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Todo o nada

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Barack Obama. Foto: Flirck

Barack Obama. Foto: Flickr

Iñigo Sáenz de Ugarte
Guerra Eterna

Es probable que cuanto más se conozca de las circunstancias de la eliminación de Bin Laden, más claro quedará que Obama se jugó el cuello al dar el visto bueno a la operación. A posteriori, las pruebas que identificaban el escondite parecen sólidas, pero la realidad es que la CIA no estaba completamente segura. El director de la CIA, Leon Panetta, así lo ha reconocido en sus primeras declaraciones, a la revista Time:

Sin embargo, Panetta concluyó que la evidencia era lo suficientemente fuerte como para arriesgar la incursión, a pesar de que sólo entre el 60% y el 80% de sus asesores confiaban en que Bin Laden estaba allí, y decidió presentar su caso al Presidente. En la reunión clave del jueves, en la que el presidente Obama escuchó los argumentos de sus principales asesores sobre si se debía o no ir a Pakistán para matar o capturar a Bin Laden, admitió Panetta que "las pruebas" de la presencia de Bin Laden en el complejo era circunstancial. Pero "cuando se puso todo junto", dijo Panetta dijo, "teníamos la mejor evidencia desde [la batalla de 2001 en] Tora Bora [donde fue visto Bin Laden por última vez], y, a continuación, dejé en claro que nosotros teníamos la obligación de actuar".

Panetta confirma que el Gobierno o el Ejército paquistaníes no fueron avisados antes de la operación en una muestra obvia de la falta de confianza en un aliado clave en la lucha contra Al Qaeda y los talibanes. Por otro lado, eso introducía otro tipo de riesgo, que el asalto se prolongara demasiado y las tropas norteamericanas acabaran enfrentándose a los militares o policías paquistaníes que se presentaran en la zona.

El accidente que sufrió uno de los helicópteros confirma que los riesgos eran altos. La operación podía haber terminado como lo hizo el desastroso intento de liberar a los rehenes norteamericanos en Irán en 1980. El fracaso hundió la reputación de Jimmy Carter. Ya se sabe que a los norteamericanos sólo les gustan los vencedores.

El segundo día posterior a la muerte de Osama bin Laden traerá nueva información, incluida la posibilidad de que se difunda alguna imagen del momento en que el cadáver fue arrojado al mar. Como es habitual en estos casos, algunos de los detalles terminarán resultando falsos. Detalles no es la palabra adecuada. Ni la mujer muerta es una de las esposas de Bin Laden, ni está claro que éste muriera con un arma de las manos. Es más, la propaganda inicial (no se le puede llamar información, ¿no?) destacó que Bin Laden había utilizado a una mujer como escudo humano. Quizá (no está claro, la mayoría de las fuentes de estas informaciones son anónimas) esa parte tan relevante sea falsa.

Pero todo eso ya ha servido para las primeras portadas. Misión cumplida.

Foto del Flickr de la Casa Blanca.

Se han publicado 3 comentarios



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  • firoma dijo:

    ….y entonces el monstruo mayor creò un monstruo mucho màs pequeño y despuès lo matò…y ahora duèrmete nenè que mañana hay que trabajar.

  • Fabian dijo:

    jajaajajaja buen comentario firoma.

  • Antonio Benitez dijo:

    Jajaja... Excelente comentario firoma...

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