Cobrar, pero sin cañonas
En vez de despejar el horizonte para llevar a feliz desenlace una regla, algunos enredan su aplicación por patinazos sustentados en interpretaciones a la ligera o falta de alternativas al alcance de la mano.
Un buen ejemplo de esas circunstancias salta ahora mismo en los precios fijados en numerosos comedores obreros, determinantes para que muchos prescindieran de sus ofertas.
El dardo original de ese comportamiento resulta el engendro de un convoyado que suele tener un precio único, tanto en un almuerzo como en una comida, independientemente de sus componentes alimenticios.
Consecuentemente, el comensal debe pagar lo mismo por una completa de carne, arroz, potaje, vianda, ensalada y dulce, la de lujo, que por otra de menos alcurnia sobre la base de un solo huevo o una lasca de embutido, casi siempre mortadella, más otros añadidos, por lo general una sopa para mojar el grano preferido de la mesa del cubano.
Si a lo descrito le sumamos que la cantidad de cada componente tiende a ser más bien discreto que rebosante y su calidad en ocasiones tampoco resulta la mejor, entonces hay razones para analizar el precio, y más que eso, la cañona administrativa de obligar, por decreto, a comprar la completa, un convoyado resucitado de la década de los 80 del pasado siglo que cuestionaron —hasta que se fue del aire—, muchas personas.
El porqué de esa disposición se cae de la mata. Deviene más expedito y fácil vender de esa manera que hacerlo, como debe ser, sobre la base de que cada persona seleccione lo que desea y le cuadre a su bolsillo.
Dedujeron que era mejor matar la jugada con un solo tique (¿para ahorrar papel y lápiz o para disgustar?), a fin de tener menos trabajo y, claro, de paso se llevaron en la golilla esa regla añejísima del comercio de que a mayores opciones de diferentes precios aumentan las oportunidades para satisfacer al cliente, y la posibilidad de comercializar en una cuantía superior y obtener más ganancias.
No se les ocurrió tener en cuenta esa verdad verdadera de que cada persona tiene sus gustos, y nadie puede obligarle a pagar un boniato, una ensalada o una lasca de mortadella o lo que sea que no le guste.
En realidad tampoco se pueden meter en el mismo saco todas las administraciones. Las hay que buscaron establecer una oferta a un precio más módico y, en determinados lugares, al mediodía ofertan una buena merienda más barata que el costo del almuerzo.
He ahí una muestra del pensar con raciocinio, que confirma que hay variantes para abaratar sin regalar, en contraste con esa de:“paga 15 pesos por la completa o nada”, una cañona que está fuera de tiempo, y más tratándose del almuerzo de los trabajadores.
(Tomado de Juventud Rebelde)
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Falta por enderezar aún.
Cada vez que veo estas cosas de Jefes que hacen todo lo contrario de lo que orienta la Dirección del país me incendio por dentro, de forma sumarisima lo que tíenen es que votarlos y no ponerlo más núnca a dirigir nada, estos son los mismos que antes del ordenamiento robaban, comida, dinero, de todo en los comedores con el consentimiento de los jefes más arriba y ahora quieren seguir robando mucho más violando lo que dicen las leyes y la dirección del país, desaparescanlo
y que ha hecho la instancia ministerial a la que se subordina ese comedor obrero?. Han expulsado a algun dirigente vinculado a este asunto por inmoralidad y falta de sentido comun?. Se controlo desde un inicio por la instancia superior, la formacion de precios de estos comedores obreros?. Hay muchos culpables e irresponsables por el medio en este asunto
A graves problemas grandes decisiones
Este asunto se sigue complicando y es una Cadena, parte de los precios mayoristas, hasta los minoristas. En esta etapa y teniendo en cuenta el déficit de recursos y dentro de ellos los alimenticios, los organismos encargados tienen que controlar realmente que hasta ahora no lo han hecho, al parecer lo hacen por campaña. Hay que revisar las entidades que elaboran alimentos siguen buscando altas utilidades para asegurar salario a distribuir al cierre del trimestre, una buena parte están metalizados y muestran indiferencia ante los precios cargados con estructuras y gestión ineficiente....
Señores: Los comedores obreros y estudiantiles tuvieron una concepción pasada que ya no puede ser la misma.
En España se vende un ticket a los trabajadores de la empresa y con ese ticket por 10 euros salen a cualquier restaurant o cafetería a comer. En México y otros países latinoamericanos están las fondas cercanas a las escuelas o las empresas. Creo que este último debería ser nuestra opción siempre que se le de a esas fondas de adquirir productos en un mercado mayorista.
Este asunto del comedores obreros me preocupa grande mente, pero no por la tarea ordenamiento, sino por algo mucho más importante y que se manifiesta en más tiempo. DONDE ESTÁN LOS SINDICATOS, los representantes elegidos por los obreros y demás trabajadores de cada centro donde se han dado estás situaciones, que acciones han tomado, porque con un adecuado trabajo, análisis y debates no era posible que se diera ninguno de estos abusos de precios y entre todos se buscaría la mejor solución,
Cada persona tiene sus gustos...Profundo eso, recuerden que esos gustos son no solo para la comida. Por favor, respeten los gustos que no ha todos les gusta lo mismo.
En esto los sindicatos deben jugar su papel y no mantenerse, como mayoritariamente hacen como simples espectadores. Las administraciones tiene en su mano el pan y el cuchillo y con la simple proposición de " lo tomas o lo dejas" obligan a los trabajadores a aceptar precios u ofertas injustas, de ahí que corresponda al sindicato jugar su papel y obligar a las administraciones a sentarse a analizar y pactar lo más justo para todos.
En el Hotel Meliá Cohiba cuesta 18 pesos con independencia del menú, siempre es a 18 pesos. Descuentan del salario los almuerzos de los 24 dias de trabajo, no importa que lo consumas o no porque existen trabajadores que no trabajan todos los dias, por ejemplo: los custodios que por la Covid están trabajando 24 x 72, almuerzan y comen ese dia que sumando todo el mes son 16 comidas, pero se les descuentan 24. La compañera del Sindicato plantea que no es asunto de ella intervenir y los jefes dicen que con el dinero recaudado se compran los alimentos, por eso es a ese precio el costo del comedor, aunque se supone que deben tener un presupuesto para esos fines. En fin, los afectados son los trabajadores que tienen que pagar en exceso, coman o no coman.
Y estos trabajadores del turismo después en donde trabajan por la Covid le dan la comida gratis. Y el dinero y laa comida que le cobran en el trabajo, ¿Adónde van ? . Cosas que solo se dan en Cuba.