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Una mirada al pasado

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black-power-pinLa historia del Poder Negro, el movimiento que en los años sesenta del pasado Siglo encauzó las aspiraciones de la juventud afroamericana, regresa impulsada por el arte. Primero fue un extraordinario documental acreedor de distinciones en festivales del cine alternativo. Ahora lo reproduce un libro, prologado por el multipremiado actor y luchador social Danny Glover. Ambos con el título: “The Black Power Mixtape”.

Su origen es sorprendente. Un grupo de jóvenes cineastas suecos había viajado a Estados Unidos, entre 1967 y 1975 para entrevistar a quienes entonces marcaron decisivamente a la sociedad norteamericana. Conversaron entre otros, con Stokely Carmichael, Bobby Seale, Huey Newton, Eldridge Cleaver y Angela Davis, esta última en la celda de la prisión donde esperaba fuese ejecutada la sentencia a morir que le había sido impuesta y sólo evitó un amplio movimiento de solidaridad abarcador de todo el planeta.

Pero nadie pudo ver entonces estas imágenes. Durante más de treinta años las cintas permanecieron olvidadas en un sótano de la televisión sueca hasta que Göran Olson, quien en los sesenta era un niño que apenas caminaba, las encontró y se dio a la tarea de rescatarlas y armar el documental producido ahora con Danny Glover y Joslyn Barnes y que incluye opiniones actuales de artistas, intelectuales y activistas sobre lo que aquel período significó en sus vidas. Es, según The New York Times “una extraordinaria proeza de edición e investigación de archivo” y su resultado “un collage cronológico que restaura una compleja dimensión humana de la historia racial de la época”.

Frente a la cámara aparece el testimonio de esa época. Hombres y mujeres empeñados en alcanzar un mundo mejor desde abajo, desde comunidades empobrecidas y discriminadas a las que había que devolverles su dignidad y autoestima con proyectos educacionales y sanitarios incluyendo el desayuno gratis para los niños y también la música, el teatro y la poesía.

Pero lo hacían sometidos al asedio y la persecución  de un régimen racista, represivo, que los obligó a crear sus propios instrumentos de autodefensa y al surgimiento del Black Panther Party.

Experiencia semejante se produjo en las comunidades boricuas, sobre todo en New York y Chicago, que darían nacimiento al Partido de los Young Lords, organización que siguió el mismo camino de brega y sacrificios emprendido por su gemela afroamericana.

Eran tiempos de ebullición cuando todo parecía marchar rápido, a la velocidad de los sueños. La bárbara agresión contra el pueblo vietnamita y el empeño por conquistar la igualdad racial nutrieron una rebeldía juvenil que se extendió por todo el país enfrentando al gobierno corrupto, delincuencial, de Richard Nixon, quien no conoció límites en sus violaciones a la legalidad.

Conmueve ver y escuchar a Eldridge Cleaver repitiendo “hay un punto donde la cautela termina y la cobardía comienza”.

No pocos de aquellos jóvenes fueron asesinados. Otros buscaron refugio más allá de las fronteras norteamericanas. Algunos están encerrados todavía en prisiones federales.

Quedan sobrevivientes que aun recuerdan. Como Kathleen Cleaver, en aquel tiempo Secretaria de Comunicaciones del Black Panther y ahora profesora de Derecho en la Universidad Emory de Atlanta. Mirando hacia atrás, ella rememora el romanticismo de jóvenes acostumbrados a vivir peligrosamente mientras cantaban “no sé si volveré a verte” o “esta puede ser nuestra última vez juntos”. Pero también, desde el presente, reflexiona con amargura: “Hemos retrocedido consistentemente. Es deprimente y hasta cierto punto desconcertante que durante la época de la Guerra de Viet Nam las condiciones de la mayoría de las familias negras eran un poco mejor que ahora. Hemos declinado en la educación y en la economía”.

Es triste comprobarlo cuando, por primera vez en la historia, un negro ocupa la presidencia de Estados Unidos. Alguien que, por cierto, inició su carrera política como organizador comunitario.

Pero la lucha continúa y no todo conduce a la depresión. Acaba de anunciarse, por ejemplo, que las autoridades de New York, ciudad dirigida hoy por una mayoría progresista, decidió rendir homenaje a los Young Lords el próximo 26 de julio al cumplirse 45 años de su fundación.

Al volver la mirada hacia aquellos años soñadores viene a la mente la advertencia de William Faulkner: “El pasado nunca muere. Ni siquiera es pasado”.

 Publicado el 27 de junio de 2014 en el No. 807 de la Revista Punto Final, Chile

Se han publicado 7 comentarios



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  • Hugo Andrés Govín Díaz dijo:

    Sería interesantísimo para mí encontrarme con cualquiera de esas dos "joyitas" de mi tiempo. Si algun forista descubre cómo conectarse a ellas, le ruego lo haga público acá para llegar a esos materiales. Gracias adelantadas.

  • orlando dijo:

    Alarcón como siempre, un maestro. Que facilidad para con pocas palabras, decir tanto y tan olvidado por muchos.

  • Cesar Rivera dijo:

    Young Lords? Latin King and Young Lords son el mismo grupo!!! Cesar

  • miguelito dijo:

    Muy interesante y lindo articulo.

  • rose dijo:

    Bien, Danny Glover es una persona muy importante para Cuba, pero es TOTALMENTE insignificante en Estados Unidos........por otra parte no es sorprendente que Alarcon este echando "una Mirada al pasado""..... es un modo sutil en evitar "mirar al presente"

  • roberto gonzalez dijo:

    No hay receta mas efectiva para el estancamiento que hacer del pasado el punto primordial.

    • pepe dijo:

      Diste en el clavo compadre. Estos viejos viven en el pasado y por so, en gran medida, no avanzamos.

      Gracias por ser tan certero y directo

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Ricardo Alarcón de Quesada

Ricardo Alarcón de Quesada

Doctor en Filosofía y Letras, escritor y político cubano. Fue Embajador ante la ONU y Canciller de Cuba. Presidió durante 20 años la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba (Parlamento).

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