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Boxeo cubano: 40 años de las primeras medallas olímpicas

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La Habana.- Por estos días los principales boxeadores cubanos se alistan para la venidera Copa Mundial, que en diciembre acogerá Moscú, la capital rusa.

 

Sin embargo, no es ocioso volver al pasado y recordar que también por esta fecha el boxeo cubano celebra el aniversario 40 de la conquista de sus primeras medallas en Juegos Olímpicos.

 

La primicia se dio el 21 de octubre de 1968 en la Ciudad de México, cuando Rolando Garbey y Enrique Regüeiferos aseguraron bronces para sellar el asalto de la Isla a la élite de esta disciplina bajo los cinco aros.

 

Las preseas no se hicieron efectivas hasta el campanazo final (el día 24), y ni siquiera quedaron en ese color sino en plata, pero fue realmente ese día en que se aseguraron.

 

Rolando Garbey, uno de los boxeadores más técnicos y elegantes que han combatido en los 71 kilogramos a través de la historia moderna de este deporte, debutó con victoria frente al irlandés Frank McCusker (RSC en el primer asalto).

 

Luego dejó en el camino al alemán democrático Dieter Dawns (3-2), antes de asegurarse entre los dueños de preseas con éxito sobre el británico Edwin Blake (KO en el round de apertura).

 

En semifinales batió al estadounidense John Balwin (4-1), pero luego cayó en la pelea por el cetro a manos del estelar soviético Boris Lagutin (0-5), en la última de las versiones estivales dominadas por los europeos.

 

A partir de 1972 y hasta Beijing-2008 no hubo otro rey en el boxeo olímpico que Cuba, salvo en las ediciones de 1984 y 1988, cuando los representantes del verde caimán estuvieron ausentes.

 

Por su parte, Regüeiferos, astro de la media distancia en los 63.5 kilos, necesitó también tres victorias para llegar a la discusión de un fajín ante el polaco Jerzy Kulej, quien le venció 2-3 en votación muy polémica, según las reseñas de la prensa y comentarios de los presentes.

 

El británico Tommy Walter (KO en el round inicial) y el rumano Antonie Vasile (RSC en el segundo) fueron sus víctimas rumbo al duelo en que accedió al bronce sobre el soviético Evgueni Frolov (3-2).

 

En semifinales no creyó en el estadounidense James Wallington (3-2) y completó el dúo de los finalistas antillanos, presagio de lo que sucedería posteriormente.

 

Cuatro años después, en la cita de Munich-1972, Orlando Martínez (54), Emilio Correa (67) y Teófilo Stevenson (más de 81) inauguraban el camino dorado del pugilismo cubano en Juegos Olímpicos, que se extiende ya a 32 cetros.

 

El propio Stevenson alcanzó en Moscú-1980 su tercer Teófilo Stevensonpergamino áureo, para igualar al húngaro Lászlo Papp como el único púgil dueño de tres preseas en este tipo de competencias hasta ese entonces.

 

Más recientemente, Félix Savón formó un trío con su éxito en Sydney-2000. Por Cuba también han sobresalido otros hombres con dos coronas en citas cuatrienales: Ángel Herrera (1976 y 1980), Héctor Vinent (1992 y 1996), Ariel Hernández (1992 y 1996), Guillermo Rigondeaux (2000 y 2004) y Mario Kindelán (2000 y 2004).

 

Pero no ha sido solo en Juegos Olímpicos donde la Isla ha mostrado su fuerza si de boxeo se trata.

 

En la historia de los certámenes mundiales, Copas del Mundo, Juegos Panamericanos y Juegos Centroamericanos y del Caribe, no existe otra nación con un botín más fecundo.

 

La mayor de las Antillas sólo ha cedido en dos ocasiones el cetro por colectivos en Campeonatos Mundiales (Houston-1999 y Bangkok-2003), una vez en las Copas del Mundo (Moscú-2005) y jamás en citas continentales después de 1971.

 

Nadie supera a Savón en medallas de oro mundiales, pues cosechó seis (Reno-1986, Moscú-1989, Sydney-1991, Tampere-1993, Berlín-1995 y Budapest-1997).

 

Si Cuba no hubiera optado por el retiro en Houston, ante el rampante descaro mostrado por el arbitraje, habrían sido siete y no seis los primeros puestos cosechados por el gigantón guantanamero.

 

En este caso hay que hacer una pequeña salvedad, pues el legendario Stevenson triunfó tres veces cuando se competía cada cuatro años, lo cual indica que pudo haber igualado a Savón de haber tenido semejantes oportunidades.

 

De la misma manera, la marca del guantanamero puede ser superada más adelante, ya que cuando él comenzó la periodicidad no era todavía la actual de dos años.

 

Con esta frecuencia hay otro cubano tricampeón mundial, Kindelán

(Houston-1999, Belfast-2001 y Bangkok-2003), y dos europeos: el búlgaro Serafim Todorov y el rumano Francis Vastag, ganadores en las ediciones de

1991, 1993 y 1995.

 

Esto es si nos referimos a competencias con participación de atletas de todo el orbe.

 

Si nos detenemos a analizar el panorama en nuestra área geográfica, el predominio es mucho mayor, aunque apenas Stevenson (1975, 1979 y 1983), Orestes Solano (1983, 1987 y 1991), y Savón (1987, 1991 y 1995), tienen tres doradas en Juegos Panamericanos.

 

En Centroamericanos y del Caribe la lista se hace un poco más extensa, pero lo más importante es que la mayor de las Antillas ha sido la reina del medallero en cada una de las competencias regionales de 1970 hasta la fecha.

 

Por tanto, la calidad y la maestría de lo que ya se llama Escuela Cubana de Boxeo está más que demostrada en el planeta, a pesar de no poseer en este momento el cetro del Campeonato Mundial, por la ausencia a Chicago-2007.

 

Este debe volver a manos antillanas en la siguiente edición; pero, de momento, es oportuno rememorar aquella primera piedra aportada por Garbey y Regüeiferos, que permitió comenzar a eslabonar una impresionante cadena de triunfos en citas estivales.

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