Tesoro/ Cubadebate

El café orgánico, mermeladas de frutas y otros productos típicos, todos artesanales, son exhibidos y comercializados en Casa Q anil. Foto: Susana Tesoro/ Cubadebate

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Susana Tesoro

Susana Tesoro

Periodista cubana. Ha trabajado como reportera y columnista en la Revista Bohemia, como comentarista en Radio Rebelde, ha sido guionista y asistente de Dirección en la Televisión Cubana. Es editora y reportera de Cubadebate. En Twitter @esetesoro.

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