Cubadebate

Dos veces más grande que el Titanic y tres veces más largo que una cancha de fútbol, el crucero Costa Concordia convoca superlativos aún después de su naufragio.

Equipado con suntuosos spa, enormes salones de baile y un simulador de carreras de Fórmula 1 para sus 3.000 pasajeros, el barco navegó por el Mediterráneo como una pequeña ciudad a bordo.

Pero ahora, semihundido en la región italiana de la Toscana como un bloque de oficinas volcado, el Costa Concordia podría costar a la industria de los seguros hasta 1.000 millones de dólares, la mayor pérdida por un accidente marítimo para el sector.

Y para los rescatistas -carroñeros marítimos que se preparan para ofrecer reparar el barco, desmembrarlo o hundirlo en el fondo del mar- el Costa Concordia representa una de las tareas de rescate más complejas de la historia.

Con 290 metros de largo y 36 de ancho, el barco tiene un tonelaje bruto de 114.500 toneladas y un peso estimado real entre 25.000 y 45.000 toneladas.

Pero semisumergido e inclinado sobre uno de sus lados es mucho más pesado porque está lleno de agua y muebles, desde acolchados, alfombras y ropa hasta sillas y sofás empapados.

Además, está ubicado peligrosamente cerca de un acantilado de piedras que, en el peor de los casos, podría desmoronarse o colapsar bajo el enorme peso del crucero.

Todo esto significa que los dueños del barco deberán evaluar qué es lo más conveniente a nivel financiero: reflotarlo, cortarlo en pedazos que puedan venderse como chatarra o simplemente hundirlo en la costa, dadas las dificultades técnicas que supone el operativo de rescate.

"Esto no ha ocurrido con otros barcos de pasajeros", dijo Mike Lacey, de la Unión Internacional de Salvamento, la asociación comercial del sector. "Hubo grandes cargueros o tanqueros que han encallado, pero nada como esto", agregó.

50 MILLONES DE DÓLARES PARA EL RESCATE

Las estimaciones sobre el costo de rescatar al barco rondan los 50 millones de dólares o más. Además de eso, si el exterior puede ser rescatado, los dueños del barco deberán reparar el Costa Concordia de cero porque sus interiores ya están arruinados.

Cuando un barco grande sufre problemas, una de las primeras cosas que hacen los socorristas es extraer el combustible para evitar filtraciones y un desastre ambiental, antes de siquiera comenzar a mover la embarcación.

El Costa Concordia tiene 2.300 toneladas de diésel almacenado en 17 tanques, algunos de los cuales son del tamaño de una casa. La compañía holandesa SMIT actualmente se está preparando para conducir esta tarea, un proceso que podría llevar alrededor de un mes.

COMPLICACIONES GEOGRÁFICAS

Pero antes de eso, los rescatistas deben tener una idea clara del paisaje submarino. El gran misterio en este caso es si las rocas donde descansa precariamente el Costa Concordia son lo suficientemente fuertes como para soportar el peso adicional de los equipamientos necesarios para el operativo.

"Hay que conocer la forma del lecho marino. Qué tipo de suelo es, ¿arena o roca? Si se quiere anclar algo, hay que saber cuán fuerte es", explicó Hans van Rooij, consultor de la firma holandesa Global Marine Solutions y ex director de SMIT.

Pier Luigi Foschi, presidente de Costa Cruceros, la compañía propietaria del barco, dijo la semana pasada que mover al crucero sería "una de las cosas más difíciles del mundo".

¿DIVIDIR?

La alternativa, que para la firma Euro Demolition es la más probable, es dividir el barco.

"Trabajamos con cizallas para cortar los pedazos. También es posible serruchar el barco", dijo Peter Tromp, gerente de la compañía de limpieza de escombros holandesa Euro Demolition.

Para serruchar una embarcación, una enorme cadena con puntas filosas se mueve como un serrucho sobre el metal. Pero esto también sería difícil en el caso del Costa Concordia, debido a que está demasiado cerca de la costa.

Si bien el acero del barco puede venderse como chatarra, todos los accesorios de adentro, como computadoras, sillas y alfombras, están perdidos y no pueden ser reciclados. Pero igualmente deberán ser eliminados correctamente, lo que costará dinero.

Si despedazar el crucero es demasiado difícil, siempre hay una tercera opción, aunque muy improbable: hundir el barco en el fondo del mar.

"No creo que las autoridades italianas permitan esto", dijo Lacey, de la Unión Internacional de Salvamento.

Por ahora, mientras espera su destino, el barco podría convertirse en una atracción turística.

(Con información de Reuters)