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El socialismo sostenible y la ciencia

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Las sucesivas y democráticas discusiones que el pueblo cubano ha tenido recientemente acerca de las políticas y leyes a seguir en los próximos años permiten y alientan a transformar todo o casi todo lo que debería ser cambiado. Foto: Fernando Medina.

La educación científica que recibimos en nuestras universidades cubanas y toda la vida dedicada a la investigación nos va conformando patrones de conducta y razonamiento. Se manifiestan inevitablemente en la forma en la que consideramos que deben ser muchas facetas de la vida, aunque aparentemente no tengan relación alguna con la ciencia.

Si un químico requiere obtener un determinado compuesto conocido, lo usual es que consulte la información existente en artículos científicos precedentes donde otros han expuesto la forma de sintetizarlo, de hacerlo en el laboratorio. Puede que se encuentre más de un procedimiento (o “técnica”) para obtener tal producto. La decisión que tome lo conduce entonces a probar, comenzando con la que le haya parecido a propósito más conveniente. Este proceso puede llevar al éxito inmediato y también al fracaso, después de varios intentos. Si no funciona, puede ser porque la técnica seleccionada haya sido experimentada en otras condiciones por el que la propuso, o que su autor ha ocultado algo en la descripción de cómo hacerla. En la ciencia también pueden aparecer fraudes. Lo que nadie puede esperar de un científico es que deposite tanta fe en un determinado procedimiento fallido como para que lo repita indefinidamente esperando el éxito si nunca obtiene el resultado deseado. Si una “técnica” falla, hay que buscar una alternativa y probar de nuevo, hasta obtener el producto.

Las formas de obrar en la ciencia se han ido depurando en los últimos doscientos años. Muchas rutinas de trabajo, como es el proceder descrito en el párrafo anterior, son hoy comunes a todos los investigadores y desarrolladores del mundo. Suelen hacer muy eficientes y confiables casi todas las tareas de obtención de resultados, y nuevos conocimientos. Algunos de estos caminos conducentes a la verdad científica y tecnológica se están extendiendo a otros escenarios del quehacer humano, incluyendo el político.

El socialismo sería una sociedad diseñada por el hombre. En el andar histórico como especie viva en este mundo hemos visitado muchas formas de relacionarnos los unos con los otros, de vivir en sociedad y de producir riquezas. Tal andar nunca ha sido en línea recta y sin contratiempos. Hemos probado incluso la de compartirlo todo. Esto se dice que ocurrió en etapas muy iniciales de la existencia de nuestra especie. Sin embargo, por una u otra razón esa sociedad primitiva no progresó. Evolucionó para entronizar por mucho tiempo formas más o menos brutales mediante las que una minoría de seres humanos se apropiaban de todo o parte del trabajo y los valores materiales de las mayorías.

Esta situación solo podía desembocar al paso del tiempo en que intentáramos diseñar reglas de vida social que tendieran a ir eliminando tal apropiación indebida, que muchos llaman “explotación” de unos seres humanos por parte de otros. Las mayorías solo podían ganar en ese experimento. Entre las denominaciones escogidas en el siglo XIX europeo para una sociedad más justa estaba la palabra “socialismo”. Si convenimos en que ese es el término apropiado, estaríamos refiriéndonos a una organización de nuestra convivencia con los congéneres en la que tal explotación fuera mínima o inexistente. No hay dudas de que una formación social tan justa merece el intento de alcanzarla.

Varios pueblos de este mundo se han propuesto esta meta y de variadas formas. Algunos comenzaron en el octubre ruso de 1917, el experimento más trascendente de ese siglo para lograrlo. Pero, desafortunadamente para los bien intencionados, fracasaron. Aquella “técnica” de obtener el socialismo no funcionó. Los que lo entregaron todo por esa causa, que fueron muchos, nos dejaron el legado de que algo podía hacerse realmente. La mala experiencia nos enseñó también cuales procedimientos no podían seguirse, lo mismo en lo económico que en lo político. Ningún fin, por altruista que fuera, podía justificar exceso alguno contra la integridad de los mismos protagonistas principales de tal proceso, ni la aparición de nuevas castas explotadoras disfrazadas de gestores políticos o económicos de los bienes de todos, ni la utilización de procedimientos centralizados y burocráticos para gobernarlo todo de todos. Aunque nuestro entorno ha estado afortunadamente ajeno a muchos de aquellos males, debemos también reflexionar acerca de cómo lo hacemos.

Las sucesivas y democráticas discusiones que el pueblo cubano ha tenido recientemente acerca de las políticas y leyes a seguir en los próximos años permiten y alientan a transformar todo o casi todo lo que debería ser cambiado. Solo debemos replantearnos muchos aspectos de la ejecución de esos deseos.

Por ejemplo, si una dirección y planificación centralizada hace que el combustible que usa un medio de transporte o la apertura de una cuenta bancaria se decida en la oficina de un ministro, si un cuadro se promueve sin evaluarle su capacidad de éxito e iniciativa, si cualquier actividad que es transversal a toda la sociedad se designa como “rectorada” por una persona u organización nacional que nunca será infalible, si un dirigente nacional debe conocer a fondo y es el responsable final de lo que ocurre en cualquier unidad de una variada gama de actividades en todo el país, si el verdadero valor de todo se desconoce realmente al carecerse de la capacidad liberatoria ilimitada del dinero, que es una unidad de medida económica por excelencia en la sociedad moderna, y si se sigue pretendiendo que solo con exhortaciones y buenos propósitos se resuelven los problemas no lograremos nuestro deseado producto: un socialismo sostenible.

Una mirada científica, parecida a la del químico que quiso obtener un producto con un procedimiento errado, solo conduce a cuestionarlo e intentar formas nuevas, algunas totalmente nuevas, que puedan ser más efectivas.

Se han publicado 52 comentarios



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  • Pioneer dijo:

    La “URSS” era el mundo , más de 60% de la población del mundo era socialista o "progresista" como suelen llamarle ,el pacto de Varsovia era una estructura militar y política ENORME, el CAME era una organización económica INMENSA , se sumaba a eso los “NO ALINEADOS” , China y su entorno en el sudeste asiático y muchas cosas más de las post guerra que eran favorables al socialismo , ni hablar , por otra parte se pueden poner ejemplos muy fáciles de países capitalistas que han logrado, no sin guerras, dificultades y traspiés, mantener y desarrollar niveles de FELICIDAD (como único fin del humano) envidiables, no podemos decir lo mismo del socialismo , lo que pasa es que este se ha convertido en una religión que por más contradicciones que tenga siempre aparece un erudito nuevo que dice que el experimento falló por “causas ajenas “ y comienza de nuevo el ciclo, yo no dudo que muchas ideas dentro del socialismo son buenas y “rentables” socialmente , de hecho el capitalismo a diferencia del socialismo si ha captado las cosas que son reclamos mayoritarios , creo que más porque este (el capitalismo) es un sistema “parido” por el mismo desarrollo social no pensado y por eso es cambiante y transformador, de hecho la sociedad cambió de ser mayoritariamente pobre (95%) y escasa unos 2000 millones a ser muy populosa más de 7000 millones y tener solo el 5% de pobres y eso es adjudicable solo al capitalismo no existe otro sistema al cual se le pueda adjudicar esos logros de la especie , no tengo dudas que existirá otro sistema (sabe dios qué nombre le demos) que logrará remediar los males que también sin duda tiene el capitalismo, eso ninguna persona sensata lo niega y que tendrán solución muchos de los males que hoy aquejan a la humanidad , pero de lo que si ya debemos estar seguros es que el socialismo no es , al menos con las pautas en que se ha expresado tanto teóricas , que tienen errores y ya son muy locuaces , como históricas y culturales que han hecho que su práctica sea un desaguisado allá donde se haya probado , tenemos la gran oportunidad de vivir en un tiempo donde tenemos muchas mas herramientas para transitar hacia una sociedad mucho más benevolente , pero para eso tenemos que entender que desigualdad no es lo mismo que pobreza y la última es la que verdaderamente importa, es mucho mejor ser desigualmente ricos que igualmente pobres y por naturaleza somos desiguales , incluso una desigualdad no grotesca con un poco de envidia puede ser el motor del desarrollo , también tenemos que despojarnos de dogmas y religiones probadamente fallidas en la práctica y ser audaces, el inmovilismo hacen sucumbir una sociedad en la desidia y la apatía , no se trata de defender las cosas porque sí, se trata de ver que al igual que todo en el universo debemos movernos y sin dudas lo haremos voluntarios u obligados por las circunstancias, por nosotros o en contra de nosotros esa será nuestra elección.
    Saludos.

    • Eduardo Ortega dijo:

      Pioneer, los datos que tengo no concuerdan con los que das de la pobreza en el mundo. Cuál es tu fuente de información de que en el mundo solo el 5% de la población es pobre?
      Según el Banco Mundial, en la extrema pobreza, extrema pobreza no es solo ser pobre, sino algo más que pobre, hay entre 10 y 11 % de la población mundial; la cifra de pobres extremos sobrepasa los 700 millones de seres humanos. De ellos más de la mitad mal viven en el África subsahariana.
      No creo que sea una cifra pequeña y la responsabilidad es del Capitalismo.
      Según el Banco Mundial la tasa de pobreza en los EEUU, el país capitalista más poderoso del mundo, es de 13,5%.
      SALUDOS!

    • Pioneer dijo:

      Eduardo disculpe no habia visto su réplica , revise el concepto de pobreza usada por la ONU y después revise y actualice sus estadísticas.

  • Juan Andrés Suarez dijo:

    DrC. Montero Carrera, su artículo merece el más alto reconocimiento dentro de las ciencias sociales, mucho más que eso concebirlo como método a seguir para el desarrollo de nuestro modelo de socialismo sea diseñado sobre una base científica. La primera experiencia del socialismo en la Rusia de 1917 luego de la muerte de Lenin fue totalmente desvirtuada, dejo de ser el socialismo de Lenin, de Marx y Engels para convertirse en la práctica anticientífica de Stalin a la que le denomino stalinismo y que tantas vidas costo a ese país, sin duda fue el stalinismo con nombre de socialismo que satanizo el modelo y ahora nos ha costado trabajo cambiar lo que debe ser cambiado aunque Fidel lo conceptualizo luego de haberse dado que se habían cometido errores en la construcción del socialismo.

    En un Taller sobre la Gobernanza en la Internet efectuado este viernes 24 de mayo se analizaron las brechas, ventajas y desventajas que ofrecía el uso de los medios informáticos y de comunicación y la necesaria interrelación que debe haber entre gobernantes y gobernados, la participación de estos últimos para el ejercicio de una democracia efectiva. Los análisis a veces se apartaban del tema para de alguna manera enjuiciar la infunsionabilidad de la estructura y organización de nuestro modelo lo que es muy común en cualquier conversación de los cubanos y porque no muy bien satirizado en el popular programa Vivir del Cuento que al parecer no divierte a los que tienen que rendir cuenta, tómenlo como una sugerencia a seguir. También se reconoció la necesidad de informatizar nuestra sociedad con software creativos e incluso se llegó con ironía a decir de la necesidad de un software que programara el cambio de la mentalidad.

    Finalmente le quiero felicitar nuevamente y que este artículo ratifica su categoría científica. MUCHAS GRACIAS.

  • USC dijo:

    Las nostalgias socialistas cubanas siguen como fantasma dando vueltas en nuestras vidas. Compadre estudiemos y apliquemos los principios martianos y verán como cambia nuestra realidad. Mientras más nos hemos alejado de nuestro apóstol más perdido estamos desde hace mucho tiempo. Basta de teorizar y aterrizemos.
    Hoy más que nunca hay que buscar a Martí y llevarlo a vías de hecho.
    Un abrazo y muchas gracias

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Luis A. Montero Cabrera

Luis A. Montero Cabrera

Doctor en Ciencias. Presidió el Consejo Científico de la Universidad de La Habana más de tres lustros. Miembro de mérito y coordinador de ciencias naturales y exactas de la Academia de Ciencias de Cuba.

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