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Asomado al Pueblo

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Caracas.- A las 9 de la noche del 15 de febrero de 2009 suenan, unos tras otros, los petardos de la Revolución Bolivariana. Es el modo tradicional de celebrar de los venezolanos, según aprendes cuando llegas a este país  y te sobrecogen las explosiones, tan frecuentes como las bodas, las victorias  deportivas o las fiestas de fin de semana.

Esta noche, sin embargo, esos sonidos estremecedores tienen una significación más trascendente. Suenan a fiesta, pero sobretodo a victoria, como la ola humana que ya desborda las calles frente al que todos llaman Balcón del Pueblo…ese pueblo que espera ver asomarse a Chávez, mientras Chávez, el estadista que se ha sometido a más escrutinios populares en el mundo,  como si fuera su primera  elección, espera por el primer boletín del Consejo Nacional Electoral para asomarse al Pueblo.

El cielo de Caracas se ilumina de colores a las 9 y 35, cuando la Presidenta del ente comicial anuncia que ha triunfado la opción del Sí. Venezuela ha entrado, por voluntad popular, en una nueva fase de su historia. El 54,36 por ciento de los más de 11 millones de votantes,  ha hecho valer su condición de mayoría para abrir la posibilidad de continuidad a una Revolución, tan bonita como nueva, pero que estuvo cercada durante más de una década por los viejos pactos de la oligarquía, especialmente el de la alternancia en la silla presidencial de dos partidos de un mismo poder, que hasta este 15 de febrero peleó ferozmente por perpetuarse por los siglos de los siglos, sin amén.

"Hemos hoy, abierto de par en par las puertas del futuro", dice el Presidente, arropado por la emoción extraordinaria de un momento que solo puede compararse con la de aquella noche de abril de 2002 en que los más humildes apagaron las radios y las televisoras oligarcas y bajaron de los cerros como la lava de los volcanes para rescatar a su líder  secuestrado por los golpistas. Entonces la gente lloraba, conmovida  por la certeza de lo que estuvo en riesgo y de su propia, inmensa fuerza. Hoy no caen lágrimas ante el Balcón del Pueblo. La Revolución Bolivariana es tan fuerte como para vencer, incluso, las trampas de la democracia representativa definitivamente.

Acaba de ser removido lo que parecía inamovible por el totalitarismo de lo único que no ha cambiado en los últimos diez años en Venezuela: el desequilibrio abusivo en la interpretación de los hechos que imponen los poderosos emporios mediáticos. La mentira, con su impresionante mayoría de medios y espacios fue derrotada junto con el sistema antiguo, ese que hasta el día de hoy, y por más de  200 años, como recordaba en su enardecido discurso el Presidente, una y otra vez, en Venezuela y en otros pueblos de América Latina hizo  imposible el surgimiento de un proyecto nacional de largo plazo.

Un proyecto nacional de largo aliento con el pueblo y para el pueblo acaba de ser inaugurado en Venezuela. Lo anunció Chávez y la oposición, cariacontecida pero amenazante todavía, no tuvo más remedio que guardarse la estudiada sonrisa de las últimas horas y hablar, hablar, hablar, frente a sus medios, aunque muy pocos venezolanos los querrían ver.

A esa misma hora -casi la medianoche- aun llenas las calles frente al Balcón del Pueblo, Chávez estaba haciendo sus primeras declaraciones a los sorprendentes  jóvenes periodistas de Ávila TV, una nueva y esperanzadora visión de estilo fresco, desenfadado y comprometido a la vez, un nuevo tipo de medio que ha nacido en este formidable campo de batalla que es la Revolución Bolivariana y que se ha  estrenado a los ojos del mundo con la enmienda que hará otra vez histórico un febrero en Venezuela.

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Arleen Rodríguez Derivet

Arleen Rodríguez Derivet

Periodista cubana y conductora del programa de la televisión cubana "Mesa Redonda", que transmite una emisión especial para Telesur. Es coautora del libro "El Camaján".

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