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Solidaridad: ¿Valores pasajeros?

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Parada de Tulipán y Boyeros, en La Habana. Foto: Jorge Luis Sánchez Rivera/Cubadebate.

Los cubanos le pusimos “la coyuntura”, como si dejar de recibir más de la mitad del combustible necesario no bastara para mellar la jocosidad de la Isla. Era septiembre de 2019 y todo el país se lanzó a la búsqueda de soluciones colectivas para enfrentar la situación. El transporte público, clave en la vida económica y social y uno de los sectores más golpeados, ofreció quizás las más bellas muestras de solidaridad. Entonces el orgullo de ser cubano emuló con el sacrificio de esas jornadas.

Algunas ciudades modificaron rutas y horarios para sus ómnibus, mientras otras reordenaron los servicios y priorizaron los de mayor incidencia en la población. A su vez, ganó protagonismo el cuerpo de inspectores y muchos de ellos llegaron hasta los puntos más concurridos para chequear que los conductores de autos estatales también dieran su aporte. En más de un sitio esa ayuda fue un actuar espontáneo, incluso entre quienes manejaban vehículos particulares. Sin embargo, hoy la realidad luce distinta.

Aunque no es el comportamiento absoluto y la camaradería vista meses atrás caló en más de una persona, otra vez llegan a las calles de Cuba los choferes apurados y los autos indetenibles. Como si fuera el regreso de una enfermedad curada solo en apariencia, nuevamente muchos prefieren no mirar a los bordes de la carretera y escudarse detrás de cristales alzados o justificaciones vacías.

Es un fenómeno doblemente doloroso. De un lado, sobrecarga al insuficiente sistema de transporte público justo cuando la escasez de combustible reduce la cantidad de viajes. Del otro, priva a las personas de una opción —mucho más rápida y directa— para moverse en el interior de la urbe. No obstante, el suceso es más peligroso por las lecturas que deja.    

¿En qué piensa alguien cuando sigue de largo e ignora en una parada a mujeres, niños, ancianos, o sencillamente a otros trabajadores también necesitados de llegar a algún sitio? ¿Por qué asumir un auto estatal como un bien privado y desconocer la responsabilidad social que implica conducirlo? ¿Qué país surge de actitudes como esas?

Las respuestas a cada interrogante pasan por una cuestión fundamental: el egoísmo, la indolencia y la defensa de lo individual por encima del bienestar colectivo no pueden desplazar a la solidaridad como uno de los pilares de la nación. En no pocas ocasiones ella se ha convertido en el mejor escudo y en la más sólida arma de los cubanos, tanto dentro como fuera de la isla. Olvidarla justo ahora no parece un buen plan.

Ciertamente cualquiera pudiera argumentar que mover a las personas dentro de la ciudad es responsabilidad exclusiva de las empresas de ómnibus urbanos y de los porteadores privados habilitados para brindar el servicio. Ambos tienen ese encargo como razón de existencia y por tanto cargan con el mayor peso, pero en una sociedad como la cubana ese pensamiento reduccionista no debería encontrar demasiados espacios para prosperar.

Ante esa realidad otra vez cobran importancia los inspectores. Muchas veces los conductores solo se detienen cuando los ven en las paradas, mientras en otras el control termina en saco roto y poca vida tienen los reportes de los choferes incumplidores. Es un mecanismo eficiente a medias, porque la solidaridad debería llegar por vocación, no por exigencia

El ejemplo está nuevamente en septiembre de 2019. Entonces las estrategias demostraron efectividad en cuanto a organización y control, pero sobre todo triunfaron porque las acompañó el entendimiento y la ayuda de choferes, pasajeros y directivos. Sin ese detalle hubiera sido casi imposible mantener vital a un país solo con el 30 por ciento del combustible requerido. Sin esa visión colectiva, poco sucedería en una nación acostumbrada a lidiar con limitaciones y obstáculos.

Mientras la Isla enfrenta un escenario de sanciones estadounidenses, campañas mediáticas y tergiversaciones de la realidad interna, la solidaridad no puede convertirse en eslogan o en una práctica momentánea. A fin de cuentas, existe mucho de ella en la vida práctica, cotidiana, pero también en nuestro proyecto de país y en ese socialismo próspero y sostenible al cual aspiramos. Su presencia está si pedimos una economía eficiente, menos burocracia, mayor humanismo o una mejor atención a las quejas.

Cuando hace pocos meses (en suceso que se ha repetido después) el Presidente cubano detuvo su auto y recogió a varias personas en una parada de La Habana, el hecho colmó las redes sociales y acaparó la admiración de muchos. Pero lejos de un suceso casual, se trata de una convicción y de la fuerza del ejemplo, justo cuando se convoca a prácticas similares para hacer más llevaderas las escaseces.

Por encima de todo, es un llamado a ese gusto por servir, a la unidad y al aporte colectivo que Cuba sabe imprescindible para emprender cualquier camino.

Transversal a casi todo, la solidaridad es de esas virtudes aparentemente inmateriales que revelan la calidad espiritual de una sociedad, el nivel educativo y cultural de su gente y la verdadera grandeza de un país. Ponerla de manifiesto ahora implica crecer como seres humanos, pero también vencer el reto de la indolencia y la comodidad por lo fácil. Frente a los lances del presente, ese es el camino y a la vez la meta de una carrera donde el altruismo y la consideración por los demás no pueden ser valores pasajeros.

Se han publicado 48 comentarios



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

  • DANIEL dijo:

    Se puede llamar solidaridarios a los inspectores Estatales que cobran a los pasajeros en las autopistas nacionales cuando paran a los carros estatales?, eso lo vi y lo discuti con el inspector estatatal permanente bajo el puente de la autopista a Pinar del Rio de San Cristobal a Bahia Honda, el hombre cobra 20 pesos y mas a los pasajeros, de igual lo vi en el Puente de Aguada de Pasajero, que los inspectores cobran 50 pesos y no pagan impuesto, les exigen a las personas que les paguen. En este sentido deben ser denunciados y si estan autorizados que paguen impuestos.

  • HOLGUINERO dijo:

    Solidaridad es una acción que nos enseño nuestro querido líder FIDEL y gracias a ella hoy el continente africano es mas libre y para lograrlo se hizo necesario regarlo con sangre cubana . Hoy a pesar de ser otros tiempos , esto se convierte en prestar ayuda la progimo incluso con el RECURSO DEL ESTADO no con el propio. Nuestro Presidente dejo bien claro en una intervención que a partir de ahora es una OBLIGACIÓN de cada conductor de parar y prestar ayuda al pueblo. Hasta cuando se va ser sordo ante estas indicaciones?. Los dirigentes responsables de estos medios cuando responderán por las indisciplinas de sus choferes?Cuando se hará publico el nombre de Empresas y personas responsables? Si el medio es del estado porque no se decomisan o paran?Estas son preguntas sin respuestas y que esperamos algún día las tendrá.

  • Harry68 dijo:

    Lleguense al mercado de 3ra y 70 en Miramar. El parqueo lleno de carros estatales (Etecsa, Cupet, etc, etc...) y sus ocupantes haciendo la cola del pollo y el detergente, y detras de la cerveza Lagarto a plenas 11 de la mañana. Nadie me lo conto, yo lo vi...seguro era una mision de trabajo....

  • María G. dijo:

    Viendo la mesa redonda reconozco nuevamente todo el esfuerzo que hace el país con el precio del combustible diferenciado a los transportistas, pero los choferes siguen cobrando lo mismo, al menos en Cienfuegos sigue el pasaje a la Habana a 15.00 cuc y dentro de la ciudad a oferta y demanda, y para que hablar de las moto taxi, que jamás que cobran a 3.00 cuc y no pasa nada. Y lo más triste es que están comprando el combustible a 8.00 y 10.00 cuc el litro.

  • Ramon dijo:

    El mes de setiembre de 2019 sirvio para demostrar la solidaridad de nuestro choferes con la poblacion de a pie, y sorprendentemente comence a llegar antes al trabajo que antes de setiembre, donde era muy dificil que pararan los omnibus en la parada. y menos el resto de los transportes, incluyendo estatales.

    Y paso el tiempo, paso, un aguila por el mar. Desaparecio el inspector, y retornamos, agravado, al periodo anterior a setiembre.

    CONCLUSION: hace falta institucionalizar las medidas, poner y empoderar a los inspectores, que se tomen medidas con los indolentes choferes y organizaciones propietarias de vehiculos estatales (quienes sean), y podremos ayudar a nuestra economia y a nuestro pueblo, bajo las circunstacias excepcionales por las que se atraviesa. Somos la Cuba de hoy, basta de comparaciones. Es nuestra realidad y hay que hacerle frente.

  • aaron dijo:

    en otro conexto, qué me dicen de los revendedores que acaparan productos de primera mano que estan en falta y después te lo revenden a precios absurdos y te sueltan, asi tan relajados, "la cosa está dura bro, tenemos que ayudarnos"

  • Odalys dijo:

    Si se hubiera tomado medidas más drásticas los choferes no necesariamente tendría que depender de la presencia de un amarillo, simplemente suspensión de un mes al chofer del carro, la siguiente por 3 meses y la tercera se le quita acceso a su puesto de trabajo como chofer o simplemente una buena multa de más de 1000 para que respete a sus hermanos que están en las paradas y aprenda a pensar como país. Nuestro Presidente se cansa de hablar y ellos (choferes) continúan sin apoyar estas medidas, por ni decir que son carros privado escuela, trabajo de esposa e hijos, sin contar que te pasan por la orilla todas las mañanas y suben los cristales para no ver a nadie, esto es es de todos y las medidas deben ser severas y de estricto cumplimiento.

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Yunier Javier Sifonte Díaz

Yunier Javier Sifonte Díaz

Graduado de Periodismo en la Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas en el año 2016. Periodista de Telecubanacán. Colaborador de Cubadebate. En Twitter: @yunier_sifonte

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