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El CIGB 25 años después

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Foto: Orlando Durán Hernández

En los ojos de estas mujeres están depositada la confianza de los productos que el centro elabora. Foto: Orlando Durán Hernández

Hace un cuarto de siglo –-ocurrió el 25 de julio de 1989-- Fidel visitó el incipiente Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de Camagüey, convertido con los años en una fragua de jóvenes disciplinados, comprometidos, con sentido de pertenencia y que dibujaron sus vidas con algo vital en la conformación de la personalidad del hombre nuevo: la consagración plena al trabajo.

Son recuerdos imborrables los que atesoran. A las 8:00 de la mañana se producía la entrada al centro y volvían a marcar la tarjeta a las 11:00 de la noche para la primera salida. Otra se originaría una hora después. Como Rolando Morán Valdivia, hoy Doctor en Ciencias Biológicas y subdirector de investigaciones, hay muchos otros fundadores capaces de asegurar las ocasiones en que se quedaron dos y hasta tres veces a la semana en la institución para reponerse del cansancio, acomodados en el área socio-administrativa, donde el aire acondicionado era menos fuerte.

“Era más fácil acabar a la una de la mañana y reposar hasta las siete estando aquí adentro”, suscribe Morán. Fue una época difícil del período especial. No había electricidad y el transporte era deficitario, aunque el centro estuvo protegido con recursos para darle vitalidad y buscar ubicarlo a la altura de la biotecnología moderna.

Los jóvenes que en fecha posterior ingresaron a él asumieron la responsabilidad de la misma manera, incluso, han dejado las comodidades del hogar para garantizar en determinados momentos transferencia tecnológica de productos en una planta capitalina.

¡Con que orgullo lo dicen! A la generación de Morán, Liset, Zoila Abad, Idania Wong, Niurka, Manuel Expósito Negrín, Ana Campal, por citar tan solo algunos nombres y apellidos de veteranos, le correspondió el privilegio de vivir en la época de Fidel Castro que hoy, desde la nueva trinchera de la sabiduría y el pensamiento, comprende que allí se forjó y consolidó una nueva conciencia de trabajo y de hacer ciencia.

A ellos los marcó el ejemplo, la personalidad, el talento y capacidad indiscutible de proyectarse hacia el futuro del Líder Histórico de la Revolución, artífice de la concepción y materialización de este segundo centro, edificado con la voluntad y el sudor del pueblo, encabezados por los principales dirigentes del Partido y del Gobierno, guías indiscutibles de un amplio movimiento de masa en estas extensas llanuras.

Recordemos que para el 26 de Julio de 1989 en Camagüey, sede de los festejos nacionales por el trigésimo sexto aniversario de los históricos Asaltos a los Cuarteles Moncada, de Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, se terminaron más de 1 000 obras, fruto de un pujante movimiento de masa.

El CIGB marcó la mayoría de edad. De aquella institución concebida para investigar, ella dio un salto hacia el desarrollo de tecnologías, en la obtención de productos, la comercialización de éstos, proceso con el que cierra el ciclo completo, y la exportación, garantía indiscutible para el desarrollo de la provincia y el país.

Hoy exhiben resultados: la vacuna recombinante Gavac contra las garrapatas del ganado bovino, de un bionematicida, aplicado con éxito en el control de plagas en casas de cultivo o del candidato vacunal Heber Provac contra el cáncer de próstata, cuyo segundo ciclo de ensayo clínico concluyó en pacientes con fase avanzada de la enfermedad.

Meritoria ha sido la labor en este sentido del Doctor en Ciencias Médicas y Especialista en Bioquímica Clínica, Jesús Arturo Junco Barranco, desde el 2 000 cuando iniciaron los primeros estudios a nivel de laboratorio y ensayos con animales.

Vencida esta etapa solicitaron la correspondiente autorización al Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos, con el objetivo de realizar los ensayos en humanos.

La inauguración reciente de la nueva sede de esta institución, como la del Centro Nacional Coordinador de Ensayos Clínicos contó con la presencia del presidente cubano, General de Ejército Raúl Castro; y las doctoras Margaret Chan, directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Creo que alguien esté pensando -–si no lo han hecho ya— recoger las vivencias de fundadores y de todo el que tenga algo que narrar para que las futuras generaciones sepan todo cuanto aconteció allí y no se pierda con el tiempo.

Si no se recoge en detalle puede suceder que no se conozca que Jesús Zamora Sánchez, un hombre muy modesto y actual director del CIGB, transitó por todos los perfiles: como investigador, trabajó en desarrollo tecnológico, condujo la planta piloto, hoy la planta 11, adscrita al centro nacional, y de subdirección en los años en que los niveles productivos fueron los más altos.

Como justamente lo dicen sus compañeros, era la persona indicada para asumir el liderazgo del centro ante la promoción reciente de Eulogio Pimentel hacia un cargo de dirección en la casa matriz de la ingeniería y biotecnología de Cuba, con sede en la capital.

Más que hablar de él, la conversación la dedicó a destacar los vínculos de la institución con la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte y Loynaz y con otras entidades investigativas y con la ANAP para fomentar el uso de la vacuna contra la garrapata, mediante charlas y otros sistemas de promoción.

La relación con la Universidad se concreta, en los últimos diez años, en los vínculos con la facultad de Química, a la que consideró un paradigma por los nexos en uno y otro sentido.

El centro como unidad docente asimila a estudiantes de pregrado, desde primero hasta quinto año, mientras el intercambio con docentes de allí ha generado debates técnicos y científicos mutuamente ventajosos.

En opinión del máximo directivo del CIGB el mayor mérito o la materia prima que más vale en el centro son los recursos humanos, a partir de los cuales se diseñó cómo debían de ser los nuevos científicos y tecnólogos.

Sin restarle importancia al resto de los productos como Gavac, que se exporta a varias naciones de la región, considera que el bionematicida Hebernem es el que ha generado, desde la investigación en el centro, que se cerrara el ciclo y les enseñó a investigar, a desarrollar tecnologías, a producir, a comercializar y a negociar.

Este producto ecológico cubano es muy efectivo en el control de nemátodos (gusanos parásitos), especialmente en casas de cultivos protegidos, aunque también atacan las plantaciones al aire libre, con un impacto significativo en la reducción de los rendimientos agrícolas. El destino fundamental del Hebernenm son las casas de cultivo intensivo de hortalizas.

Al preguntársele si cree que han cumplido con las expectativas de Fidel, señaladas hace 25 años dijo: “Difícilmente la podamos cumplir. Yo creo que nosotros siempre vamos a estar en deuda, tenemos que potenciar las ideas de él de manera infinita. Cada día debemos aterrizar todas las lecciones que nos ha dado”.

Foto: Orlando Durán Hernández

La presencia masculina también es importante en el desarrollo de la ciencias. Foto: Orlando Durán Hernández

Carta a Fidel del colectivo del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología

El colectivo del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, institución que hoy viernes cumple 25 años de fundada, envió una carta al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, máximo inspirador de que se estableciera esa institución científica, la cual fruto del trabajo de investigadores, tecnólogos y del resto del personal rebasa con creces la revolucionaria concepción inicial.

El emotivo mensaje expresa inicialmente que para cualquier cubano el Líder Histórico de la Revolución es alguien muy cercano y añade que para los científicos nacidos dentro de la Revolución, es un enorme privilegio haber compartido su espacio y tiempo de acción.

Agradecen a Fidel la existencia del centro, a juicio de ellos fuente de trabajo, de vida y de virtud que aman por el contenido y la forma en que la gestión se desarrolla y materializa.

“Aquel 26 de julio de 1989, muchos de nosotros estuvimos en la Plaza de la Revolución Ignacio Agramonte, algunos ya como plantilla de este Centro, otros soñando con estar en él algún día. A todos por igual nos agradó la noticia de la inauguración de este Centro del mismo modo en que nos impactó la posibilidad de la desintegración de la URSS y la caída del campo socialista.

“De este modo teníamos una nueva tarea y la debíamos desarrollar sin la ayuda solidaria a la que siempre estuvimos acostumbrados. Ante este escenario, el bloqueo se recrudeció y nuestra naciente industria ha tenido que desarrollarse utilizando equipos e insumos capitalistas, no en pocos casos norteamericanos. Nuestro pueblo tiene que pagar por ellos más del doble de lo que le cuesta a cualquier otro país”.

En la carta rinden cuenta de que hoy muestran una economía rentable, que exportó más de 6,5 millones de dólares en el 2013, la aplicación masiva en Cuba de la vacuna contra la garrapata del ganado bovino (Gavac), su exportación a varios países de la región y la expansión del uso del bionematicida HerberNem y el bioestimulante HebertFort en Cuba y de los pasos para su exportación y el candidato vacunal contra el adenocarcionoma avanzado de próstata, el cual concluyó ensayos clínicos en fase I y II con resultados esperanzadores en la terapia de este tipo de cáncer.

En el CIGB existen otros productos en desarrollo, como es el caso de una vacuna contra la Peste Porcina Clásica (cólera porcino), en etapa de liberación de lotes para ensayos de campo, mientras su colectivo siente la insatisfacción de no haber transitado más rápido para contribuir de una manera más efectiva a la exportación y sustitución de importaciones

Finalmente señalan los trabajadores del CIGB: “Cuenten usted, nuestro Partido y nuestro pueblo con nuestro compromiso de que cumpliremos las tareas que nos corresponden y alcanzaremos las metas trazadas”.

(Tomado del periódico Adelante, de Camagüey)

Se han publicado 3 comentarios



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  • LaPatriaEsElOtro dijo:

    Amén

  • Roberto Chaple dijo:

    Felicidades al CIGB por sus 25 años y sus importantes aportes científicos en interés del fortalecimiento de la salud de todos los cubanos y del mundo. Nuestro pueblo debe estar orgulloso del potencial humano que tenemos dedicados a la ciencia y a pesar de nuestras limitaciones económicas, es mucho lo que se ha hecho, fundamentalmente a partir del inicio del período especial. Como dijo nuestro Comandante en Jefe en varias oportunidades, el futuro tiene que ser un país de hombres de ciencia y se está cumpliendo. Felicidades reiteradas al CIGB y a todas nuestras instituciones científicas.

  • efg dijo:

    Q ha pasado con la producción de espirulina ? mucho antes de la pandemia ya no se suministraba a las farmacias, por lo menos en mi provincia no se en la capital.

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Enrique Atiénzar Rivero

Enrique Atiénzar Rivero

Es periodista del semanario Adelante, de Camagüey, provincia del centro de la Isla, y colaborador de Cubadebate.

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