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Haydée, hace falta tu voz

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Haydée.

Haydée.

Palabras de Pedro Pablo Rodríguez en la presentación del libro-homenaje a Haydée Santamaría Cuadrado, Haydée, hace falta tu voz, de Ediciones Ojalá

Nunca traté a Haydée Santamaría. La vi en diversas actividades de la Casa de las Américas y en alguna visita a la Universidad de La Habana. Desde entonces conocí más de una anécdota acerca de su persona, de su carácter. Tuve —y tengo, sobre todo— la imagen proyectada por ella sobre el pueblo cubano, no solo la de la heroína del Moncada, sino la idea de la mujer inteligente y sensible, justiciera siempre, enemiga de los privilegios, las vanidades, el egoísmo. La que, más que una dirigente, aún es vista como un símbolo de la Revolución Cubana por encima de cualquier cargo, como Celia y como Che. La que todos respetamos, amamos y quisiéramos ahora a nuestro lado con su cubanía plena y popular, con la finura y elegancia espiritual que brotan natural y espontáneamente, y que se enriquecen y embellecen más cuando la vida se dedica a servir y se es original, autentico, y, por tanto, verdadero.

Martiana por encima de todo, forjada y sostenida por el Maestro a lo largo de su azarosa existencia sometida a pruebas difíciles, que la moldearon sin endurecerla ni encerrarla en el dolor, Haydée Santamaría es la Revolución Cubana por la que todavía bregamos, la de la dignidad y el decoro, la de la eticidad, la pureza y el perfeccionamiento humano, la revolución que no podemos poner de rodillas nunca, como nos ha enseñado Fidel.

Esa mujer tan especial en su sencillez es la que nos llega en este libro que ponemos a circular hoy gracias a las ediciones Ojalá, y que resulta no un ejemplar de lujo, pero sí algo bello que incita al disfrute de la lectura, como debe ser el arte del libro.

El cuidado editorial de Camilo Pérez Casal ha sabido unirse al diseño interior de Natalí Velázquez García y Marla Albo Quintana para encontrar un cuidadoso y a la vez funcional manejo del espacio mediante el uso ponderado de los blancos, la tipografía escogida, las sobrias letras capitulares, las fotos de Haydée seleccionadas (¡qué maravilla esa de ella de espaldas en la página 145 para comunicarnos su alma!). El tino editorial se completa con el diseño de cubierta y la composición de Julio Maldonado Mourelle, quien ha dado muestra de talento artístico y de amor hacia Haydée al escoger para la cubierta la pieza de Léster Álvarez Meno titulada En el bosque un flamboyán. ¿Acaso no es Haydée ese llamativo y colorido flamboyán dentro de la floresta revolucionaria? En fin, que este es sin dudas el libro de y para Haydée. O al menos yo lo siento así y por eso lo agradezco.

Dentro de sus páginas, los textos se agrupan en tres conjuntos: “Homenajes”, “Dedicatorias” y “Testimonios”. En los dos primeros, se reúnen escritos sobre y para Haydée; en el último aparecen sus escritos y su pasmosa oralidad, en la hizo gala de sus cualidades comunicativas, de un estilo directo que hermanaba el giro popular con el singularmente atrevido, sin cargantes ornamentos ni sensiblerías impudorosas.

De su alma gemela en muchos aspectos, Fina García Marruz, aquí están dos poemas; uno, de 1980, que, a su muerte, notaba la orfandad de quienes la amaron; otro, del año pasado, el del recuerdo: “tu pelo rizadillo”, “tu blusa americana”, la boca “entreabierta a la palabra”, los ojos “alarmados”, la voz “de cadencia larga”. Y ese cierre del verso último a que nos convoca este libro: “Hace falta tu voz, amiga, hoy muda.”

Silvio, siempre poeta, suma la locución adverbial menos mal para alegrarse de que existen “los que no tienen nada que perder, “los que no miden qué palabra echar”, los que existen “para hacernos”, “los que no dejan de buscarse a sí”. Curiosa y eficaz manera de hacernos pensar cuán útil se puede ser hasta ya muertos.

Son ambos poetas, pues, quienes nos traen a Haydée al presente, el difícil reto actual de ser o no ser revolución, dilema sobre el que ella se impuso hasta para escoger su forma de morir.

Otros veinticuatro textos completan la sección de homenajes: compañeros de Revolución, claro, como Fidel, Melba, Che, Almeida, Carlos Rafael; los intelectuales y artistas a los que deslumbró, comprendió y unió, como Eusebio Leal, Jorge Enrique Adoum, Fernández Retamar, Jaime Sarusky, Thiago de Mello, Cintio Vitier, Alicia Alonso, Pablo Milanés, Silvio, Graziella Pogolotti y Jorge Luis Acanda; sus familiares como Armando Hart, también compañero de revolución, y su hija Celia, tan poco atenida a las normas quizás por herencia materna.

Las dedicatorias son nueve, una breve muestra entre las muchas que estoy seguro le hicieron de libros, canciones, cuadros. De Marta Rojas, de Roberto Fernández Retamar, de Gabriel García Márquez, de Alejo Carpentier, de Roque Dalton, de René Depestre, de Cintio Vitier, de Mario Benedetti y de Eliseo Diego.

Y, finalmente, la sección “Testimonios”, con ocho documentos de Haydée. ¡Qué elegante y alzada denuncia contra un politiquero ladrón! ¡Cuánta ternura la de esa mujer al escribir a sus padres desde las cárceles! ¡Qué estremecedor cariño al dedicarle un libro a Armando Hart! ¡Qué añoranza y cuánta capacidad evaluativa al recordar a Frank País! ¡Qué acusada afinidad con Che! ¡Qué sorprendente fineza crítica y filosófica a hablarnos de arte y política! ¡Qué enseñanza aún viva para la suya para dialogar con los estudiantes universitarios acerca del Moncada, en charla amena, alejada de los lugares comunes y de la retórica del heroísmo!

Claro que nos hace falta tu voz, la de Haydée Santamaría Cuadrado. Mas no nos lamentemos porque aquí la tenemos, como en muchas otras cosas. Tenemos que escucharla, seguirla, recrearla, con fidelidad a sus principios y a su honestidad. He leído este libro con pasión, deleite y sentimiento. Gracias a él me siento mejor persona, más revolucionario, más fidelista, más martiano, más cubano. Tengo tu voz, Haydée. Tengamos todos hoy su voz.

Muchas gracias.

Pedro Pablo Rodríguez
La Habana, 21 de noviembre de 2014

Se han publicado 9 comentarios



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  • Antonio dijo:

    Descansen felices aquellos de corazon noble y sensible !

  • Luis dijo:

    Ella no descansa Antonio, continúa acompañándonos en la permanente e infinita tarea de construir una patria mejor.

  • @lin@ dijo:

    Seré breve: Al abrir la pagina de Cubadebate y ver el Titulo del articulo y la foto de Haydé mi cuerpo si estremeció y una nostalgia me invadió fugazmente. Gloria eterna para tan maravillosa mujer, ejemplo para todas las generaciones de Cuba y los jóvenes de América y el mundo por su entereza y valor humano!. Orgullo de nuestra historia insurreccional.

  • Linda dijo:

    Sí que hace falta. No la conocí personalmente, pero creo profundamente en su honestidad y valor. Quizás fue su hija, Celia, quien más la acercó a mí como ser humano excepcional y cotidiano a la vez. Hacen falta muchas voces así.

  • Nelson A.Garcia Cotilla. dijo:

    Haydée, seguiras en el corazón de todos los cubanos por que diste de ti lo mejor, gracias a la vida por haber nacido en esta tierra cubana y ser tú ejemplo de mujer cubana, por tu heroismo de guerrilera, por tu noble corazón y por habernos dejado lo mas puro de tu existencia: La revolución. Gracias Haydée.

  • Jose A Alvarez dijo:

    Excelente! te adjunto la nota de Ricardo Croes, uno de los venezolanos que crió Haydée, como comentario a mi nota en cubadebate. Sigo sin poder comentar en cubadebate. Por qué no incluyes esta nota de Ricardo y mi comentario en lo que sale hoy sobre la presentación?
    --

    Hola hermanistrico, un saludo

    Hay personajes que son como las mariposas, antes de desplegar sus coloridas alas deben pasar por un periodo no determinado de claustro, es posible que en estos tiempos han de habitarnos las mariposas, muchas son las que esperan su momento para sobre volarnos, es indudable que Mama es una de ellas, se ha alojado en la memoria de una época y ha estado allí en su capullo transformándose, en su metamorfosis nos corrige a quienes hemos atesorado sus recuerdos, hoy los episodios se tornan distintos y damos un nuevo valor aquello que nos conmovió en su momento, es también el momento de las voces, recuerdo que una vez en varadero cuando estaba convaleciente del accidente aquel donde volvió del otro lado, en aquellas disquisiciones imprevistas, que te lanzaba así como si nada y sin previo aviso un pensamiento que le rondaba en laberinto aquel que tenia sobre sus hombros, recuerdo que así sin mas me interpela diciéndome: Si la voz es una energía y es sabido que la energía no se destruye que se transforma, entonces todas las voces del mundo han de estar en algún lugar donde se aglomeran, se anulan y se hacen una, bien algo así era el asunto. La voz de Mama es solo hacerla visible buscar ese lugar de encuentro y traerla aquí dejarla que se manifieste tal como sea su voluntad y desde ese lugar seguramente nos interpelara como ella solía hacerlo, con un torbellino de ideas sin coherencia aparente, humanamente errática, amorosamente diáfana, hace falta que personas así vuelvan del ostracismo, que estén con nosotros dando vueltas en la cotidianidad, pienso que hace falta un tiempo de mariposas, donde todos seamos una de ella con las voces abiertas en pleno vuelo, entonces y solo entonces estarán con nosotros.

    Disculpa si es algo confuso, pero es difícil hablar de Mama sin que los recuerdos, sin que los episodios compartidos vuelvan atropelladamente a retomarte.
    un abrazo grande para todos.

  • Eduardo dijo:

    Recién llego de la actividad celebrada en la Casa del Festival, dedicada al lanzamiento del libro “Haydée, hace falta tu voz”. Hermoso libro y homenaje más que merecido, eso sí, muy demorado. Los “Homenajes, Dedicatorias y Testimonios”, salvo los escritos por su hija Celia María, tienen una antigüedad de 30-40 años y los más recientes nos traen recuerdos del pasado. Nada, lo que quiero decir es que este título pudo ser editado hace unos 20 años, quizás su hija como editora y todos los convocados más jóvenes y los recuerdos más frescos y actualizados. Y si, es cierto, hace falta tu voz Haydée, más ahora que los valores morales y éticos son inciertos. Llama la atención la poca difusión del homenaje, parecía que solo “estaban los que tenían que estar” y los invitados de siempre y los medios ausentes. ¿Cuantos jóvenes asistieron? Quizás 10-12, no más. Y es que la voz de Haydée ya los “veteranos” no la necesitamos, tuvimos la oportunidad de escucharla en vivo. Es nuestro relevo generacional quien la necesita. Reconocimiento muy especial a Ediciones Ojala. Gracias Silvio, tú como siempre…Que raro que no estaba Eusebio, ese si que hubiera dicho cosas inteligentes.

    P.D.
    En la Pág. 26 hay un error imperdonable, los restos de Haydée nunca se han trasladado al II Frente, se trasladaron a Santiago, y están en el cementerio de Santa Efigenia, junto con Abel y el resto de los caídos en el Ataque al Moncada, hay una tarja con su nombre.
    Eduard

  • Fernando Acosta Riveros dijo:

    Reciban saludos de paz y bendiciones desde Jalisco, México, donde está prevista la realización de la Feria Internacional del Libro Guadalajara-2014 en su edición 28 que tiene a la Argentina como País Invitado de Honor. Me alegrará muchísimo acercarme al Pabellón de Cuba en la Expo-Guadalajara y preguntar por el libro sobre Haydee Santamaría Cuadrado. La patria de José Martí y Fidel Castro siempre tiene una Presencia Extraordinaria en los eventos culturales que se desarrollan en México, nación que hoy está de luto por la Desaparición de nuestros 43 hermanos estudiantes normalistas de la escuela de Ayotzinapa en el estado de Guerrero. Un abrazo, ¡Hasta la Victoria Siempre!, Fernando Acosta Riveros, lector de Cubadebate y del diario Granma

  • MARY LOLY dijo:

    TODAVÍA HOY ME PREGUNTO, CÓMO ESTA MUJER FRÁGIL Y DURA A LA VEZ, PUDO SOPORTAR TANTA TRISTEZA Y ANGUSTIA DURANTE TODA SU VIDA DE REVOLUCIONARIA.
    EL SÓLO HECHO DE TENER QUE SOPORTAR ANTE SU PRESENCIA EL BRUTAL E INNOMBRABLE ULTRAJE DE SU HERMANO DEL ALMA ,ABEL ; BASTARÍAN PARA COMPRENDER QUE ELLA ES DE LAS IMPRESCINDIBLES, QUE LA NECESITAMOS AÚN.
    SIEMPRE QUE HABLABA EN PÚBLICO, SE NOTABA EN SU MIRADA, LA SOMBRA DE LAS PUPILAS INSOMNES DE ABEL. LA VIDA LA GOLPEÓ TAN FUERTE, TAN FUERTE, como dijera el Poeta: GOLPES COMO DEL ODIO DE DIOS.
    NI SIQUIERA DIOS PUDO DARSE CUENTA QUE YEYE ERA INVENCIBLE.

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Pedro Pablo Rodríguez

Pedro Pablo Rodríguez

Doctor en Ciencias Históricas e Investigador titular del Centro de Estudios Martianos, de Cuba. Es Premio Nacional de Ciencias Sociales.

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