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Argumentos para pensar y actuar (II Parte)

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A la radio estuvo dedicada una de las sesiones teóricas del Caracol 2015. La aplicación de las nuevas tecnologías de la información en ese medio fue el eje temático de un fecundo intercambio no exento de puntos de vista contrapuestos pero que al iluminar las diversas aristas del fenómeno enriquecieron los resultados.

Instantánea de las sesiones del Evento Teórico del Concurso Caracol 2015.

Instantánea de las sesiones del Evento Teórico del Concurso Caracol 2015.

Para Orietta Cordeiro, escritora de obras radiofónicas y vicepresidenta de la Asociación de Cine, Radio y TV de la UNEAC, “ha llegado la hora de encarar, aquí y ahora con objetividad y espíritu crítico, los problemas de los procesos artísticos nuestras emisoras”.

De ahí la pertinencia de haber incluido este asunto en la agenda del Caracol y de vincularlo a “las realidades tecnológicas de nuestros días”, aunque hizo la salvedad de que “tampoco se puede ser esclavo de los recursos, por muy necesarios que sean; la vida ha demostrado que lo principal es el talento; y ahí están los triunfos de emisoras locales de modesto equipamiento pero con programas inteligentes, de buen gusto y notables aportes a la información y la cultura”.

Un primer momento de la sesión contó con una prolija explicación del profesor Arnaldo Coro sobre los avatares tecnológicos de la radiodifusión desde su masificación en el siglo XX hasta nuestros días.

Solamente en el campo de los dispositivos de almacenamiento de la información, el salto ha sido vertiginoso: placas metálicas, discos de vinilo, cintas magnetofónicas, casetes, discos compactos, disquetes, memorias flash, discos duros de computadoras y discos duros portátiles. Las transformaciones no solo han transitado de lo analógico a lo digital, sino también dentro de esta última tecnología, de unos pocos kilobytes a la dimensión de los terabytes.

En otro orden, hasta hace pocas décadas era impensable la coexistencia de la amplitud modulada a la frecuencia modulada, lo cual ha implicado diversos alcances mediáticos y por tanto reacomodos de las audiencias. “En todo esto—recalcó Coro— hay que pensar a la hora de diseñar la programación”.

Llamó la atención el profesor acerca del contexto internacional en que se operan los cambios tecnológicos de hoy: un mundo en el que se agudiza la competencia entre las diversas normas de emisión desarrolladas por corporaciones y la acelerada introducción de nuevos dispositivos de almacenamiento de contenidos y de recepción de señales que condenan a la obsolescencia a otros que apenas han tenido su día de gloria en el mercado. Todo ello en medio de un sistema internacional injusto y desigual, que limita las posibilidades de los países del Sur.

Fueron los servicios informativos de la radio cubana, recordó Coro, los que comenzaron a emplear las tecnologías digitales, que se extendieron posteriormente a otras áreas de la producción. El período de adaptación resultó intenso y desafiante, pero consideró que, pese a las dificultades económicas y materiales, nuestra radiodifusión ha sabido lidiar con los problemas y salir adelante.

Planteó, sin embargo, una preocupación: la conservación y promoción del patrimonio acumulado. En tal sentido focalizó una paradoja: hoy día es más fácil acceder y utilizar programas y archivos musicales de las décadas del 30 al 60 que a lo que se realizó y grabó desde esa fecha en lo adelante. En esto influye, precisó, la precariedad de los soportes utilizados en esa última etapa, las carencias técnicas en los procedimientos de preservación y la tardía adopción de medidas que tuvieran en cuenta estos aspectos.

A partir de esta intervención, realizadores y directivos del sistema de la radio y, particularmente, de Radio Progreso, abordaron los problemas relacionados con la conservación y promoción de los recursos patrimoniales. En esta última emisora se han registrado experiencias positivas en el rescate de archivos de música y programación, pero sobre todo las nuevas realizaciones de valor son procesadas de manera que puedan utilizarse en un futuro.

Miguel Barnet, presidente de la UNEAC, valoró la importancia consolidar un perfil culto e integral en la programación radiofónica. Ponderó la entrega cotidiana de CMBF y el interés de Radio Progreso y Radio Rebelde por difundir el patrimonio sonoro de la nación.

Por otra parte, Pedro de la Hoz, vicepresidente de la organización, sugirió que la UNEAC trabajara junto al Consejo Nacional de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura, entidad con la que existen muy fluidas relaciones, en la posibilidad de lograr, de una parte, la protección legal de los archivos sonoros de Radio Progreso, y de otra, impulsar acciones conjuntas con el ICRT destinadas a preservar la valiosa memoria de la radio cubana.

Un segundo momento de la jornada evaluó la aplicación de las nuevas tecnologías de la información en los procesos creativos, específicamente en la concepción de los libretos para la radio.

“Para hacer mis libretos, para confrontarlos con los asesores, para distribuirlos entre el elenco artístico y el equipo técnico, la computación se me ha hecho indispensable”, aseguró Orietta Cordeiro.

Ese criterio fue compartido por el guionista Héctor Armas Duque, quien matizó: ““la computadora es solo una herramienta, el talento del creador es insustituible”.

Autor de exitosas radionovelas, Joaquín Cuartas admitió la necesidad de abrirse a las infinitas posibilidades de las nuevas tecnologías, pero alertó acerca de la práctica de un principio inalterable en la etapa de investigación previa a la escritura de un guion: el cotejo de fuentes documentales. “Hay datos que no se hallan en archivos digitales; siento que debemos estimular la búsqueda en bibliotecas y hemerotecas; es una labor ardua, paciente, fatigosa. Para reconstruir épocas pasadas he buceado en las colecciones de los periódicos El Mundo y Diario de la Marina”.

Alberto Luberta, histórico escritor de las estampas de Alegrías de sobremesa, confesó “mi eterno matrimonio con la vieja máquina de escribir”, lo cual no es óbice para reconocer “el valor de la puesta al día de las tecnologías en función del medio radial”.

Unas y otras posiciones fueron comentadas por los asistentes a la sesión, quienes compartieron la necesidad de que el sistema nacional de la radio no dejara de tener en cuenta, en sus inversiones, la renovación y actualización tecnológicas, ni las acciones de capacitación de escritores y realizadores.

Al término del debate, la crítica Soledad Cruz apeló a la imprescindible dialéctica entre el oficio creativo, la conceptualización del quehacer radiofónico, y los saberes tecnológicos. “A veces está el recurso y no la mentalidad, y entonces nos aferramos a viejos códigos”. Desde la UNEAC esta articulación debe ser consolidada en las proyecciones de trabajo de la Asociación de Cine, Radio y TV y en la interacción de la organización con las direcciones de los medios y las instancias académicas.

Se han publicado 5 comentarios



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  • René dijo:

    Soy un seguidor de la radio desde pequeño, he tenido mis disgustos y reconciliaciones con la música que en ella escucho, pero me agrada que de un tiempo a esta parte se esté divulgando más la obra de nuestros jòvenes músicos (claro que cuando hablo de música no me refiero al regguetón). Espero que el verdadero talento musical continúe adueñándose de las ondas radiales.

  • Mariana Aguirre dijo:

    Ojalá nunca perdamos “Alegrías de sobremesa”, programa que ha escrito durante tantos
    años ese grande de la radio y la cultura cubana que es Alberto Luberta. Es
    muy bueno que el Caracol dedique sus debates a la radio, que a veces no
    apreciamos en todo su potencial.

  • Laura dijo:

    Lo que siempre me ha llamado la atención de la radio es cómo las personas que pasan por ella la califican con sinceridad y emoción de ser una ESCUELA, de las de verdad. Instituciones de tanta historia y reconocimiento en nuestro país deben ser especialmente atendidas y protegidas. Qué gratificante que en sus espacios de discusión nuestros artistas e intelectuales no lo pierdan de vista.

  • Ferro dijo:

    En efecto aquí hay muchos argumentos para pensar y actuar, como tituló el autor a este texto. Creo que las polémicas en torno al audiovisual a veces nos hacen perder de vista que existen otros medios, y otros públicos que los consumen. Todavía son muchas las personas que se ríen con Alegrías de Sobremesa, que añoran su pasado con Nocturno, que se informan con Así. Estos programas han conectado generaciones de oyentes y de realizadores, son sin dudas parte de nuestras historias cotidianas.

  • Alexei dijo:

    Opiniones de personas preocupadas por su trabajo, por los problemas que enfrentan para poder brindarle al público un servicio mejor; personas que nos buscan falsos oportunismo ni atacan visceralmente al ICRT u otra institución como causantes de todo los males por defecto. Personas con sentido común. Entre tanto reunionismo infértil, da gusto saber de reuniones así. Buen resumen.

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Omar Olazábal Rodríguez

Omar Olazábal Rodríguez

Filólogo. Profesor y Productor audiovisual. Fue Director de los Estudios Mundo Latino, Vicepresidente del Instituto Cubano de Radio y Televisión y dirigió la Oficina de Comunicación e Imagen de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). En la actualidad trabaja en el capítulo cubano de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad.

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