Imprimir
Inicio »Especiales, Historia  »

Subamos por M

| 11

Foto: Archivo/Cubadebate.

No tiene la prestancia de Calzada ni de 17. Ni la belleza de G, a la que ningún vedadense que se respete llama Avenida de los Presidentes. No es Línea con sus casonas y sus teatros. Pero M es una de las calles más llamativas de El Vedado porque aesa vía se asoman algunos de los edificios más emblemáticos del movimiento de la arquitectura moderna en Cuba.

Aludimos al edificio Radiocentro, sede del Instituto Cubano de Radiodifusión, y el edificio FOCSA.

El primero, en su momento, impactó por sus dimensiones, volumetría y ubicación; el primer complejo con tal concepción y magnitud construido en Cuba, dotado de un gran teatro, estudios de radio y TV y de numerosas oficinas y locales comerciales dispuestos a lo largo de una calle peatonal interior.  El otro, una de las siete maravillas de ingeniería civil cubana, es el primer exponente habanero de una ciudad dentro de la ciudad,  de una isla habitada y autosuficiente, equipada con todos los servicios sociales, concebida para que vivieran y laboraran  en ella unas cinco mil personas.

Si añadimos que sobre M cae la fachada trasera del hotel Habana Libre, y uno de los costados de la embajada norteamericana, se llega a la conclusión de que dicha calle es una feliz expresión de la excelencia constructiva. A lo que se impone añadir enseguida que con Radiocentro, en M y 23, nació La Rampa el 12 de marzo de 1948, fecha de la inauguración del edificio.

La calle M comienza en el Malecón y termina en la calzada de San Lázaro. Son unas diez u once cuadras de extensión irregular. Una arteria residencial, de entretenimiento y comercial.  Subamos por ella a fin de reparar en su pasado y su presente.

Desde finales de 1952, Goar Mestre, propietario de CMQ Radio-Televisión, se empeñó en construir un edificio de apartamentos con el propósito de venderlos a artistas y empleados de su empresa. Fue así que decidió adquirir por 700 000 pesos el terreno del club Cubanaleco, de los trabajadores de la Compañía de Electricidad, situado en la manzana enmarcada por las calle M, N, 17 y 19,  a dos cuadras escasas de Radiocentro. Allí, a un costo de diez millones de pesos se construyó esa joya de la arquitectura cubana que es el edificio FOCSA.

En no pocas ocasiones el cronista ha aludido en esta página a ese inmueble de 121 metros de alto desde el nivel de la acera, con 39 niveles desde los cimientos hasta la torre y una superficie de 10 000 metros cuadrados.  Ahora dirá solamente que su construcción comenzó en febrero de 1954 y concluyó  en junio de 1956, lo que equivale a  decir que entre la colocación de la primera piedra del edificio y el último brochazo que se dio a sus paredes transcurrieron 28 meses.  Posee 373 apartamentos. También parques y jardines interiores,  un parqueo soterrado para 500 automóviles y su propia piscina. Dispone de locales para tiendas, oficinas, mercados, estudios de TV, restaurantes, cafeterías… En la parte más alta se halla el restaurante La Torre.

El FOCSA constituyó una operación inmobiliaria fenomenal. La mayor y más ventajosa operación de venta de inmuebles que se ejecutó en Cuba en todos los tiempos. Cuando se dio fin a la obra se habían vendido ya locales por un millón de pesos y se habían recuperado tres millones por la venta de apartamentos. En octubre de 1957 estaban vendidos todos sus locales para oficinas y comercios y la totalidad de los apartamentos.

Autos de alquiler hacían piquera en M y 17, M y 21 y M y 23. Donde hoy está el restaurante El Conejito hubo una huevería, Huevos El Liro. En el hotel Victoria ---M y 19--- discreto, íntimo, confortable, se alojaron los poetas Juan Ramón Jiménez y Gabriela Mistral y el compositor ruso Sergio Prokofiev, un establecimiento que fue visitado por García Lorca y Ramón Menéndez Pidal, y también por el hispanista cubano José María Chacón y Calvo. Deliciosas las noches en el restaurante La Roca ---M  y 21--- amenizadas por Marta Strada, que llegaba al paroxismo  ---matinis secos por medio--- con su interpretación de La Tómbola, mientras que Elena Burke, llenaba la noche en el club Sherazada, en la esquina de M y 19

El circo y la funeraria 

En la esquina de M y 23, acera de los pares,  se encontraba la residencia de Carlos Manuel de Céspedes, hijo del Padre de la Patria, que salió de esa casa el 12 de agosto de 1933, el mismo día en que cumplía 62 años, para asumir la presidencia de la República, en la que duró 23 días. Céspedes falleció en 1939. Cuando se proyectó la construcción del Habana Hilton, la viuda pidió por su casa una suma que no valía, pero que hubo que darle porque si no, no habría hotel.

Enfrente, cruzando M, había un terreno yermo  donde se emplazó durante años la carpa azul del circo Razzore, el llamado circo sudamericano de tan triste destino. El Razzore tenia barco propio; era el Euskera una embarcación vieja y fea. Un día, a bordo de esa nave, salió la compañía con destino a Colombia, primera parada de una gira por el continente. Un ciclón lo sorprendió en alta mar, hubo un incendio a  bordo y los animales salieron de sus jaulas. De los 67 tripulantes y pasajeros, solo seis pudieron ser rescatados después de pasar largos días a la deriva..

Fue en dicho terreno donde se construyó el edificio de la funeraria Caballero que con el nombre de La casa de la calle Concordia, había sido fundada en 1857 en dicha calle habanera. La conformaban nueve capillas de tipo privado, dotadas de aire acondicionado y teléfono directo. Un inmueble con dos elevadores y parqueo propio.  La funeraria más lujosa de Cuba.

A comienzos de 1968, en los días del Congreso Cultural de La Habana, que tuvo lugar en el hotel Habana Libre, se instaló en el edificio que había ocupado la funeraria un fastuoso complejo cultural.  Ahora preserva el valioso archivo fílmico de la televisión cubana.

Bancos y vecinos

Cuatro entidades bancarias encontraron asiento en la calle M. Una sucursal del Trust Company de Cuba funcionó en Radiocentro, y otra, del Banco Continental Cubano, en el FOCSA, donde se estableció además la casa matriz del Banco Americano Nacional de Capitalización, y, por último, en M y Línea,  una sucursal del Banco de Fomento Comercial dotada –toda una novedad- de una taquilla eléctrica que permitía al cliente realizar depósitos desde el automóvil.

Banco este con una historia conflictiva cuyo fundador y primer presidente, José López Vilaboy, testaferro de Batista, fue expulsado al detectársele una centrífuga  indeseable. Tres ministros de la dictadura figuraban en su consejo de dirección de una entidad que en dos ocasiones debió ser intervenida por el Banco Nacional. En realidad, los  accionistas se habían dividido en dos grupos en pugna. Los que querían vender el banco y los que eran contrarios a ese propósito. Los dos bandos se reunieron para discutir el asunto el 27 de enero de 1959 y la junta terminó en una riña tumultuaria con  heridos que hubo que remitir a la casa de socorros. Julio Lobo compró el banco en el mes de febrero por algo más de medio millón de pesos.

Políticos de diversas tendencias y hombres de empresa vivían en la calle M y sus alrededores. El arquitecto Ernesto López Sampera, constructor del FOCSA, ocupaba un apartamento en el propio edificio. Y la marquesa viuda de Villalta vivía en la misma esquina de 17 y M. En el número 255 de la calle residía el político liberal César Camacho Covani, Senador de la República y Ministro de Justicia en el gabinete de Batista. Al triunfar la Revolución, Lulú Camacho, como le llamaban, buscó amparo, junto con otras figuras del gobierno depuesto, en la embajada española, que tuvo que abandonar pues España no concedía asilo político. Volvió entonces su casa. Para su buena suerte, la embajada chilena alquiló el piso alto de la vivienda, que permanecía desocupado. Camacho Covani entonces salió al portal de su casa, subió la escalera y quedó asilado.

Se han publicado 11 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • libra dijo:

    La Habana: "ayer maravilla fuí, hoy sombra de mí no soy."

  • julio dijo:

    Felicidades, es toda una clase de historia

  • Mandy dijo:

    ¿Y del Alaska nada?

    • Jorge R 09 dijo:

      Del patico feo nadie habla, pero me recuerdo que en los años 90 del siglo pasado se desalojó el edificio Alaska para presuntamente rescatarlo pero luego se ordenó su demolición por peligro de derrumbe. Una compañera de trabajo mía que vivía allí la enviaron al Reparto Bahía a la espera de la reconstrucción del edificio pero en el Bahía se quedó. Ahora es el parqueo del PCC provincial, frente a los estudios de TV, sede de la farándula cubana que solía reunirse en una cafetería de los bajos o en otra por la parte de atrás del Habana Libre donde vendían huevos fritos con bacon así como malta o cerveza cabeza de lobo.

      Y faltaba algo muy importante: que por esa cuadra fue que entró José Antonio Echeverría para tomar Radio Reloj y luego llegar a la Universidad el 13 de marzo de 1957 .

  • Milagros dijo:

    Muy interesante Ciro, cuanto aprendemos con usted, cuídese mucho

  • Alma Hernández dijo:

    Artículo muy interesante, como todo lo que escribe Ciro Bianchi. Sin embargo, me llama la atención que no se haya mencionado el edificio que hacía esquina en 23 y M, donde actualmente radica un horrible parqueo.

  • vivi dijo:

    Siempre brillante, me encanta. Gracias !!!

  • tunero dijo:

    Subo por...y me recibe un bache olímpico con ribetes de nailon volando. La blancura de las jabitas se confunde con el agua putrefacta del edificio... Un poco más allá, un potente basurero se va adueñando de la esquina...Hay de todo... Bello panorama de cualquier pueblecito de este país.

  • Aya dijo:

    Me cautiva la historia de nuestra ciudad y contar con ud es de mucha importancia. Lo que me sorprendió es que no mencionara el edificio que hoy ya no está de la esquina de 23 y M, no recuerdo su nombre pero si el vacío q dejó después de su demolición. Ojalá pudiéramos lograr que nuestra cuidad no continuara en declive.
    Gracias por desempolvar historias.

  • GaBo dijo:

    Muy buena historia de la zona, pero faltó el edificio Alaska, en M y 23, donde hoy creo que hay un parqueo

  • Alba rosa colina morciego dijo:

    Muy interesante. Útil para las nuevas generaciones de cubanos. Historia de la que no , nos podemos separar.

Se han publicado 11 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Ciro Bianchi Ross

Ciro Bianchi Ross

Destacado intelectual cubano. Consagrado periodista, su ejecutoria profesional por más de cuarenta años le permite aparecer entre principales artífices del periodismo literario en el país. Cronista y sagaz entrevistador, ha investigado y escrito como pocos sobre la historia de Cuba republicana (1902-1958). Ha publicado, entre otros medios, en la revista Cuba Internacional y el diario Juventud Rebelde, de los cuales es columnista habitual.

Vea también