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La práctica es la única demostración de la verdad

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Tomado del Huffington Post

Hace poco más de tres meses, antes que el cantautor de canciones colombiano Juanes pasara por Cuba con la intención de proponer al gobierno cubano la idea de un segundo Paz sin Frontera en La Habana, lo primero que hizo fue cumplir con una visita a la Secretaria de Estado Hillary Clinton. Esta visita fue considerada como un mero acto de cortesía; después de todo, él no es más que un huésped del gobierno de EE.UU. y no un ciudadano nativo, por lo que si tuvo la idea de venir a Cuba a hacer un espectáculo sería más que prudente que primero diera a conocer sus intenciones al gobierno de EE.UU. y cerciorarse de que todo estuviera bien. Sin embargo, había también un motivo oculto.

La otra razón del encuentro con madame Clinton era averiguar sin había algún tipo de animadversión o dificultad respecto a la posible participación de artistas estadounidenses que estaban interesados en formar parte en esta misión. Hasta donde tengo entendido, la Sra. Clinton dijo básicamente que el gobierno estadounidense no se iba a involucrar directamente y que en mayor medida no iba a dar ninguna orden específica a la Oficina de Control de Bienes Extranjero, organización que se encarga del embargo, las leyes y regulaciones de viajes a Cuba o a cualquier otra "isla o territorio enemigos".

Así fue que Juanes se apareció en Cuba con dos colegas y artistas de Puerto Rico, ciudadanos de una isla que desde antes de los 90s hasta la actualidad se considera más bien como parte de la comunidad estadounidense. Perfecto. Un inmenso grupo multinacional de artistas latinos que interpretaron canciones latinas- OK, admito que el rap de Jovanotti estaba inspirado en un tema de Bob Marley, pero bueno, lo hizo en italiano así que cuenta como latino-, y nadie, excepto un mísero grupúsculo en el sur de Florida tuvo algo que decir al respecto.

Aquí radica la contradicción: poco antes de la llegada de Juanes, quizás incluso próximo a la fecha de su visita a Washington para entrevistarse con la Sra. Clinton, el New York Times publicó un artículo de Daniel J. Wakin el 9 de julio bajo el título: "Orquesta Filarmónica de Nueva York pudiera presentarse en Cuba". En dicha publicación se planteaba que Cuba había invitado a la Filarmónica de Nueva York a tocar en La Habana y se aludió al presidente de la orquesta Zarin Mehta quien dijo: "La prestigiosa gira distingue a la Filarmónica de Nueva York, pero creo que más bien distingue a nuestro país". En ese mismo artículo, se expresó que los patrocinadores de la orquesta se habían esforzado mucho en decir que el viaje tenía la contundente aprobación del Gobierno de EE.UU. El Sr. Mehta expresó: "La idea se aprobó en la oficina del Vicepresidente Joseph R. Biden Jr. Ellos dijeron: ‘Absolutamente, es un proyecto maravilloso, y deben continuarlo'".

Se esperaba que el próximo director musical de la Filarmónica, Allan Gilbert, tuviera la batuta. Además, se refirió a la visita a Cuba como "totalmente apropiada", y agregó: "Probablemente no sea una coincidencia lo que está ocurriendo en estos momentos". También hizo alusión a la posible gira como un "intercambio cultural" apolítico.

El Sr. Gilbert dijo: "En realidad es tan transparente como parece. Estamos haciendo música para públicos agradecidos." O eso creían.

Hoy, 1 de octubre de 2009, el New York Times sacó otro artículo de Daniel J Wakin, esta vez el título era totalmente diferente: "Se cancela Viaje de Orquesta Filarmónica de Nueva York a Cuba previsto para mes de octubre".

¿Por qué?

Bueno, todo parece indicar que el Departamento del Tesoro de EE.UU. (la Oficina de Control de Bienes Extranjero aprueba los permisos de viaje en nombre del Tesoro) dijo que negaría el permiso de venir a un grupo de patrocinadores. Sin ellos y sus donaciones, la Filarmónica dijo el jueves que no podía costearse el viaje. Esto asegura el artículo de Wakin de esta tarde.

El Sr. Mehta dijo: "En lo que respecta al intento de hacer cambiar esta decisión, el funcionario de Nueva York que se designó no ha tenido éxito. Están ofuscados." Y me atrevería a decir que se trata exactamente de eso.

El concierto por la paz de Juanes fue muy grande, inmenso, y suscitó una inimaginable conciencia a muchos, en lo referente a las obscenas y retrógradas políticas de la comunidad cubano-americana en el sur de Florida y otras partes de EE.UU. También ayudó a demostrar que la mayoría (cerca de un 52%) de los cubano-americanos de hecho estaban a favor del concierto y que han evolucionado en el sendero de un mejor entendimiento hacia el consenso.

En la actualidad, parece que los cubanos que viven en la isla y que esperan más de ese compromiso positivo por un sendero que conduzca al consenso, tendrán que esperar para ver a la Orquesta Filarmónica de Nueva York en otro momento.

Se han publicado 1 comentarios



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  • manolo dijo:

    NO ES POSIBLE ,O POR MI MENTE NO ES POSIBLE,QUE UN GRUPO DE AN'ARTE,AN'CULTURA,PUEDA CON LA RAZÓN,CON LA INTELIGENCIA,CON EL GUSTO,CON LO BUENO,EN FIN......ESA GENTE,NO PUEDO DECIR POBRE GENTE...
    LES DEBEN DE DAR LAS GRACIAS A MI CUBA PARA PODER EXISTIR.SINO ESTUVIERAN COMIENDO ROCCCCA DURRRA

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Margarita Alarcón Perea

Margarita Alarcón Perea

Filóloga y especialista en temas de política internacional, particularmente de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos. Es colaboradora habitual de Cubadebate. En Twitter: @Maggichu

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