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¿Noriega "no sabe"o "no quiere saber"?

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En este lado del mundo, ayer martes  la noticia la puso Roger Noriega, el subsecretario adjunto para el Hemisferio Occidental, largo y pomposo título que sirve para identificar al hombre de turno en la política imperial  para su traspatio (léase América Latina).

Al salir de su conferencia ante el  Consejo de las Américas en el Departamento de Estado -donde se generaron otras noticias, que merecen otros comentarios-, un Noriega incapaz de articular con coherencia la  sencilla palabra "asilo", dijo a los periodistas que carece de "información concreta" sobre la presencia en el país del terrorista Luis Posada Carriles, según el reporte de la agencia italiana ANSA.

"Para ser franco, no sé si está en Estados Unidos, algunos están seguros de que es así y nosotros no tenemos motivos para dudarlo, pero tampoco tenemos evidencia de dónde realmente está", dijo Noriega en un galimatías que recuerda aquel chiste de "ni lo uno ni lo otro, más bien todo lo contrario".

Como lógicamente recordó la agencia  Notimex, esas  declaraciones "contradijeron las de Eduardo Soto, el abogado de Posada, quien el mes pasado anunció en Miami que el hombre solicitó asilo a las autoridades migratorias, después de haber ingresado a Estados Unidos por la frontera de México".

Pero cuando peor lució el subsecretario fue cuando dijo que el gobierno estadounidense "no tiene ningún interés en dar asilo -y ahí fue cuando las cámaras de CNN lo mostraron perdido, como incapaz de pronunciar la palabra clave- a alguien que haya cometido actos delictivos".

¿Habrá visto la transmisión Posada, quien según su portavoz y socio Santiago Álvarez, ahora pinta y lee y está al tanto de las noticias?

Si es así, ¿habrá entendido por fin este otro  mensaje de Washington, empeñado en que nadie dude de que Estados Unidos es "un país que respeta el mandato de la ley", como afirma el subsecretario?

Por lo menos eso es lo que podría suponer todo el que vio al  "adjunto" en sus incoherentes declaraciones a la prensa. Porque, después de todos los anuncios de Soto y Santiago Álvarez, de los editoriales e historias en el  Miami Herald, después de las demandas públicas de tres legisladores y la respuesta que dio a uno de ellos el Departamento de Seguridad de la Patria, las declaraciones de Noriega resultan insultantes y solo pueden explicarse  como un acobardado mensaje al terrorista y a sus cómplices, quienes con su insistencia podrían poner en duda el "imperio de la ley en el imperio".

Hay evidentemente frases y palabras en las afirmaciones del subsecretario que solo pueden estar dirigidas al bandido y a los que hace más de un mes anunciaron su presencia en Estados Unidos, los mismos que después han emitido comunicados y han nombrado abogados y estrategias procesales.

Al sugerir, como afirman los despachos de prensa que todo "podría ser un asunto totalmente manufacturado" y luego  anunciar que "vamos a tratar este caso de manera seria y transparente", Noriega ha sido poco serio y menos transparente, pero el mensaje suena a salida negociada.

Realmente el "adjunto" tiene una cara de niño tonto que frente a gente no enterada podría ayudarlo a confundir. Pero no hay que exagerar. Todo el que conoce un poco de esta historia sabe que el subsecretario debe estar entre  los más apurados para evitar que la granada Posada explote en territorio norteamericano.

Repasando archivos de prensa, Noriega aparece manejando el abastecimiento y el  "lavado de los dineros" del escándalo Irán-Contras, en el que estuvo tan implicado Posada como aquella administración norteamericana que reinstala a sus viejos  fantasmas en la administración actual.

Más recientemente, no hay que viajar mucho entre papeles para encontrar el cordón umbilical entre el actual prófugo de la justicia y el subsecretario de Estado: el 2 de mayo de 2004, un grupo selecto de la mafia de Miami se fue a la capital del imperio a felicitar al flamante funcionario por su nombramiento.

"En una imagen histórica, tomada en los salones de protocolo del Departamento de Estado, en Washington, aparecen Luis Zúñiga Rey, Horacio García, Ricardo Mayo, Feliciano Foyo y Ángel Garrido. Se supo que no se dejaron fotografiar pero sí estaban presentes, Alberto Hernández, Elpidio Núñez e Ignacio Sánchez", según ha recordado recientemente el periodista canadiense Jean-Guy Allard.

Ellos habían ido a Washington a celebrar una victoria difícil. Después de perder la oportunidad de colocar  a Otto Reich como subsecretario de Estado, no podían menos que sentirse felizmente compensados con el  sustituto: Roger Noriega es dueño de un récord anticubano similar al de Reich. Lo que ha reafirmado luego como promotor obsesivo del llamado Plan Bush para Cuba.

Ahora, volvamos al 2 de mayo: casi todos los incluidos en la foto y los que no, son amigos declarados tanto de Posada como de Bosch, pero en particular Alberto Hernández  es el autor, entre otros criminales proyectos, de la propuesta al terrorista escondido de volar el Paraninfo de la Universidad de Panamá en  noviembre del 2000.

En cuanto a Feliciano Foyo, de él  ha hablado el propio Posada  en sus conocidas declaraciones al New York Times en 1998, cuando lo identificó como el  tesorero que lo abastecía de los dineros de la FNCA para organizar los atentados de 1997 contra instalaciones turísticas en la Isla y en uno de las cuales murió el joven turista italiano, Fabio Di Celmo.

Cuando hace apenas unos días, un "alto funcionario que pidió el anonimato" reconoció al Nuevo Herald el "cubo de agua fría" que les cayó encima con la aparición de Posada en "el peor momento en que podía suceder", muchos pensamos en Noriega. Porque, las altas esferas de Washington relacionadas con la situación de Posada solo pueden ser aquellas en las que él ejerce.

¿Quién quita que el  "adjunto" se escondiera en el anonimato para quejarse del "cubo de agua fría", las "fricciones políticas" y todo lo demás que  parecen haberlo impulsado a lanzar este segundo mensaje?

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Arleen Rodríguez Derivet

Arleen Rodríguez Derivet

Periodista cubana y conductora del programa de la televisión cubana "Mesa Redonda", que transmite una emisión especial para Telesur. Es coautora del libro "El Camaján".