La FEU de Cuba en su centenario: La revista Alma Mater, también centenaria
Llega el turno al tercer artículo en homenaje al centenario de la FEU de Cuba, en este caso dedicado a la revista Alma Mater (sin tilde en la a), que cumple 100 años de fundada un mes antes que la FEU.
Como en los artículos anteriores compartiré vivencias y experiencias de mi etapa como dirigente estudiantil y juvenil, siempre contadas desde la honestidad; y mis apreciaciones actuales, con la mayor humildad y reconocimiento de mi zona de ignorancia y desinformación.
Mi encuentro significativo con la revista no comenzó desde mi ingreso en la UH en octubre de 1966, realmente fue un poco después, cuando fui electo miembro del Buró Universitario de la UJC-FEU en la Universidad de La Habana y encargado del frente de la divulgación.
Por tal motivo tuve la responsabilidad de atender la revista, junto a la querida y ya fallecida Ana Mildred Vidal. En el equipo editorial se encontraban, como jefe, un ecuatoriano de apellido Carrión, persona de vasta cultura que estudiaba en la Facultad de Humanidades y, además, Ileana Boudet, Germán Piniella (fallecido), entre otros.
Cuando asumo la presidencia de la FEU-UH en 1971, la revista fue muy importante, ya que se trataba del resurgimiento de la FEU como organización orgánicamente independiente; recordemos que desde 1968 hasta 1970, se tomó la decisión de fusionar a la FEU con la UJC, en todas las instancias de dirección.
Era muy necesario contar con la revista Alma Mater para informar, para servir de interfase entre la dirección de la FEU y los estudiantes.
En abril de 1971, un mes después de asumir la presidencia de la FEU de la UH, realizamos el primer pleno de la FEU, y la revista Alma Mater jugó un rol protagónico. Se publicó un número especial para divulgar los documentos oficiales de dicho pleno. Mi discurso de apertura en el Aula Magna de la UH, lo esencial de los debates y los acuerdos de las comisiones de trabajo que sesionaron durante los días del pleno, así como los aspectos esenciales del discurso de clausura a cargo del secretario de Organización del PCC en la UH, Armando Méndez Vila.
Anécdotas, hay varias, pero compartiré ahora dos.
La celebración del cincuentenario de la revista en noviembre de 1972
El cambio de imagotipo de la revista, en que se puso un diseño artístico del tanque de guerra del Directorio Revolucionario, sustituyendo a la foto de la escultura de la escalinata.
En la revista teníamos a un diseñador muy creativo y profesional que se autollamó PEROGA, por las iniciales de su nombre y apellidos. Él convenció al equipo editorial de la revista y a la secretaria de Divulgación de la FEU para que nos propusieran el cambio. Hubo miembros del secretariado a favor, otros en contra y como siempre sucede a otros le daba lo mismo.
Fue una etapa en que comenzaron a cambiarse símbolos y nombres. Por ejemplo a la Plaza Cadenas se le rebautizó como Plaza Ignacio Agramonte.
A mí el diseño me gustó por la sencillez y limpieza de los trazos.
No me gustaba mucho el mensaje de guerra material que anunciaba la tanqueta; pero sabía que también se podría pensar en la batalla ideológica que teníamos por delante.
Entonces quedó aprobado el imagotipo.
En cuanto a la celebración del cincuentenario, se produjo una situación algo embarazosa. En una reunión, de la que no daré mucho detalle por ahora, propuse que el orador principal fuera el compañero Rolando Rodríguez, entonces presidente del Instituto Cubano del Libro (ICL) y que había sido muy colaborativo con la FEU en mi etapa como presidente de la FEU-UH y de Cuba.
El primer secretario nacional de la UJC, expresó su desacuerdo, sobre todo porque no le había consultado antes de ir a la reunión con el compañero Jesús Montané, que atendía a la FEU y a la UJC por el Comité Central del PCC. Se produjo un análisis constructivo y definitivamente se aprobó que fuera invitado Rolando a decir las palabras centrales del acto que se realizó en los bajos de la biblioteca universitaria Rubén Martínez Villena.
Yo dije las palabras iniciales y presenté la revista especial dedicada al Centenario de la FEU que se conmemoraría el siguiente mes. En la impresión de la revista jugó un papel muy importante el ICL y en particular Rolando Rodríguez.
Rolando, que ya comenzaba a cultivar su labor como investigador y escritor sobre la historia de Cuba, hizo un brillante discurso. Es una pena que ese discurso no se haya conservado en los archivos de la FEU.
El sentido de esta anécdota es para resaltar que las relaciones entre la UJC y la FEU, deben estar basadas en el respeto mutuo de sus dirigentes. Y cuando haya alguna discrepancia se resuelva dialogando, razonando.
Sobre la revista del cincuenta aniversario
La revista del cincuentenario. Foto: Néstor del Prado.
La edición e impresión de la revista fue una tarea de primer orden para la FEU, y para el colectivo editorial de la revista. En particular, el entonces secretario de Divulgación de la FEU-UH, Max Luis Delgado jugó un papel muy destacado. Yo tuve que emplearme a fondo para lograr que cuatro personalidades entregaran su artículo para la revista en el tiempo requerido: Sara Pascual; Raúl Roa; Faure Chomón y José Rebellón. Los artículos de Jaime Crombet, de Julio César Castro Palomino y el mío estaban garantizados por razones obvias.
El de Ladislao González Carvajal lo garantizó Max Luis.
Realmente el que más trabajo me costó fue el de nuestro canciller. Roa, que era genio y figura, me tuvo nervioso hasta el último momento, pero cumplió. Cada vez que me encontraba con él, en una reunión o en un acto político, y me le acercaba me decía: “ya sé, debo entregar el artículo antes del 15 de septiembre”. En uno de esos encuentros me dijo: “¿y no me vas a preguntar por el artículo para la revista?”, y le dije sin pensar: “Dios me libre, si con su advertencia de la otra vez, aprendí bien la lección”. Él me había dicho que no le gustaba que lo estuvieran gardeando; que él estaba bastante crecidito para asumir sus compromisos. En son de paz, me echó el brazo por encima y me dijo: “Estate tranquilo que ya el artículo está casi terminado. Lo que ocurre es que me jode mucho que me estén cayendo encima con lo que ya dije que cumpliría”. Yo estuve a punto de recordarle lo del discurso por el Centenario del Fusilamiento de los Estudiantes de Medicina; pero me aconsejé a tiempo y no perdí la oportunidad de quedarme callado.
Definitivamente el artículo de Roa fue entregado en tiempo y forma. Foto: Néstor del Prado.
Permítanme compartir tres homenajes póstumos que a continuación explico.
El primero es dedicado a la compañera Carlota Lacher, recientemente fallecida, y que fue la secretaria de Propaganda electa en marzo de 1971; y quien asumió con mucho ímpetu y dedicación el trabajo con la revista Alma Mater, de la que fue directora.
Ahí Carlota Lacher en un extremo de la bandera de la FEU; con su andar elegante, arreglándose su cabellera. Foto: Néstor del Prado.
El otro homenaje es para Max Luis Delgado, que también falleció, y que era el Secretario de Propaganda de la FEU y director de la revista cuando se publicó el número especial del Cincuenta Aniversario. Max Luis aparece en la foto de la portada de la revista, en el extremo derecho, arengando a los participantes.
El tercer homenaje tiene un especial significado emocional para mí. Se trata de mi amada esposa Mercedes Fernández, fallecida el pasado 1 de mayo; y que aparece en la portada de la revista del centenario, llevando la bandera de la FEU, por haber sido seleccionada como jefa de Brigada más destacada en la Escuela de Química de la Facultad de Ciencias de la UH. Ya éramos novios, pero juro que la selección no tuvo favoritismo de mi parte. A ella la eligieron merecidamente. En el otro extremo de la bandera estaba otra estudiante destacada Marta Gener.
En la foto, aparecen señalados Mercedes y Max Luis. Foto: Néstor del Prado.
Paso ahora a mis valoraciones sobre el papel de la revista, en particular abordo una pregunta que me hicieron unos colegas de su consejo de redacción que llegaron hasta mi casa el pasado mes de octubre; me refiero a las relaciones de Alma Mater y la FEU.
Ante todo diré que considero que deben ser relaciones de pertenencia, la revista Alma Mater debe ser considerada parte de la FEU, una de sus fortalezas principales para cumplir su rol social y político.
Sé que en la actualidad y desde hace bastante tiempo, la revista Alma Mater forma parte del sistema de publicaciones de la UJC, y se subordina a dicho sistema en el marco de la Casa Editora Abril.
Las relaciones entre entidades organizacionales pasa invariablemente por dos circunstancias: la existencia de una política y reglas de relaciones; y de las personas encargadas de aplicarlas y de controlar su desarrollo.
No es posible hablar de las relaciones entre la FEU y la revista, sin caracterizar las relaciones entre la UJC y la FEU. Pero eso queda para el próximo y artículo final en centenario.
Para que la revista sea una efectiva publicación de la FEU, considero importante que se cumplan a cabalidad, al menos los siguientes principios y normas de funcionamiento:
- Contar con un documento conceptual y programático que definan las relaciones
- Basarse en el principio de la libertad de expresión y recoger el sentir y las opiniones y sugerencias de los estudiantes
- Contar con dirigentes de la FEU que entiendan que las relaciones han de ser colaborativas, de intercambio sistemático en busca de la mejora continua
- Contar con un colectivo de redacción y editorial de la revista, bien seleccionado, bien preparados y con suficiente autonomía creativa y responsabilidad profesional y ética
- Formar un verdadero equipo de trabajo
- Utilizar las potencialidades de la publicación digital
No se me olvidó el texto del inciso 7, es mi costumbre de esperar uno nuevo sobre todo de ustedes.
Precisamente, en la plenaria del X Congreso de la FEU en la UH, el pasado 5 de noviembre, una delegada hizo una profunda y apasionada intervención sobre ese asunto, aportando ideas novedosas, como por ejemplo que el consejo editorial de la revista esté integrado también por estudiantes y dirigentes de base de la FEU.
Cada vez que he recibido invitación de la dirección de la revista Alma Mater para conversar sobre la historia de la FEU, o de cualquier otro tema he dicho presente.
Les confieso que tengo la aplicación en mi móvil, que me mantiene informado de lo que publica diariamente la revista. Tiene un amplio alcance temático y buena factura.
Me quedo con la insatisfacción de no poder leer todo lo que aparece.
Hago público mi agradecimiento a Santiago Jerez, director de la revista, por la decisión de invitarme a participar en las actividades por los 100 años de la revista; de nuestra revista Alma Mater.
Quedan cosas interesantes por decir, pero prefiero contar con vuestros comentarios, precisiones, preguntas para entre todos seguir enriqueciendo el conocimiento de la historia de la FEU.
¡Feliz centenario!
¡Gracias a quienes han hecho posible que nuestra revista siga con buena salud!
¡Viva la FEU en camino a su centenario!
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Por alguna razón no apareció un segmento en mi artículo, en que además de evidenciar mi presencia en varios números de la Revista cada vez que llamaron, quise rendir homenaje a un importante periodista que durante muchos años ha sido alma virtuosa de la Revista. Me refiero al ingeniero Hilario Rosete Silva, que en el día de hoy le fue otorgado un importante reconocimiento por su desempeño destacado. No pudo recibirlo por problemas de salud, pero recibió la ovación de los allí presentes. Yo pensé reencontrarme con ese querido compañero, después de muchos años de desencuentro involucrado.
Llegue a Hilario mi admiración por su brillante obra.
Tenemos algunas dudas respecto a la bandera de la FEU y le agradeceríamos si puede ayudarnos a saber más:
1) En que año y donde se aprobó la bandera de la FEU.
2) Quién o quienes fueron sus diseñadores.
Jorge Miranda Olivera jmiranda51@nauta.cu
Ecos de una actividad inolvidable por el centenario de la Revista Alma Mater
Hoy 17 de noviembre de 2022, en el Hemiciclo del Museo de Arte Universal, en las actividades por el centenario de la Revista Alma Mater, se realizó la premiación del IV Concurso Manolito Carbonell y la Entrega de los premios Amigos del Alma’
A continuación compartiré mis vivencias, que no constituye un reportaje, algo que seguramente se hará en la Revista.
Santiago Jerez, director de la Revista Alma Mater, dijo las palabras iniciales auxiliado por una presentación audiovisual bien lograda.
Los ganadores del IV Concurso fueron principalmente de Villa Clara, y no pudieron estar presentes. Recuerdo una mención a una estudiante de la Facultad de Comunicación de la UH, que además declamó llena de emoción una poesía de su inspiración dedicada a la Revista Alma Mater. No sé su nombre, pero aparecerá su foto.
Profundas y emotivas palabras de uno de los hijos del heroico combatiente universitario Manolito Carbonell; quien fuera director de la Revista en la etapa de José Antonio Echeverría.
Nos asombró a los allí presentes las palabras lúcidas y precisas de Adalberto, un hombre de 90 años de edad, que fuera linotipista de la Revista en aquellos años.
Llegaron los premios Amigos del Alma, un bien diseñado diploma bien encuadrado, que fue entregado a integrantes del colectivo de la Revista, entre ellos a Rodolfo Romero; Jorge Sariol; Elio Mirand; Hilario Rosete (no pudo asistir por problemas de salud); Maidelis (trabajadora indispensable y querida). También a Néstor del Prado (presidente de la FEU 1971-1973) y activo colaborador de la Revista y de la FEU; y a la FEU, en la persona de la presidenta Nacional de la FEU Karla Santana.
Cada uno de los premiados allí presente dijo palabras que demuestran el compromiso y el amor por la Revista centenaria.
La Revista Alma Mater surgió un mes antes que la FEU; ambas fundadas por Julio Antonio Mella. Es como si eso hubiera sucedido así para que la Revista estuviese iluminando el camino de la FEU.
¡Viva la Revista Alma Mater ya centenaria!
¡Viva la FEU de Cuba en camino a su centenario!
Con el objetivo de que Cubadebate atesore documentos valiosos, compartiré por aquí, el maravilloso poema de la estudiante universitaria Adriana Fajardo declamado por ella en esa actividad de la Revista Alma Mater del pasado 17 de noviembre.
Quién no recuerda aquel día
Que subió la escalinata,
Quién no recuerda la grata
Sensación con que subía.
La escultura de la guía
Quedaría en la memoria,
Pues esa mujer de gloria
Está hace cien años lista
Para nombrar la revista
Que iba a contar historia.
La revista centenaria
De los universitarios,
Que vigila los horarios
De su fuerza necesaria.
Que está a la caza diaria
Del testimonio mejor,
Que resurge como flor
Y que queriendo contar,
De Guantánamo a Pinar
Es una pluma de amor.
La revista centenaria
De los universitarios,
Reportajes, comentarios,
Entrevista necesaria…
La crónica literaria.
Hoy está de cumpleaños
Y escala nuevos peldaños,
Pero en el vigor que tiene,
Después de un siglo, mantiene
La fuerza de hace cien años.
La historia nos devolvió
Una luz y una bandera
Sobre la línea primera
Que Mella un día escribió.
Desde aquel día plasmó
Los motivos necesarios.
Pasaron cien calendarios
Y aquí sigue, necesaria,
La revista centenaria
De los universitarios.
Autora: Adriana Fajardo