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Parte II.- Recrudecimiento de la agresividad en la política anticubana de Estados Unidos bajola admi

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En la historia de los 45 años de la Revolución Cubana, las amenazas, declaraciones y acciones agresivas de sucesivos gobiernos de los EE.UU. contra Cuba, con el objetivo de aniquilar el proceso revolucionario emprendido por el pueblo cubano, ha sido una constante.

Las acciones de la Administración Bush en estos tres años ratifican que el objetivo de la política de Estados Unidos hacia Cuba es derrocar al Gobierno cubano. La utilización del eufemismo de promover la transición hacia la democracia y el respeto de los derechos humanos, añade a este objetivo un plazo temporal de urgencia, al declarar sus personeros que esto debía ser logrado rápidamente.

La llamada transición rápida hacia la democracia en Cuba se ha convertido en la directiva principal en la toma de decisiones para las distintas estructuras gubernamentales estadounidenses que intervienen en la formulación y aplicación de la política hacia Cuba. En fecha reciente, el Secretario Asistente de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Roger Noriega, llegaría a plantear que el Presidente Bush está comprometido a ver el fin del régimen de Castro... y nos estamos moviendo rápida e inexorablemente hacia ese fin.

La posibilidad de una agresión militar de los Estados Unidos contra Cuba es hoy tan real como en el período en que se produjo la invasión mercenaria de Playa Girón, Bahía de Cochinos. Al respecto, bastaría con analizar el incremento y recrudecimiento de las acciones agresivas de los EE.UU. contra Cuba en los más variados ámbitos, en particular las declaraciones amenazantes que se realizan tanto en Washington como en Miami, todo ello en una coyuntura marcada por una agresividad a escala global sin precedentes de los sectores que detentan el poder en los Estados Unidos. El carácter imperialista de las concepciones y proyecciones plasmadas en la estrategia de Seguridad Nacional de los EE.UU., presentada oficialmente el 17 de septiembre del 2002, no deja margen a la duda.

Dicha Estrategia expresa claramente que es hora de reafirmar el papel esencial de la fortaleza militar de los EE.UU. y resalta, a niveles sin precedentes, el papel del uso de la fuerza. El derecho de la superpotencia de recurrir de manera unilateral a la llamada guerra preventiva, se ha consolidado en la retórica de sus más altos representantes y, más aún, en sus decisiones ejecutivas, como lo demuestra de manera fehaciente la guerra de conquista contra Iraq.

La Estrategia de Seguridad Nacional de los EE.UU. señala sin ambages, que ese país al tiempo que se esforzará constantemente por buscar el apoyo de la comunidad internacional, no vacilará en actuar solo, si ello resultara necesario para ejercer su derecho a la autodefensa, mediante la actuación preventiva....

Es decir, Estados Unidos recurrirá a las Naciones Unidas y a otros foros del sistema internacional, sólo cuando estos sean útiles para respaldar sus proyectos de dominación hegemónica a escala planetaria, en franco desprecio al multilateralismo.

El concepto de ataques preventivos no es nuevo, pero por primera vez se eleva peligrosamente al rango de principio doctrinario en la Estrategia de Seguridad Nacional de la única superpotencia.

En su discurso ante los cadetes de la academia militar de West Point, el 1ro de junio del 2002, el Presidente Bush proclamó públicamente su determinación de subordinar a todos los países del mundo a la voluntad de su gobierno al señalar: cualquier nación, en cualquier lugar, tiene ahora que tomar una decisión: o está con nosotros o está con el terrorismo
La decisión inquebrantable del pueblo cubano de ejercer en toda su plenitud su derecho a la libre determinación, constituye un claro escollo a los planes imperiales de los círculos de poder estadounidenses, no por la capacidad económica o militar de Cuba, sino por el desafío político y moral que representa la actitud de un pequeño país en el tradicional traspatio de los Estados Unidos. Es por ello que numerosos documentos norteamericanos producidos en fecha reciente en materia de seguridad nacional han incluido nuevamente la referencia a Cuba como una supuesta amenaza.

La tesis de la supuesta amenaza de Cuba a la seguridad de los Estados Unidos, ha sido fabricada a partir de falsos pretextos que esgrimen repetidamente en sus intervenciones algunos altos funcionarios de la actual administración de los EE.UU., entre ellos: supuestos vínculos de Cuba con el terrorismo y el narcotráfico; "existencia de programas cubanos para el desarrollo de armas biológicas de exterminio en masa; y eventualidad de un éxodo migratorio masivo hacia el Estado de La Florida. Cada una de estas falsas alegaciones ha sido refutada y desarticulada públicamente por el Gobierno cubano, con pruebas que EE.UU. no ha podido desmentir.

A continuación, en un orden cronológico, se presentan sólo algunos ejemplos que demuestran la escalada agresiva contra Cuba del Gobierno de los EE.UU.:

Año 2001

- Varios funcionarios de alto rango de la Administración Bush ratificaron que no habría cambios en la política de bloqueo y aislamiento contra Cuba.

- EE.UU. declaró como alta prioridad la promoción de una resolución anticubana en el 57 período de sesiones de la Comisión de Derechos Humanos y decidió incluir nuevamente a Cuba en la lista de Estados que supuestamente promueven el terrorismo (utilizando como fundamentación la residencia en Cuba de fugitivos norteamericanos y de exmilitantes de ETA, la presencia en Cuba de representantes del ELN y las FARC colombianas y los vínculos con otros Estados terroristas, elementos que fueron todos esclarecidos de modo irrefutable por Cuba.

- Designación de Otto Reich y de otros personeros de origen cubano, como Mauricio Tamargo y Josefina Carbonell, todos enemigos declarados de la Revolución Cubana, para altos cargos ejecutivos. Muchos de ellos habían estado involucrados en operaciones terroristas o planes de subversión y agresión contra Cuba.

- Negativas reiteradas de visas a funcionarios cubanos, argumentándose la supuesta amenaza que pudieran representar para la seguridad nacional de Estados Unidos.

- El Presidente Bush anunció, en julio del 2001, que se aplicarían más estrictamente las regulaciones del bloqueo en lo referido a los viajes y las remesas, prometió ampliar la ayuda para sus grupos mercenarios en Cuba y otras acciones que sirvieran al fomento de la subversión interna del país, e instruyó buscar vías para contrarrestar las interferencias a las transmisiones de radio y televisión ilegales hacia Cuba.

- La Administración Bush aprovecha la coyuntura de profundo sentimiento antiterrorista en el pueblo norteamericano tras las acciones del 11 de septiembre, para escalar sus planes anticubanos. Se promueve una estrategia de propaganda dirigida a consolidar la falsa imagen de una implicación de Cuba en el fomento del terrorismo, acción facilitada por la injusta e inaceptable inclusión de la Isla en la lista de países terroristas que elabora unilateralmente la superpotencia. Esto se expresó en las siguientes acciones:

Declaraciones públicas de miembros del gobierno tergiversando, ocultando y desestimando la verdadera posición de Cuba respecto al terrorismo. No se reconocieron las expresiones de condolencia y los ofrecimientos de ayuda (uso de los aeropuertos cubanos, tratamiento hospitalario en Cuba, sangre para los heridos, antibióticos, kits para detectar ántrax) que el gobierno cubano trasladó oficialmente a las autoridades norteamericanas a raíz de los sucesos del 11 de septiembre. Incluso mintieron al expresar que Cuba fue el único país del hemisferio que no se sumó a las manifestaciones de solidaridad y apoyo a Estados Unidos.

Intensificación de la campaña dirigida a vincular a Cuba con el terrorismo; se le acusa de oponerse a los esfuerzos de EE.UU contra el terrorismo.

Reducción en 7 veces del área de libre movimiento de los funcionarios diplomáticos de la Sección de Intereses de Cuba en Washington (de 5000 kilómetros cuadrados a 706)

Año 2002

- Consolidación de los planes de fabricación de argumentos asociados al terrorismo para hacer creíble la supuesta amenaza cubana, a partir de la manipulación de los avances en el desarrollo de la industria biotecnológica cubana.

El potencial involucramiento de Cuba en el bioterrorismo, difundiendo falsas alegaciones de supuestos programas de desarrollo de armas biológicas en Cuba, se convirtió en el argumento anticubano de mayor avance y gravedad empleado por el Gobierno estadounidense en el período con el objetivo de justificar su hostilidad contra Cuba, mantener y recrudecer el bloqueo e intentar neutralizar y revertir el avance que en los Estados Unidos habían logrado las fuerzas a favor de un cambio de política hacia Cuba. En esta línea de acción se enmarcan las declaraciones de John Bolton y Carl Ford de que Cuba estaba llevando a cabo un esfuerzo ofensivo de investigación y desarrollo de armas biológicas. Se ratificó a Cuba dentro de la lista terrorista, argumentando falsamente que Cuba no se había incorporado a la guerra global contra el terrorismo liderada por la Administración Bush.

- Aumento del número y agravamiento en el tono de las declaraciones de varios de los principales voceros del Gobierno estadounidense ante la prensa y el Congreso rechazando cualquier flexibilización de la política hacia Cuba y repitiendo las falsas acusaciones acerca de supuestos vínculos de Cuba con el terrorismo, así como las denuncias de supuestas violaciones a los derechos humanos.

- Nominación de más de 34 individuos de origen cubano o que habían tenido un alto perfil en la política anticubana para cargos de importancia en el Ejecutivo (Melquiades Martínez, Otto Reich, Dan Fisk).

- Imposición el 11 de enero de Otto Reich como Secretario de Estado Asistente para Asuntos del Hemisferio Occidental. Se deteriora el clima de intercambios bilaterales en virtud de las posiciones agresivas del Departamento de Estado y la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA).

- Fortalecimiento y elevación del nivel de las gestiones político-diplomáticas para imponer una nueva resolución de condena a Cuba en la CDH en Ginebra.

- Aumento de las negativas de visas a altos funcionarios y especialistas cubanos de distintos sectores que planeaban viajar a los Estados Unidos (aproximadamente 200 negativas a funcionarios, artistas, investigadores y científicos).

- Acciones sistemáticas de la Administración norteamericana para neutralizar y obstaculizar las acciones de los agricultores norteamericanos favorables al comercio con Cuba y, para impedir las operaciones de compra de alimentos por Cuba, las cuales están sujetas a estrictas restricciones. La Administración se opuso a cualquier forma de financiamiento norteamericano, incluido el privado, para las compras cubanas y amenazó públicamente con vetar la Ley del Tesoro si incluía cualquier disposición en ese sentido.

- Rechazo a las propuestas cubanas de cooperación en las esferas de lucha contra el terrorismo, del combate al tráfico de drogas, así como para el fortalecimiento de la cooperación bilateral en el tema migratorio.

- Incremento del hostigamiento y sanciones contra los ciudadanos norteamericanos decididos a ejercer su derecho a viajar a Cuba (centenares de cartas de advertencia por viajar a Cuba, incremento de las multas a individuos y compañías, revisión de licencias).

- Incremento del apoyo financiero y material al fomento de las actividades subversivas en Cuba, destacándose de forma pública las acciones de la agencia oficial de cooperación (USAID) y de la SINA (introducción de materiales impresos y de vídeo de contenido subversivo, distribución de radios con dispositivos especiales para garantizar las operaciones subversivas, etc.).

Año 2003

En el 2003 se profundizó la política de hostilidad de los Estados Unidos contra Cuba en todas las esferas. La Administración Bush condujo una escalada de acciones contra Cuba favoreciendo un curso de acción más agresivo y provocador.

Entre estas acciones podrían citarse el incremento de las violaciones a los Acuerdos Migratorios y del aliento, tolerancia e impunidad de la migración ilegal

A diferencia de años anteriores, Estados Unidos otorgó entre el 1ro de octubre del 2002 y el 28 de febrero del 2003, sólo 505 visas de migrantes a cubanos, lo que representa el 2.5 % del total de visas estipuladas por los Acuerdos Migratorios bilaterales. Esta tendencia decreciente en el otorgamiento de visas auguraba el incumplimiento de la cuota prevista en esos acuerdos, todo lo cual fue denunciado por las autoridades cubanas.

Entre el 19 de marzo y el día 10 de abril del 2003, mientras Estados Unidos llevaba supuestamente a cabo una guerra contra el terrorismo, fueron secuestrados y desviados hacia los EE.UU. dos aviones de pasajeros, con el mismo modus operandi utilizado para el secuestro de los aviones estrellados contra las Torres Gemelas de Nueva York.

Los dos aviones, secuestrados por la fuerza, fueron confiscados arbitrariamente por las autoridades del Gobierno de los EE.UU. Las autoridades de los EE.UU. se negaron a extraditar a los criminales responsables

En contraste, los ciudadanos cubanos utilizados como rehenes en estos actos terroristas y que expresaron su voluntad en regresar a Cuba, fueron esposados, cacheados, detenidos por varios días, conminados a permanecer en los EE.UU. y hasta vestidos con uniformes de presos, en violación de sus más elementales derechos humanos.

La política norteamericana de tolerancia e impunidad frente a hechos de esta naturaleza ha servido de aliento sostenido a nuevas acciones. En el período apuntado se fraguaron en Cuba, según investigaron y comprobaron las autoridades cubanas, 29 planes de secuestros a embarcaciones y aeronaves por la fuerza. Los autores eran lumpens y otras personas con un amplio historial de actividades delictivas, a muchos de los cuales las autoridades de los EE.UU. les habían negado anteriormente la visa para visitar a sus familiares en ese país, o para emigrar definitivamente por los canales legales.

Cuba, por el contrario, ha cumplido estrictamente sus obligaciones en el combate al terrorismo y secuestro de aeronaves. Entre 1968 y 1984, un total de 71 aviones fueron secuestrados en Estados Unidos y desviados hacia Cuba. Un total de 69 responsables de esas acciones fueron sancionados y cumplieron condenas en Cuba y la inmensa mayoría de ellos abandonó el país después de cumplir su sanción. La práctica consecuente de Cuba permitió eliminar de raíz los secuestros y desvíos de aviones desde Estados Unidos hacia su territorio. Debe destacarse que después de advertir reiteradamente que actuaría de esa forma, el 18 de septiembre de 1980 Cuba procedió incluso a la entrega a la justicia norteamericana de los dos secuestradores de una aeronave de ese país (Ver Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba de 2 de mayo de 2003).

Debe reconocerse que el pasado 11 de diciembre, en una corte federal de Key West, Florida, concluyó el juicio contra los responsables del secuestro en pleno vuelo del avión cubano DC-3 perteneciente a la compañía Aerotaxi, cometido el 19 de marzo de 2003. Los seis acusados fueron encontrados culpables del cargo de piratería aérea, así como de otros cargos asociados a ese grave delito y se encuentran en espera de que se dicte sentencias. El gobierno cubano declaró oficialmente al respecto que considera que la condena a estos secuestradores constituye un hecho positivo, que contribuye a la lucha contra la comisión de actos violentos para intentar emigrar del país (Ver Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba de 14 de diciembre de 2003)

La emigración ilegal hacia Estados Unidos se ha visto alentada por otras medidas aplicadas por las autoridades norteamericanas, entre ellas: la dramática reducción de visas para ciudadanos cubanos que desean visitar a familiares en los Estados Unidos, la no devolución a Cuba de algunos de los emigrantes ilegales que son interceptados en alta mar (según establecen los acuerdos migratorios bilaterales) y por la falta de una acción decisiva contra los traficantes de emigrantes ilegales, entre otros.

Como colofón a todo lo anterior, el 5 de enero de 2004, 3 días antes de la fecha propuesta por Cuba para una nueva ronda de conversaciones migratorias bilaterales, funcionarios de los Estados Unidos comunicaron a la parte cubana que no consideraban posible la celebración de estas conversaciones: "hasta que las autoridades cubanas no mostrasen un verdadero interés en abordar seriamente aspectos `muy importantes' para el logro de un flujo migratorio ordenado, legal y seguro entre ambos países". (Ver Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba de 5 de enero de 2004)

Los elementos aludidos por la parte norteamericana, aunque realmente secundarios y sin la menor trascendencia para la marcha de los acuerdos migratorios, han sido debatidos con amplitud y profundidad en las rondas migratorias precedentes. Los halcones de la ultraderecha guerrerista en la Administración Bush y varios personeros de la mafia terrorista cubano-americana que han logrado escalar importantes posiciones en ese Gobierno, apuestan al fracaso de los acuerdos migratorios y, con ello, provocar una crisis que pueda facilitar el recurso a la agresión militar a la Isla. No se puede exigir concesiones unilaterales a Cuba cuando EE.UU. ha dado numerosas evidencias de falta de seriedad y compromiso con la letra y el espíritu de los acuerdos.

En el contexto de enormes desafíos y retos, Cuba continúa avanzando y haciendo más fluidas sus comunicaciones con los cubanos residentes en el exterior. El 27 de septiembre del 2003, en el marco de una reunión con alrededor de trescientos cubanos residentes en los Estados Unidos, en Nueva York, el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, compañero Felipe Pérez Roque, anunció la celebración, en mayo del año 2004, en La Habana, de la III Conferencia La Nación y la Emigración, así como la simplificación de los trámites de entrada a Cuba para los cubanos residentes en el exterior.

Esta última decisión, que fue informada también por las Embajadas y Consulados de Cuba a los cubanos residentes en el exterior, en la práctica significa que desaparecerá la figura del Permiso de Entrada, pues cuando entre en vigor esta medida, después del primer trimestre del 2004, todo cubano poseedor de un pasaporte cubano vigente y habilitado podrá entrar a Cuba.

El Permiso de Entrada para los cubanos residentes en el exterior, fue establecido en el pasado a partir de la imperiosa necesidad de proteger al pueblo cubano frente a las actividades terroristas que por más de 40 años han llevado a cabo en el interior de la Isla, individuos y grupos terroristas que han recibido entrenamiento, financiamiento y apoyo logístico en el territorio de los Estados Unidos, donde han disfrutado de un clima de impunidad.

La anulación del Permiso de Entrada constituye una importante decisión del Gobierno de Cuba, dirigida a facilitar los contactos de los cubanos que viven en el exterior con su Patria y sus familiares y ratifica la política mantenida por Cuba hacia sus emigrados, a pesar de haberse agravado la hostilidad de los EE.UU. contra Cuba y continuar latente el peligro de acciones terroristas de la extrema derecha de Miami contra Cuba.

La imposición de nuevas medidas de hostigamiento contra el trabajo de la Sección de Intereses de Cuba en Washington (SICW) y la Misión de Cuba ante las Naciones Unidas también ha caracterizado este período.

En los últimos 13 meses (hasta enero del 2004), EE.UU. expulsó arbitrariamente a 19 diplomáticos cubanos de Washington y Nueva York. (Ver Declaración del compañero Rafael Dausá, Director de América del Norte del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba de 7 de enero de 2004)

El 12 y el 13 de mayo de 2003, el Gobierno de los EE.UU. comunicó a través de la Misión de Cuba ante las Naciones Unidas y de la Sección de Intereses en Washington, su decisión de declarar personas non grata a un total de 14 diplomáticos cubanos acreditados en ambas Misiones, entre los que se incluían a varios miembros del personal consular en Washington, aduciendo falsamente que habían desarrollado actividades fuera de su capacidad oficial, consideradas lesivas a los EE.UU.. Hasta el presente y, frente al emplazamiento de Cuba, no han podido presentar una sola prueba de estas alegaciones.

El 4 de enero, el diario The Washington Post publicó un artículo de la periodista Robin Wright en el que, citando a funcionarios no identificados del Departamento de Estado, se señalaba que el diplomático cubano Roberto Socorro García, acreditado en la Sección de Intereses de Cuba en Washington, había sido expulsado de los Estados Unidos en el mes de diciembre por "actividades relacionadas con el narcotráfico".

Cuba rechazó y desmintió totalmente esas acusaciones infundadas, mientras EE.UU. no pudo refutar el desmentido cubano. La supuesta filtración a la prensa de la alegación en cuestión, responde al manido esquema de manipulación propagandística anticubano, que fabrica pretextos cada vez que se planea recrudecer la hostilidad contra Cuba. Al parecer, existe la decisión de revivir la ya desarticulada campaña dirigida a involucrar a Cuba en actividades relacionadas con el tráfico de drogas.

También se han incrementado notablemente las provocaciones y actividades subversivas de la SINA en La Habana encaminadas a potenciar una crisis que justifique una agresión militar a Cuba.

El actual Jefe de la Sección de Intereses de los Estados Unidos de América en Cuba (SINA), incluso desde antes de su arribo al país, incrementó las provocaciones abiertas y todo tipo de acciones injerencistas dirigidas a potenciar, organizar, financiar y estimular la actividad subversiva de organizaciones mercenarias al servicio de los intereses de dominación de la superpotencia. Los funcionarios de dicha oficina diplomática, entre los que destacan numerosos oficiales de los servicios de inteligencia estadounidenses, incrementaron de manera exponencial el uso de los viajes de monitoreo a la situación de emigrantes ilegales devueltos a Cuba, para llevar a cabo operaciones subversivas en todo el territorio nacional. Las instalaciones de la SINA y la propia Residencia de su Jefe, se convirtieron en centros de entrenamiento y orientación a la conspiración subversiva.

Han aumentado sustancialmente los recursos financieros para la fomentar la actividad subversiva contra Cuba.

Los Estados Unidos han incrementado sustancialmente los fondos públicos y secretos para el financiamiento a las organizaciones mercenarias que ha organizado en Cuba, a las cuales pretende presentar como defensoras de derechos humanos y oposición política pacífica

Se ha reforzado la ejecución e incrementado los fondos asignados a través de la USAID. Desde 1997, esa agencia federal ha destinado más de 27 millones de dólares a la aplicación de la Sección 109 de la Ley Helms Burton y ha enviado más de un millón de materiales subversivos impresos, más de 7000 radioreceptores con capacidad de sintonizar las señales de radio subversivas. Los congresistas anticubanos se proponen aprobar este año en el Congreso la cifra de 15 millones de dólares anuales para el financiamiento a la subversión. Ello representaría 10 millones de USD adicionales cada año, en comparación con el presupuesto aprobado en 2002.

Se han recrudecido, como nunca antes, las restricciones de viajes de norteamericanos a Cuba.

Los agentes federales norteamericanos recrudecieron las medidas contra los viajes a Cuba: más de 1226 norteamericanos han recibido cartas de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro (OFAC), el doble que todas las enviadas durante los últimos cuatro años de la Administración Clinton. Estas notificaciones de la OFAC constituyen la fase inicial de procesos legales contra ciudadanos norteamericanos por violaciones de las regulaciones del Departamento del Tesoro en materia de viajes a Cuba, que pueden concluir en multas de miles de dólares e incluso en la privación de libertad. Siguiendo instrucciones de la Casa Blanca, el Departamento de Seguridad Interna ha puesto sus recursos de inteligencia en función de detectar a aquellos que viajan ilegalmente a Cuba.

Se han prohibido los llamados intercambios pueblo a pueblo.

El 24 de marzo de 2003, el Gobierno de los EE.UU. recrudeció el bloqueo contra Cuba, eliminando la licencia para los intercambios educacionales pueblo a pueblo, restringiendo de esta forma las escasas licencias que se venían otorgando para viajes de intercambios académicos y culturales entre ambos países

Por otra parte, creció el número de negativas de visas a artistas, intelectuales, académicos y científicos cubanos invitados a participar en eventos en los Estados Unidos.

Se han incrementado las transmisiones radiales y televisivas de naturaleza subversiva.

El 20 de mayo del 2003, la radio establecida por el Gobierno de los Estados Unidos de América con el objetivo de promover la subversión en Cuba, salió al aire utilizando cuatro nuevas frecuencias, provocando interferencias y afectaciones a las transmisiones radiales cubanas.

El mismo día, un avión C-130 de la Fuerza Aérea norteamericana, trasmitió la señal de la televisión subversiva anticubana establecida por el Gobierno de los Estados Unidos, desde las 18.00 a las 20.00 horas, utilizando canales y sistemas asignados legalmente a estaciones cubanas de televisión e inscritas debidamente en la UIT.

Estos actos constituyen una franca y grosera violación del Derecho Internacional y las normas y regulaciones establecidas por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), en particular, de su Reglamento de Radiocomunicaciones que prohíbe las transmisiones televisivas más allá de los límites nacionales y las interferencias perjudiciales a los servicios de otros Estados.

A partir de septiembre, comenzaron las transmisiones radiales y televisivas anticubanas con el uso de satélites. Como parte de su agresión radio-electrónica, desde Estados Unidos se transmiten a Cuba señales televisivas y radiales que alcanzan las 2 220 horas semanales. Desde estaciones gubernamentales y privadas se transmiten falsas informaciones y mensajes dirigidos a promover la subversión en Cuba, la emigración ilegal y a promover artificialmente una situación de crisis que sirva para justificar una agresión militar a Cuba.

Se ha incluido a Cuba en cuanto informe elabora el Departamento de Estado en materias tales como narcotráfico, terrorismo, armas biológicas, derechos humanos, tráfico de personas, libertad religiosa, etc.

El 30 de abril de 2003, el Gobierno de los Estados Unidos presentó el informe anual "Patrones del Terrorismo Mundial". En dicho documento, se incluyó nuevamente a Cuba dentro de la lista de Estados que, supuestamente, auspician el terrorismo a nivel internacional. En estos momentos la lista incluye siete países: Iraq, Irán, Siria, Sudán, Libia, la República Popular Democrática de Corea y Cuba. La composición de la misma coincide casualmente con países que plantean un importante escollo a los planes de dominación hegemónica de los Estados Unidos.

Nunca el gobierno de los Estados Unidos ha podido, ni podría, probar la participación de Cuba en acto terrorista alguno. Sus falsos argumentos se han ido desgastando de forma sistemática con el paso del tiempo, lo que ha llevado, incluso, a que funcionarios del gobierno estadounidense reconozcan que la inclusión de Cuba en la referida lista es simplemente un instrumento político contra nuestro país.

Paradójicamente, es EE.UU. el que rechaza mediante argumentos vacíos, irracionales y sin ningún sustento real, la propuesta realizada por Cuba para suscribir un Programa Bilateral de lucha contra el terrorismo, presentada al gobierno de ese país desde el 29 de noviembre de 2001 y reiterada el 3 de diciembre de 2001, el 12 de marzo del 2002 y el 17 de diciembre del 2002, en ocasión de celebrarse la 19na Ronda de Conversaciones Migratorias entre ambos países.

La política de la Revolución Cubana con relación al terrorismo no admite cuestionamientos de ningún tipo y mucho menos provenientes de Washington. Cuba, condena todos los actos, métodos y prácticas de terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, dondequiera, por quienquiera que los cometa, contra quienquiera que se cometan y cualesquiera que sean sus motivaciones. Asimismo, condena toda acción que tenga por objeto alentar, apoyar, financiar o encubrir cualquier acto, método o práctica terrorista.

Cuba ha conocido, quizás como ningún otro país en el mundo, las consecuencias de las acciones terroristas. Desde los primeros días de la Revolución, hombres, mujeres y niños cubanos han sido víctimas del terrorismo más cruel y despiadado, muchas veces auspiciado, protegido, financiado y organizado por el propio gobierno de los Estados Unidos y por sus ahijados de las organizaciones anticubanas radicadas en Miami.

Se ha mantenido y recrudecido el hostigamiento, las torturas y los malos tratos contra los cinco luchadores antiterroristas cubanos condenados injustamente en los EE.UU. y sus familiares.

El Gobierno de los Estados Unidos aplica arbitrarias medidas de castigo contra cinco jóvenes cubanos injustamente sancionados en ese país por buscar información que permitiera proteger al pueblo cubano de las acciones terroristas que llevan a cabo organizaciones con sede en La Florida. Agencias federales continúan saboteando el proceso de apelación, incrementan los obstáculos a las visitas consulares y a los contactos con sus familiares, demoran injustificadamente el otorgamiento de visados a los familiares de estos 5 luchadores antiterroristas y niegan la entrada a los Estados Unidos para visitar a sus cónyuges a las esposas Gerardo Hernández y René González, así como a la pequeña hija de René.

Se han incrementado las campañas para lograr condenas a Cuba en organismos multilaterales e internacionalizar la política de hostilidad anticubana.

El Gobierno de los EE.UU. se empleó a fondo utilizando todo tipo de presiones y condicionamientos con el objetivo de lograr una condena a Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU y en la Organización de Estados Americanos; en ambos casos fracasaron.

Asimismo y, valiéndose principalmente de los servicios de sus aliados incondicionales en la Unión Europea, los señores Aznar y Berlusconi, EE.UU. logró imponer a la Unión Europea una total subordinación en el diseño de su política hacia Cuba, convirtiéndola en cómplice de su política imperialista y de hostilidad contra el pueblo cubano.

Ha aumentado significativamente la campaña de propaganda anticubana en los EE.UU.

Se realizaron numerosas declaraciones con un peligroso tono agresivo de los voceros de la Administración, utilizando pretextos como la justa sanción a más de 70 mercenarios, pagados y al servicio de la política de hostilidad de los EE.UU. contra Cuba.

Se utilizó el sitio web del Departamento de Estado para promover historias de la contrarrevolución cubana y publicar cinco panfletos de la más burda propaganda anticubana en temas de Economía, Deuda Externa, Situación de los mal llamados prisioneros políticos, Política de EE.UU. hacia Cuba y Espionaje.

Se ha prohibido la celebración de una nueva Feria de Alimentos y Productos agrícolas de EE.UU.

Tras las dos exitosas Ferias de Alimentos y Productos Agrícolas de compañías privadas de los EE.UU., efectuadas en La Habana en los años 2002 y 2003, el Gobierno norteamericano prohibió la organización de una nueva exposición comercial.

Se ha creado la comisión denominada Comisión presidencial para la Asistencia a una Cuba Libre, presidida por el Secretario de Estado, Colin Powell y por el Secretario de Vivienda, Melquiades Martínez.

El pasado 10 de octubre, el Presidente norteamericano anunció en un discurso repleto de amenazas contra Cuba, nuevas acciones punitivas contra la Isla, entre las que destacan la creación de una llamada "Comisión Presidencial para la asistencia a una Cuba libre. La misma está presidida por el Secretario de Estado norteamericano, Collin Powell y por Melquíades Martínez, fiel exponente de la mafia terrorista de Miami en la Administración Bush, y tendría como tarea fundamental el asesoramiento y presentación de propuestas al Presidente norteamericano para hacer realidad su voluntad de recrudecer el bloqueo e incrementar la subversión y la política de agresiones con el objetivo de derrocar a la Revolución Cubana (Ver Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba de 13 de octubre de 2003).

El Secretario Asistente de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Roger Noriega, declaró el día 16 de enero del presente año, en un seminario organizado por el Proyecto de Transición de Cuba de la USAID, que la Comisión para la asistencia a una Cuba Libre, tiene como objetivo presentar un informe inicial para el 1ro de mayo de 2004.

Se ha intensificado una activa oposición ejecutiva frente a cualquier intento en el Congreso de modificar la política hacia Cuba.
Altas figuras del Gobierno de los EE.UU. vinculadas con la política anticubana, anunciaron repetidamente la intención del Ejecutivo de vetar cualquier proyecto de ley destinado a flexibilizar, aunque fuera parcialmente, las medidas de bloqueo contra Cuba.

Ante esa permanente amenaza y para evitar que en un año electoral el Presidente se viera forzado a ejercer el veto frente a un proyecto de ley que contaba con apoyo bipartidista, el 12 de noviembre de 2003, el Comité de Conferencia bicameral del Congreso de los Estados Unidos que examinaba el proyecto de Ley sobre Asignaciones Presupuestarias para los Departamentos del Tesoro y Transporte, decidió eliminar antidemocráticamente y violando las normas y regulaciones del Congreso, la enmienda a ese proyecto de ley que abogaba por una flexibilización en las restricciones a los viajes de los ciudadanos norteamericanos a Cuba. Esto se produjo a pesar de que tanto en la Cámara como en el Senado norteamericanos esta enmienda había sido aprobada por una sustantiva mayoría (Ver Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba de 13 de noviembre de 2003)

En el año 2003 también se incrementaron la frecuencia y el carácter agresivo de las amenazas contra Cuba en las declaraciones de representantes del Gobierno estadounidense. Entre ellas podrían mencionarse:

.. El 10 de abril, el Embajador de los EE.UU. en República Dominicana, Hans Hertel, amigo cercano del Presidente Bush, declaró que ... lo que está pasando en Iraq va a mandar una señal muy positiva y es muy buen ejemplo para Cuba agregando que la guerra contra Iraq es el inicio de una cruzada liberadora para democratizar a todos los países del mundo.

.. Al día siguiente, el Gobernador de La Florida, Jeb Bush, hermano del Presidente de los EE.UU., afirmó que tras el éxito de la guerra en Iraq, EE.UU. debe volver la mirada al vecindario y usar su poder para presionar a la comunidad internacional, en el sentido de que el régimen cubano no pueda continuar

.. El 13 de abril, el Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, ante una pregunta de si se consideraría en algún momento la agresión a Cuba, declaró: esperamos que ellos tengan libertad y que tengan la oportunidad de decir lo que quieran y practicar la libertad de religión y de expresión y la libertad de reunión, sin descartar una agresión militar contra Cuba.

.. En abril, representantes del Gobierno de los EE.UU., realizaron en tono amenazador hipócritas declaraciones en el sentido de que su país no tolerará éxodos masivos de balseros procedentes de Cuba.

.. El 25 de abril, el Jefe de la Oficina Cuba del Departamento de Estado, le transmitió al Jefe de la Sección de Intereses de Cuba en Washington que la Oficina de Seguridad Doméstica, adscrita al Consejo de Seguridad Nacional, consideraba que los continuados secuestros desde Cuba constituían una seria amenaza para la seguridad nacional de los Estados Unidos, como si no fuera acaso Estados Unidos el que ha estimulado y tolerado las actividades criminales de traficantes y terroristas secuestradores.

.. El 4 de mayo, el Secretario de Estado, Colin Powell, ante una pregunta sobre la posibilidad de liberar a Cuba, respondió: no pensamos que sea apropiado en este momento considerarlo, si usted está hablando de la fuerza militar para ese propósito particular. Obsérvese que la frase utilizada por Powell deja abierta la posibilidad de una agresión militar en un futuro sin especificar.

.. La Representante de origen cubano, Ileana Ros-Lehtinen (Republicana-Florida), en carta con fecha 27 de mayo comunicó al Presidente Bush: Señor Presidente, bajo su liderazgo, los Estados Unidos han presenciado la liberación de los pueblos de Afganistán e Iraq (...) Yo le quiero ofrecer propuestas y recomendaciones que permitirán a su Administración idear un curso de acción que ayude a precipitar un cambio de régimen a sólo 90 millas de las costas norteamericanas, aludiendo claramente a Cuba.

.. John Bolton, Subsecretario de Estado para el Control de Armamentos y la Seguridad Internacional, en testimonio ante el Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes, el 4 de junio del 2003, expresó: aunque Cuba ha ratificado la Convención de Armas Biológicas, pensamos que tiene al menos un esfuerzo limitado, ofensivo y de investigación y desarrollo de guerra biológica ofensiva. Cuba ha suministrado biotecnología de uso dual a estados villanos, que podría apoyar sus programas de armas biológicas. Mas aún, la industria biotecnológica cubana es una máxima prioridad nacional y se caracteriza por su uso dual, equipamiento sofisticado, modernas instalaciones, financiamiento generoso y personal altamente entrenado.

.. El Subsecretario Asistente de Estado, Dan Fisk, declaró el 18 de junio que Estados Unidos ha adoptado varias acciones desde la última ola de arrestos y condenas (refiriéndose a los 75 mercenarios sancionados por sus servicios a la política de hostilidad anticubana de los EE.UU), pero no ofrecerá información a la ciudadanía, se analizan acciones para tomar en el futuro, algunas de las cuales se van a ver y otras no, dejando entrever que una parte significativa de las acciones serían llevadas a cabo en operaciones encubiertas.

.. El 2 de octubre de 2003, Roger Noriega, Secretario Asistente de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, ratificó ante una audiencia en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de los Estados Unidos, la política de creciente hostilidad y agresión de la Administración Bush contra Cuba, anunciando un nuevo plan de acciones subversivas contra nuestro país y reiterando las cínicas acusaciones de que Cuba está desarrollando un programa limitado de armas biológicas. (Ver Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba de 5 de octubre de 2003)

.. El 10 de octubre de 2003, el Presidente Bush afirmó: el régimen cubano no va a cambiar por su propia iniciativa, pero Cuba tiene que cambiar. En esa oportunidad Bush lanzó una nueva infamia anticubana al señalar que el Gobierno cubano fomenta el comercio sexual ilícito.

.. El señor Otto Reich, Enviado Especial de la Casa Blanca para América Latina, dijo el 19 de diciembre, según informaciones cablegráficas, que a Estados Unidos le preocupa sobremanera los continuos informes de la presencia de agentes de Cuba en Venezuela", en una burda manipulación de la presencia solidaria de más de 10 mil médicos cubanos y de maestros en Venezuela que apoyan la campaña de alfabetización.

.. El 6 de enero del 2004, el Secretario Asistente de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Roger Noriega, entre otras mentiras y amenazas criticó a Cuba por apoyar a elementos desestabilizadores de varios países democráticos en América". Indicó que "debe quedarle muy claro a Fidel Castro que sus acciones para desestabilizar América Latina son crecientemente provocadoras para la comunidad interamericana, incluido Estados Unidos", a lo que añadió que "‘aquellos que continúan desestabilizando a gobiernos electos democráticamente interviniendo en los asuntos internos de otros gobiernos están jugando con fuego." Aún más, dijo que "su país y otros vecinos siguen de cerca la actuación del líder cubano en sus últimas aventuras", alegando acerca del Jefe de Estado cubano que estaría "en sus días finales (Ver Editorial del Diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba. 8 de enero de 2004)

.. El día 16 de enero del presente año, en el seminario del Proyecto de Transición de Cuba de la USAID, Roger Noriega refirió la decisión del Gobierno que integra en cooperar con organizaciones internacionales y mantener la comunidad internacional enfocada en los continuos abusos de los derechos humanos de Castro, confirmando con ello la voluntad de seguir manipulando los trabajos de órganos como la CDH en función de la política de hostilidad de Estados unidos contra Cuba.

El peligro de una agresión militar contra Cuba es hoy una realidad. Miles de destacadas personalidades y figuras de renombre mundial, incluso norteamericanas, tienen esa visión.

En el Llamamiento a la conciencia del mundo, lanzado en México en abril del 2003 y leído, el primero de mayo, por el investigador y sociólogo mexicano Pablo González Casanova, en la Plaza de la Revolución José Martí, de La Habana, ante más de un millón de cubanos, más de 5 mil personalidades, artistas, intelectuales, académicos y politólogos de todas las latitudes denunciaron que hoy existe una dura campaña en contra de una nación de América Latina. El acoso de que es objeto Cuba puede ser el pretexto para una invasión. Frente a esto, oponemos los principios universales de soberanía nacional, de respeto a la integridad territorial y el derecho a la autodeterminación, imprescindibles para la justa convivencia de las naciones.

A este llamamiento se adhirieron entre otros, los Premios Nobel: Rigoberta Menchú, Nadine Gordimer, Adolfo Pérez Esquivel y Gabriel García Márquez e innumerables personalidades, entre los que cuentan Mario Benedetti, Ernesto Cardenal, Oscar Niemeyer, Harry Bellafonte y Danny Glover.

En mayo del 2003 la coalición A.N.S.W.E.R. (Actúa Ahora para Parar la Guerra y terminar con el Racismo), con sede en los EE.UU. realizó también un llamado de emergencia en solidaridad con Cuba, dirigido al movimiento en contra de la guerra y por la paz de los Estados Unidos y de todo el mundo.

En su llamamiento A.N.S.W.E.R. destacó que en las últimas semanas, se han sucedido una serie de eventos en las relaciones entre EE.UU. y Cuba. La administración Bush ha llevado a un nuevo nivel sus hostilidades en contra de Cuba. Hay crecientes signos de que Bush esta tratando de provocar una nueva crisis y una posible guerra en contra de Cuba (Ver http://www.internationalanswer.org).

La información presentada y las acciones y declaraciones agresivas del Gobierno de los EE.UU. contra Cuba, evidencian la voluntad de la Administración Bush de fabricar cualquier pretexto, no importa cuan descabellado sea, en sus intentos de justificar ante la opinión pública norteamericana y mundial, la política hostil contra el pueblo cubano, su criminal bloqueo económico, comercial y financiero, e incluso, para desatar una agresión militar directa.

Este inventario no exhaustivo de las principales acciones y declaraciones agresivas anticubanas de los EE.UU., confirma, como ha sido denunciado reiteradamente por nuestro Gobierno, que se está ejecutando contra Cuba un plan dirigido a crear artificialmente una crisis y propiciar una confrontación entre los dos países, que posibilite desatar una agresión militar directa y, con ello, intentar reinstaurar un régimen de dominio neocolonial al pueblo cubano.

Ninguno de los dirigentes y voceros del Gobierno de los EE.UU. ha excluido la posiblidad de emplear la fuerza militar contra Cuba, cuando se les ha preguntado directamente. Por el contrario, se recurre reiteradamente al factor circunstancial o de oportunidad (no en este momento, no por ahora).

La situación se agrava en el año 2004, por ser éste un año electoral. No puede descartarse que el Presidente Bush recurra a la agresión militar a Cuba si lo necesita en sus planes para la reelección y en particular, para consolidar el apoyo de la maquinaria política de la mafia terrorista de origen cubano.

Todas estas acciones, por otra parte, son claras señales de la creciente desesperación de los sectores extremistas de la derecha que Gobierna en Washington y Miami, ante la supervivencia y nuevos bríos de la Revolución Cubana y frente a la imperiosa necesidad de erradicar el ejemplo que brinda, en una coyuntura de cambios contrarios a la subordinación automática a los intereses de EE.UU. en América Latina y de total descrédito de sus recetas neoliberales.

La escalada de agresiones y provocaciones del Gobierno de los Estados Unidos contra Cuba, contrasta con la conducta del Gobierno y el pueblo cubano, que han demostrado con múltiples hechos, su disposición y voluntad de trabajar por la mejoría de las relaciones bilaterales entre ambos países y por promover las relaciones y la amistad entre ambos pueblos.

 

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