Imprimir
Inicio »Opinión  »

Elecciones en Perú: Ollanta Humala, otro paso en la nueva faz de América

| +

Ollanta Humala emergió triunfador en la primera vuelta de las elecciones peruanas. Es probable que en la segunda vuelta, en mayo, se le confirme como el próximo presidente del Perú. De ser así se confirmará la tendencia que ha venido afianzándose de implantación de gobiernos progresistas, de izquierda, opuestos al neoliberalismo, al ALCA, al sometimiento incondicional a Estados Unidos. 
Los disciplinados y mansos sirvientes del imperio, como Vicente Fox, van quedando aislados y en extinción. Son como supervivencias prehistóricas de una época en  ocaso de humillada subordinación. Kirchner, Lula, Tabaré, Chávez, Evo, Fidel, constituyen un frente soberano que se afana por el bienestar social y rechaza la entrega de los recursos autóctonos a las trasnacionales. A ellos se unirá Humala. Es la nueva faz de América que se abre camino pese a todos los ardides De Bush, Condoleezza y compañía.
 
Uno de los competidores de Humala fue Alan García. Cuando ascendió a la Presidencia en 1985 Alan García contaba solamente 36 años y venía pleno de buenas intenciones. Heredaba tradiciones de la izquierda peruana que ha tenido figuras tan poderosas como José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre. Con las banderas del aprismo resucitadas Alan García obtuvo, entonces, el 46% de los votos. 
 
Al asumir el mando de la nación anunció que reduciría el pago de la enorme deuda externa del país que ascendía a 14 mil 500 millones de dólares. También prescindió de la intermediación del FMI lo cual le atrajo la inquina de las grandes transnacionales. En su afán de beneficiar al pueblo cometió grandes errores. Decretó un aumento salarial sin tener  los recursos necesarios para hacerlo. Intentó nacionalizar la banca sin llegar a consumarlo.
 
El resultado de estos dislates fue que la inflación  alcanzó un 7,200%, suficiente para devaluar el ahorro individual y anular el patrimonio nacional. La Bolsa de Valores se desplomó. Alan García tuvo que enfrentarse también al desafío de Sendero Luminoso y un motín carcelario costó la vida a trescientos senderistas, lo cual desprestigió su régimen.
 
En las elecciones de 1989 ganó Fujimori, quien emprendió una persecución  de Alan García y lo obligó a refugiarse en la embajada de Colombia y huir hacia ese país. García fue, entonces,  acusado de latrocinio: de haber escamoteado decenas de barras de oro del patrimonio nacional y de haber comprado una isla en Miami. Enjuiciado por la Corte Suprema de Justicia fue absuelto de todos esos cargos.
 
Tras vencer en los comicios del 28 de junio de 1990 a su rival, el  ultraderechista escritor Mario Vargas Llosa, Fujimori se enfrentó a la tarea de darse a conocer en su propio país. Fujimori halló al Perú  en un período incierto. Fujimori logró arrestar a Abimael Guzmán, el líder faccioso, y redujo la inflación a niveles de un dígito. Sus duras medidas de ajuste económico, conocidas como el "fujichoque", trajeron  alteraciones del orden. Hubo saqueos populares en Lima. Las tensiones le llevaron a apoyarse en el ejército para disolver el Congreso y desmantelar el Poder Judicial, lo cual le atrajo muchas críticas. Sin embargo logró reelegirse frente al conocido diplomático Javier Pérez de Cuéllar, ex secretario general de Naciones Unidas.
 
El punto culminante de su mandato fue la derrota del comando que mantuvo rehenes en la embajada del Japón durante varios meses. En su segundo intento reeleccionista,  Fujimori se enfrentó a Alejandro Toledo, economista egresado de la aristocrática Universidad de Stanford,   quien había sido  profesor de Harvard  y  consultor del Banco Mundial.  Sin embargo presumía de su sangre india,   casado con una judía belga que habla quechua. Toledo gustaba de usar ponchos y sombreros nativos y retratarse disfrazado así ante las multitudes, calificó a su rival de populista  irresponsable.
 
 Perú se  convirtió en una de las nuevas bases de  los traficantes de coca. Montesinos  llevaba muchos años al servicio de la CIA. En 1977, siendo capitán de la inteligencia, fue expulsado de ese servicio por haber vendido secretos del gobierno  peruano a la institución de Langley.  Montesinos se hallaba envuelto en un tráfico de armas (rifles de asalto rusos AK-47 provenientes de Jordania,  con destino a las guerrillas colombianas). La crisis final del  régimen de Fujimori comenzó cuando Montesinos sobornó a un legislador y fue grabado en un video que se le entregó a la prensa.
 
La llegada de Toledo al poder fue  saludada con alegría por Estados Unidos  que no olvidó su formación yanqui y sus vínculos con los organismos económicos del imperio. Toledo gobernó un país de 25 millones de habitantes donde el 20% de la población vive por debajo de niveles de miseria y enfrentaba un pago de intereses de su deuda externa que  equivalía al 30% de las exportaciones. El crecimiento se hallaba estancado y la recaudación de impuestos se  redujo notablemente. La contracción del Producto Interno Bruto fue  alarmante y las reservas en divisas del banco central se redujeron al  mínimo. El nuevo gabinete fue integrado por tecnócratas: economistas y empresarios. Toledo ha actuado con una manifiesta subordinación a los mandatos de Washington y se enfrentó a un extendido desprestigio ante el fracaso de su gobierno y el incumplimiento de sus promesas. Humala inaugurará una nueva etapa de promisorias expectativas. 
 
gotli2002@yahoo.com

Haga un comentario



Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Lisandro Otero

Lisandro Otero

Novelista, diplomático y periodista. Ha publicado novelas y ensayos, traducidos a catorce idiomas. Falleció en La Habana en 2008.