A Alicia Alonso, In aeternum…
Con aquellas zapatillas de raso me dio una parte de su vida. Era el 2 de noviembre de 1978, aniversario de la puesta en escena de Gisselle. Consagraba así una amistad que se forjó en el espacio de los años, puesta a prueba en circunstancias difíciles, cuya memoria sólo nos pertenece a ella y a mí.
Conservo el calor de su mano en el frío invierno en el norte de Italia, a donde fui desde Roma por su generosa invitación para asistir a la función que tendría lugar en el Lido de Camayore. Como podía yo corresponder a su afecto sólo con las artes de mi oficio, fui el cicerone de la Compañía en la Catedral de Pisa, ante la torre inclinada, y en el panteón de San Raineiro.
Años después, gozamos de su interpretación de La Diva en aquellas mismas latitudes, pero desde el palco del teatro Malibrán en Venecia, en ocasión de visitar aquella indescriptible ciudad junto a un grupo de artistas e intelectuales cubanos, para luego admirarla nuevamente en La Fenice, uno de los más bellos coliseos del mundo, no lejos del Gran Canal. Siguiendo este hilo de Ariadna coincidiríamos años después en Quito, en Madrid y en otras capitales.
Su dilección me permitió ser testigo de alguno de sus diálogos con Dulce María Loynaz, observar de cerca el rigor de sus apreciaciones, su amor por la belleza de las formas y la intensa vida interior que modeló en su naturaleza femenina el misterio de la danza en la que ha sido reconocida como prima ballerina absoluta.
Dama fuerte que ha recibido con serenidad el aplauso estremecedor de sus admiradores que han hecho de su vida un culto, admirable aún más cuando el infortunio veló sus ojos. Entonces, a tientas, con férrea voluntad se mantuvo en los tabloncillos, segura de sí misma, pues ya había edificado su obra mayor: una escuela, una tradición, un estilo que asumió el legado clásico y las concepciones estéticas de nuestro tiempo.
Amada Alicia, lábaro de cubanía que ha hecho suyo el sabio proverbio florentino, inscripto no sé dónde, tantas veces recordado: “El arte no tiene patria, pero los artistas sí”.
(Tomado de Habana Radio)
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Gracias Eusebio por tan bellas palabras. Alicia es cubania
Puedo afirmar que no soy entendido en la danza. Soy apenas como el que disfruta la música pero no es compositor. Hace unos treinta y tantos, vi por televisión a Antonio Gades y Alicia bailar Ad Líbitum y no creo haber visto nada tan impresionante. Él bailaor, bailarina ella. El primero, con un background de guitarras flamencas y la nuestra con uno de tambores. Uno atacaba, ella inmóvil. Después invertían papeles. Al final ambos hacen fusión de esas vertientes. Aquello fue tan hermoso, que fueron capaces de hacer que yo no los haya podido olvidar. Dejaron huella en mí.
Hace años escribí un poema para este día, que sabíamos por ley natural llegaría. Ahora, cuando la muerte ha venido a buscar a nuestra Alicia, veo con tristeza que mis líneas de entonces se quedaron muy por debajo de la emoción que siento y los sentimientos que me ha producido la noticia. Eusebio que tiene el don de la oratoria, ha expresado de forma natural y limpia lo que yo quería decir hace años. Nuestra Diva es inmortal y de seguro seguirá bailando muchos siglos más. !Vivan la danza cubana, y el BNC! Viva Alicia por siempre!
Descomunal !!!
Es Alicia sencillamente de la Patria y del Mundo. Gloria eterna y un merecido e infinito aplauso
Bello, como todo lo que escribe y hace Leal. Los seres divinos se atraen y se juntan. Este es el caso: Leal y Alicia.
SALUDOS GISELA ODIO, LE SOY LEAL A SUS SENTIMIENTOS EXPRESADOS... MUY CIERTO QUE LOS SERES DIVINOS SE ATRAEN Y SE JUNTAN, EXACTA OBSERVACIÓN HACE USTED A LEAL Y ALICIA. GRACIAS POR SUS NOBLES IDEAS.
Buenos días, leer sus palabras es vivir en lo divino, gracias por existir.
Gracias Maestro
Con su alma de artista ha escrito Eusebio, leal al tiempo, una bellísima oda a quien tanto la merece. Honor que llegando de quien es él mismo un monumento vivo al arte, la belleza, el amor, la dignidad, la honradez y la sencillez que bebió del seno de su adorada madre y cultivó con humildad al pie de tantos grandes hombres y mujeres, pues tanto más vale. Alicia y Eusebio tienen para siempre su lugar en el corazón de muchos. Salud y amor para tí, hermano.
Solo la vi bailar una vez, y fue en el estadio de nuestra Universidad en el 1986, pero fue pura magia y cubania a pesar de bailar un acto del Lago de los Cisnes. Ella dijo en aquella ocasión, que no venia a hablar, sino a bailar porque Uds. se lo merecen. Se referia a la siempre joven FEU, profesores y a sus estudiantes que siempre la acogieron. Que ser tan maravilloso se nos fue, gracias Eusebio por esas palabras
Alicia, tan digna y elegante como la más alta de nuestras palmas, ya es leyenda y crecerá todavía más con el tiempo. Alicia excede las dimensiones humanas que conocemos, por eso hasta los que no conocen de danza y de arte la reverencian, porque supo comunicarse y representar, con orgullo sin par, a su pueblo, a su nación, a su cultura, a su Revolución. Por eso, tal vez nadie como Eusebio Leal, vecino de su grandeza, para delinear su sublime figura y carácter. Gracias Alicia, gracias Leal.
Y se hizo la justicia
con este digno homenaje
pues su danza es del linaje
de una reina, una Patricia.
Siempre viva estará Alicia,
porque no hubo partida,
la Patria la lleva erguida
en un merecido altar
y la sabrá recordar
por siempre en la eterna vida.
Poema para Alicia.
Nacio la flor y por nombre Alicia le pusieron,paso la abeja,el colibri y de ella broto la mariposa que volo y volo hasta combertirce en Gisselle en el pais de las maravillas,de su baile eterno,de la danza que a todos nos regalo para siempre seguir viva,gracias GIsselle por regalarnos a Alicia.
Maestro, como siempre, me conmueve extraordinariamente su palabra que no es más que puro sentimiento. Como no soy capaz de expresar lo que siento con la belleza que Ud. lo hace, solo me queda compartir estas lágrimas de emoción provocadas por este instante que será eterno porque al igual que Ud. creo que nuestra Alicia es un ejemplo extraordinario en todos los sentidos; y sí, siento mucho orgullo de que sea cubana, que haya escalado hasta lo más alto de nuestra cultura y que no la olvidemos como ella expresara a alguien que una vez le preguntó cómo quería ser recordada. Gracias por existir Leal del Tiempo...